Advertencia!: USUK, MPREG; a partir del segundo cap encontrarán: gore, angst, muerte, contenido muy crudo, guerra, Alfred sumido en una tristeza inmensa... más aclaraciones al final de la introducción
You'll stay in my heart
Cap.1 (introducción): Mi amada familia y mi no tan amada familia
Era un día normal de trabajo para todos, en especial para Inglaterra, que si bien no estaba como siempre, aun atendía sus labores normales en su oficina londinense.
-Pero que molestia tener que buscar archivos tan antiguos- Decía el inglés un poco cansado de su trabajo, pero no era para menos, ya que no se terminaba de acostumbrar a su estado actual, y es que ya tenía un vientre bastante abultado que limitaba sus movimientos-ah~ desearía encontrar pronto esas carpetas…
Arthur ya había buscado en todos los lugares a su alcance, básicamente toda la estantería, bueno, le faltaba un lugar, y ese era el cajón más bajo de un archivero. El inglés suspiró resignado, se llevó una mano al vientre y sosteniéndose de una silla se agachó hasta poder abrir el archivero, claro que no contó con que no sería tan fácil buscar ahí dentro por unos minutos. Al final terminó sentado en el suelo sin muchas posibilidades de levantarse por su cuenta.
-¡Al fin! Esto es lo que buscaba-dijo contento al haber descubierto una caja justo a un costado del archivero. Bien, se concentró, respiró profundo y ya en posición se dispuso a levantarse, cosa que era más complicado con su bebe dentro y con la caja.
Se encontraba en plena batalla para ponerse de pie cuando unas fuertes manos le ayudaron, dejándolo firmemente parado- sabes bien que no debes levantar nada pesado
-Alfred… esto no está pesado…pero ¿qué haces aquí?- hasta donde Inglaterra sabía el americano estaría ocupado todo el resto del mes
-Pues me tomé unos días para venir a cuidar de mi esposo, que sé, es un terco de primera y poco le iba a importar llevar a mi bebe dentro y se pondría a trabajar- contestó Estados Unidos mientras le miraba acusador
-No estoy trabajando… es sólo que Richard no encontraba unos documentos y tuve que venir- Arthur trataba de no ser descubierto, que en realidad había estado yendo a la oficina todos los días
-Gales… no puedo creer que dejé que tus hermanos te ayudaran, lo podría hacer yo mismo-decía molesto el de ojos azules al recordar como los Kirkland se tomaron la noticia de que iban a ser tíos muy pronto, y que por lo mismo uno de ellos tendría que reemplazar momentáneamente al menor de los hermanos, pero no, a pesar de haber resuelto sus problemas de familia y llevarse mucho mejor, aun así ninguno quería hacerse cargo, Escocia se había negado rotundamente y Gales fue el único que pareció querer ayudar a Arthur durante su embarazo.
-Por favor, con los problemas que tienes con Rusia apenas y puedes con tu trabajo- Arthur ya había dejado la caja sobre el escritorio y había tomado asiento en un cómodo sofá junto a su esposo, mismo con que se casara apenas un par de años atrás y del mismo que ahora esperaba un bebe.
-De ese tipo no me hables que estamos a un paso de la guerra… mejor dime como estas hoy
-Bien, tu pequeño no me ha dejado en paz, al parecer su pasatiempo favorito es patearme- Arthur ya tenía cinco meses de embarazo, los médicos aun no podían decirle el sexo del bebe pero si sabían que todo iba bien.
-¡Será un niño!-soltó Alfred en ese momento para luego reír al sentir, con la palma de su mano, dichas pataditas del bebe en camino
-Yo quisiera que fuera una niña, sería lindo tener una pequeña damita- en la imaginación de Inglaterra aparecía una pequeña con un hermoso vestido jugando a servir el té
-De una vez te advierto que si es niña, tendrás que embarazarte de nuevo para darme un niño- Alfred fingía estar serio aun cuando su sonrisa le traicionaba
-¿Qué? Vete al diablo… tú no estuviste vomitando tres meses, que sabes bien no me arrepiento, pero si puedo evitar pasar por eso de nuevo…- los ojos verdes trataban de evitar el contacto directo con los azules, porque si veía la mirada suplicante que estaba seguro el otro tenía, perdería y terminaría accediendo a su ridícula petición
-Por favor…
-Ya deja en paz a mi hermano- en ese momento Richard entró, traía más papeles entre las manos y miraba molesto a Alfred. Gales era el más parecido a Arthur de sus hermanos, con la diferencia de ser más alto y tener unos ojos azul claro mucho más fríos que los de cualquier Kirkland.
-Aquí el que debería dejarlo tranquilo eres tú, se supone que estas aquí para ayudarlo y lo encuentro levantando una caja pesada- no hacía falta decir que Alfred no se llevaba bien con ninguno de los hermanos; Escocia lo odiaba casi a muerte, los irlandeses preferían no dirigirle la palabra, Gales siempre tenía algo que reclamarle, y hasta Sealand se había terminado poniendo en su contra, el ahora adolecente se había en contentado con Arthur hace poco y acusaba a Alfred de alejarlo de su familia.
-Para empezar no estaría pasando por tantas incomodidades si tú no lo hubieras embarazado
-¡Ya dejen de pelear ustedes dos!-Arthur había tenido que pararse para frenar todo aquello-me van a terminar dando un dolor de cabeza
-Está bien, ya no le diré nada al cerebro de hamburguesa que tienes por esposo
-También prometo no discutir con el desalmado de tu hermano
-¡Rusia-chan!- llegaba corriendo la mayor de sus hermanas- me preocupas, Rusia-chan… no deberías de molestar tanto a Estados Unidos
-Pero hermana… él empezó, hace mucho tiempo ya, pero el comenzó da-Iván se encontraba revisando unos mapas en un salón de su casa
-Si hermano mayor quiere vengarse yo le ayudaré-decía Natalia que se encontraba asistiendo a su amado hermano-¿qué planeas, hermano?
-Bueno… creo que lo más adecuado sería…-como un simple niño inocente se puso a pensar bien que deseaba- …sería una guerra, sí, sería fantástico ahora que Inglaterra está vulnerable
-¿Pero Rusia-chan… qué te ha hecho Arthur?- cuestionó la ucraniana sin entender por qué su hermanito hablaba de él
-No es que él me haya hecho algo… es más porque hace feliz a Alfred, así que… es mi deber arrebatarle la felicidad tal y como él hizo conmigo.
Luego de decir eso, Iván caminó hasta la ventana más próxima, parecía mirar la nieve caer fuera de su casa- quiero ver la cara de Alfred cuando pierda a Arthur y al hijo que espera- y la cruel sonrisa no se hizo esperar
-¿qué sucede?-contestó fastidiado su celular
-Mr. Jones, hemos recibido otra advertencia más de parte de Rusia, insiste en que realizará un ataque inminente si no se cumplen sus peticiones- era uno de sus jefes quien le llamaba
-ahora no puedo atender las idioteces de ese tipo, desde luego que me niego, que haga lo que quiera, si ataca primero le declarare la guerra y le pateare el trasero, pero ahora no quiero más interrupciones- dicho eso colgó para luego mirar a su Arthur dormir tranquilamente a su lado-… ahora lo único que realmente me importa eres tú- el amor con que miraba a su esposo era inmenso, que el mundo se cayera en pedazos pero ahora sabía que Inglaterra lo necesitaba a su lado
-¿Estás seguro que no necesitas regresar a América?- Arthur tenía arqueada una ceja mientras preguntaba aquello. Alfred ya tenía ahí tres días, y sabía que aún había problemas con el ruso que no parecían tener solución
-¿No quieres que este contigo?- dijo dolido el de gafas al tomar algo de café
-Claro que quiero… pero somos naciones, y entiendo que tengas que irte-al instante los ojos verdes se cristalizaron amenazando con derramar lágrimas, era cuestión de las hormonas, porque Arthur no era del tipo que llora por todo
-Ahora no te preocupes, me iré mañana para solucionar todo y prometo volver en cuanto pueda-pero las palabras de Estados Unidos no habían alejado la tristeza del otro-en todo caso te prometo que estaré para cuando nazca- concluyó estirando una de sus manos para tocar el vientre de Arthur
-¿Seguro?- Inglaterra vio en los ojos azules que hablaba en serio- recuerda que sólo faltan cuatro meses
-No te preocupes, regresaré en dos meses y ya no me despegaré de ustedes. El nacimiento de nuestro hijo es algo que no me perdería por nada del mundo
-Te amo- Arthur dejó de lado la fruta picada que comía y besó a su esposo
-También te amo- ahora Alfred alejó su taza de café para continuar besando a su pareja
A la mañana siguiente, fue hora de despedirse, Alfred había insistido en irse solo al aeropuerto, para que Arthur se quedara en casa a descansar; pero la realidad era que Estados Unidos tenía otro lugar en Londres que visitar.
-Muy buenos días tenga, su majestad-Alfred saludaba cortésmente como pocas veces lo hacía
-Alfred, querido… tú y yo sabemos que te cuesta mucho sonar formal, sólo dime hola y tutéame antes de que mande llamar a un guardia para que te de una tunda
-No podría, Reina Isabel, usted es como una suegra para mí- el americano tomó asiento a la pequeña pero elegante mesa en el jardín, ahí donde la mujer estaba tomando el almuerzo con una taza de té
-Entonces respeta mis deseos-la dama le dio un sorbo discreto al té que bebía-¿viniste a ver a mi querido Arthur?
-Así es, lo he tenido muy abandonado por mis asuntos con Rusia-El de gafas odiaba decir ese nombre
-Te ha extrañado mucho, no deja de hablar de ti, además… cada que va al médico regresa directo al palacio a decirme cuanto le hubiera gustado que presenciaras el ultrasonido del bebé-La reina tenía una manera de decir las cosas que sonaba calmada como una amorosa madre, pero con ese toque que te hace sentir culpable cuando haces algo malo
El americano inclinó la cabeza y sonrió arrepentido-No es que me lo perdiera a propósito, pero definitivamente escogí un momento terrible para romper toda relación cordial con ese tipo
-Y no te lo estoy reprochando, pero una cosa si te advierto, le romperás el corazón si no estás cuando nazca el bebé-la mujer le miraba tranquila como ella era
-Le prometí venir para entonces, y juro que lo haré-revisó su reloj de pulso-bueno, me temo que debo retirarme, espero me siga haciendo el gran favor de llamarme para decirme cómo está mi Arthur-Alfred tomó delicadamente la mano de la reina para besarle respetuosamente
-Claro, Alfred, cuenta con eso-la mujer sonrió
-¿Qué haces aquí, yankee de mierda?-genial, en buen momento se vino a encontrar a Ian Kirkland
Estaba por contestar a su nivel, pero Isabel se adelantó-¡Ian! Cuida tu lengua, sabes que no me gustan tus desplantes, y menos con mis invitados
Escocia chaqueó la lengua y desvió la mirada. No podía ponerse a discutir con su reina-anda, vete antes de que me arrepienta y decida que sí quiero darte una paliza
-También me dio gusto verte, Escocia-Alfred pasó de largo sin prestarle más atención. Dios, como odiaba a esa gente, pero tenía que soportar a los Kirkland por ser familia de su esposo
Estados Unidos ya se encontraba en un avión privado rumbo a su país, y lo único que tenía en mente era a su Iggy, y lo hermoso que le parecía con su vientre crecido. Aún recuerda vívidamente cuando Arthur llegó una tarde diciéndole que se sentara y escuchara atentamente, sólo para luego decirle que creía estar esperando un bebé. Alfred había saltado como loco por toda la casa, para culminar saliendo a las calles de Londres gritando que iba a ser papá.
Con todo eso en mente sonrió casi de forma inconsciente. Nada le quitaría la felicidad que Inglaterra le había regalado desde que aceptara salir con él, luego formalizar y por último casarse, para que la cereza en el pastel fuera tener un hijo.
En medio de una cruel nevada, una serie de camiones circulaban por las congeladas carreteras, justo a una base militar. Rusia se paseaba ahí afuera, dejando que la nieve le cubriera la cabeza y empapara su grueso abrigo.
En una de esas caminatas sin aparente sentido, se aproximó al guardia de la entrada-¿llegaron todos los camiones?
-¡Sí, señor! Se procederá al armado de los misiles cuanto antes-el soldado le saludó como era debido y prosiguió llenando documentos de entrada de dichos transportes
-Esto es perfecto-se decía Iván, cubriendo un poco más su rostro con la bufanda que tanto atesoraba-pronto voy a tener mi venganza perfecta…
N/A: Hola! Tengo sueño… pero no es para tanto, son más mis ganas de publicar algo nuevo. Esta historia tomará el lugar de "The Last Week" puesto que ya está por terminar.
Les explico un poco: este capítulo es una introducción, por eso es pequeño, pero los siguientes ya tendrán buen tamaño, lo prometo. Ahora, la pregunta principal es "¿Arthur morirá?", pues no les diré mucho, pero eso sí, les pido lean el fic hasta el final, porque es un final inesperado que les gustará sin importar todo el desastre que yo arme, ya verán.
Pienso que será de unos diez capítulos, como casi todos los largos que he estado haciendo (que realmente no son tan largos).
Seré cruel… y mucho, pero vale la pena.
Próximo Capítulo: Ataque a traición
Ian decide ayudar a su querido hermano Inglaterra y a Gales, después de todo se preocupa más de lo que aparenta. Casi al mismo tiempo, Alfred continúa sus disputas con Iván, hasta que el ruso asegura que atacará si esta vez se niega a darle el control del mundo.
-Adelante, ataca… lo que sea que hagas podré soportarlo y te juro que te venceré
-Ya veremos que te parecen estos misiles donde más te dolerá
Dejen reviews por fa! :D
