Capítulo 1: Traición

"Aquí me tienes al fin..."

"Eso parece..."

"Pues, ¿qué esperas? Terminemos con esto de una maldita vez..."

"Te apuras demasiado..."

"Y tú siempre fuiste tan lento..."

"Disfruto las cosas"

"Sé que te complace tenerme a tus pies... pero en algún momento tendrás que hacerlo... lo sabes..."

"Aún falta para que suceda. Y quiero observar cada sensación tuya... cada movimiento... ¿Qué se siente el saber que tu tiempo se acaba?"

"Nada"

"Oh, vamos... debes de sentir algo... estoy seguro que tu mente grita ¡arrodíllate y pide clemencia!"

"No sabes nada de mí... jamás clamaría por piedad... al contrario de ti, sé cuando estoy vencido..."

Silencio.

El frío dominaba sus cuerpos. El viento helaba sus huesos. Sus almas, corrompidas por el odio que los unía, sangraba mares de furia.

La calle oscura era un buen sitio para ser invisibles. Nadie los veía. Nadie sabría nunca lo que ocurriría o no allí.

Y ambos se miraban sin parpadear, como si de ello dependiera su vida.

Aunque en parte así era...

Ambos hombres, el primero cuyas ansias de venganza parecían dominar su cuerpo y el segundo provisto de una serenidad casi imposible, se contemplaban en silencio. El pasado marcado en sus rostros. El dolor en sus almas. Y la traición en medio de sus vidas.

"Tienes miedo de hacerlo" Una sonrisa oscura surcó su rostro. El otro se aferró más aún a la varita que portaba.

"No hables de lo que no sabes"

"Tienes miedo de arrepentirte. No estás seguro de lo que quieres... "

"¡Deja de hablar!" Una luz roja cruzó el trecho que había entre ambos y dio justo en el pecho del otro. El cuerpo cayó pesado en el suelo provocando un ruido sordo.

La sangre comenzó a brotar y el hombre tocó con uno de sus dedos la herida. Llevó su mano ensangrentada donde la luz de la luna la alumbrara y sonrió nuevamente.

"Te conozco más que tú mismo..." Susurró.

"Esa fue la razón por la que dejamos de ser amigos... ¿Ya no lo recuerdas?"

Ambos sintieron una punzada de dolor. La cruda realidad los sacudió por completo. ¿Cómo podía ser verdad? El que portaba la varita supo entonces que jamás lo lograría. No podría matarlo. A pesar de todo lo que había hecho... a pesar del dolor y las muchas heridas que jamás sanarían en su interior... no podría hacerlo.

¿Cómo matar a quién fue como un hermano?

No lo sabía.

Lentamente fue acercándose a él.

"¿Por qué lo hiciste?"

"Jamás lo entenderías"

"Siempre nos hemos entendido... ¿Por qué no me lo dices? Tal vez sea la última vez que puedas hacerlo..."

"Es algo que va mas allá de nuestra amistad... "

"Entonces no puedo ayudarte"

"No te pedí que lo hicieras"

"Creí que los amigos se ayudaban unos a otros"

"¿Y aún crees que somos amigos?"

Silencio. Otra vez. Años de silencio entre dos personas que siempre lo compartieron todo, pueden ser fatales. Incomprensibles. E irremediables.

"Tienes razón. Hace tiempo que no lo somos."

"Escucha... terminemos esta farsa. Tienes que matarme. En tu lugar yo no vacilaría..."

"¿Cómo estás tan seguro?" El hombre que se hallaba tendido en el suelo levantó la vista y se encontró con la del otro. Vio el temor. El odio mezclado con cierta melancolía. Y algo que lo dejó confundido. En sus ojos había una especie de comprensión que hacía tiempo no hallaba.

Y de pronto, la varita cayó al suelo.

"Anda, tómala. Tú conoces mejor que yo el arte de asesinar. Hazlo. Mátame. Y demuéstrame que no sientes nada al hacerlo. Que puedes olvidar todo aquello que nos unió. No pierdas esta oportunidad..."

Ambos se miraron otra vez.

Sorprendido, el hombre tomó la varita casi inconscientemente. El otro pudo notar que las manos le temblaban al hacerlo. Se arrodilló en el suelo junto a él y sonrió.

"Eres un estúpido..." Dijo el que ahora portaba el arma.

"¿Te sientes confundido verdad?" Replicó el otro.

"Acabas de firmar tu sentencia"

"Entonces cúmplela..."

Levantó su mano.

Intentó serenar sus ideas.

Quiso hacer a un lado los recuerdos.

Le gritó a su mente que dejara de decirle todo lo que significaba para él.

Y sólo entonces, supo que era su culpa. Todo había sido su culpa. Se la había arrebatado. Había hecho lo peor que le podía hacer a un amigo. Lo había traicionado... y luego la había traicionado a ella.

Era su culpa.

Los años que había pasado mintiéndose a si mismo... convenciendo a su escrutada conciencia de que él era inocente de todos los cargos, se le vinieron encima. Se dio cuenta de que desde aquella noche no había sido el mismo. Desde aquel día en el cual había vencido a su peor enemigo. Desde aquella vez, se había sentido vacío.

Solo.

Había terminado con Él. Con su sombra. Con aquel que consideraba un asecho para todos sus seres queridos.

Y cuando lo hizo, se convirtió en un ser terrible.

Capaz de traicionar a sus mejores amigos sin sentir ni una pizca de culpa.

Y ahora debía pagar.

Pestaneó y las lágrimas agolpadas en sus ojos se derramaron a lo largo de su rostro.

"Lo siento..." Susurró.

"Ahora ya es tarde para eso..."

"Lo sé... pero quería que lo supieras... antes de..."

No terminó de hablar. Dirigió su mano hacia su propio pecho, y cerró los ojos.

El rayo de luz verde iluminó aquel oscuro callejón.

La muerte impregnó el lugar con un terrible aroma a soledad.

El cuerpo cayó sobre el suelo lentamente.

El otro, miraba atónito sin poder quitarle la vista de encima a aquel que había sido su mejor amigo.

Pero también su peor enemigo.

Se acercó y sintió una opresión en el pecho. Quería gritar. Decirle que no debía de ser tan egoísta como para dejarlo en aquel momento, con toda esa rabia almacenada. Todavía le quedaban muchas cosas por reprocharle... pero como siempre, él huía como un cobarde... hasta el final...

Se levantó del suelo y pateó unas piedras que fueron a caer en una alcantarilla. Las imágenes le daban vueltas. Se veía a sí mismo en Hogwarts, corriendo por los pasillos... se veía con él, en el bosque prohibido... en la cabaña de Hagrid... o rogando que los exámenes no llegaran nunca en la sala común...

Y luego, a ella.

Y todo se ennegreció. La veía llorando, con su vientre crecido y la sangre volvía a hervir. Todo regresaba a su mente, como si quisiera atormentarlo más aún.

Y supo que aquella herida jamás cicatrizaría.

Quedaría en su alma por siempre...

Las lágrimas hacía tiempo habían inundado su rostro. Se acercó al cadáver y meditó unos instantes. Se acomodó la túnica y sus labios se entreabrieron.

"Tal vez el tiempo logre hacer que te perdone... Harry..."

O:o:o:O:o:o:O FLASHBACK O:o:o:O:o:o:O

"¿Hermione?"

"Vete, Ron... "

"Estás llorando..."

"No es asunto tuyo"

"Tú eres asunto mío... por si no lo recuerdas somos novios... y vamos a casarnos..." Replicó molesto el pelirrojo. Las pecas en su rostro se habían acentuado con el correr del tiempo. La chica se dio la vuelta lentamente. Ambos se habían comprometido hacía dos meses. Ya contaban con veintitrés años... la época del Lord Oscuro había caducado hacía tiempo... y ahora tenían la oportunidad de ser felices.

"Lo... lo siento... es que... " las lágrimas impedían su habla. El muchacho la abrazó casi inconscientemente. No entendía que le pasaba... pero sabía que debía contenerla.

"Dime que ocurre... sabes que puedes confiar en mí..."

"Pero tú no puedes confiar en mí..." Él se extrañó ante ese comentario, pero se apresuró a contestar.

"Claro que confío en ti..."

"No te pregunté si lo hacías, Ron... "

"Entonces no te entiendo..."

Ella sollozó nuevamente.

Pero esta vez no hubo abrazo.

"Estoy embarazada..."

Ron la observó con los ojos muy abiertos. Estuvo a punto de saltar de la felicidad junto con ella... pero había algo allí que no cuadraba.

"¿Y por eso lloras?"

"Ron... la última vez que estuvimos juntos... fue antes de mi viaje... hace dos meses..."

La expresión del muchacho cambió de golpe.

"¿De cuánto estás?" En su voz se notaba el temblor, y la duda.

Ella no respondió.

"¡Contestáme!"

"Tres... tres semanas..."

Ella se llevó las manos a su rostro y comenzó a llorar nuevamente. Él se levantó y dio un golpe brusco a la pared con su puño.

"Así que era verdad..."

"Ron... yo te juro que no lo quise... él me emborrachó... "

"Lo hiciste... y encima te embarazaste..."

"¡Te juro que no quise! No estaba lúcida, Ron..."

"¿Vas a decirme que te violó?"

"¡No lo sé...!" Gritó ella levantándose de un salto. "¡No tienes ni idea de cómo me siento cada día! Me levanto por la mañana y no se quien soy... no quiero ser quien soy... "

"¡Eres la persona que más ame en mi vida...!" El chico le dio la espalda y cerró los ojos, como intentando evadirse de la realidad. Pero tuvo que regresar... Le gustara o no.

"No... no me dejes sola... por favor... te necesito... no tienes idea de cuanto me arrepiento... pero es que de lo único que me acuerdo es del dolor de cabeza en la mañana... y de su sonrisa...aquella terrible sonrisa... Oh Ron, jamás creí que pudiera hacerme algo así..."

Él la miró. Su rostro le decía que era verdad. Estaba arrepentida. Y estaba herida.

Se le acercó y la besó.

"Ayúdame..." Le susurró Hermione echándose a llorar sobre su pecho.

"Encontraré al maldito bastardo... y te juro que voy a matarlo..."

"Ron..."

"No digas nada..."

"¿Qué vamos a hacer con el bebé?"

"¿Se lo haz dicho?"

Ella se apartó un poco.

"Esta tarde... por eso estaba llorando... me dijo que lo que pasó fue solo un juego... que hacía tiempo quería estar conmigo... dijo... que si no era de esa manera, jamás me hubiera tenido..."

Ron apretó los labios.

"...él dijo... que nunca había estado en sus planes dejarme embarazada... y que nadie debía enterarse... que ese no era su hijo... ni lo sería nunca... él simplemente me usó..." El llanto no daba tregua, y Hermione sentía que explotaría de rabia y de dolor.

"Voy a matarlo..." Repitió él.

"No... por favor... no quiero que te conviertas en asesino por mi culpa..." Le suplicó ella.

"No te preocupes... será únicamente su culpa... no la tuya..." Se apartó de ella y la obligó a mirarle a los ojos "... y en algo tiene razón. Ese hijo jamás será suyo. Es mío... y nunca nadie sabrá la verdad..."

Volvió a abrazarla y ambos se besaron.

"No te preocupes... nunca nadie volverá a dañarte..."

"Te amo Ron..."

"Y yo a ti..."

O:o:o:O:o:o:O FIN FLASHBACK O:o:o:O:o:o:O