Disclaimer: Tanz Der Vampire y ninguno de los personajes me pertenece, por desgracia

Para algunas personas, los días pueden pasar como rayos de sol en primavera, siempre alegres y acogedores, la calma ante todo y una sensación de felicidad que es imposible de imaginar, sin embargo no siempre se ve de la misma forma en cada individuo, la gente más joven a pesar de contar con un techo, comida, fuego, no son capaces de valorar lo que tienen y temerarios emprenden viaje solo para satisfacer su curiosidad.

Se está el amanecer, un nuevo día está naciendo y sin embargo en una pequeña casa, el amor y la alegría habían muerto en aquel hogar. Una mujer de piel de alabastro y cabellos de oro yacía empapada de sudor, las sabanas que alguna vez fueron blancas, ahora estaban mezcladas de sangre, un nítido color carmesí que se extendía con rapidez sobre las hojas, la respiración de la muchacha apenas respiraba, sus ojos lentamente perdían el brillo de la vida y la muerte esperaba ansiosa reclamarla, a su lado estaba un joven, de unos 26 años tal vez, su rostro acongojado al ver a la mujer en esas condiciones, alzo la vista cuando escucho el balbuceo del recién nacido, estaba en los brazos de la comadrona aunque podía distinguir un ligero rizo rubio escapar de la manta que cubría al menor, fue sacado del aquel momento cuando sintió una fría mano tomar la suya

Pro..pro..

Shhh Alena no hables – respondió el joven con dulzura

Albert prométeme – dijo la rubia con la mayor fuerza que pudo – prométeme que no dejaras que se la lleve, escóndela, no dejes que la tenga…

Lo prometo – señalo afligido, aunque al ver la sonrisa de la muchacha, su semblante se tornó mas serio – lo prometo, hermana, la tendré bajo mi custodia como si fuera mía…

No paso mucho tiempo después, para que Alena falleciera, sus funerales fueron dos días después, y solo estaba presente su hermano, Albert, quien en sus brazos llevaba a su hermosa sobrina, mirando la tumba de Alena, Albert juro en voz alta

Alena no voy a dejar que esta niña viva lo mismo que nos sucedió a nosotros, ella será feliz y amada

Nunca imagino lo que sucedería en algunos años posteriores

Han pasado 30 años y aún era capaz de sentir el aroma a rosas que ella solía usar, él sabía que a ella le gustaba ser admirada, ella conocía su belleza y la utilizo a menudo para conseguir lo que quería, a menudo llegaban a posada gente que se desvanecía la conocer a Sarah Chagall, pues nadie era capaz de resistir aquellos cabellos rojos tan profundos como el vino, piel algo tostada por el sol y ojos verdes nítidos y seductores, no había hombre que pudiera resistir a sus encantos, tampoco un vampiro, en especial un noble, que radicaba en su castillo junto con su sequito de súbditos, monstruos llamados por el pueblo, hijos de la noche que viven en la eternidad y la riqueza del conocimiento a través de los siglos, el conde se encontraba sentado en la Sala que estaba cerca de la chimenea, el fuego aún se encontraba encendido, calor, que ridículo, como era posible que los humanos sintiera que el fuego es indispensable, como era posible que la raza humana siguiera existiendo si dentro de las especies no encontraba diferencia a un perro o un conejo, sus mentes avariciosas y poco visionarias le molestaban, prueba de ello había sido Sarah, tan hermosa, pensó que era un pecado que ella no se encontrara dentro de los inmortales, ella podía ser su compañera eterna y amante… que error al pensar en ello, solo de recordar su mera esencia, causaba una ira insoportable en él, no otra vez, no dejaría que esa pequeña ingrata humana, llenara su cabeza al caos, nunca más, se levantó del sofá y noto que casi estaba por amanecer, aquellos atisbos de rayos anaranjados que se asomaban por el cielo y daba cuenta de que el día pronto empezaría, el conde salió del estudio en dirección a su habitación en el lado más oscuro del castillo para dar la bienvenida a su sueño de inmortal, sin embargo al entrar noto que su hijo se encontraba ya dormido en su ataúd, cuanto tiempo había pasado sentado recordando el pasado?, tranquilamente descendió hasta su ataúd, así como el día comenzaba

5 años más tarde….

El pueblo estaba celebrando otro año de buenas cosechas, los campos estaban más fecundos que nunca y la gente era feliz por ello, como cada año decidieron celebrar la fiesta de la cosecha para tomar un descanso del arduo trabajo que les toma recolectar sus verduras y luego distribuirlas a los otros pueblos, la fiesta también fue una celebración para dar la bienvenida al comienzo del invierno, los grandes campos fueron el lugar ideneo para aquella fiesta, había vino y comida para servir, además de la orquesta que entregaba música y el pueblo bailaba feliz, aunque habían un grupo de aldeanos armados con horquetas, palas y otras herramientas, estaban haciendo guardia por los alrededores del lugar, ya que podía ser una de las ocasiones en donde los monstruos del Castillo que se encontraba en la punta de la montaña podían asomarse, aquellas bestias de piel blanca como la nieve y ojos lividos que delataban que no existía vida en ellos, monstruos con colmillos en sus bocas que eran capaces de beber la sangre de las personas o animales que estuvieran cerca de ellos, monstruos conocidos como vampiros, bestias similares a los humanos pero sin corazón y vergüenza, los aldeanos vivieron con miedo ya que sabían que al acercase demasiado a los alrededores del Castillo, estarían llamando la ira del Conde Von Krolock, un hombre que nadie conocía de cerca, solo algunos lograron captar su silueta en la noche, con una capa negra y larga que atemorizaba a cualquiera que estuviera a su lado, cabellos largos y sedosos de un color gris recorrían parte de su pecho y rostro, sus súbditos acostumbraban a vestir de negro, era la única forma de reconocerlos, salvo uno, una de aquellos monstruos era conocido como "el Alba" solo se notaba su hermosa cabellera blanca y alta estatura, generalmente asechaba las noches donde la luna era blanca, enorme y hermosa, los pocos aldeanos que sobrevivieron luego haberlo visto, solo decían que era tan peligroso así como bello, no tenían palabras para explicar la belleza que ese ser lograba irradiar, en la fiesta todo estaba saliendo a la perfección, la comida y bebida sobraba, una que otra pelea que era resuelta en el momento, y lo mejor de todo, ningún vampiro se veía cerca de los alrededores, no podían tener una mejor noche, ellos pensaban y sin embargo que ignorantes eran…

Lejos de la fiesta se encontraban algunos graneros y también el molino que los proveía de agua, desde la torre un hermoso ser de cabellos rubios casi platinos, miraba con diversión como los aldeanos que vigilaban la fiesta iban rodeados de collares de ajo, que idiotas! Acaso seres como ellos, inmortales se verían afectados por una simple verdura? Sus ojos azules cristalinos miraban con burla y cierto enojo, aquellos collares, como se atreven! Su orgullo como inmortal no le permitía seguir quieto como si nada, acercándose más a la ventana de la torre poso su mano sobre el marco y miraba fijamente a la gente bailando

Veamos si sus preciosos ajos son capaces de detenerme… - dijo burlándose mientras una sonrisa maliciosa aparecía en su hermoso rostro – esto será divertido – el muchacho desapareció en la oscuridad de la torre.

Mientras tanto el señor del castillo se encontraba sentado en su estudio con la luz de la luna como su única acompañante en el salón, una copa de líquido rojo en mano izquierda, un libro en latín en su mano derecha, era interrumpido por su sirviente, un jorobado que con algo de miedo se acercó a su señor

Su excelencia…

Koukol no quiero ser molestado – decía el hombre sin sacar los ojos del libro

Su excelencia… malo malo… excelencia molesto… - pronuncio con rapidez y leve tartamudeo, el conde levanto la vista del libro para ver a su sirviente – muéstrame – simplemente señalo, al levantarse siguió al jorobado quien salió del castillo y cerca de los muros del castillo se encontraban figuras hechas de ajo

Humanos estúpidos! – rugió molesto mientras se cerraba los ojos y se tocaba el puente de la nariz con las manos, suspiro molesto, no entendía la pequeña obsesión de los humanos por crear cruces de ajo, creerán que lo dañara? Por supuesto que no! Pero como se atreven a dañar su castillo con estúpidas verduras, atravesando por su sendero de plantas y árboles, dañando lo que no les pertenece! – quiero que saques todo ese montón de ajo y luego me digas que se dañó del jardín, no voy a permitir que mis territorios sean contaminados por seres sin sentido! - señalo con furia mientras daba la vuelta y retornaba al castillo, el sirviente rápidamente acotaba las ordenes de su maestro

Mientras tanto en el pueblo, en un callejón el joven de cabellos rubios estaba encima de una muchacha joven, parecían bastante íntimo, algunos hombres que pasaron y lograron ver simplemente confundieron a una prostituta con algún cliente, cuando ya no se sentía a nadie por el lugar, el muchacho soltó a la joven quien cayó al suelo sin vida y con el cuello roto, el rubio terminaba de saborear la sangre de la muchacha cuando sintió el grito desgarrador una mujer vieja, ladeo la cabeza y miro a la mujer quien le mostraba una cruz, como si fuera una especie de protección, el muchacho rio sonoramente, aunque luego hizo una mueca de dolor tapando su rostro, dedos aun cubrían su rostro, los movió solo un poco para mirar a la mujer, maldita sea! El dolor era simplemente el reflejo de un rayo de sol que se asomaba desde la cruz, lamentablemente, al quedar fijo mirando a la mujer, no noto cuando los aldeanos empezaron a rodearlo, con un fácil movimiento de brazos empujo a dos hombres, quienes perdieron el conocimiento al caer al suelo, el vampiro se movía rápido pero tenía problemas, ya estaba amaneciendo y necesitaba encontrar un lugar donde dormir, no alcanzaría a llegar al castillo, podía sentir que más aldeanos salieron a su persecución, con cuidado se escondió en una de las bodegas de las casas nobles, al entrar se dio cuenta que estaba demasiado iluminado, maldiciendo empezó a buscar un lugar donde esconderse cuando sintió ruidos, eran los aldeanos quienes estaban gritando que tuvieran cuidado, había un vampiro escondido en el pueblo, el muchacho de cabellos rubios totalmente llenado por la ira, juro que cuando llegara la noche iría por la cabeza de ese estúpido aldeano, sin darse cuenta donde iba caminando, se topó en el pasillo con una sirvienta quien dio un sonoro grito, el vampiro rápidamente huyo por la casa, subiendo trato de encontrar un ático o una sala oscura, no encontrando ninguna, humanos estúpidos! Ni siquiera sus casas son decentes! Con preocupación noto como el solo estaba más alto y se dio cuenta que estaba condenado, miro como una pequeña niña vestida con un camisón bastante viejo lo miraba fijamente, sin darse cuenta de lo que pasaba la pequeña le tomo la mano y lo arrastro hasta un pequeño cuarto, en el transcurso del viaje, los rayos del sol tocaron la piel del vampiro sintiendo dolorosas quemaduras, al entrar en la habitación con la pequeña esta solo le indico su cama, el vampiro no entendía, solo la miro

Shhh debajo de la cama - dijo la pequeña lo más silencioso que pudo, el vampiro rápidamente se escondió, no paso mucho tiempo antes que la puerta se abrió de golpe y una criada con unos aldeanos entraron a la estrecha habitación

Aimée que haces despierta! – grito una mujer regordeta con enojo, la pequeña solo miro asustada a la gente que tenia delante de ella

Escuche un grito… - susurro asustada, la criada solo miro eceptica y dijo rápidamente

No quiero que abras la puerta a nadie me escuchaste! Si sientes algo extraño por los pasillos solo grita!, hay un monstruo suelto y estamos buscándolo!

Un monstruo? - pregunto la niña con ojos inocentes, uno de los aldeano la miro con molestia

Si niña, un monstruo, simplemente no salgas de tu habitación – rápidamente cerraron la puerta y la pequeña puso pestillo, dio la vuelta lentamente, mientras miraba la cama

Señor… usted es un monstruo?

Nota: espero reviews… si es que alguien entiende español.- LOL