Una fría noche de luna llena, tres adolescentes se hallaban charlando alrededor de una fogata…
Usagi se sentó en el tronco que hacía de banco y abrió la bolsa de malvaviscos;
_ Ahhh… Ahora sí, ya me siento a gusto… _celebró el conejo, llevándose dos a la boca sin siquiera tostarlos primero.
Rapahel lo observó por encima del hombro antes de seguir hurgando en su mochila;
_ ¿Malvaviscos? ¿En serio…? _Raph sacó un pack completo de latas de cerveza de su mochila_ ¿Qué tienes? ¿Trece años…?
El conejo se metió dos más a la boca, con el ceño fruncido:
_ Claro y tú luces muy machote sólo porque estás bebiendo cerveza… _le respondió_ ¿Qué te pasa? Ningún campamento está completo sin malvaviscos…
_ Lástima que no sea un campamento real… _Leo entró en escena luego de buscar un poco de ropa extra para abrigarse_ Sólo estamos a unos minutos de autobús de la ciudad…
_ Bueno, algo es algo… _Usagi se encogió de hombros y clavó una de las blancas almohaditas en un palito.
_ Awwwww… ¿papito Splinter te dejó dormir fuera de casa por primera vez…? _se burló la tortuga de ojos verdes, abriendo su primera lata de cerveza de la noche_ Debes sentirte muy asustado, Leo…
_ Ya basta de ser un cretino, Raph. _le advirtió Leo con voz grave, pero sin perder la paciencia_ Tratamos de que te sientas a gusto por ser nuevo en la ciudad, pero si no quieres estar aquí, eres libre de marcharte cuando gustes…
Eso bastó para que Raphael se callara y se tragara sus palabras acompañándolas con otro sorbo de su cerveza. Solo volvió a hablar otra vez para pedirle a Usagi uno de sus malvaviscos;
_ Tú no comes malvaviscos… _el conejo puso la bolsa fuera de su alcance.
_ ¿Qué? ¿Por qué no?
_ Por burlarte. Y por ser un cretino…
Raph estaba por incorporarse para quitárselos por la fuerza, pero Leo le puso una mano en el hombro y lo detuvo:
_ Usagi… Dale malvaviscos a Raph, por favor. _le pidió amablemente_ Comparte…
_ ¡Hummf…! _Usagi le pasó algunos de mala gana.
_ Raph, dale las gracias a Usagi por compartir sus dulces contigo… ¿quieres?
_ Ni lo sueñes…
_ ¡Raph…!
Raphael suspiró, exasperado. Y luego escupió un "gracias" apenas audible.
Leo sonrió;
_ ¿Ya ven? Podemos llevarnos bien si cooperamos… _Leo pinchó un malvavisco y abrió una cerveza también, ignorando las miradas asesinas que se lanzaban sus dos amigos.
Leonarde realmente deseaba que ellos dos se llevasen bien. Había conocido a Raphael cuando era niño, y habían sido muy buenos amigos. Pero cuando se había mudado a esa ciudad, perdió contacto con él y se había visto obligado a hacer amigos nuevos… como Usagi.
Él y su amigo conejo se la pasaban bien juntos, pero cuando la familia de Raph se mudó y su viejo amigo volvió a aparecer Leo vió que tendría que trabajar duro para conservar a sus dos mejores amigos al mismo tiempo.
"Algo bastante difícil, puesto que se pelean todo el tiempo…." Suspiró mentalmente el de ojos azules.
_ Bueno, pasemos a lo que vinimos a hacer aquí… _Usagi dejó de atragantarse con los dulces y dejó la bolsa a un lado_ Así que Raph… ¿Te interesa formar parte de nuestro club, eh?
Raph, que ya iba por su segunda lata de cerveza, dio vuelta los ojos;
_ Yo no quiero formar parte de ningún estúpido club… _aclaró_ Sólo quiero andar con ustedes para poder tener una mesa en la que sentarme a la hora del almuerzo…
_ ¡Pero qué lindo concepto de la amistad tienes! _celebró el conejo, imprimiéndole todo el sarcasmo que pudo a la exclamación. Luego se inclinó hacia Leo_ ¿De verdad quieres a éste con nosotros? _susurró_ El tipo es un idiota de primera…
_ Lo sé, pero… Entiende, ¡somos amigos! _insistió Leonardo_ Y es buena persona en el fondo, te lo aseguro…
_ ¡Hey, señoritas! ¿Si saben que los escucho, verdad? _les llamó la atención Raph_ Así que no hablen como si yo no estuviera aquí, ¿quieren…?
Usagi le dedicó una última mirada de reclamo a Leo, quién sonrió inocentemente:
_ Deja que yo me encargue de la primera parte, ¿si? _le ofreció a su amigo conejo_ Raph, hey… ¿Tú quieres sentirte a gusto en tu nueva escuela, verdad? Para eso te vendría bien andar con nosotros, los chicos populares… ¿Me equivoco?
Raphael abolló la lata de cerveza vacía y la arrojó por ahí. Luego se agarró la cabeza entre las manos;
_ ¡Todo en ésta maldita ciudad está al revés! ¡El conejo con la cara de peluche y el "niño de papi"! _se quejó_ ¿¡Cómo es que un par de ñoños como ustedes son los chicos populares?!
Usagi le arrojó un malvavisco a la frente:
_ ¡Más respeto con Leonardo, el presidente de la clase y mejor atleta del instituto! _le anunció.
Raphael se comió el malvavisco usado como proyectil;
_ ¿Y tú qué eres, exactamente? ¿La mejor animadora y porrista?
_ ¿Qué? ¿No se nota? _Usagi se peinó las orejas hacia atrás como si fuesen cabello_ Soy el más apuesto del instituto… ¡Las chicas están locas por mí, nene…!
_ Debe de ser una broma…. _gruñó el ojiverde_ ¿Las chicas saben que te gusta acampar y comer malvaviscos como a cualquier crío de 12 años?
La sonrisa del conejo se borró:
_ Cuando me termine los malvaviscos, usaré la bolsa para asfixiarlo… ¡Te lo juro! _le advirtió a Leo.
_ ¡Usagi! _Leo le dio unas palmaditas en el hombro a Raphael_ ¿Qué dices Raph? ¿Te nos unes…?
_ Hmmmf… _Raphael miró hacia otro lado. No le gustaba sentirse acorralado, por mucho que deseara ser amigo de Leo otra vez.
_ Nos vendría bien un "chico malo" en el grupo… Para más variedad… _propuso Leo, que seguía conciliador.
_ Yo puedo seguir siendo el "chico malo" sin un grupo de amigos que me acompañe… _le aclaró Raphael. Luego sonrió_ ¡Pero a ustedes les vendrá bien tener a alguien que los haga ver menos ñoños…!
_ ¿Entonces aceptas?
_ ¡Claro! _Raphael abrió otra cerveza_ Soy todo oídos… ¿Qué debo hacer para entrar al estúpido club?
Usagi suspiró pesadamente. Había guardado una pequeña esperanza de que Raph no aceptaría…
_ Hey, Usagi… ¿Qué pasa? ¡Vamos, es tu turno de decirle lo que tiene que hacer! _lo animó Leo.
_ ¿Te das cuenta de que te llamó "ñoño" y "niño de papi" varias veces en la misma noche? _le señaló el conejo.
_ Leo sabe que es verdad, por eso no se molesta… ¿Verdad, Leo? _Raph se burló una última vez, aprovechando el ánimo conciliador de su amigo.
Leo sin embargo, le dio un golpe de karate en la nuca, haciéndolo votar su cerveza:
_ ¡OYE! _Raph vió que el suelo reseco se bebía su cerveza en vez de él_ ¡Ahora sí te voy a…!
_ Chsst! Chsst! No olvides que estás a prueba, Raph…! _le advirtió el de ojos azules, muy tranquilo al verlo con el puño en alto_ ¿Quieres entrar al club o no?
Raphael emitió un gruñido y volvió a sentarse en su lugar. Se limpió las manos pegajosas en su desteñida camiseta de rock con el logo de la banda desgastado, y se volvió hacia Usagi, quien paró de reírse cuando Raph le clavó la mirada;
_ Muy bien, conejito galán… Apresurémonos con la prueba, que no tengo toda la noche…
_ De hecho sí, te va a llevar toda la noche la prueba, "Rafita"… _Usagi se inclinó hacia adelante, más cerca del fuego.
Raph se puso serio:
_ ¿De qué se trata?
_ Te voy a contar una historia de terror… y si puedes pasar la noche aquí con nosotros sin salir corriendo u orinarte en los pantalones, estás adentro.
_ ¡Pffft…! ¿Es eso? _Raphael se rió y se acabó su cerveza_ ¡Creí que me iban a pedir algo más serio… como robar algo de una tienda o incendiar un…!
_ No somos delincuentes juveniles, Raphael… _le recordó Leo.
_ Sí, se me olvidó que sólo son un par de ñoños… _le respondió el ojiverde, pero se retractó al ver al ojiazul frunciendo el ceño_ ¡Lo siento, presidente de la clase!
Usagi carraspeó, llamando la atención de los dos:
_ Muy bien, si me prestan atención, me gustaría comenzar…
Todos guardaron silencio, y el fuego chispeaba. Estaban esperando que el conejo empezara la narración… pero en vez de eso Usagi se guardó un montón de malvaviscos en el bolsillo y tomó una linterna:
_ Síganme, daremos un paseo… _les informó.
_ ¿Eh? _Raphael y Leo se incorporaron sin entender_ ¿Y la historia?
_ ¡A eso vamos! _insistió el conejo_ ¡Ya, muevan sus traseros!
Usagi fue el primero en alejarse, con la linterna encendida en alto. Leo le dio alcance rápidamente;
_ ¿A dónde nos llevas exactamente? _le preguntó en un susurro_ Creí que sólo le ibas a contar una historia de vampiros…
_ Vamos, ¿no creerás que con eso lo asustaremos de verdad? ¿O sí? _se burló Usagi avanzando rápidamente_ Necesitamos algo más fuerte…
_ Funcionó conmigo… Cuando yo pasé la prueba… _le recordó Leo, incómodo por dejar la luz de la fogata tan atrás_ Realmente me asustaste…
_ Y tenías diez años, Leo… Sé realista. _Usagi siguió comiendo sus malvaviscos en paz_ ¿Si trajiste lo que te pedí, verdad…?
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Minutos después…
_ ¡Aquí es…! _Usagi se detuvo en un claro.
_ ¿Y qué hay aquí exactamente que da tanto miedo…? _Raph había llevado más latas de cerveza con él, una en cada bolsillo, y empezó a beberse una.
_ Tu cara… _resopló el conejo corriendo unos arbustos_ ¡Y esto…!
Los tres adolescentes observaron el punto al que señalaba el conejo. Una enorme casa se alzaba en lo alto de una colina…
_ ¿Una casa abandonada en medio de la nada…? _preguntó Leo_ ¿Tú sabías que esto estaba aquí, Usagi…?
_ Por supuesto… ¡No es cualquier casa! _Usagi sacó un arrugado recorte de papel del bolsillo de sus jeans_ Tomen, lean...
Leo le apuntó al papel con la linterna, y tragó saliva al leer el título de la noticia que ahí estaba escrita;
_ ¿Se cumplen 50 años del asesinato y misterio de la casa de…? _el ojiazul terminó de leer la noticia en silencio. Cuando levantó la mirada, corroboró que la casa que salía en la fotografía era la misma que tenía ante sus narices… sólo que en peor estado.
_ Leer es para nerds… _se quejó la tortuga ojiverde_ ¿Qué dice la noticia…?
_ Bueno… _Leo sujetó mejor el papel y trató de parecer lo menos conmocionado posible_ Aquí dice que desapareció una familia completa… sin dejar rastro…
_ Así es… _corroboró el conejo_ Mi tío es policía y me contó la historia… Eran dos niños y sus padres, desaparecieron de la noche a la mañana y no se supo más de ellos.
_ ¿No encontraron cuerpos, ni nada…?
_ No… Pero sí había algunos datos extraños en la investigación, según me contó mi tío… _Usagi le apuntó con su linterna a la lejana casa, como si con eso pudiera iluminarla un poco.
_ ¿Cómo cuales…? _Raph abolló su lata de cerveza vacía.
_ Bueno… La madre estaba un poco chiflada… Por decirlo suavemente.
Leonardo y Raphael prestaron más atención. Usagi continuó hablando:
_ Uno de los mayores deseos de ella, era tener muchas hijas, para poder consentirlas, mimarlas, hacerles peinados… y hacerlas participar en ésos empalagosos concursos de belleza para niñas pequeñas… _narró_ Por eso cuando tuvieron a dos niños por ésos caprichos del destino, ella los obligaba a usar ropa de niña todos los días…
_ Eso es enfermizo, viejo… _Rapahel se imaginó la situación_ ¿Y qué decía el esposo a todo esto? _quiso saber_ Acaso no preguntó: "querida, ¿por qué estás travistiendo a los niños?"
Usagi hizo una mueca:
_ N-no lo sé… Creo que lo único que le importaba era mantener contenta a su bella esposa… así que le seguía la corriente en todo.
_ ¿En serio…?
_ ¡Bueno, no soy psicólogo! ¡Solo les estoy diciendo lo que mi tío me contó! _se enfadó el conejo_ Bueno, en fin… Obligaba a sus hijos a vestirse de niña, a jugar con juguetes de niña, incluso a comportarse como niñas educadas… Era algo muy morboso…
_ ¿Qué decían los vecinos? ¿No encontraban extraño que dos niños corretearan por ahí disfrazados de Lolita las 24Hs. del día…? _Leo le devolvió el recorte de periódico a Usagi.
_ Aquí no había vecinos… La casa estaba tan en las afueras como ahora…
Raph observó la casa en silencio unos minutos:
_ ¿Creen que la madre mató a los hijos por no haber nacido niñas y también al padre porque sus espermatozoides X no sabían nadar? _preguntó_ ¿Y luego se suicidó…?
_ ¡Rapahel! _Leo se escandalizó_ ¡Un poco de respeto por favor!
_ ¡No, no! ¡Raphael tiene razón! _los interrumpió el conejo_ Ésa fue una de las teorías que los investigadores siguieron… ¿Quieren saber cuál es la otra teoría?
Las dos tortugas asintieron en silencio:
_ Lo más parecido a la civilización que hay cerca de aquí es una tienda de abarrotes. El dueño afirma que un día antes de que se descubriera la ausencia de la familia pasó por allí un forastero… _Usagi guardó el recorte de periódico_ Más tarde se descubrió que era un ex convicto… y estaba viajando en ésta dirección. Él podría haberlos asesinado a todos… o sólo eliminó a los padres y se quedó con los niños como recuerdo.
_ ¿La policía no lo encontró?
_ No. Nunca más se supo de él tampoco... _Usagi se rascó el mentón_ Mi tío me dijo que era la hipótesis más débil… porque el dueño de la tienda de abarrotes estaba entrado en años y era posible que tuviese un ataque de alzhéimer o algo parecido… ¿Pero saben que creo yo…?
Leo y Raph negaron con la cabeza al mismo tiempo;
_ Esto no figuró en la investigación, pero mi tío me contó que había un pentagrama dibujado en el piso del ático de la casa… _les contó Usagi metiéndose en la boca su último malvavisco_ Creo que el verdadero culpable sí fue el ex convicto…
"Se coló una tarde en el amplio jardín, mientras los niños jugaban…
Y lo primero que notó fue a las dos hermosas criaturas que correteaban por la campiña…
Sin vigilancia paterna… Sin nadie más alrededor…
Primero fue por el menor de los dos, cuyo hermoso rostro lleno de pecas estaba más al alcance. Sólo quería acariciarlo… pero el pobre niño se asustó y quiso emitir un grito de auxilio… el último grito que daría en su corta vida…
Luego se internó entre los árboles, para buscar al hermano mayor que jugaba con una pelota…
Esperó a que su amado juguete rebotara cerca de sus pies, y cuando el niño se acercó lo suficiente lo atrapó entre sus enormes brazos con un rápido movimiento, cual venus atrapa moscas…
Los lejanos gritos de ayuda alertaron al matrimonio, que salió disparado de la casa en busca de sus hijos… pero ya era demasiado tarde, encontraron al primero muerto y llegaron justo a tiempo para ver al segundo exhalar su último aliento…
El asesino nunca fue encontrado…
La pareja no pudo soportar el dolor por la pérdida. Querían mucho a sus hijos… y lucían tan lindos aún muertos, con la piel todavía sonrosada y los vestidos llenos de vuelitos de encaje… que la pareja no tuvo corazón para darles sepultura.
En cambio, se negaron a pensar con claridad y fueron más allá… Podría decirse que perdieron la cordura…
O podría decirse que sabían perfectamente lo que hacían…
Una noche pintaron un gigantesco pentagrama en el suelo de la casa, y los dos hicieron un pacto con el diablo, ofreciendo sus almas después de la muerte, a cambio de recuperar a sus hijos…
Lo único que querían era tener de vuelta a los dos pequeños que habían criado con tanto amor…"
Usagi se detuvo bruscamente;
_ ¿Y qué pasó después…? _quiso saber Raphael.
El conejo levantó la mirada y lo observó fijamente:
_ Volvieron… Pero no como los dulces niños que eran… _susurró.
_ ¿Entonces…? _Raphael estaba tan ocupado haciendo el papel de escéptico que no se percató de la mano con garras que estaba a punto de posarse en su hombro.
_ Volvieron como…. MONSTRUOOOOOOSSSS!
_ ¡AAAARRRRGHHHH! _Rapahel se paró de un salto y trastrabilló con los arbustos, asustado por el grito que había pegado el conejo y el guante/garra que había usado Leo para asustarlo.
Tanto Leo como Usagi rodaron por el suelo a carcajadas limpias, felices con el resultado de la broma. Raphael era el único que no estaba demasiado contento…
_ ¡ME LAS PAGARÁN IMBÉCILES! _exclamó con los puños apretados_ ¡AHORA SÍ QUE LES VOY A PARTIR LA…!
_ Jajajajajajja! _Leo se incorporó, aún con el guantelete con garras en su mano derecha_ ¡Tranquilo Raph! ¡Solamente era un chiste!
Usagi también se levantó del suelo, y le pasó un brazo por los hombros a Raphael:
_ ¡Jejejejeje! Nada mal para un "ñoño" y un "niñito de papi"… _se burló_ ¿Qué dices a eso, Raphie…?
Raphael le dio un empujón;
_ Cállate! _exclamó_ Si no fuera porque Leo me tocó con ésa cosa yo no me habría asustado… ¡PORQUE TU HISTORIA ES TAN MALA Y TAN TRILLADA COMO LA...!
_ Ahhhh ¡Pero ésa es la mejor parte, mi estimado! _lo interrumpió Usagi_ No era una historia… O al menos no del todo…
_ Ahora ya solo te falta pasar la noche aquí con nosotros, Raph… _lo consoló Leonardo.
_ ¡Y cuida de no orinarte en los pantalones! _le advirtió Usagi emprendiendo el camino de vuelta_ Aunque con todas esas cervezas que bebiste te va a costar trabajo…
Raphael emitió alarido de ira y se les adelantó, no sin antes propinarles un tremendo empujón a cada uno para abrirse paso, y regresó caminando solo…
_ Vaya, sí que tiene mal carácter… _suspiró Usagi, iluminando el camino con su linterna_ ¿Era igual de difícil cuando ustedes eran amigos de niños?
_ Era más o menos igual… _admitió Leo_ Solo que ahora tiene más testosterona encima…
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Los tres adolescentes acomodaron sus bolsas para dormir media hora después…
Usagi se acabó los malvaviscos que quedaban y Leo se untó un poco de repelente de insectos en los brazos;
_ ¿Saben algo? De pronto recordé que no me gusta estar al aire libre… _comentó antes de bostezar_ La próxima vez que queramos añadir un nuevo miembro al grupo, haremos lo que dice Raph y lo desafiaremos a que incendie algo de la propiedad pública…
_ Bah… Los odio, malditos… _gruñó Raphael antes de cubrirse con su manta_ Primero me arrastran a éste estúpido campamento y luego de eso admiten que mi idea de iniciación es mejor que la suya…
_ Buenas noches para ti también, Raphael… _lo saludó Usagi_ Buenas noches…
Contra todo pronóstico, Raphael fue el que primero concilió el sueño y también el que mejor durmió… Seguramente por todas las cervezas que había bebido.
Durmió tan bien, que para cuando el sol asomó en el horizonte, ya estaba despierto… y listo para orinar:
_ Mhhf… Maldito sea el llamado de la naturaleza… _murmuró aún con los ojos cerrados.
Odiaba dejar su cama caliente solo para eso… pero qué remedio. Raph se levantó tambaleante y aún medio adormilado y fue hasta el árbol más cercano.
Se recargó con una mano en el tronco y bostezó ruidosamente, sin que eso interrumpiera el proceso… o despertara a sus dos acompañantes.
_ Sí que tienen el sueño pesado… _Raph subió otra vez la cremallera de sus pantalones, cuando escuchó un sonido. Pasos. Sobre la hierba húmeda.
Raphael se volvió y creyó ver una silueta entre los árboles.
_ ¿Hola…? _el ojiverde se apresuró a acercarse a su amigo_ Leo… ¡Leo! ¿¡Por qué no me dijiste que estábamos en propiedad privada?! ¡Creo que un policía vino a buscarnos…!
_ ¡Arghh! ¡No molestes, Raph…! _Leo se retorció y giró hasta enterrar la cara en la almohada. Medio segundo después ya estaba dormido de nuevo.
_ ¡Psst… Psst…!
Raphael dejó de patear a Leo y levantó la mirada, solo para abrir la boca hasta el suelo...
Un niño le hacía gestos para que se acercara, desde detrás de un árbol…
Un niño con traje de Lolita…
