«juro solemnemente que mis intenciones no son buenas»


Título: Opuestos compatibles

Autor: Angelito Bloodsherry (antes Angelito97-Delena)

Pairings: Scorpius Malfoy / Albus Potter.

Sinopsis: Eran solo dos niños que habían encontrado en el otro lo que andaban buscando sin saberlo: un ancla a la realidad; un amigo y, quizá algún día, algo mucho más poderoso.

Disclaimer: Todo el universo de Harry Potter es propiedad de J. K Rowling y compañía.

N/A: Esta historia no puede ser reproducida de forma total o parcial bajo ningún concepto. Si encuentran este fic u otro cualquiera en otra página, avisadme. Yo misma me encargaré de ver si es plagio. Mirad en mi perfil que páginas tienen permitido la reproducción.

Palabras: 562.

Capítulos: 1/2.


Este fic participa en el Reto #16: "Los opuestos" del foro Hogwarts a través de los años.


i. insociable

Hace un día maravilloso. La primavera se acerca a pasos agigantados. Casi parece obra de una ilusión fugaz. Es algo que sucede tan pocas veces en Hogwarts que es imposible que sea algo más que un sueño y aun así nadie lo valora lo suficiente. Scorpius lo nota porque le gusta fijarse en los pequeños detalles, siempre lo ha hecho.

Es un niño de mundo, un niño que ha vivido en lugares donde siempre hace buen tiempo, donde salir a pasear es adentrarse en una nueva aventura, donde volar es tocar la libertad con la yema de los dedos o donde leer un libro es como vivir otras vidas dispares y efímeras.

Por eso se encuentra desde muy temprano en el patio sur, cerca del campo de Quidditch pero lejos del bullicio que el partido de Gryffindor y Ravenclaw puede causar. Le gusta la soledad, es algo a lo que está acostumbrado y muy difícilmente puede abandonar, por lo que no desaprovecha la oportunidad de esconderse siempre que pueda.

—Y aquí estás, qué novedad.

Scorpius parpadeó, se había quedado mirando la nada. Le sucedía a menudo, perderse en sus pensamientos y alejarse del mundo real. Frunció el ceño, su padre siempre le sonreía con ternura cuando sucedía, pero los demás no eran tan comprensibles.

Potter no era una excepción, solo que parecía no cansarse de venir a molestar.

Sí, Scorpius tenía la fea costumbre de ser insufrible con aquellas personas que insistían en fastidiar, especialmente si se burlaban de su forma de ser. ¿Es que no entendían que él era diferente? ¿Qué él no entendía la necesidad de tener conversaciones sin sentido o de mentir por mentir? Y luego se atreverían a llamarlo idiota o insociable.

—Rose y James están pateando traseros de águilas allí, ¿vienes?

—No.

—¿Qué estás leyendo?

—Nada.

Albus se mordió el labio ligeramente turbado y se pasó una mano por el pelo. Scorpius tuvo que apretar el agarre sobre el libro (libro que no leía ni iba a leer porque se le habían quitado las ganas) para no comprobar cómo se sentía enredar sus dedos en eso que Potter llamaba pelo. No estaba bien y Potter no lo entendería.

¿Por qué la gente lo miraba mal cuando decía o hacía algo que consideraban inapropiado? Sin embargo, esta vez se abstuvo de hacer nada, una parte de él no quería que Potter lo mirase mal.

—Bien, ¿te molesta que me quede aquí?

—Sí.

Y ahora es cuando Potter reaccionaría como los demás. Scorpius era una persona sincera, no comprendía qué sentido tenía mentir cuando alguien le hacía una pregunta. Él odiaba las mentiras; odiaba ser un hipócrita. Solo que los demás no parecían darse cuenta de algo que para él era muy obvio. Intentó ignorar la punzada de decepción al pensar que Potter se enfadaría.

No sucedió y eso le sorprendió gratamente.

—Lo siento, no quería molestar —murmuró arrepentido para después sonreír. La sonrisa de Potter era como un pequeño sol cegador. Scorpius no pudo apartar la mirada—. Estaré en el partido, ¿nos vemos en la Sala Común para una partida de ajedrez?

Scorpius se vio asintiendo.

Potter le sonrió más ampliamente, si es que eso era posible.

Y, por primera vez en años, Scorpius estaba interesado en algo más que no fueran sus libros porque Albus Severus Potter era un misterio y a él le encantaban lo misterios.


continuará...