Noche frÃa, oscura y tormentosa, en una casa en Londres reinaba la mas
completa oscuridad, no habÃa signos de gente viviendo ahÃ, pero si habÃa
alguien, y ese alguien era Severus Snape.
Severus era un joven de apenas unos 20 años, era alto, de ojos café, pelo negro grasiento y nariz ganchuda. Severus hacÃa apenas unos tres años que habÃa terminado sus estudios de mago en el Colegio Hogwarts de Magia y HechicerÃa, y se habÃa graduado con muy altos honores en todas las materias excepto transformaciones. Estando en Hogwarts el y su amigo Lucius Malfoy se habÃan reclutado para DeathEaters, al servicio de Lord Voldermot, el mago más tenebroso en la historia, el mismo Heredero de Salazar Slytherin, uno de los cuatro fundadores de Hogwarts, y Severus trabajaba para el haciendo pociones.
Severus estaba esa noche en su casa, pensando. SabÃa que el Señor Tenebroso iba adquiriendo cada vez más poder, y el no querÃa estar en el bando perdedor, pero también sabÃa que Albus Dumbledore era muy poderoso, y que era el único al que Lord Voldemort le tenÃa miedo.
Esa noche todo habÃa salido mal, era la primera vez que lo habÃan hecho ir a una tortura muggle, Lucius lo convenció para eso, y ya estando ahÃ... todo salió mal. Voldemort le habÃa pedido que realizara el cruciatus, pero cuando Severus levantó su varita para eso y pronuncio la palabra, solo salieron chispas verdes, lo que ocasionó que Voldemort se enojara y le aplicara el cruciatus a el.
La casa se lleno de los gritos de Severus, era un dolor muy superior a sus fuerzas, todo a su alrededor daba vueltas, su cuerpo se quemaba por dentro y de repente... todo acabo. Voldemort le perdonó la vida porque era el único DeathEater que sabÃa hacer pociones perfectamente. Severus se quedó pensando un rato en eso, y empezó a recordar sus tiempos en Hogwarts, sus amigos, sus clases, la pandilla de Potter, la pandilla de Lily... Lily...
Recordaba esa cabellera roja y esos ojos verdes brillante, si, amaba a Lily, la adoraba, y habÃan sido novios durante un tiempo, y cuando Potter se enteró puso el grito en el cielo, luego habÃan salido de Hogwarts y Severus se habÃa hecho un DeathEater, asà que Lily lo dejó, no querÃa tener contacto con ningún DeathEater, eso le rompió el corazón a Severus, y desde entonces se volvió mas silencioso, como queriéndose encerrar en su mundo y luego no salir. Hizo que Lord Voldemort prometiera que nunca matarÃa a Lily si no era necesario, y de esa forma la protegió. Un año después se entero de que Lily y Potter era novios, para luego casarse. Severus quiso morir, pero alguien lo salvó, y ese alguien fue Albus Dumbledore, el directo de Hogwarts. Dumbledore le habÃa dicho que si alguna vez tenÃa problemas, podÃa ir con el cuando quisiera, asà que Severus fue y habló con el y Dumbledore lo ayudo.
Luego Lily y Potter tuvieron al pequeño Harry, y su amistad con Severus se cortó para siempre.
Severus trató de resolver su caso, ya estaba cansado de esa vida de DeathEater, no lo llevaba hacia ningún sitio, solo era un instrumento, un tÃtere en manos de Voldemort, y el sabia que cuando Voldemort ya no lo necesitara... No querÃa ni pensarlo, asà que tomo una decisión, agarró su varita y salió de la casa.
Se apareció en Hogsmeade y camino hacÃa Hogwarts, cuando llegó se encontró con Minerva McGonagall, la profesora de transformaciones:
-¡Snape! Que sorpresa verlo por aquÃ, ¿Quiere hablar con Dumbledore?- preguntó McGonagall.
Severus movió la cabeza en sentido afirmativo por toda respuesta, asà que McGonagall lo guió hacia la ya tan conocida gárgola:
-Ranas de Chocolate- exclamo, y la gárgola los dejó pasar.
Después de subir por una escalera de caracol, llegaron a la puerta del despacho de Dumbledore y ésta se abrió, revelando a un anciano de barba y cabello plateado, con gafas de media luna.
-Severus, ¿como estas?- pregunto Dumbledore.
-Eh, yo bien, quisiera hablar con usted profesor, a solas- explicó Snape, y la profesora McGonagall salió de ahÃ.
-¿y bien?- pregunto Dumbledore cuando McGonagall cerró la puerta tras de sÃ.
-Profesor, usted sabe que Lord Voldemort está ascendiendo al poder cada vez más rápido, ya no se sabe en quien confiar y en quien no, no puedes hacerte amigo de nadie desconocido...- empezó a decir Severus.
-Si, lo se Severus, pero no todo es tan negro, es decir, aquà en Hogwarts puedes estar a salvo y aquà es en dónde les estoy enseñando a practicar la amistad, para que ya nadie tenga razones para servir a lord Voldermot- lo interrumpió Albus.
Severus se quedó viéndolo con asombro, eran tiempos oscuros, al parecer Voldemort serÃa el mago más poderoso del mundo, y ahà estaba alguien que todavÃa creÃa que podrÃa desaparecer.
-Bueno, desgraciadamente mis noticias no son nada buenas, es decir, lo que vengo a decir no creo que lo alegre mucho, el punto es que yo... bueno...- empezó a decir Severus- Soy un DeathEater- declaró por fin, levantándose la manga del antebrazo izquierdo, para que Dumbledore pudiera ver la Marca Tenebrosa, roja como la sangre, tatuada en su brazo. Esperó que la reacción de Dumbledore fuera de enojo, que le gritara, o que lo amenazara con la varita, pero escucho algo diferente:
-¿Y que quieres que haga yo? Es decir ¿a que vienes, a matarme?-
-No, en realidad es para otra cosa, es decir, estuve pensando en todo eso y realmente me di cuenta de que habÃa cometido el error mas grande de mi vida, es decir, no se imagina lo que estar viendo como torturan a gente que tu conoces, o más aún, a tus propios amigos, y no poder hacer nada, quisiera poder haber evitado que Voldemort ascendiera al poder, es decir, si yo hubiera dicho que no, tal vez el no habrÃa encontrado la manera de hacer sus pociones ni nada de eso y nunca hubiera podido hacer todo ese daño, las familias están desunidas, nadie confÃa en nadie, todos son enemigos de todos, el terror está sembrado en todas partes, el pánico se extiende, cada vez que intentas hablar con algún antiguo compañero vez como te amenaza con la varita antes de querer platicar, todo esto es terrible, y es más terrible el saber que yo fui una de las personas que contribuyó a que esto se creara- dijo Severus.
-Aún en todo esto hay un rayo de esperanza, Severus- dijo Albus â€"es decir, tu quieres renunciar a eso, ¿podrÃa saber cual fue una de las causas principales por las cuales quieres dejar de ser un DeathEater? ¿Acaso es una chica de cabello rojo y ojos verde brillante?-
Severus bajo la cabeza antes de contestar:
-Si, lo es, ella no querÃa que fuera asÃ, ella me lo dijo y yo no le hice caso, ahora se que nunca podré recuperarla, pero como se que ella solo querÃa el bien para mi, decidà hacerle caso-
-Bueno, nunca es tarde para enmendar lo hecho- dijo Albus con una gran sonrisa.
-Gracias, ahora, ¿Que puedo hacer?- preguntó Severus.
-Puedes trabajar como mi espÃa secreto personal, no tienes nada que ver con el Ministerio de Magia, toda la información que te den me la pasarás a mi, ¿Quieres hacerlo? Es un gran riesgo de tu vida...-
-Si, quiero hacerlo, si tan solo ayudara a que Lily se sienta orgullosa de ser mi amiga- contesto Severus con cierta dificultad.
-Perfecto, ahora ve, antes de que alguien se de cuenta de que estuviste aquÃ- Dijo Albus abriendo la puerta de su despacho, pero cuando Severus iba saliendo, Albus lo detuvo con la mano y le dijo:
-Severus, cuando llegaste me dijiste que el motivo de tu visita no iba a alegrarme, pero sucedió lo contrario, me alegra que quieras corregir tus errores del pasado- Dijo Albus, y cerro la puerta de su despacho.
Severus era un joven de apenas unos 20 años, era alto, de ojos café, pelo negro grasiento y nariz ganchuda. Severus hacÃa apenas unos tres años que habÃa terminado sus estudios de mago en el Colegio Hogwarts de Magia y HechicerÃa, y se habÃa graduado con muy altos honores en todas las materias excepto transformaciones. Estando en Hogwarts el y su amigo Lucius Malfoy se habÃan reclutado para DeathEaters, al servicio de Lord Voldermot, el mago más tenebroso en la historia, el mismo Heredero de Salazar Slytherin, uno de los cuatro fundadores de Hogwarts, y Severus trabajaba para el haciendo pociones.
Severus estaba esa noche en su casa, pensando. SabÃa que el Señor Tenebroso iba adquiriendo cada vez más poder, y el no querÃa estar en el bando perdedor, pero también sabÃa que Albus Dumbledore era muy poderoso, y que era el único al que Lord Voldemort le tenÃa miedo.
Esa noche todo habÃa salido mal, era la primera vez que lo habÃan hecho ir a una tortura muggle, Lucius lo convenció para eso, y ya estando ahÃ... todo salió mal. Voldemort le habÃa pedido que realizara el cruciatus, pero cuando Severus levantó su varita para eso y pronuncio la palabra, solo salieron chispas verdes, lo que ocasionó que Voldemort se enojara y le aplicara el cruciatus a el.
La casa se lleno de los gritos de Severus, era un dolor muy superior a sus fuerzas, todo a su alrededor daba vueltas, su cuerpo se quemaba por dentro y de repente... todo acabo. Voldemort le perdonó la vida porque era el único DeathEater que sabÃa hacer pociones perfectamente. Severus se quedó pensando un rato en eso, y empezó a recordar sus tiempos en Hogwarts, sus amigos, sus clases, la pandilla de Potter, la pandilla de Lily... Lily...
Recordaba esa cabellera roja y esos ojos verdes brillante, si, amaba a Lily, la adoraba, y habÃan sido novios durante un tiempo, y cuando Potter se enteró puso el grito en el cielo, luego habÃan salido de Hogwarts y Severus se habÃa hecho un DeathEater, asà que Lily lo dejó, no querÃa tener contacto con ningún DeathEater, eso le rompió el corazón a Severus, y desde entonces se volvió mas silencioso, como queriéndose encerrar en su mundo y luego no salir. Hizo que Lord Voldemort prometiera que nunca matarÃa a Lily si no era necesario, y de esa forma la protegió. Un año después se entero de que Lily y Potter era novios, para luego casarse. Severus quiso morir, pero alguien lo salvó, y ese alguien fue Albus Dumbledore, el directo de Hogwarts. Dumbledore le habÃa dicho que si alguna vez tenÃa problemas, podÃa ir con el cuando quisiera, asà que Severus fue y habló con el y Dumbledore lo ayudo.
Luego Lily y Potter tuvieron al pequeño Harry, y su amistad con Severus se cortó para siempre.
Severus trató de resolver su caso, ya estaba cansado de esa vida de DeathEater, no lo llevaba hacia ningún sitio, solo era un instrumento, un tÃtere en manos de Voldemort, y el sabia que cuando Voldemort ya no lo necesitara... No querÃa ni pensarlo, asà que tomo una decisión, agarró su varita y salió de la casa.
Se apareció en Hogsmeade y camino hacÃa Hogwarts, cuando llegó se encontró con Minerva McGonagall, la profesora de transformaciones:
-¡Snape! Que sorpresa verlo por aquÃ, ¿Quiere hablar con Dumbledore?- preguntó McGonagall.
Severus movió la cabeza en sentido afirmativo por toda respuesta, asà que McGonagall lo guió hacia la ya tan conocida gárgola:
-Ranas de Chocolate- exclamo, y la gárgola los dejó pasar.
Después de subir por una escalera de caracol, llegaron a la puerta del despacho de Dumbledore y ésta se abrió, revelando a un anciano de barba y cabello plateado, con gafas de media luna.
-Severus, ¿como estas?- pregunto Dumbledore.
-Eh, yo bien, quisiera hablar con usted profesor, a solas- explicó Snape, y la profesora McGonagall salió de ahÃ.
-¿y bien?- pregunto Dumbledore cuando McGonagall cerró la puerta tras de sÃ.
-Profesor, usted sabe que Lord Voldemort está ascendiendo al poder cada vez más rápido, ya no se sabe en quien confiar y en quien no, no puedes hacerte amigo de nadie desconocido...- empezó a decir Severus.
-Si, lo se Severus, pero no todo es tan negro, es decir, aquà en Hogwarts puedes estar a salvo y aquà es en dónde les estoy enseñando a practicar la amistad, para que ya nadie tenga razones para servir a lord Voldermot- lo interrumpió Albus.
Severus se quedó viéndolo con asombro, eran tiempos oscuros, al parecer Voldemort serÃa el mago más poderoso del mundo, y ahà estaba alguien que todavÃa creÃa que podrÃa desaparecer.
-Bueno, desgraciadamente mis noticias no son nada buenas, es decir, lo que vengo a decir no creo que lo alegre mucho, el punto es que yo... bueno...- empezó a decir Severus- Soy un DeathEater- declaró por fin, levantándose la manga del antebrazo izquierdo, para que Dumbledore pudiera ver la Marca Tenebrosa, roja como la sangre, tatuada en su brazo. Esperó que la reacción de Dumbledore fuera de enojo, que le gritara, o que lo amenazara con la varita, pero escucho algo diferente:
-¿Y que quieres que haga yo? Es decir ¿a que vienes, a matarme?-
-No, en realidad es para otra cosa, es decir, estuve pensando en todo eso y realmente me di cuenta de que habÃa cometido el error mas grande de mi vida, es decir, no se imagina lo que estar viendo como torturan a gente que tu conoces, o más aún, a tus propios amigos, y no poder hacer nada, quisiera poder haber evitado que Voldemort ascendiera al poder, es decir, si yo hubiera dicho que no, tal vez el no habrÃa encontrado la manera de hacer sus pociones ni nada de eso y nunca hubiera podido hacer todo ese daño, las familias están desunidas, nadie confÃa en nadie, todos son enemigos de todos, el terror está sembrado en todas partes, el pánico se extiende, cada vez que intentas hablar con algún antiguo compañero vez como te amenaza con la varita antes de querer platicar, todo esto es terrible, y es más terrible el saber que yo fui una de las personas que contribuyó a que esto se creara- dijo Severus.
-Aún en todo esto hay un rayo de esperanza, Severus- dijo Albus â€"es decir, tu quieres renunciar a eso, ¿podrÃa saber cual fue una de las causas principales por las cuales quieres dejar de ser un DeathEater? ¿Acaso es una chica de cabello rojo y ojos verde brillante?-
Severus bajo la cabeza antes de contestar:
-Si, lo es, ella no querÃa que fuera asÃ, ella me lo dijo y yo no le hice caso, ahora se que nunca podré recuperarla, pero como se que ella solo querÃa el bien para mi, decidà hacerle caso-
-Bueno, nunca es tarde para enmendar lo hecho- dijo Albus con una gran sonrisa.
-Gracias, ahora, ¿Que puedo hacer?- preguntó Severus.
-Puedes trabajar como mi espÃa secreto personal, no tienes nada que ver con el Ministerio de Magia, toda la información que te den me la pasarás a mi, ¿Quieres hacerlo? Es un gran riesgo de tu vida...-
-Si, quiero hacerlo, si tan solo ayudara a que Lily se sienta orgullosa de ser mi amiga- contesto Severus con cierta dificultad.
-Perfecto, ahora ve, antes de que alguien se de cuenta de que estuviste aquÃ- Dijo Albus abriendo la puerta de su despacho, pero cuando Severus iba saliendo, Albus lo detuvo con la mano y le dijo:
-Severus, cuando llegaste me dijiste que el motivo de tu visita no iba a alegrarme, pero sucedió lo contrario, me alegra que quieras corregir tus errores del pasado- Dijo Albus, y cerro la puerta de su despacho.
