Desengaño
Historia 1:
Admítelo, debes de admitirlo, Kagami Taiga, que así como tú no lo amas del todo, cómo tú no puedes amarlo, él tampoco te ama, él sigo amando a su luz del pasado.
Es doloroso y la vez no lo es, pero la verdad es lo mejor ¿o No? Tú fuiste su vía de escape, el destino los encontró para lamer sus heridas el uno al otro. Porque aunque te duele, desengáñate, tú amaste más que solo un hermano a Himuro...ensucias la palabra "hermano" aunque eso solo lo notaste llegando a Japón.
Japón es diferente a Estados Unidos, abismalmente, y no encajas del todo, pero Kuroko te hizo sentir bien desde el principio, un apoyo, ambos apoyándose mutuamente; quizás era porque secretamente ambos ocultaban su doloroso pasado con otras personas importantes; burlón destino, que ambos pasados tuvieran que ver con el deporte que más les apasionaba. Felizmente tu prioridad siempre fue el básquet, porque ver este beso entre ellos dos resulta mucho menos doloroso.
El básquet es y será lo más importante en tu vida y todos te pronostican un brillante futuro en aquel deporte, y si alguna vez pensante en renunciar y dedicarte a otra cosa que comenzaba a apasionarte, prefieres no hacerlo y seguir con lo que nunca te abandonara; porque mientras tengas tu sueño, mientras tengas tu perfecto deporte, duro y complicado como un amante nada te hará falta: ni tu hermano ni tu (desde hoy) ex amante. Dejarás ir a Kuroko Tetsuya, quizás por ello nunca te atreviste a llamarlo por su nombre; quizás es porque siempre te inspiró una lejanía. Siempre en sus ojos viste que no te veía a ti sino que esa sonrisa guardaba cierta nostalgia... y ahí mismo lo compruebas...no nació para ti. Ellos dos nacieron para dañarse y reconciliarse mutuamente, no podías apostar a que se quedarían juntos, ni que de nuevo Aomine y sus inseguridades no le harían daño a Kuroko, pero podías estar seguro que era mejor no meterte, porque desengáñate, desde el comienzo y a pesar de que no lo ames, siempre te dolerá verlo sufrir, siempre te carcomerá no haber logrado que solo te mirase a ti. Pero a quien le importa, el amor es algo demasiado intangible, demasiado confuso, que no sabes ni donde comienza ni cuando acaba. Desengáñate, no tienes idea cuando dejaste de querer a Himuro y cuando te reconciliaste fue solo un abrazo de hermanos y cuando te empezó a dolor más sufrir a Kuroko que cualquier otro amigo
No importa, hoy tomas el balón, te rascas la nuca incomodo porque han notado que los veías, Aomine te observa ganador, decidido, a posesivo y tú simplemente te despides con la mano de Kuroko. Este piensa decirte algo, lo vez en sus labios murmurantes, pero tú solo le sueltas una sonrisa y te marchas dándoles la espalda; rebotas el balón un par de veces y estas decidido a que pasaras la tarde practicando con esta; porque tu pasión es lo único que no te abandonará, pero quizás sea necesario pasar por un par de alimentos antes de ello y en la tarde te la apsaras viendo grabaciones de NBA o de WNBA para ver a tu casi madre y entrenadora jugar en el pasado. Quizás llames a Himuro y esperas no esté tan ocupado, pues al parecer se está tomando en serio eso de perseguir a Murasakibara al instituto de cocina. Sonríes, todos deciden su vida, tu hermano también. Y sin pensarlo ya estas marcando su número.
—¿Taiga?
— …..
Sí, sabes que él también tiene pareja y no te asusta ni a él, vivieron en América por mucho tiempo como para asustarse por que también les guste el mismo sexo; sin embargo y como solo el lazo de hermanos puede lograr y felizmente nunca le contaste que alguna vez lo miraste de otra manera, Himuro…
— Paso algo con aquel chico ¿verdad?
Himuro sigue leyéndote con simpleza.
—Voy para allá, nos vemos en tu departamento y no te preocupes llevaré lo necesario para pasar un buen rato viendo las grabaciones de Alex.
—Pero….
—A él no le importa, solo debo consentirlo el fin de semana y estará bien. Además eres mi hermano.
En verdad agradecías nunca habérsele confesado o hubiese arruinado una relación tan firme, que se reconstruyó después de su partido. Lo único que querías ahora era ir y darte una buena ducha. Sin saber que alguien te había seguido pero que se quedó sin saber que hacer o decir a unos metros.
Kagami Taiga se desengañó de muchas coas, de sus sentimientos, de sus falsos sentimientos y de las mentiras sobre otras que se dijo desde hace muchos años, pero como todo joven era solo cuestión de tiempo el que se recuperase o a ello le apostaba todo en esos momentos.
Cuando no haya nadie ahí siempre estaban los hermanos y fue lo que sucedió. En medio de dulces, comida chatarra le contó lo que sentía sobre Kuroko, sus contradicciones y su hermano le regaló un cómodo silencio y luego, después de todo su desfogue, un abrazo que fue suficiente para saber que podría hacer mucho más que levantarse y seguir. El futuro aun seguía siendo brillante y lo sería aun más.
