Disclaimer: Este mundo no es mío por más que lo quisiera, mi imaginación no es taaaaaan grande.

Este fic participa en el reto temático de junio del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black

Por siempre

Una suave melodía se escuchaba. Bill observaba a su adoradísima Fleur, mientras que ésta se mecía al ritmo de la música, sonriendo. Estaba igual de hermosa que en el momento en el cual la había visto por primera vez, aunque desde ese hecho hubieran pasado ya cuarenta años.

El cabello rubio ahora casi blanco, la sonrisa que había marcado sus rostros cada vez que sus ojos se encontraron en las cenas familiares de los Weasley, los labios finos y rosas, la figura delgada y el rostro delicado lo habían cautivado. Todo eso permanecía en ella.

Además de su personalidad, ligeramente egocéntrica, superficial, pero muy cariñosa y amable. Recordó como su madre había terminado aceptando el hecho de que ella fuera la elegida al notar el amor que sentían el uno por el otro. Recordó las muecas de su hermanita, y el apodo que le habían puesto, con gracia. Fleur nunca se había dado cuenta, y si lo había hecho, nunca había dado señales de que le molestara.

También sus hijos, Victoire, Dominique y Louis, los tres en sus respectivas casas con sus respectivas familias, lo hacían amarla cada vez más. Sus divagaciones se detuvieron en el momento en que Fleur empezó a cantar.

No había nada que pudiera hacerse. Bill estaba seguro de que no existía persona en la Tierra que amara algo o a alguien más de lo que él amaba a Fleur.

Recordó la preocupación de ésta cuando salieron sus primeras arrugas. ¿Acaso pensaba que él dejaría de quererla? Si eran esas arrugas, la prueba sólida de que habían pasado años de su primer beso, de su primera noche, de su matrimonio, de su primera hija…

Él se reía de ella en ese momento y ella le daba un zape. También se acordó del doloroso momento en el cual les informaron a ambos la enfermedad de Bill. Había durado muchísimo para tener cáncer. Diez años exactos habían pasado.

Bill pensaba que todos los recuerdos, por más tristes o felices que fueran, contribuían a la estabilidad emocional de una persona. Ella lloró, diciéndole que no podría seguir sin su presencia y él le respondió que sí podría. Que era fuerte.

Fleur se había aliviado con los años, porque si él seguía aquí representaba que se estaba curando, que él no tuviera dolor era prueba de aquello, ¿verdad? Pero lo que ella no sabía era que Bill sufría en silencio, para no hacerle daño y, por lo tanto, herirse él. Sus hijos tampoco tenían idea de su dolor.

Pero no lo demostraba. Él le sonreía la vida. Como si nada hubiera pasado, como si ambos fueran para siempre.

Se paró, se acercó y le dio un suave beso en los labios, ella sonrió y le pasó las manos por el cuello. Otro beso, y otro. Sonrisas de parte de él y risitas de parte de ella en el medio.

Y es que sí. Físicamente o no, ambos serían y estarían para siempre juntos. Porque se amaban más que nada el uno al otro, y ese amor no moriría nunca. Por lo menos por parte de él, pero estaba seguro que de parte de su amada Fleur también sería así.


Espero que les haya gustado. Es mi primer fic así que... no sé si todavía estaba apta para un reto pero me gustó de lo que trataba, así que...

Saludos, Lacey.