-¡Chat! ¡Chat!

La desgarradora voz de Ladybug clamaba por su compañero, quien se encontraba tendido en el suelo, sin indicios de que éste escuchase su llamado.

-¿Por qué...? ¿... Por qué...?- Su voz terminó por quebrarse, y el llanto se abrió paso junto a amargas lágrimas que empezaron a deslizarse por sus mejillas, una tras otra, sin cesar.

El Akuma había sido ya purificado, y todos los daños habían sido restaurados con rapidez, pero, ¿por qué con Chat era diferente? Había resultado muy malherido por defenderla de un ataque directo... Y ahora no se movía. Todo era su culpa.

-Por favor... Abre los ojos... Te necesito a mi lado... -Desesperada, comenzó a efectuarle un masaje cardíaco, mas a pesar de que no parecía surtir efecto alguno, no pensaba rendirse tan fácilmente. Aún había demasiadas cosas de las que quería hablar con él.

-... Vamos...- Ya se encontraba a punto de recurrir a la respiración artificial, pero, en ese instante, notó que el chico comenzó a reaccionar, y, por consiguiente, a abrir los ojos lentamente, con un gesto repleto de confusión y dolor.

-... ¿My Lady...?- Masculló el joven, aún aturdido, aunque consciente de la cercanía de sus rostros. -Quizás debería haber esperado un poco más antes de recuperar la consciencia... Haha~...

Pero Ladybug no le encontró la gracia a semejante broma de mal gusto, y a punto estuvo de propinarle una buena bofetada, de no ser porque su cuerpo reaccionó antes para dejarse caer sobre el del muchacho y aferrarse a él con un sutil abrazo, pues no sería de su agrado proporcionarle más daño al muchacho.- ... Estúpido gato... -Gruñó, con el rostro oculto en el pecho ajeno, y las lágrimas aún empapando el mismo.

Chat Noir, por su parte, no pudo sino mostrar su asombro frente a la vulnerabilidad que la chica le estaba mostrando. Era la primera vez que la veía llorar, y todo por él. Eso, por una parte le alegraba; sin embargo, por la otra, sentía cómo su corazón se encogía, pues a simple vista se podía apreciar cuánto sufrimiento estaba cargando en ese instante, y todo, por haber bajado la guardia tan solo un momento.- ... Lo siento, Ladybug. Prometo que la siguiente vez no seré tan imprudente. -Confesó, al tiempo que envolvía el pequeño cuerpo de su amada con ambos brazos. ¿Pero qué podía hacer? Realmente, con gusto volvería a repetir semejante error, si tan solo así, su Ladybug saliese ilesa del campo de batalla.

Ella tan solo asintió, y durante unos largos minutos, quedaron en silencio, de la misma manera, hasta que cierto pitido les advirtió a ambos de que su tiempo se agotaba.

-Deberíamos llevarte a un médico antes de que... -Ladybug se incorporó, ya más relajada, pero Chat le interrumpió, sacudiendo la cabeza, y levantándose tras de ella.

-Eso no es necesario. Solo son unos rasguños. -Con el mismo ánimo de siempre, besó el dorso de la mano de su compañera, y, tras una fina reverencia, se despidió, aunque fuese costoso, como siempre.- Nos vemos, My Lady.

El muchacho saltó y desapareció entre el cúmulo de edificios que fácilmente lo camuflaban gracias a la oscuridad de la noche; mas, no obstante, Ladybug se quedó en el ático en el que habían permanecido, un poco más, hasta que le perdió de vista. ¿Qué había sido eso? Por un momento, se había preocupado por acompañarle a un médico, sin importarle que sus identidades hubiesen quedado reveladas entre ellos de una vez por todas- ... De una vez por todas...-

Fue entonces cuando cierta idea llegó a su mente. Él le había salvado la vida, y, ella, realmente quería agradecérselo como era debido, mas no dentro de ese traje que ocultaba su identidad.

Con una fina sonrisa, finalmente optó por tomar su yoyó y dirigirse a su hogar. Era algo tarde y sería un problema que sus padres se percatasen de su ausencia.


Por su parte, Adrien finalmente llegó a su cuarto, abatido, dado que a pesar de su reciente actuación, la verdad era que se encontraba completamente entumecido e incluso algo mareado. Bajo su camisa, el moreno de su piel había sido invadido por incontables moretones y heridas que, por suerte, no habían llegado a ser demasiado profundas. Suspiró, y fue directo hacia el cuarto de baño con el propósito de darse una buena ducha y desinfectar esas heridas, con la esperanza de que al día siguiente ya no le resultasen tan molestas y pudiese moverse sin complejidad alguna.

-Hah... Ladybug... -Un tenue sonrojo se coloreó en sus mejillas al recordar su rostro lloroso, alarmada por su deplorable estado. No podía evitar pensar que, quizás, aún no estaba todo perdido, y que pudiese haber una posibilidad de que llegase a sentir algo por él.


La mañana siguiente transcurrió con normalidad: Marinette no era capaz de dedicarle una sola frase coherente a Adrien, y éste, ajeno a los verdaderos motivos del por qué su compañera balbuceaba frente a él, solamente sonreía, dado que a pesar de que le resultase complicado mantener una conversación con ella, no dejaba de resultarle agradable, e, incluso, de lo más tierna.

-Nos vemos mañana, Marinette.

-E-eh... Adiós... Addr..Adren... Adran...Adrien.- ¡Ah! ¡Ojalá la tierra se le tragase en ese preciso momento! El chico solo sonreía, despidiéndola con la mano, pero ella solo podía morirse de vergüenza ahí mismo. No era justo que no pudiese soltar una sola frase de un par de palabras sin evitar morderse la lengua.

Y fue en ese instante, que alguien la sacó de sus pensamientos, incitándola a desviar la mirada del rubio para ver a Alya y a Nino acercándose a toda prisa hacia ellos dos, y, por tanto, obligando a Adrien a detener su marcha.

-¡Chicos! ¡No os lo vais a creer!- La morena, rauda, sacó su teléfono móvil para mostrarles un vídeo a ambos. Un vídeo que, en cuestión de segundos, consiguió empalidecerles hasta el punto de quedar enmudecidos.

-A-Alya... ¿Qué es esto...?- Con un tono de inocencia, Marinette levantó la vista hacia su mejor amiga, la cual, sonreía de oreja a oreja, delatando la emoción que la envolvía de pies a cabeza.

-Verás, al parecer, anoche alguien grabó el momento en el que Chat Noir protegió a Ladybug de un ataque directo, ¡y vaya! ¡Este chico enmascarado ha causado tanta repercusión que sus fans han aumentado de una manera descomunal!- Alya no paraba de reproducir el vídeo, aunque esta vez poniéndolo tan cerca de los rostros de la pareja, que ambos se veían obligados a retroceder un par de pasos.

-Todo el mundo se está movilizando por las redes sociales para conseguir una entrevista suya al atardecer, en el parque donde fundaron la estatua dedicada a ambos.- Nino, más tranquilo, finalizó su explicación, y, acto seguido, dirigió su mirada al rubio, quien, al igual que Marinette había pensado minutos atrás, deseaba con fervor que se le tragase la tierra.- ¿Por qué no vamos los cuatro junt...?

-¡Vayamos!- Interrumpió la morena.- ¡Podríamos conseguir una exclusiva para el Ladyblog! ¡E incluso, con suerte, descubrir la identidad de nuestro heroico gatito negro!

-E-eh... Yo...- Marinette trataba de buscar una escusa, pero nada llegaba a su mente. Ésta solo reproducía una y otra vez la imagen de Chat Noir cayendo abatido al suelo, y, por tanto, el sentimiento de culpabilidad no hacía más que crecer y crecer dentro de ella.- ... Él puede que esté muy malherido... ¿Por qué la gente solo se centra en lo que ha hecho, y no en su salud? Podría necesitar descanso, y sin embargo solo pensáis en atosigarle con preguntas...

Marinette agachó la cabeza. Debía agradecer que Alya le había vuelto a interrumpir, pues, al igual que la otra noche, su voz había estado a punto de desquebrajarse.

-No deberías preocuparte por eso, Marinette. Esos dos son los héroes que protegen a todo París. ¡Seguro que esos trajes les protegen de cualquier ataque y ahora está completamente ileso, patrullando la ciudad por nosotros!

-... Entonces, si esos trajes les protegen, ¿por qué tuvo que actuar de escudo de Ladybug? A ella tampoco le hubiera podido ocurrir nada, ¿no...?

Todos callaron entonces. La muchacha sabía que quizás había hablado de más, pero no lo había podido evitar; la frustración le había vencido esta vez. Pero, entonces, sintió una cálida mano reposando sobre su hombro. Adrien la estaba mirando con comprensión, y junto a una pequeña sonrisa con la que parecía querer decirle que todo estaba bien.

Sí. Lo cierto es que no podía estar más agradecido y conmovido por la preocupación de su compañera, y, fue eso mismo, lo que le llevó a tomar la decisión de presentarse en aquel parque. Podría ser cierto que no se encontraba recuperado del todo, pero sabía que lograría aguantar lo suficiente como para demostrarle a Marinette y al resto que estaba bien; que no debían angustiarse por él.

-Lamentándolo mucho, yo no puedo acompañaros. Ahora tengo clase de esgrima, pero me interesan bastante las hazañas de Chat Noir. Por eso... -Ahora dirigiéndose a la peliazul, y esta vez con ambas manos sobre sus hombros, la miró fijamente, con esa sonrisa que derrochaba tanta amabilidad y, ante la cual, la chica no podía resistirse.- ¿Podrías ir al menos tú con ellos, Marinette? Estoy seguro de que Chat se encuentra bien y de que irá, y me gustaría que entre los tres, mañana me explicaseis con pelos y señales cómo fue la entrevista. Por favor.

Los pómulos de Marinette se tiñeron de un suave color rojizo entonces, y, aunque tuvo que forzar una sonrisa para camuflar su actual estado de ánimo, acabó por asentir con la cabeza. Si era Adrien quien se lo pedía, ¿cómo decir que no?- E-está bien...

Alya y Nino, por su parte, solo levantaron sus dedos pulgares como señal de aprobación. Los tres iban a ir, por lo que no podía permitirse el lujo de decepcionarles bajo ningún concepto.- Muchas gracias, chicos. ¡Nos vemos mañana!- Y, esta vez sí, el rubio finalmente se retiró. Aún le quedaban unas cuantas horas hasta que llegase el atardecer, por lo que reposaría hasta entonces y trataría de pensar en algunas posibles respuestas frente a las preguntas de las que estaba bastante convencido que recibiría.

-Wow. Adrien te ha mirado de una forma demasiado intensa.- Canturreó Alya, dándole golpecitos con el codo a su amiga, cuando el muchacho ya se había marchado.

-N-no digas esas cosas... -Marinette, aún avergonzada por la reciente escena, miró hacia otro lado. Pese a todo, no podía evitar sentirse feliz después de la forma con la que Adrien había contado con ella.


Continuará.

¡Hola, hola! He aquí mi primer fic de esta pareja tan adorable. Y lo cierto es que pretendía que solo fuera un oneshoot, pero, ¿por qué no darle una oportunidad extendiéndolo algo más?

El problema es que aún no tengo demasiadas ideas, así que agradecería vuestra colaboración aportándome alguna idea sobre lo que os gustaría leer. (Excepto cosas relacionadas con la revelación de identidades. Creo que ya hay demasiadas historias al respecto y me resultaría muy cliché.)

Y creo que eso es todo. ¡Muchas gracias a los que os habéis tomado la molestia de leer hasta aquí!