Como las Estaciones.

Aquí les traigo un nuevo proyecto, de sólo 4 capis, cada uno con una historia diferente pero relacionadas de alguna manera. Cada historia hace referencia a una estación y a un caballero en particular, espero que les guste!

Disclaimer: No hace falta agregar que nada es mío, por más que yo quisiera.

Otoño.

Las hojas de los árboles han comenzado a caer, generando un sentimiento de añoranza e inundando mis ojos de lágrimas. La tristeza se puede respirar mientras el lugar se ve, si es posible, aún más pacífico y hermoso. Tan hermoso que duele y forma un nudo en mi garganta al comprender que el invierno está cerca y pronto aquellos árboles no tendrán protección alguna contra el frío. Ese frío que cala hasta los huesos y que, parece, se ha asentado en algún lugar dentro de mí.

Las promesas de un mañana se me antojan ya lejanas. Igual que la última vez que sorprendí su mirada, curiosa, sobre mi persona. ¿Es acaso que podría despertar algún otro sentimiento que el cariño hacia su protector? Porque, claro, es ese el papel que me toca jugar en la historia que se va escribiendo, lentamente, con sangre. La mía, la suya, la de mis compañeros. Es ese el destino que se nos ha forjado, mucho tiempo antes de poder llegar a comprenderlo en su totalidad.

Me dejo llevar por la brisa que acaricia mis cabellos mientras veo las hojas marchitarse, mientras la vida se me escapa de las manos. Igual que a ellos, los que me han precedido, los que me acompañan y los que seguirán. Con la sutil diferencia de un sentimiento que debería de ser común pero que no comparto. Sentimiento que conjuga respeto, lealtad, protección y responsabilidad; todos hacia una deidad que no conozco. Porque, en algún instante el camino cambió para mí.

Porque, aún ahora que veo la despedida tan cercana, no pude contemplarte sólo como la diosa, sino como la mujer. Porque al conocer la fortaleza y tranquilidad que emanaban de tu ser, incluso en los momentos más difíciles, no pude hacer otra cosa que amarte. ¿Será ese un pecado?

Pero al final, ¿cuál es el motivo de la vida?...Supongo que ser feliz. Y yo soy feliz al poder perderme en tu mirada, tan pura que me da miedo caer en lo prohibido y tomarte entre mis manos, hacerte mía y escuchar mi nombre escapar de tu boca, en un suspiro contenido. Me contengo, incluso en mis más locos sueños, pues al tocarte mancharía de pecado la blancura de tu ser.

El otoño está en pleno apogeo y los recuerdos se agolpan en mi pecho, mientras conservo el aroma y textura de tu cabello como único tesoro. Lo más cerca que he estado de ti, por decisión propia, como castigo anticipado. ¿Es esto melancolía? ¿Es esto a lo qué estamos destinados nosotros, los que no podemos amar? Y aunque pudiera, sólo sería a ti...lo que sigue siendo dolorosamente hermoso.

¿Qué has hecho conmigo? Cada poro de mi cuerpo grita tu nombre y reza porque te encuentres bien, la angustia me carcome pensando en la fragilidad de tu cuerpo mortal. Ese cuerpo que noche con noche anhelo tocar, besar, quemar y adorar. Todo al mismo tiempo. La angustia me carcome al cuestionarme si tu, mi Diosa, puede sentir algo tan mundano como el deseo pero tan puro como el amor; lo que me recuerda lo humana que eres, incluso más que yo. Lo que me trae otro nombre, atado al tuyo desde siglos atrás.

¿Lo amarás? ¿Soñarás con él, como yo sueño contigo? O acaso, ¿otra persona ocupa tus pensamientos? Perdona si desvarío, si me pierdo en dramas menores a la guerra que está por venir. Perdona si me pregunto el origen de mi miedo más insano. Pero ahora, ahora que el juego empieza, necesito saber si...

Al final, ¿qué más da? De cualquier manera, mi vida es tuya y la daré, gustoso, al saber que será un paso más hacia el final. De saber que próximamente serás libre de ataduras y podrás sonreír inclusive más que ahora. ¿Porque no pierdes tu sonrisa? Yo apenas puedo mantenerme sereno, aunque en el exterior parezca lo contrario. Las pesadillas me ahogan y la preocupación me aniquila. Preocupación por ti, pues mi vida ya está marcada.

Otoño y el frío de la soledad se siente en el ambiente. Ahora entiendo el fuego en los ojos de Aioria, al hablar de ella. Ahora comprendo tantas cosas que, en años, ni siquiera llegue a imaginar. Perdona, pues, si te digo todo esto en momentos tan difíciles que la simple vida de un simple mortal como yo pierde todo sentido. Mi delirio es tal que te siento a mi lado, que puedo escuchar tu corazón, al mismo ritmo que el mío, para indicarme que el sentimiento es mutuo.

¿Me pides que confíe en ti? ¡Yo iría a tu lado hasta el Inframundo! Te lo he demostrado ya. Tu cosmos se siente tan cálido, tan cercano...como si nos fundiéramos en un sólo ser. Pero no estás aquí. ¿O sí?

¿Acaso sientes el mismo miedo que yo? ¿Acaso te pierdes en mi mirada? ¿Acaso sueñas conmigo y no con él? Sólo...quisiera saberlo antes de partir a un punto sin retorno. Es otoño y las hojas caen, igual que mis esperanzas personales, aún a sabiendas que ya tienes la victoria de antemano.

Tu cosmos me abraza y me reconforta, señal que me has sentido dubitativo. ¿Sabrás acaso lo que pienso? Te siento tan cerca, tan cerca que me siento delirar. Perdona, mi Diosa, si me atrevo a acariciar tu cara, si me atrevo a mancillar tus labios con un beso temeroso. Perdona si me llevo el aroma de tu cabello conmigo, para acompañarme mientras espero tu llegada. Perdona si aprisiono tu mano con la mía mientras cierro los ojos y me dejo llevar por ese sueño eterno llamado muerte.

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o o-o

Y bien, hasta aquí el primer capi. Dentro de la historia, creo que esto podría ser bastante posible aunque la pareja no me agrada mucho en particular. Aunque para Athena, supongo que es el que mejor queda (Léase, Athena y no Saori).

En el siguiente capi "Invierno" y la pareja más cannon de todo Saint-Seiya.

Se aceptan sugerencias, comentarios, críticas y jitomates =)