Los personajes no son míos, la historia sin embargo sí, es algo diferente, tendrá más acción e intrigas, sé que alamejor me malviaje pero espero que la disfruten, total, es un fanfic y podemos hacer lo que queramos :P. Saludos!
Despierto y lo primero que veo es la figura perfecta de Christian. Madre mía…jamás me cansare de verlo con poca ropa. A pesar de que solo han pasado… ¿Qué? ¿Dos meses? Desde que lo conocí me siento completamente enamorada de él. El nota mi punzante mirada y gira su cabeza para darme una de esas medias sonrisas que tanto me fascina.
-¿Disfrutando de la vista? – me dice juguetón.
-Siempre—le digo con una sonrisa mañanera mientras me despabilo un poco.
-Aún es temprano nena, puedes dormir otro poco si gustas.
-¿Qué hora es?
-Apenas van a dar las 5 am. Tengo una junta a primera hora lejos de aquí, me llevara casi todo el día y no quería despertarte—se acerca mientras se ajusta el pantalón y sensualmente se coloca arriba de mí, me toma las muñecas y las coloca sobre mi cabeza- Casi me duele tener que dejarte.
-No lo hagas. No vayas a esa junta, quédate y pasemos el día justo así—le digo como si fuera una niña pequeña que quiere un capricho, odiaba alejarme de Christian cuando estaba tan de buen humor.
-Prometo no entretenerme en absolutamente nada, siempre y cuando me prometas que me estarás esperando justo así. – me da un tierno pero firme beso en los labios. Automáticamente me muevo debajo de el para invitarlo a entrar en mí, pero el como siempre, huele mis intenciones y se aleja con una sonrisa.
-Que cruel…
-Nena, si continuo con esto jamás llegare a mi junta y tendría que ir a arreglarlo el fin de semana. Y el fin de semana es solo tuyo.
¿Cómo no derretirme con sus palabras?
-Ya que, promete darte prisa. —Le doy un rápido beso y con mis pies lo empujo del pecho para invitarlo a irse y dejarme volver a dormir.- Ahora dormiré más.
Recibo un pequeño azote en el trasero junto con una pequeña y ronca risa de él, el sonido más hermoso. Suspiro una y otra vez hasta dormirme un poco más.
-Buenos días – me recibe Elizabeth amable como siempre.
-Hola—le respondo con el mismo tono.- ¿Dónde está Jack?—miro por todos lados y no veo rastros del pesado de mi jefe. No es que lo extrañe, en absoluto, pero es extraño no verlo a estas horas.
-Hoy no vendrá, dijo que tenía algo urgente que atender. —se alza de hombros dándome a entender que ella tampoco sabe mucho de esto.
-Oh. De acuerdo—
Suena mi celular, por un momento sonrió pensando que podría ser Christian, y me decepciono un poco cuando veo que es José el que me llama. Rayos, ¿Cuánto tiempo tiene que lo he dejado a un lado? Vaya pedazo de amiga que soy. Conversamos un poco y me alegra escucharlo feliz, me dice que está por la ciudad y que le encantaría verme antes de irse de nuevo, Christian no está y aparte José es solo un amigo, al que siento que tiene años que no veo, así que ¿Por qué no? Quedamos de vernos saliendo de mi trabajo para tomar una copa.
Seguimos trabajando casi toda la mañana. ¿Christian ya habrá terminado su junta? Quiero llamarle o saber de él, pero no quiero parecer demasiado encimosa. Y como por arte de magia, el parece leerme el pensamiento una vez más, y mi celular se ilumina con su nombre en pantalla.
-Hola, estaba a punto de llamarte—le digo como una adolescente enamorada.
-Hola nena, no ha pasado mucho pero siento que ya te extraño demasiado. —oigo un suspiro de alivio en su voz, eso me hace sonreír aún más.
-Ya somos dos, no quería interrumpirte o algo en tu junta, ¿Cómo ha ido todo?
-interminable como siempre, ¿estás muy ocupada?
-No mucho, lo de siempre ¿Por qué?—le pregunto extrañada.
-Por nada, es excitante imaginarte trabajando—casi puedo verlo sonreír al otro lado del teléfono.
-Christian, a ti te excita todo—le digo con una risa nerviosa.
-Todo respecto a ti—me responde automáticamente. Oigo que alguien le llama, prácticamente le grita con urgencia. —Nena me tengo que ir, Por favor ve con cuidado ¿De acuerdo? Sawyer te llevara a casa.
Mierda…¿debería decirle que veré a José o espero a que Sawyer se lo diga? Sea como sea estoy segura que no le hará ninguna gracia.
-¡Christian….!—le digo antes de que me cuelgue.
-¿Qué pasa Ana?
-Veré a José solo un momento, saliendo de trabajar, no te preocupes, llevare a Sawyer.—Soné mucho más segura de lo que pensé, me abrazo mentalmente por avisarle y no pedir permiso.
-¿Qué? ¡Mierda Anastasia!- Ouch, me ha llamado por mi nombre completo- ¿Por qué tienes que verlo justo cuando estoy lejos? – Suena casi furioso.
-No lo he planeado, me llamo hace un momento, solo quiere saludarme Christian, es todo, no tienes nada de qué preocuparte. —le digo mientras pongo los ojos en blanco.
-¡Siempre me preocupare por ti! No me siento cómodo con esto, llámale y dile que no puedes verlo—Es una orden. ¿Está loco?
-¿Qué? El solo estará aquí por hoy Christian, quien sabe cuándo lo pueda volver a ver en vista de que tú me has alejado de el tanto como pudiste—le respondo enojada.
-No está a discusión, no podré estar tranquilo sí sé que ese fotógrafo está intentando algo contigo. ¡Entiéndelo!
-¡pero es que el No intentara nada! Él ya sabe que estoy contigo Christian, ¡Entiéndelo tú! – respondo casi furiosa por su actitud tan posesiva y protectora. Dios, es solo una copa con un amigo, ¡y llevo niñera! ¿Qué más quiere?
-¡Anastasia!—oigo su estruendosa voz, sin duda lo he hecho enojar a un más. Pues que le den. No pienso cumplir siempre sus caprichos. —No te atrevas a….
Cuelgo.
M-i-e-r-d-a….
Debería irme sobando el culo de una vez. Sin duda llegara de un pésimo humor. Bueno, ya me encargare de eso cuando sea el momento. Toda la tarde me llama al celular pero no le respondo, por miedo y por que la enojada soy yo. Mi bandeja de entrada se llena de amenazadores mensajes, incluso por escrito sus mayúsculas chillonas me dicen que está echando humo.
Es la hora de la salida y Sawyer me espera afuera.
-Buenas noches Sawyer, al bar cerca de la avenida central por favor.
-Buenas noches señorita, lamento decirle esto pero el señor Grey me ha ordenado llevarla directamente al escala. —parece apenado cuando lo dice. Estoy a punto de gritarle miles de cosas pero recuerdo que el solo sigue órdenes.
-¡No lo puedo creer!—grito indignada antes de subir al carro. - ¿te dijo que me llevaras al Escala o que no podía ver a nadie?—le exijo al pobre Sawyer.
-Que la lleve al escala señorita—junta las cejas confundido.
-Bien, espera aquí.
Me alejo unos pasos del carro y decido llamar a José y decirle que ha habido un problemita, pero que sin duda, lo espero en el escala con las puertas abiertas. ¿Quería encerrarme ahí? Bien. Que se atenga a lo que eso implica, no me arruinara una tarde con mi amigo ni estando a kilómetros.
-¡Ana! Que alegría verte—José sale del elevador con los ojos como platos al verme, y sobre todo al ver el escala.- ¡Qué guapa estas!
-¡José! A mi también me da mucho gusto. —le digo de corazón y nos fundimos en un amigable abrazo.
-¿Esto es una jaula de oro verdad? Wow- hace un chiflidito para hacer énfasis en su asombro.
-¿Para qué te digo que no?
Nos sentamos en la barra, la señora Jones nos prepara una cena ligera y nos sirve una copa de vino, me agrada tanto ella, jamás le puso mala cara a mi amigo y pudo darse cuenta a primera vista que no hay nada raro entre nosotros. Me platica de su ascendente carrera, de que está apunto de rentar un apartamento para él solo, y sin duda verlo feliz y realizando sus sueños me dibuja una sonrisa de satisfacción y orgullo. Me pregunta cómo va mi relación con Christian, le digo casi toda la verdad, que a excepción de sus arranques de celos y sobre protección, es el hombre más perfecto del mundo.
-¿No crees que se está pasando un poco?
-¿A qué te refieres?—le pregunto confundida.
-Sé que te quiere, eso se nota siempre pero… vamos, guardaespaldas… prácticamente ya vives con él, no te deja mucho ver a tus amigos o sí. Perdóname que te diga esto Ana pero… creo que es un poco machista.
¿Christian machista? Mmm… no sabría que decirle exactamente.
-Me cuida, y me quiere José, creo es todo lo que puedo pedir- le digo un poco recelosa.
Terminamos la noche conversando un poco más, y alrededor de las 10 se retira a su hotel, estuve a punto de ofrecerle esto de cuarto pero seguro que Christian se vuelve loco. Me dirijo a la habitación a ponerme algo cómodo para dormir cuando mi celular suena. Es Christian… mmm, que raro, todo el rato que estuve con José no me llamo para nada. Decido contestarle
-Hola—le digo recelosa, ya que no sé de qué humor estará.
-¿Ana? ¿Estás bien? Dime que estas en casa por favor.- ¡Dios! Casi lo puedo escuchar jadear, como si estuviera corriendo un maratón.
-Sí, si estoy aquí… Dios Christian, no seas exagerado—pongo los ojos en blanco.
-¿Sawyer está contigo? ¿Está cerca?—ahora lo escucho casi desesperado. ¿Qué pasa?
-Ah…esta abajo, ¿Qué pasa Christian?—me preocupo.
-Nena por favor, PORFAVOR, no salgas del escala, mantén tu celular cerca, voy para allá y te explicare todo, NO salgas por favor Ana.
Y cuelga. ¿Qué ha sido todo eso? No ha sido por José, estoy segura, ni siquiera lo ha mencionado, son casi 10;30, ya debería haber llegado desde hace mucho ahora que lo pienso. ¿Habrá ido algo mal en su trabajo?
Decido espéralo despierta en el sofá, son casi las 12, empiezo a cabecear del sueño cuando escucho el sonido del elevador, me levanto rápidamente y Christian entra con los ojos llenos de preocupación buscándome por todas partes.
-¡Ana!—respira y camino directo a mí para envolverme en sus brazos.
-¿Christian? ¿Estás bien? ¿Qué pasa?—le digo mientras sigo en sus brazos, pero esto no es normal. Me preocupa lo que le preocupe a Christian.
-Ahora lo estoy. —me levanta el rostro casi exigente para darme un beso.
-Christian, ¿Qué pasa? Dímelo—le exijo una vez más mientras termino el beso.
-Prometo contarte todo mañana nena, vengo muerto, lo único que quiero es dormir contigo a mi lado. —sus ojos están rojos, al igual que su cara, sus parpados se han relajado ahora que me vieron, lo cual solo hace preocuparme más.
-Pero Christian…
-Por favor nena—me toma tiernamente el rostro y me besa en la frente—necesito dormir.
-Pero mañana me tienes que contar lo que pasa, me preocupas Christian. —le digo con el ceño fruncido.
-Lo prometo—y dicho esto se mete directamente a la cama, ni si quiera cena o se da una ducha.
Me despierto y veo el reloj, con casi las 8. Debo prepararme para el trabajo, seguro que Christian ya debe estar esperándome abajo para desayunar, estoy a punto de salir de la cama y escucho un ronquido… me giro y veo a Christian junto a mí, tumbado en la cama, esta exactamente igual que como se acostó ayer, debe estar agotado. ¿Debería despertarlo? Decido que no, probablemente debe estar más que exhausto, si tiene algo importante seguro le llamaran a su celular sin cesar. Me arreglo y todo listo para irme a trabajar, no sin antes darle un beso al hombre que yace en la cama.
La mañana transcurre, alrededor de las 11 decido llamar a Christian, seguro ya despertó, solo quiero asegurarme que este bien. Pero no responde…¿Qué ocurre? Le envió un mensaje pero tampoco me contesta, ahora si comienzo a angustiarme.
Es la hora de mi comida y estoy considerando seriamente ir al escala a asegurarme que Christian este bien, pero cuando cruzo las puertas me encuentro con una sorpresa, esperaba ver a Sawyer, pero en vez de eso veo a un nuevo agente de seguridad…
-Amm…- me acerco a él sin saber exactamente qué decir.-¿Dónde está Sawyer?
-Yo seré ahora su guardia. —se limita a decirme, no le pregunte eso, parece de mal humor.
-¿Y usted es…?—le replico de la misma manera desganada.
-Derek. —me responde desganado y sin siquiera mirarme. Vaya pedazo de imbécil. Tiene pinta de delincuente.
-Bien Derek, ¿Por qué lo han mandado a usted y no a Sawyer?—empiezo a perder la paciencia.
-No lo sé—me mira-….señorita.- ¿Acaba de verme de arriba para abajo? ¿De dónde demonios saco Christian a este sujeto?
Gracias a Dios, suena mi teléfono, un suspiro escapa cuando veo el nombre del hombre que me está volviendo loca.
-¿Christian? ¿Estás bien?- ahora la eufórica parezco yo.
-Nena, lamento preocuparte así, ¿estás en el trabajo? ¿Has conocido al sobrino de Taylor?
Así que el imbécil es sobrino de Taylor, luce más como un hermano…
-Apenas, pero… Christian, ¿Qué demonios sucede? Desde ayer siento que me vuelvo loca no me has dicho nada. ¿Qué está pasando?
-prometo explicártelo todo hoy, en cuanto salgas de trabajar ven directo a casa, y hagas lo que hagas no te alejes de Derek. El entreno igual que Taylor y te mantendrá a salvo ¿De acuerdo?
-Está bien, pero solo dime si estás bien Christian. —creo que se me hace un nudo en la garganta.
-Si nena, lo estaré si tú lo estas. —algo en su voz no me convence. —te espero aquí.
-De acuerdo.
¿Por qué siento como si todo estuviera pendiendo de un hilo? Tengo un presentimiento que apenas y me deja respirar.
-¿lista? – me pregunta el renegado de Derek.
-Solo iré a almorzar por aquí cerca.
-Igual debo acompañarte- ¿Ahora me tutea? Estoy a punto de decirle un par de cosas, pero recuerdo que Christian me confió con este sujeto, así que lo hare por Christian.
-Vamos...—le digo cautelosa y a regañadientes.
-¿Quieres algo?—le pregunto por educación mientras veo el menú de una pequeña cafetería.
-No. —Ni un mísero gracias.
-como quieras.
Me acerco a una mesa sola para tomar mi té y panecillo tranquilamente, con Derek atrás de mi renegadamente como una sombra. ¿En verdad es tan bueno? Creo que él se siente tan cómodo con esto como yo. ¿Qué edad tendrá? Yo diría que unos 30 o más, es increíble que sea sobrino de Taylor. Él se queda incómodamente cerca de pie junto a mí, estamos sumidos en un silencio un tanto incomodo, sin duda él es de muchas menos palabras que Taylor.
-¿Disculpe, puedo abrir una ventana y fumar un cigarrillo?—le pregunta Derek a una mesera. La mesera se pone roja, ¿Acaso encuentra atractivo a Derek?
-Si..si. claro señor, le traeré un cenicero.—le dice felizmente la pobre chica.
-¿Por qué no te sales a fumar?—le pregunto casi groseramente.
-Porque no puedo perderte de vista. —me dice mientras enciende su vicio.
-¿Es la primera vez que haces esto?
-Algo así.- exhala el humo mientras saca la mano por la ventana.
Vale, creo que es más difícil sacarle información a el que a Christian. No le rogare.
-¿En verdad amas a Grey?—me pregunta de pronto tras casi 10 minutos de silencio.
-¿A qué viene eso?—le pregunto entre intrigada y ofendida.
-Curiosidad. —me contesta un tanto arrogante mientras se termina su cigarro.
-Pues sí, si no lo hiciera no estaría soportando Todo lo que implica estar con el—lo señalo rápidamente con mis ojos, haciéndole saber que efectivamente, me refiero a él. Casi…casi sonríe.
-Estoy tan cómodo como tú en esto, necesito un trabajo y resulta que en esto soy bueno.
-¿Así que el que Taylor sea tu tío no tuvo nada que ver?
-Tuvo mucho, por el aprendí todo esto, necesitaban unas manos extras en seguridad y aquí estaba yo.
-¿Desde cuándo conoces a Christian? – de pronto me entro la curiosidad.
-Lo suficiente.
-¿Lo suficiente para qué?-maldito sea él y sus evasivas.
-Para saber que es un tipo decente.
-¿Y porque no lo cuidas a él en vez de a mí?
-Ya lo hice, pero no soy muy bueno obedeciendo o siendo educado, Taylor pensó que mi actitud traería problemas con Grey.
-Y no solo con Grey. —digo sin pensarlo.
Mierda, hable en voz alta demasiado rápido y sin filtro. Casi me pongo roja. Carraspeo un poco, estoy a punto de disculparme cuando un señor bastante maduro se acerca a la mesa.
-Señorita ¿podría darme su hora?—me dice de pronto.
-Ah, si…- busco mi celular en la bolsa.
-Son las 2:40. —responde Derek de pronto y de mal humor, como siempre.
-Muchas gracias…- el señor se marcha algo confundido e intimidado por Derek.
Me tomo unos minutos para verlo; es alto, a pesar de estar tal vez mas allá de los 30 no puedo negar que es atractivo, aunque tiene ese aire de "chico malo maduro" por su actitud renegada y mal humor, yo lo encuentro pedante. Tiene el cabello un poco largo y desordenado, y junto con su cigarro solo hacen completar el look rebelde. Incluso aunque este de traje.
-Debemos irnos. —Me dice de pronto—O llegaras tarde.
Vaya, recuerda mi hora de salida.
Regreso a mi trabajo pero algo sigo sintiendo algo en mi pecho, no sabría decir que es. El día se me hace eterno, siento que avanza aún más lento solo para molestarme. No he hablado más con Christian desde esta mañana, ni si quiera unos correos juguetones.
Salgo por fin del trabajo y Derek me espera recargado en el auto, fumando otro cigarro…¿Cómo espera rendir en el trabajo con esa porquería en sus pulmones?
-Hola de nuevo—le digo por ser cortes mientras él me abre la puerta.
-Ese jefe tuyo, ¿siempre te observa cuando te vas?—Me detengo antes de entrar, miro a Derek y sigo la dirección de su mirada, Jack me observa desde arriba, ¿Cómo es que jamás me había dado cuenta de eso?
-Es la primera vez que me doy cuenta…
-Entra. —casi me empuja al auto, se da la vuelta y una vez con el adentro arrancamos.-¿Ha hecho algo ese sujeto?
-No, pero a Christian también le molesta mucho, cree que es peligroso.
-Lo es, su mirada lo dijo todo.
-¿Cómo puedes saberlo? Es la primera vez que lo ves. —le digo en el asiento trasero, nos miramos por el retrovisor de vez en cuando.
-Eso se huele. – me dice tajantemente.
Continuamos en silencio lo que queda del camino, llegamos por fin al escala y simplemente me despido de el con un gesto de cabeza, al cual el efectivamente no me responde, subo al elevador y lo primero que quiero hacer es buscar a Christian, abrazarlo y pedirle una explicación a tanto misterio.
-¡Nena!—su rostro se relaja en cuanto me ve entrar. Yo sin duda corro a abrazarlo.
-¡Christian! – Nos abrazamos como si no nos hubiéramos visto en años- ¿Qué está pasando?
Me da un beso en la frente y uno en los labios, suspira un par de veces y al fin habla…
-Estoy metido en un problema Ana… en uno grande.
Oh no Christian. ¿Qué hiciste?
