LAS REINAS DE LAS DIOSAS
Sanji vivía para adorar a las mujeres, cuidarlas y complacerlas en todos sus deseos. Si alguien le preguntara cual sería la mujer de sus sueños, diría que todas. Pero también sabríamos que al escuchar ciertos nombres su pulso se aceleraría mucho más que con otros.
Él consideraba hermosas a mujeres como Tashigi, Monet, Vivi, Aldiva, Violet,... como semidiosas a Nami y Robin y como diosas supremas dos mujeres únicas en el mundo, Boa Hancock y Shirahoshi.
Cuando la vi creí que estaba en el paraíso
me pellizqué y comprobé que no era un espejismo,
y pregunté a los vecinos del pueblo
si aquello era un ángel o era un mujer.
Cuando vió a Hancock hablando con Lufi solo pudo maldecirse la suerte que había tenido de ir al reino de los Okama mientras su capitán había sido enviado al reino de las mujeres.
Y me dijeron que salía una vez al año
que coincidía con las fiestas del aniversario,
que no había un hombre que no la deseara
y solo esperaban el volverla a ver.
Solo mirarla le petrificó. Su corazón ya no tenía motivo de seguir latiendo al haber hecho realidad su sueño de ver a la mujer más bella del mundo. Una diosa perfecta, de cabellos oscuros, piel de porcelana y senos turgentes. Inigualable en todas sus facetas.
La llaman reina de las diosas
la más coqueta, la más hermosa
es tan rabiosamente bella
que les da miedo tan solo mirar.
Todos los hombres que la miraban se extasiaban. Y además su habilidad los podía convertir en piedra.
Aún corriendo el riesgo, la gente seguía venerándola y adorándola como lo que era, una emperatriz.
Y yo que en ese pueblo solo era un forastero
me daba igual, me dije yo aquí me la juego,
me fui hacia ella decidido a hablarle
pero al llegar se apagó la luz.
Ya pensaba que no habría mujer alguna que se pudiera comparar a Hancock. Estaba débil por las hemorragias nasales al ver a Nico, Robin y las sirenas, pero cuando le dijeron que a su espalda se encontraba la princesa de las sirenas, no lo dudó. Tenía que verla y jugársela. Así que se giró y contempló a la criatura más hermosa que habían visto sus ojos.
No pasó nada, Sabroso siguió tocando
solo brillaban las estrellas de esos ojos claros,
que se alejaban de mí para siempre
y aunque la he buscado no la he vuelto a ver
Esos ojos azul claro, profundos y tristes. Esa cara tan dulce con las mejillas sonrosadas. Esa cabellera salmón ondulada, enmarcando su rostro simplemente la volvían perfecta. Lo sedujeron y lo atraparon, lo encarcelaron y lo petrificaron.
La llaman reina de las diosas
la más coqueta, la más hermosa
es tan rabiosamente bella
que les da miedo tan solo mirar.
Su cuerpo le cautivaba. Con razón era considerada la mujer más bella del mundo. Tritón o humano debía rendirse a esa belleza sublime.
Si alguien le preguntaba cual de las dos era la primera, para él, no podría decirlo.
Las dos eran sus diosas y sus dueñas.
Basado en la canción la Reina de las Diosas, de Marcos Llunas. La verdad, es ideal para alguien como Sanji, adorador de las mujeres hasta la muerte.
