26 de mayo de 2015
Localización: Campamento Mestizo, Long Island.
Entrada 1: por Percy Jackson.
Dicen que de esta forma estamos en contacto con una parte nuestra de la que nunca queremos hablar. Todos tenemos fuertes y bajos.
Nadie habla ya de las anclas, algo que te sujeta al mundo, algo que te da fuerza cuando estas con la cabeza gacha y quieres rendirte, te da una razón para seguir adelante, te moldea, y es tu punto de juicio.
Mi mayor ancla es Annabeth. Hay días en lo que pienso, si la hubiera perdido bajo el peso del mundo en el Monte Othrys,¿Habría tomado la decisión correcta, le habría dado el cuchillo a Luke? Si la hubiera perdido aquel día en el puente Williamsburg ¿Me hubiera rendido o lucharía en nombre de ella? Sin ella en mi vida ¿Me habría disuelto en el río Estigio? ¿Habría soportado la misión a Alaska? ¿Me hubiera rendido en el Tártaro de no ser por ella?¿Si la habría perdido, como llegaría al final?¿Sería quién soy hoy?
Annabeth es mi luz, es mi mar que me llama con fuerza, es el agua que me da vida y me cura. Soy un hijo de Poseidón y mi mar es la hija de Atenea.
Mi defecto fatídico es la lealtad a mis amigos y mi familia, haría todo por ellos. Pero también mi ancla.
Mi madre es mi guía, mi refugio, con ella estoy en paz. Sally me crio para ser quien soy, a no ser por ella, tampoco sería quién soy ahora. Nadie me entiende como lo hace ella, y me quiere no importa que. Eso la hace una de las mejores cosas de mi vida. Me recuerda el por qué de hacer un mundo mejor, el por qué luchar.
Annabeth es mi ancla que me da la fuerza para seguir luchando y amando, y junto con Sally, mi otra ancla, me guían, me dan razones. Mis amigos, ellos, mi familia, son mi ancla de apoyo, un ancla en la cual confiar hasta mi vida, un ancla por la cual luchar.
Este soy yo, Perseo Jackson. A veces despistado, leal hasta el fin, un toque rebelde, valiente y un luchador hasta el final, y como no, todos tenemos un granito de locura. Estoy dispuesto a hacer lo mejor para todos y el mundo, a ayudar a cualquiera que esté en apuros sin importar que.
Estas son mis anclas, mis fuertes, y quién sabe, tal vez mi talón de Aquiles.
Palabras: 413.
