¡Hola!
Parece mentira que en menos de un mes vuelva a publicar algo en este famdon, pero bueno, es lo que tiene que mi última historia se me fuera de las manos y dejara de lado la idea principal, pero bueno. Al final me salió mejor de lo esperado...Pero aún así tenía la espinita clavada de no haber publicado la que era la idea principal, así que, aquí esta en un pequeño drabble que espero guste.
Dislaimer: Owari no Seraph no me pertenece, si lo hiciera habría aún más guiños para hacer al Mikayuu/Yuumika cannon.
Sueña en paz
Mika
Mika
No te vayas
No me dejes
No mueras
¡No!
Con un grito un moreno de ojos esmeraldas abrió sus ojos con la respiración agitada. Se pasó la mano por a frente, notando que estaba completamente sudada. Suspiró aliviado y miró a su alrededor. Parece que nadie lo había notado.
Se levantó y decidió que caminaría un rato para serenarse. La pesadilla se seguía repitiendo a pesar de tener a Mika a su lado de nuevo. Aún le parecía mentira el tenerlo a su lado. Observó los alrededores, pero no consiguió localizarlo. Claro, que el rubio si lo tenía localizado a él.
— Estoy aquí Yuu-chan — dijo el rubio de pronto, haciendo que Yuu diera un saltito asustado.
Subió la vista para encontrar al vampiro sentado en las ramas de un árbol, ahora con su vista escarlata fija en él.
— Mika idiota, me has asustado — confesó relajándose para después mirarlo extrañado — ¿Qué haces ahí subido?
— Hago mi ronda de vigilancia — contestó volviendo a desviar su vista.
— ¿Quieres que te releve? Así podrás dormir un poco — le ofreció con una sonrisa, acercándose a las raíces del árbol.
— Los vampiros no dormimos Yuu-chan — informó Mika bajando del árbol de un salto — Mejor sigue durmiendo.
— No puedo — le confesó algo avergonzado.
— Es por la pesadilla, ¿no? — interrogó tomándolo de los hombros dirigiéndole una sonrisa — Puedes estar tranquilo, no me iré. Esta vez nada me alejará de ti.
El pelinegro se sonrojó levemente. La suerte era que al menos Mika esa vez había sido compresivo y no lo había intentado joder.
— Aunque sería mejor si me suplicarás para que no me fuera — dijo divertido con una sonrisa maliciosa en sus labios.
— Te odio Mika — contestó el moreno a la broma del rubio. Si antes lo pensaba, antes pasaba
— ¿Quieres que duerma contigo? — preguntó el vampiro, acercándose más a él.
— Deja de joderme Mika — articuló el de ojos esmeralda mirando hacia otro lado.
— Ojala lo hubiera hecho de verdad alguna vez — pensó el de ojos carmesíes, para después negar repetidamente — No lo decía en broma Yuu-chan.
Yuu miró a Mikaela sin saber muy bien a lo que se refería.
Ante la mirada calculadora del moreno, Mikaela señaló su estómago para que Yuichiro lo entendiera — Yo no duerno, así que no me molestará tenerte encima.
— ¿Estás seguro? — preguntó sin estar muy seguro.
Mikaela solo asintió.
Yuu, ante el ofrecimiento tomó su espada y se acercó al rubio. Se puso de espaldas y se echó hacia atrás, hasta tener su cabeza en el abdomen duro del otro. Miró hacia arriba y pudo ver los ojos rojos de Mikaela. Cerró los ojos y bajó la cabeza, intentando ocultar su sonrojo.
— B-Buenas noches Mika — dijo el moreno y se acomodó en el abdomen. Tenía que admitir que Mikaela era muy cómodo.
— Sueña en paz Yuu-chan, yo protegeré tus sueños — aseguró el rubio cerrando los ojos, acariciando los cabellos del pelinegro — Te quiero Yuu-chan.
— Y-Yo también te quiero Mika — confesó abriendo los ojos de nuevo. En los brazos de Mikaela se sentía en paz.
Y así se durmió esa noche. Las pesadillas se marcharon y no volvieron. Desde entonces, todas las noches, siempre y cuando no fuera un demonio, Yuichiro dormía en los brazos de Mikaela.
