Disclaimer: Harry Potter no me pertenece. Es propiedad de J. K. Rowling. Créditos de la imagen de portada a quién corresponda.
Advertencias: Spoiler de la última película o el último libro en todo caso.
Nota de la autora:
*Termina de ver la saga de películas de HP* (Llora)
*Termina de leer las novelas de HP* (Llora sangre)
Básicamente eso.
Estoy muriendo por dentro por lo de Snape, y sí, básicamente estoy escribiendo drabbles bonitos de él y Harry.
¿Por qué? Porque se me hizo injusto todo lo que sufrió este hombre y por lo menos que tenga un poco de amor de Harry en mi mente no es de sobra.
Nos leemos abajo.
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I
Nunca decir sí
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"Las cosas que perdemos siempre acaban volviendo a nosotros. Aunque no siempre de la manera que esperamos"
-Luna Lovegood.
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La noche en que Severus descubrió la muerte de Lily y James, Dumbledore se presentó con algo más que una mala noticia.
Un bulto envuelto en mantas que se veía aún más diminuto en las enormes manos de Hagrid. Al verlo Snape quedó en un mutismo sepulcral que hubiera competido con el de un cementerio.
No era capaz de ver nada más que una mata de cabellos oscuros asomándose, pero tampoco tuvo mayor interés en acercarse para observar más de cerca. Lo único que logró sacarlo de su patético mutismo, fue la nueva orden de Albus.
Severus levantó la vista, asombrado. Pero no tardó mucho en convertirse en una rabia ciega.
— ¿Qué dices?—murmuró entre dientes—No puedes hablar enserio.
—Hablo muy enserio, Severus—le había rectificado rápidamente—Creo que eres el más adecuado para esta tarea. El más capacitado para proteger a este niño…
Severus no tardó en responder, desesperado.
—El niño no necesita protección. El Señor Oscuro murió…
—El Señor Oscuro volverá. Y el chico correrá un grave peligro.
Albus se giró sobre sus talones a Hagrid que permanecía quieto en su lugar, con McGonagall a su lado. A jugar por su expresión, Snape supo que no estaba segura de que fuera él quien se hiciera cargo del pequeño.
Con calma, el director de Hogwarts tomo el bulto en sus brazos y lo acercó a Snape, quién parecía querer arrinconarse con tal de no verlo.
—Albus…
—Tiene sus ojos.
Severus apenas pudo apartar la mirada penetrante de Dumbledore para bajarla hasta el bebé. No extendió sus manos, pero eso no pareció importarle a Albus porque se la cedió tan rápido que se vio obligado a sostenerlo para que no se cayera.
Severus lo contempló en silencio, sin atreverse a despertarlo de su sueño, pero falto mucho para eso. El pequeño hizo unos ruiditos, destapándose parte de la cara en el proceso, dando un largo y tierno bostezo, para luego abrir los ojos con pereza.
Severus sintió una daga en el corazón al notar que, efectivamente, sus ojos eran idénticos a los de Lily. Con ese notable brillo de inocencia y vida.
Tuvo que tragar saliva, porque estaba, irremediablemente, perdiendo la compostura.
—Vivirás como un muggle más. Actuaras como tal…
— ¿Por qué?—contestó, mirándolo—Sí el niño se quedara aquí contigo lo tendría todo. Fama, fortuna. La gente lo amaría.
Albus sonrió con tristeza.
—Exacto.
Supo entonces, que no había manera de dar vuelta atrás sí tomaba la decisión adecuada ahora. Pero en cuanto los enormes ojos de Lily en el ese bebé se posaron de nuevo sobre él, no pudo dar otra respuesta mejor.
—Sí en verdad la amabas…
—Siempre.
Severus Snape pronto pasaría a ser el tutor completo de Harry Potter. Protegerlo era su misión ahora. Pero amar era cosa aparte.
Nota final:
Van a haber puro Fluff y amor a partir de aquí.
Va a estar basado en el crecimiento de Harry desde bebé hasta que llega a Hogwarts.
También en el tiempo que está en Hogwarts.
Y cuando pasa todo el drama de la muerte de Albus y etc, etc.
(Sí alguien está leyendo—) Ojala haya quedado claro.
Nos leemos, saludos.
Atte. Ari
