EPIFANÍA

Té siendo servido desde una mugrosa tetera. Dos tazas humeantes a la espera de una larga charla. Una chica dulce endulza su bebida con terrones de azúcar. Sus delicadas manos toman la cucharilla y se disponen a mezclar el líquido, y tiemblan cuando alguien cruza el umbral.

Hermione ha tomado una decisión. Terminar con eso antes de que comience.

Roces intencionados fingiéndose accidentes, manos entrelazadas alegando amistad, miradas eternas y profundas, caricias que se dicen nada. Amor vistiéndose de amistad.

—Debemos terminar con esto, Harry — Dice con la voz temblando, sin atreverse a mirarlo.

— ¿A qué te refieres, Hermione?— Su mirada está fija en ella, puede sentirla.

— Esto… sabes a qué me refiero.

— En realidad lo ignoro ¿Por qué no le pones nombre, Hermione?

Harry camina hasta posicionarse a su espalda y deposita un beso en su hombro.

Ella tiembla.

— Lo sabes. Ginny te ama, y Ron…

— Ron nos ha abandonado, es un cobarde y nuestro amigo. A su vuelta se culpará por largarse, ya que sabrá que si no lo hubiera hecho estos sentimientos… No los reprimas, Hermione, por Merlín.

Ella expulsa el aire que no sabe que estaba conteniendo.

— Tú tampoco les das nombre.

— Te amo, Hermione Granger.

Las defensas que quedaban de Hermione caen en picada. Por fin se digna a mirarlo. Cara a cara puede ver que Harry tiene un brillo de vida en los ojos.

Él besa suavemente una mejilla de la chica, luego otra. Ambos expectantes a unir sus labios. Ella da un paso que es su perdición, pero que ahora es el alivio más maravilloso para los últimos meses.

Harry quita el suéter de Hermione y da delicados besos descendiendo por su brazo ahora desnudo. Al llegar a su mano la toma y besa sus nudillos, uno a uno. Luego asciende hasta su cuello, besándolo y causando en ella estremecimientos. Besa unas clavículas muy marcadas por la mala alimentación de aquellos meses.

Toma su muñeca y la guía hacia el área donde duermen. Las últimas palabras coherentes que Hermione piensa antes de dejarse arrastrar por aquella marea maravillosa son "Con este epitafio se va nuestra amistad".


Gracias por leer. Háganme saber si les gusta, si les encanta o si lo odian.

Está inspirado en la canción Epifanía de la hermosísima Oreja de Van Gogh.