El siguiente capítulo fue escrito escuchando "In a sentimental mood" de Duke Ellington interpretada por "Maiko jazz violin" en vivo, si les apetece, lo encontrarán en Youtube.
WATCHING YOU
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Flower of life
"Todo buen arte es una indiscreción".
Tennessee Williams
Los pasos hicieron eco en el solitario andador de la galería. La música suave, el área climatizada y la luz tenue invitan a ensimismarse admirando las obras de arte que decoran los impecables muros. El rubio de traje cada tanto se detenía a observar tratando de averiguar la intención del artista, ¿qué es lo que quería reflejar? ¿Cuál es el propósito? ¿Por qué crear varias piezas con la misma temática? El corredor de autos nada aficionado a las artes visuales pero con un reciente interés por los trending topics se lo preguntó. Después del popular #MartesTopless la obra de Kaioh era la novedad, su exposición "LIPS" era la tendencia, #KaiohLips destacaba en las redes sociales, bien podía decirse que había cumplido con su propósito de llegar a los labios de todos.
Letárgico y con las manos en los bolsillos deambuló con mínimo interés. ¿Qué era lo relevante? Labios por doquier, claroscuros de labios, fotografías de labios, art pop de labios, bocetos de labios, frescos de labios, labios pastel, labios abstractos, labios, labios, labios, la muestra itinerante era toda una gama de formas y texturas pero aún así el artista no logró impresionarlo, calificó su trabajo de redundante, trivial, soso y superficial, "el capricho de un esnob". Con presunción se jactó de haber interpretado todas las piezas, creía haber descifrado ese oculto significado, ese simbolismo que el autor plasma esperando involucrar al espectador en la contemplación de su obra. Pero ese cuadro, ese de marco grabado al centro de la exposición, el pilar que parece sostener la colección era la incógnita. ¿Qué significado tenía? ¿Qué pretendía retratar? ¿Qué es esa cosa de indefinida forma y trazos curvos? ¿Era abstracto o surreal? Ni siquiera Dalí o Magritte representaron problema en sus días de escuela, incluso identificar a Kandinsky de Miró le fue sencillo, ¿por qué ahora es complicado? Si bien es cierto que en el presente prefería la simplicidad y la anarquía del street art de Banksy, no creía que eso hubiese afectado su percepción y su facultad de apreciación por más que los años mellaran su capacidad de asombro. Pero ese cuadro, ese cuadro lo desafió. Retado se cruzó de brazos, achicó los ojos, alzó una ceja y fijó la mirada en el lienzo. Para tratarse de labios de pronto sintió que la pintura tenía la misma cualidad del abismo de Nietzsche, entre más la mira, ésta lo mira a él.
—Parece que tiene especial interés por esta pieza —dijo una voz a su costado.
El peculiar atractivo del perfil de la joven mujer a su derecha lo dejó sin habla. Los ojos azules y la nacarada tez resaltaban aún más el berilo cabello que caía en ondas sobre sus hombros.
—¿Es usted coleccionista? —Inquirió sacándolo de su estupor.
—No, de ninguna manera —dijo un poco atontado—, hago esto por diversión. Nunca he comprado un cuadro.
—¿El arte le divierte?
Bajó la mirada y con media sonrisa asintió.
—Me entretiene.
—Puedo saber… —lo miró inquisitiva—, ¿qué tiene de entretenido?
—Es… interesante meditar acerca de lo que pensaba el artista al momento de pintar. ¿En qué se inspira? ¿Qué quiere expresar? Y sobre todo, ¿por qué labios? —Frunció el entrecejo y negó sin comprender lo que consideraba una desatinada elección.
—¿Por qué no? —Sonrió ella y replanteó su pregunta—. ¿Por qué una exposición exclusiva de labios? —Tras una breve pausa continuó—. Los labios hablan, llaman y no me refiero a la voz, sino que a veces, con sólo mirar…—con una seductora expresión se aproximó a su rostro—, dan ganas de… hablar de cerca.
—Entiendo —dijo inmutable.
—Incluso —añadió ella retomando su sitio—, pueden hablar en silencio, como, con un beso.
Él sonrió escéptico y sacudió la cabeza. Al ver su renuencia ella explicó:
—Los besos son una expresión de cortesía, afecto, respeto, gratitud, amor o admiración, aceptación y pertenencia, son un medio de comunicación. También son un estímulo sexual e intimidad, un componente erótico que estimula la respuesta sexual. En algunas culturas representaban súplica y arrepentimiento, fidelidad y devoción, incluso pueden significar traición. En la actualidad también son símbolo de protesta. ¿Sabía que en la edad media los pactos se sellaban con un beso? Eran un compromiso legal, la gente analfabeta lo firmaba con una "X" que después besaba, de ahí que hasta el día de hoy la letra se utilice como símbolo de un beso.
—Vaya —dijo admirado—, sí que está informada.
—Es interesante, ¿no le parece?
—Sí, supongo. Esta debe ser la pintura principal. Es como si fuera… la base de toda la muestra. ¿Por eso está en el centro?
—Está en el centro, porque éste —alzó la mano a la altura de su abdomen, giró la muñeca y señaló la pintura—; es el centro de mí.
—¿Disculpa? —dirigió la mirada hacia ella—. Tú eres…
Ella se volvió y le tendió la mano.
—Kaioh, Michiru.
Él estrechó su mano con tal sorpresa que iluminó su rostro.
—Wow, vaya… Tenoh, Haruka. Lo siento, creí que el expositor era un hombre con una fijación.
—¿Quién dice que no puede ser una mujer?
La inesperada respuesta lo hizo regresar a la pintura.
—Pero usted habla de besos y lo que pinta son labios.
—Es cierto, los besos son el fin, pero los labios, son el medio.
—¿Por qué no dedicar la exposición a los besos en vez de a los labios?
—Considero esto más importante, más significativo, además ya existen otros ejemplos famosos que retratan besos, como la fotografía del marinero y la enfermera: "V-J in Times Square" de Eisenstaed, la pintura de "Romeo & Julieta" de Dicksee, "Los amantes" de Magritte, "El beso" de Hayez o la escultura del mismo nombre de Rodin, como verá existen varios exponentes del tema imposibles de superar.
—Es cierto.
—Quise crear mi propia visión y ampliarla a otros campos y no enfocarme en la unión de labios que sólo evoca la muestra de afecto que a simple vista cualquiera puede deducir. Los labios provocan, incitan. Pienso que los labios de una mujer son como el fruto prohibido. Una palabra pronunciada por Eva y Adán ha perdido el paraíso. Con una palabra puedes vivir o morir. Los labios son vida, traen la vida, todo comienza con un beso.
Él escuchó en silencio, era la primera vez que alguien tenía tantos argumentos para algo tan trivial.
—Son la bendición —dijo ella—, y la maldición para un hombre. Los labios son pasión, son deseo, son…
—¿Fuego? Concuerdo, no hay nada más tentador que unos dulces y jugosos labios rojos. Muy acertado.
—Se sorprenderá "señor" Tenoh. No todo lo que presento aquí son realmente labios. A veces —le recorrió con la mirada—, las apariencias engañan. Es una ilusión. Algunos son pétalos bañados en rocío, una mancha, una silueta o simples trazos. Hay que ser buen observador "señor"… Tenoh.
Su insistencia en acentuar "señor" lo incomodó.
—Noto que… —dijo—, todos son labios de mujer, ¿por qué?
—Verá, la mujer es arte. La mujer está hecha para besar.
Una nueva inquietud lo estremeció.
—Ahm… perdón, ¿cuál es el título de la obra?
—"My own".
Sonrió escéptico otra vez.
—Usted tiene hermosos labios y estos… esto, lo que sea, no parecen los suyos.
Michiru entrecerró los ojos y una sonrisa confiada se dibujó en su rostro.
—Permítame recordarle "señor" Tenoh, que no mencioné, cuáles.
Mudo y perplejo lo dejó cuando con unos pasos se retiró al mostrador, al volver, trajo consigo un objeto.
—Esto —dijo—, es lo que utilicé.
En las manos del corredor el espejo reflejó su asombro.
—Más que la interpretación del artista, el arte es creatividad e imaginación. La gente ve, lo que quiere ver. ¿Qué ve usted, "señor" Tenoh?
Dicho eso lo dejó reflexionar a solas cuando la galería comenzó a llenarse, nuevos espectadores se paseaban frente a él. Haruka Tenoh estaba tan quieto que de no ser porque estaba fuera de lugar podría haber sido una escultura más en la exhibición.
—Disculpe—espetó a la encargada de la galería al verla cruzar —, señorita…
—York, Charlotte York. ¿Está interesado en obtener algún cuadro?
—Sí —dijo arrastrando la "i" sin despegar la mirada de la artista que se acerca a interactuar con otro posible comprador, todavía con el espejo en mano señala el cuadro al centro—. Este.
—Excelente elección.
A los pocos días Haruka recibió la adquisición en su apartamento, al desenvolverla encontró una nota y una tarjeta de contacto:
Gracias por su compra "señor" Tenoh
Con tarjeta en mano negó y con una sonrisa tomó el teléfono.
—Con la señorita Kaoih por favor… Habla, Tenoh, Haruka.
*Flower of life: Pintura de Georgia O'Keeffe.
