LO QUE MÁS IMPORTA
Por Cris Snape
Disclaimer: El Potterverso es de Rowling
Esta historia participa en el reto "Tres palabras, tres personajes" del foro "The Ruins".
1
Parvati Patil
Amistad
Cuando el Señor Tenebroso muere, Hogwarts entero permanece en silencio durante un buen puñado de segundos. Parvati Patil, que se ha dejado caer contra una pared porque no se cree capaz de mantenerse en pie, sabe que nunca olvidará ese momento. Nadie, sea del bando que sea, da crédito a lo que acaba de pasar y todos parecen necesitar tomarse tu tiempo para asimilar la noticia. La joven bruja casi puede sentir el instante en que algo se rompe y el ruido ensordecedor vuelve a inundar sus oídos. Hogwarts es de nuevo todo gritos y maldiciones mientras los mortífagos intentan huir. Han perdido al hombre que guiaba todos sus movimientos y ya no saben qué hacer. Únicamente parecen tener claro que ya no hay nadie por quién luchar.
Parvati ve pasar a un hombre enmascarado por delante de ella y se dice que debe detenerlo porque sin duda tiene las manos manchadas de sangre y lo correcto es capturar a todos los mortífagos, pero no mueve un músculo. Está cansada de luchar. La última noche (los últimos meses) ha sido un infierno y se encuentra mareada. Sabe que otros se encargaran de los aliados de lord Voldemort (sí, ahora se puede decir su nombre) y no se preocupa.
Tiembla un instante y mira a su alrededor. Entre el caos de la huida desesperada puede ver algunos reencuentros y sólo entonces se acuerda de Padma y, sobre todo, de Lavender. Está bastante convencida de que su hermana se encuentra bien porque, de lo contrario, lo hubiera sabido. Siempre saben esas cosas la una de la otra, desde que eran pequeñas y desarrollaron esa misteriosa conexión de hermanas gemelas. Lavender, sin embargo, le preocupa más. Lo último que supo de ella fue que ese licántropo horrible la había atacado y, aunque está agotada y las piernas le tiemblan muchísimo, es capaz de sacar fuerzas para ir a la enfermería porque seguro que Lavender está allí y no puede dejarla sola.
El camino a través de los pasillos de Hogwarts se le hace eterno. En un par de ocasiones cree que va a desmayarse, pero por suerte llega a la enfermería sin contratiempos. Allí también reina el caos, pero no tarda nada en localizar el cabello encrespado de su mejor amiga. Lavender está tumbada sobre la cama, con la cara y medio cuerpo vendados y totalmente inmóvil. Durante un instante cree que lo peor ha ocurrido, pero cuando se acerca a ella, coge su mano y le habla, sale de su error.
—Lav, soy yo, Parvati. ¿Puedes oírme?
La respuesta es apenas un gemido, pero hace que la joven bruja sienta un alivio inmenso. Sin soltarle la mano, se sienta a su lado y le acaricia suavemente los dedos.
—Vas a ponerte bien, Lav. Todo ha terminado y vas a ponerte bien.
Repite esas palabras unas doscientas veces porque necesita convencerse a sí misma. Lavender tiene que ponerse bien. Tienen que ser felices porque son jóvenes y se lo merecen. Todo saldrá bien.
Acabo de escribir exactamente 500 palabras, ni una más ni una menos. Espero que la pequeña historia sobre Parvati y la amistad o haya gustado. Ahora me voy a por Petunia, a ver qué hago con ella. Besos y hasta pronto.
