No tenia planeado hacer una historia completa, de hecho no la iba a hacer pero, ya tenia muchos fragmentos, creo que me apresure en hacerla o al menos me pase un poco, no se , juzguen ustedes

ADVERTENCIA: Este es un fic estrictamente yuri, su contenido puede resultar ofensivo para algunas personas, por lo que si este genero no es de tu agrado, por favor, no lo leas. Este capitulo en especial, esta clasificado como M, por contener contacto intimo entre las protagonistas.

DISCLAIMER: Los personajes de Straberry Panic no me pertenecen, tan solo los tomo prestados para crear una realidad alterna al mundo original que la Autora creo.

Cap. 1

"Una despedida Soñada"

La tarde pintaba hermosa. Estar ahí, mientras el helado viento invernal soplaba, hacía que su alma retornara a la calma. Pensándolo bien, hacía mucho tiempo que no gozaba de ese privilegio. Desde que Hikari conoció a Amane, Nanto Yaya no había vuelto a tener un momento de paz…

-Hikari. La primera vez que te vi, supe que te apoderarías de mi voluntad, pero ¿sabes? No me importo. Eres un ángel que irradia luz, y yo… hundida en la más oscura penumbra, cedi ante ti.

Si pudiera volver a ese tiempo donde solo tú y yo existíamos… me gustaría detenerlo para siempre. Pero no, tu ahora estas…

Las amargas lágrimas que recorrieron sus mejillas, le impidieron seguir hablando. A decir verdad, era tarde para tratar de cambiar las cosas, ese era el último día en que podría ver a Hikari como su compañera, para el siguiente, se convertiría en Etoile… Y todo terminaría.

Había estado un largo rato caminando por el bosque de Astraea, solo se detuvo a esperar por el ocaso, pero este pasaba, y un manto oscuro comenzaba a cubrir el cielo.

-Pues nada, debo ir a ver por última vez a mi Hikari, mañana ella…

Yaya se levantó, se había sentado junto a un árbol, y se dirigió a los dormitorios. El toque de queda estaba próximo.

-Me pregunto si habrá regresado ya.

Yaya se detuvo en la puerta de su cuarto, todavía temía quebrarse al tener cerca a Hikari y que esta le hablara de lo feliz que se sentía de convertirse en Etoile. Agito la cabeza en negación, rechazando todo pensamiento de cobardía y entró.

-He vuelto.

La chica no espero respuesta, pero la tuvo.

-Ah, Yaya-chan, bienvenida. Estaba preocupada, pensé que algo te había retrasado. Me alegra que hayas llegado.

La rubia parecía ocupada, así que no le dio la cara a su compañera para hablarle.

-Hikari, ¿Qué estás haciendo?

-Preparo tu té favorito.

-Mi té…

-Pensé en hacer una fiesta de té e invitar a las chicas pero… opté por hacerla solo para nosotras. ¿Me acompañarás?

Yaya miró por un breve momento a la chica frente a ella, se sintió tan cercana a ella, justo como cuando se conocieron.

-Sí. Claro.

-Entonces ven, está listo.

La chica tomo del brazo a la pelinegra y la sentó en medio de las camas de ambas.

-"Hikari, supongo que esta es la verdadera despedida ¿no es así?"

Yaya se adentró otra vez en sus pensamientos, sabía que luego de esta noche todo cambiaría.

-Yaya-chan, toma. Espero que te guste, no soy tan buena como Tsubomi-chan pero… lo hice con mucho cariño.

Yaya tomo la taza y la miró detenidamente.

-Gracias – tomo el té – Es delicioso.

-Venga Yaya-chan, no bromees, yo sé que…

-¡No estoy bromeando! Todo lo que tú haces me encanta… Hikari, tú me encantas.

Las repentinas palabras de su amiga, sonrojaron a la joven. Sabía por supuesto de sus sentimientos, y le dolía en el alma no poder corresponderle. Pero las cosas eran así y no podían cambiarse.

-Perdóname Yaya-chan, yo sé que tú… - bajó la mirada con remordimiento – Conozco tus sentimientos, pero perdóname, no puedo…

Hikari se levantó del suelo y pudo sentir como su amiga la seguía.

-Entonces… - La estrella del coro dejó a un lado la taza y tomó por los hombros a la candidata a Etoile – Entonces, solo por esta noche, Hikari… déjame mostrarte todo mi amor. Por favor…

La profunda mirada de la joven se enfocó en los bellos ojos de su amada. Hikari presionó con fuerza los puños, le enternecía enormemente la situación de su amiga. La entendía hasta cierto punto. No estaba segura de lo que debía hacer, pero si de lo que podía. Ya no importaba nada, esa sería la primera y la última vez. Respiro con mucha fuerza y se abalanzó hacia yaya-chan, tomó su cara y besó con mucha ternura sus labios. Una sorprendida Yaya, recibió feliz aquel beso, concentró en su pensamiento todo el amor que le tenía y susurró en el su nombre

-"Hikari…"

No tenía idea de cómo terminaría eso pero… había comenzado, y eso era lo que importaba ahora. Tomó la cadera de la joven y profundizó el beso. Presionó aquellos labios contra los de ella con toda la pasión que había contenido hasta ahora y se separó solo para mirarla, quería encontrarse con su bella mirada, pero fue en vano. Hikari no abrió los ojos. Ver así a su amor, rendida a sus encantos, hizo a yaya olvidar todo. El desamor, las elecciones… A Amane. Nada importaba, esta noche, Hikari le pertenecía.

Una vez más acarició los labios de su amiga con sus propios labios. Tal caricia parecía eterna. Luego, beso sus mejillas, besó su barbilla y subió otra vez a sus labios, los masajeo suavemente y buscó dentro de ellos la lengua de la chica.

-Yay…

El amor y la pasión fueron testigos de la desenfrenada batalla que estaban teniendo ambas bocas, la lengua de la pelinegra acorralo a la de la rubia. La saboreo completamente, la empujó desde abajo hacia arriba y luego hizo lo mismo hacia el interior con un poco más de presión. Sus manos bajaron hasta sus glúteos y con un poco de desesperación los presionó una y otra vez, luego bajó a sus piernas y las recorrió con delicadeza. Subió hasta su espalda y la masajeo con ternura.

-Hikari…

La respiración de ambas chicas era agitada, pero Hikari no pudo evitar soltar un pequeño gemido al separarse de Yaya, que presionó con ansiedad sus senos.

-Yaya-channn…

Sin perder el ritmo, la pelinegra besó el cuello de Hikari, lo recorrió completamente con su lengua mientras sus manos desvestían ese frágil cuerpo. El uniforme cayó poco a poco al suelo. Una vez tuvo desnuda a la chica, la tomó de la mano y la llevó hasta su cama, ahí la recostó y se colocó a horcajadas sobre ella. Colocó sus manos en ambos lados de su cara, la miró fijamente a los ojos, luego recorrió su cuerpo con una mirada cargada de deseo. Hikari se sintió avergonzada pero Yaya presionó sus manos para evitar que se cubriera.

-Eres hermosa Hikari.

-Yaya-chan, esto es vergonzoso.

-No tienes de que avergonzarte. Tu cuerpo es perfecto.

-No… no me mires.

-Tienes razón. No debo mirarte… solamente.

La sensual chica comenzó a besar nuevamente la cara de su amiga. Besó su cuello y sus hombros, pero no tenía intención de parar. Comenzó a desnudarse mientras Hikari le ayudaba con el saco. Aquella hermosa joven de larga cabellera oscura solía vestir siempre el uniforme de manera impecable, pero en ese momento no le importo arrugarlo al quitárselo con tanta ansiedad, y arrojarlo a cualquier rincón del cuarto, su único deseo era liberar cada centímetro de su cuerpo, quería sentir la piel de Hikari con la suya, y el uniforme, ese que había adorado desde que lo vio, le estaba estorbando. Al estar completamente desnuda también ella, tocó suavemente los pechos de la tímida chica y los presionó un par de veces, le encantaba verla tan excitada. Luego de tocarlos libremente, introdujo uno en su boca. Hikari no soportó tal placer y mordió su dedo medio izquierdo para evitar gritar. Yaya usó su lengua para masajear su pezón hasta lograr que se endureciera. Lo mordisqueó levemente y lo succionó un par de veces. Hikari estaba perdiendo el control, ella misma, hundida ya en aquel delirante placer, podía sentir claramente, entre cada caricia, la piel de su amiga frotando la suya y cada roce la dejaba sin aliento.

-"Esto es… muy vergon-zoso, pero… no puedo, calmar mi cuerpo…yaya-chan es… ahhhh… sus manos son… tan gentiles. Y la forma en que me toca es… agggh" – Los pensamientos de la rubia estaban siendo abarcados en su totalidad por el placer que le provocaba su amiga - Yaya…

La seductora chica liberó los senos de su compañera solo para recorrer su abdomen. No pudo evitar hundir su lengua en el ombligo de Hikari, lo que la hizo gemir nuevamente. Hizo varios círculos dentro de él y se apresuró a bajar hasta el monte de venus.

-Yaya-cha…

-Eres hermosa Hikari

Con los dedos, dibujo varias veces el kan ji de "amor" en él, pero sin llegar a su intimidad. La presión en esa parte tan sensible, le provocó más placer a la candidata a Etoile.

-No…

Antes de llegar a su intimidad, Yaya se separó de Hikari y tomo su pie derecho, se pudo de rodillas frente a ella y lo tomó a la altura de sus hombros, lo acarició suavemente y lo besó con ternura. Después usó otra vez su lengua para saborear sus dedos, mordió el pulgar y recorrió con besos y mordidas el camino hacia aquel íntimo lugar entre las piernas de la adolescente para poder tener una mejor vista de aquella delicada parte. Hikari hubiera querido evitar que la viera así pero, lo cierto era que estaba demasiado excitada, lo que menos quería ya era que la pelinegra dejara inconcluso su trabajo.

-Yaya-cha…nn, sigue, no te, detengassss….

Obedeciendo la orden, Yaya colocó su rodilla en aquella intimidad rendida completamente al deseo y comenzó a frotarla, primero suavemente y presionando más cada vez. Excitada con los gemidos de su compañera, aumentó la velocidad de sus movimientos causando en la otra, algunos espasmos, pero no se detuvo hasta dejarla alcanzar el clímax.

-¿Terminaste?

-Yaya…chan… -La rubia temblaba de placer, aún con un latente palpitar entre sus muslos. Pensó en descansar un momento, pero antes de encontrar la postura adecuada, sintió como su húmeda intimidad era alcanzada por la lengua y boca de su seductora cazadora.

-Yaya… Que estás…Ahhh… No. Eso es… detente, esta… ahhh… mi… uggghf.

La joven simplemente estaba cediendo, todo su cuerpo, principalmente la parte que la líder del coro estaba devorando, había quedado muy sensible, ya ser tocado hubiera sido demasiado pero, la forma en que aquella chica lo estaba haciendo, simplemente la hundió en un profundo abismo de placer.

-Espera, no-lo… hagas… ahhh, así… es… ahhh.

Hikari presionó con fuerza las sábanas de su cama, fue la única forma que encontró para soportar semejante placer que amenazaba con hacerla gritar.

-Nooo…

-¿No te gusta Hikari?

Una irónica Yaya miró breve mente a una agitada Hikari, abrió un poco los labios íntimos de su amiga y volvió a introducir su lengua en ellos, esta vez hasta tocar el fondo, la introdujo una y otra vez, pero antes de dejarla alcanzar el orgasmo por segunda vez, se separó de ella y la incorporó un poco hasta tenerla sentada.

-No puedes llegar sola esta vez.

Hikari miró a la chica, apenas podía mantenerse erguida sola y sin pensarlo, se abrazó a su compañera, al hacerlo pudo sentir su propia excitación plasmada en ese cuerpo al que se estaba entregando totalmente. La respiración de ambas era agitada, Hikari había deseado reposar minutos antes, pero justo ahora su cuerpo ardía y era culpa de Yaya-chan según podía recordar, entonces, ¿por qué se detenía antes de hacerla terminar? ¿No la iba a dejar llegar sola esta vez? Entonces eso significaba que…

-¿Estas más tranquila?

La pelinegra la había acogido cálida mente en sus brazos, pero ya no la acariciaba como lo había hecho antes, ciertamente, su cuerpo se estaba relajando, el palpitar de sus piernas seguía ahí, pero sin nada que estimulara su intimidad, apenas podía sentirlo. De hecho, diría que su respiración se estaba calmando. Pero ella no quería eso, aunque ya no fuera tan notable, su cuerpo todavía albergaba un ardiente fuego dentro, y en medio de él. Yaya-chan lo había encendido y ahora debía apagarlo.

-¿Por qué te detienes?

-Creí que estarías cansada, así que pensé en dejarlo por hoy.

-Yaya-chan, no puedes hacerme esto, yo…

-Estoy bromeando.

Sin perder más tiempo, Nanto Yaya, beso todavía más apasionadamente a Hikari, mientras tomaba sus piernas y se acoplaba entre ellas. La excitación la estaba superando y solo quería sentir en su totalidad a la chica. Una vez sus centros de placer se tocaron, ambas soltaron un leve pero expresivo gemido, Yaya comenzó a frotarse sensualmente contra la rubia que reaccionó inmediatamente al estímulo, la pasión se desbordó otra vez por su cuerpo de tal forma, que casi podía perdonarla por torturarla minutos antes.

-Esta vez quiero que lleguemos juntas. Hikari…

La joven fanática al té había moderado hasta ese momento sus movimientos, pero estaba tan excitada que inconscientemente su cadera había aumentado la velocidad de estos, aunque seguían siendo largos y circulares, ya no eran lentos ni suaves como antes, ahora la fricción era incluso salvaje. Los brazos de Hikari rodeaban completamente su espalda y sus manos sostenían con fuerza su nuca, las dos tenían hundida la cara en el cuello de la otra y podían sentir la presión de sus senos en cada embestida. El cuerpo de aquellas chicas estaba sin duda entablando una grotesca pero apasionada batalla. Yaya podía sentir su femineidad rozar con la de aquella joven a la que tanto había deseado desde hace tiempo y como le correspondía con la misma pasión, estaba segura que la ojiazul lo estaba disfrutaba tanto como ella. De pronto una acalorada sensación invadió su cuerpo y su mente amenazó con colapsar. Sintió entonces la necesidad de liberar su cuerpo así que aumento todavía más la velocidad de sus movimientos y estrecho con más fuerza a la otra chica.

-Hikari… te-amo.

-Yaya…cha… No-puedo-más. Voy a… ¡ahhhhhh…!

Al ritmo de la otra, aquellas estudiantes se liberaron del deseo que tenía aprisionados sus cuerpos. Luego de alcanzar el clímax, permanecieron abrazadas unos minutos, intentando recuperar el aliento. Yaya-chan besó la mejilla de Hikari y ambas se recostaron, la rubia tomó el brazo de su amiga entre sus manos y las dos se quedaron dormidas de frente a la otra. En pocas horas, las elecciones comenzarían, pero ninguna se preocupó por ello, solo permanecer así, yaciendo juntas, era suficiente por esa noche, incluso, si no volvía a repetirse jamás…

Ok, ok. No puedo explicar bien como es que llegue a esto pero, es que no sabia como darle seguimiento a la historia, hice todo un desarrollo y hasta nudo a mi historia pero no tenia principio, menos fin. Solo me deje llevar, en fin, sigo trabajando...