Harry ha estado muy extraño últimamente, ya que encontró una especie de libreta la cual no quiera mostrármela, a pesar que se lo he pedido y lo he amenazado con acusarlo con la profesora McGonagall, pero huye de toda responsabilidad aunque puedo agradecer que si lo descubren yo no estaré involucrada…

-Ron… ¿sabes que le ocurre a Harry? Ha estado evitándome todo este tiempo desde que descubrió esa extraña libreta con Myrtle.

El pelirrojo estuvo pensando su respuesta durante unos segundos, parecía que él también era ignorante del asunto de Potter.

-Realmente no Hermione, no ha dirigido la palabra tampoco, seguro tiene algo que ver con Voldemort o algo así… ya sabes cómo es él.

-Gracias Ron.

Me di la vuelta y caminé hasta la torre de Gryffindor, donde tal vez en la cama pueda pensar un poco sobre lo que ocurre con Harry, me preocupa que sea involucrado con Voldemort, pero confió en que Dumbledore protegerá a Harry en cualquier cosa.

En el revoltijo de pensamientos que tengo, Harry pasó casi corriendo abajo en las escaleras, lo perseguí a ver si podría hablarle. Cuando lo alcancé, en la biblioteca él se espantó y ocultó la libreta sospechosa en su espalda donde yo no pudiera verla a simple vista… me sorprendió mucho su actitud.

-¡Harry! ¿Qué te pasa? Has estado huyendo de mí como si me salieran babosas por la boca y tuviera moco de murciélago.

-Lo siento Hermione, es un asunto muy importante, necesito reflexionar un poco acerca de la muerte de Sirius.

Un ambiente tenso reinó y la señora Pince nos dijo que nos mantuviéramos en silencio. Mejor dejo esto y me voy a mi cama para olvidarme de este asunto que involucra a Harry. Lo miré unos segundos y me di la vuelta escuchando a mis espaldas un suspiro de alivio de su parte.

Subí y me recosté en mi cama, donde nadie podrá interrumpir mis hipótesis acerca de lo que trama Harry, puede que haya encontrado el diario de Myrtle y esté investigando. Descarto rápidamente esa idea, él nunca investigaría sin mí… ¿no? ¿Acaso se ha olvidado que Ron y yo (más yo) hemos sido sus cómplices y ayudantes en una que otra aventura? Ese sentimiento comienza a despertarme un poco de celos, ya que siempre lo he ayudado… debo dejar de pensar en eso y concentrarme en cualquier otra cosa y no tener pensamientos con Harry.

Siento que algo recorre mi cuerpo, es mi mano… no hay nadie y pensar en ese muchacho héroe me pone cachonda. Todo mi cuerpo arde, no puedo detener de acariciarme un seno con la mano derecha y jugar un poco con mis pezones, estos se hinchan cuando paso la yema de los dedos en la puntita. Suelto suspiros, me producen cosquillas aquellos toques que involuntariamente hago ¡no puedo parar!

Mi cuerpo se voltea boca abajo y mi otra mano explora mi vientre para bajar hasta mi zona pélvica, que tiene pocos vellos que sobresalen a veces de la tela de mis bragas pero al menos yo me siento cómoda con mis vellos púbicos. Los acaricio por fuera de mis bragas, después no puedo contener los gemidos y de pensar en Harry, ese chico de anteojos… que en mi imaginación es un sucio, y tiene las manos enormes, para tocarme. Pienso que está aquí y me pone en cuatro puntos, acaricia mi pierna hasta llegar a mi húmeda vagina, finge que va a tocarla, pero sólo jugaba con mis ganas de ser tocada y lamida por él.

-Paciencia pequeña, paciencia… — ronroneaba en mi cuello y parte de mi oído desde atrás, comenzó a acariciar mi seno.

-Harry… no puedo esperar más… — supliqué para que siguiera consintiéndome.

Sentí que se alejó y desabrochó mi brassiere, donde después acaricio mis pechos desnudos, estaban duros a su tacto generoso y suspiros sucios que emanaba también por la excitación, yo no paraba de gemir, sentía que no podía contenerme y dejar soltar gritos. Él sonrió.

-Calla nena, nos van a oír — me volteó y miró mis senos descubiertos, una sensación extraña me produjo al saber de qué me está deseando, me desea profundamente. Veo que saca su gran erección y me toma del cabello y hace que lo vea de cerca. — Chúpalo… Mione….

Eso hizo que automáticamente me metiera aquél miembro a la boca, sabía extraño, nunca he probado otro en la vida. Él movía mi cabeza al ritmo que quería, me siento gustosa de darle placer, la humedad que siento me hace sonrojar, Harry sonrió.

-¿Te gusta, sucia?

Me miró con sus ojos verdes penetrantes y llenos de lujuria al ver mi boca cubriendo su miembro y mis ojos marrones sin perderlo de vista.

Él se detuvo y se alejó de mí, me dolía la mandíbula de tenerla abierta mucho tiempo, me sobé un poco y mi cuerpo era jalado hacía la cara de él, poniéndose en medio de mis piernas, acercó su nariz y olfateaba mientras yo me retorcía de placer al sentir su respiración, sin esperarlo su lengua comenzaba a lamer la vulva con lentitud… mis ojos se pusieron en blanco ya que su lengua es enorme y muy gruesa. Sentí su mirada verde, me miraba victorioso que sus prácticas con el yogur estuvieran haciendo efecto en mi vulva… estoy derramando mucho líquido…

Su lengua subió hacia los labios menores, comencé a gritar de placer, esa era mi parte sensible… me sonrojé y mis manos fueron directo a su cabello rebelde, al aumentar la velocidad, daba tirones a su cabello. No sé si lo lastimaba, pero yo estaba en éxtasis. Después de un tiempo, subió al clítoris… perdí la cordura cuando la punta de su lengua tocó mi órgano…

Mis gemidos y gritos de placer eran lo único que se escuchaba, seguro otras personas nos escucharían, no me importaba. La sensación de algo caliente y rápido provocaba que me retorciera y le diera más tirones al cabello, a estos pasos lo dejaré calvo.

-Hermione… tranquila…

-¡No puedo Harry, estás volviéndome loca!

Yo seguía en lo mío, disfrutar…

¡AHHHHHHH! ¡Orgasmo!

El líquido se esparcía en mi mano, me percaté que no estaba Harry, sólo mi mano. Una sensación de relajación invadió todo mi ser… Me masturbé pensando en Harry Potter. Mi mejor amigo protagonizó una fantasía muy sucia y vulgar, y me corrí pensando en él.

Ya no podré verlo a la cara…

_next day_

-Buenos días, chicos.

Saludé alegremente al llegar al comedor, donde Harry estaba rojo al igual que Ron. Me quedé extrañada viendo su reacción.

-¿Pasa algo?

-Te escuchamos anoche, Hermione.

El pelirrojo parecía que le costaba pronunciar palabra. Y Harry no me volteaba a ver. Me sonrojé.

-¡No es lo que creen!

Corrí, huyendo de mis dos amigos, me sentía avergonzada…