Hace algunas semanas comenzé a a jugar Zelda OoT otra vez!, la verdad, era algo que habia quedado pendiente de cuando tenia como 9 años, nunca me lo terminé D:. Y eso, despues de leer varios fanfics, me dieron ganas de escribir uno propio.
Este mi primer fanfic, mi primero de la vida!. Me da un poco de verguenza que lea esto gente experimentada xD, pero bueno, de alguna forma se tiene que empezar. Este "cápitulo" no sabia si dejarlo como prólogo, si, hubiera quedado mejor así , pero filo e_e. Este es un inicio, se trata de como Zelda llegó a convertirse en Sheik. No tiene nada de romance por ahora, pero lo que vendra será SheikxLink o ZeldaxLink (es como lo mismo :B), se supone que será sobre una historia paralela que ocurre tras las aventuras de Link en OoT, espero que sea de su agrado.
"Detrás de la Leyenda".
1.-El nacimiento de Sheik.
Con un galope desesperado se alejaban del castillo la pequeña princesa y su niñera, atrás quedaban todas las comodidades, los deberes reales, lo que vendría sería realmente duro. Huyendo del terrible Ganondorf, dio una última mirada a lo que por años había sido su hogar, su reino, y al pequeño héroe, su único amigo, quién la miraba confundido.
Sólo atinó a lanzar la ocarina del tiempo, qué sería un instrumento vital para que aquel chico continuara con su difícil misión. Esta sería la última vez que se verían en un largo tiempo.
La lluvia no cesaba, ya habían recorrido varios kilómetros desde el campo de Hyrule.
-Estaremos bien…- decía una agitada Impa. Zelda cerró fuertemente los ojos, el miedo que sentía todavía no comenzaba a desaparecer, lo único que quería era que terminara pronto su recorrido. Pasaron unos pocos minutos y el ambiente comenzó a hacerse más seco, claramente había dejado de llover, era un lugar parecido a un desierto. La pequeña princesa trató de hacer memoria de sus clases de geografía, se parecía al desierto Gerudo , pero no lo era, ya que aquel quedaba en otra dirección respecto del castillo de Hyrule, trataba de reconocer el lugar, pero, no podía, definitivamente debían estar muy lejos de Hyrule.
-Hemos llegado, pequeña-Dijo Impa, bajándose del caballo, luego tomó la mano de la princesa, para ayudar a que esta descendiera también. Al tocar el suelo con sus pies, Zelda se dio cuenta de que estaba bastante caliente, el calor empezaba a subir. Puso uno de sus brazos encima de su frente para taparse un poco del sol, y así lograr divisar algo entre tanto desierto. Cuando la vista comenzó a hacerse más clara, pudo percatarse de que unos metros más allá el camino terminaba, y pareciera que hubiese un acantilado.
-Impa, ¿Dónde estamos?- preguntó Zelda, con la respiración un poco entrecortada, estaba cansada, sudada, sucia, y la ropa le pesaba.
-Realmente, se siente como que estuviéramos en el fin del mundo, pero acércate un poco- Impa comenzó a avanzar hacia el "fin del camino", Zelda la siguió insegura. A medida que se acercaban podía verse hacia abajo del risco, unas tierras abandonadas, parecían ser restos de una civilización antigua.
Zelda no alcanzó a pronunciar ninguna palabra, cuando Impa la tomó entre sus brazos y brincó hacia aquel lugar. Saltó metros, Zelda asustada, cerró los ojos y abrazó a su niñera fuertemente, pero al abrirlos, vió que ya se encontraban en tierra firme, no les había pasado absolutamente nada.
-Impa, eres asombrosa-dijo admirada, Zelda- pero aún no me has dicho donde nos encontramos.
-Fíjate bien- Dijo Impa, señalado hacia un gran muro que se encontraba frente a ellas, obstaculizando su paso hacia el misterioso pueblo "abandonado". Zelda lo observó detenidamente, advirtió, que en el muro se encontraba tallado y pintado el mismo símbolo que su niñera poseía en sus atuendos, el de un ojo con una lágrima.-Es el símbolo de los Sheikah-pensó, por fin se había dado cuenta de dónde, posiblemente estaban.
-Así es, estamos en las puertas de los terrenos Sheikah- dijo la seria mujer, como si le hubiese leído la mente.
-¿No que se habían extinguido?-pregunto una confundida Zelda.
-Todavía quedamos unos pocos-Dijo Impa acercándose hacia el muro, caminó un poco, levantó los brazos, cerró los ojos, y lo que parecía ser un extraño conjuro mágico provoco que el muro se dividiera en dos, y luego se separaran como dos grandes puertas, abriéndole paso a la mujer y la pequeña princesa.
Caminaron las dos entrando al misterioso lugar, Zelda seguía a su tutora tímidamente, caminaban por un pasillo de tierra, que bien podría ser la calle principal, esta se dirigía hacia una edificación que lucía como un templo, hacia los lados de la calle había un gran número de viviendas construidas con piedra, con un aspecto un tanto rústico, también pudo divisar a lo lejos un poco de vegetación, algunas plantaciones, y a su Este una estructura que pareciese ser un arena de combate. No alcanzaron a avanzar mucho, cuando al fin se dejaron ver los poco habitantes de aquel lugar, poco a poco fueron saliendo de sus casas, o de alguna otra parte donde estuviesen, eran entre quince y veinte personas las que se encontraban allí. Poseían la piel morena, con ojos rojo escarlata –Como los de Impa- decía Zelda en su mente, algunos tenían el cabellos gris o blanco, otros con tonalidades cercanas al rubio, todos tenían cuerpos bastante atléticos, hombres, mujeres y hasta los niños.
Impa se detuvo, le dio un pequeño aventón a Zelda para que caminara delante de ella, Zelda se paro tímida delante de los Sheikah, y todas las miradas se dirigieron hacia ella, en ese momento, todos hicieron una respetuosa reverencia a la princesa, claro, esta raza se dedicaba a proteger a la familia real, era el saludo que correspondía.
-Hermanos, como os habéis dado cuenta, he traído a la princesa Zelda con nosotros, es nuestro deber ocultarla de las fuerzas del mal, y para esto la convertiremos en una de nosotros, será entrenada duramente como un Sheikah, no quedaran rastros de la delicada princesa. Cuento con ustedes – Dijo Impa con un dejo de líder en sus palabras. La tribu la escucho atenta y asintió con la cabeza. Después de esto se agachó tomo los hombros de Zelda y la miro con seguridad- Pequeña, esta será la forma de que nadie sospeche de tu existencia, desde mañana comenzará tu entrenamiento, tus ropajes serán quemados, nunca más serás llamada por tu nombre real, desde ahora te pasaras a llamar Sheik-esbozó una pequeña sonrisa, para hacer sentir protegida a la princesa.
-Gracias Impa, no importa lo duro que sea, lo enfrentaré.-respondió la pequeña, pero decidida Zelda. Entonces se dirigieron hacia una de las viviendas, a descansar del largo viaje, mañana comenzaría el arduo entrenamiento.
Habían pasado algunas semanas desde que la princesa y su tutora habían llegado a la tribu Sheikah.
Quien antes se habría llamado Zelda, efectivamente ya no tenía nada de princesa. Su cabello había sido cortado y sus delicadas ropas de monarca habían sido cambiadas por unas vestimentas con colores azules, grises, vendajes, telas ásperas y algunas bastante harapientas. En estos momentos la transformada niña era parte de un escenario lamentable de ver. Se encontraba al centro de un "ring", al que le llegaba directamente la luz del sol, no había techo. Estaba tirada en el suelo, demacrada, se podían ver moretones y yagas en todo su cuerpo, estaba respirando agitadamente, y salía sangre de su boca.
-¿Qué acaso eso es todo lo que puedes hacer? ¿Tan débil eres Sheik?- Dijo un chico con un tono burlesco, era su contrincante, tenia aproximadamente la misma edad de ella.-No porque seas niña voy a disminuir mis fuerzas contigo-.
Alrededor del área de combate se encontraba como público la tribu completa, todos los Sheikah miraban expectantes ante la próxima reacción de la niña, entre ellos su tutora, Impa, la miraba fríamente de brazos cruzados.
Débilmente, la pequeña dirigió la mirada hacia su niñera y mentora, tratando de encontrar un poco de fuerzas para seguir en la pelea. Al verla, ella se encontraba mirándola seriamente con el ceño fruncido.-Debo soportarlo, debo enfrentarlo- se dijo la ex princesa a sí misma, entonces comenzó a levantarse de a poco, pero un fuerte rodillazo en el estómago, por parte de su contrincante, evitó que esto pasara.
La pequeña se arrodillo en el suelo, escupía sangre, y se dio cuenta que era demasiado, lágrimas comenzaron a caer, habían estado todo este tiempo guardadas dentro, no pudo evitar que sus emociones salieran a la luz. Su llanto comenzó a hacerse más fuerte, se sobaba la cara con el antebrazo, después de todo, era simplemente una niña.
-Dejémoslo hasta aquí por hoy- Dijo Impa con lástima, sabía que ella debía enfrentarlo, pero también entendía lo duro que era para la pequeña. Subió al ring y tomo a la niña herida y llorando entre sus brazos, se la llevo a la casa donde ahora vivían y la recostó en su cama. Por su parte los demás Sheikah siguieron con el entrenamiento de los más jóvenes.
Al pasar unas horas despertó la niña, después de haber descansado de la pelea, todo su cuerpo le dolía, nunca había sentido un dolor físico más terrible como aquel. Impa le traía unas pociones para tratar de aliviarla un poco.
-Impa, conviérteme completamente en Sheik,¡ por favor!- articuló hacia su mentora.-No puedo más, no sólo el entrenamiento, día a día, las pesadillas, los miedos me atormentan, ¡es demasiado duro para mí!. Por favor, duerme mi conciencia en Sheik.-le suplicó.
-Está bien, creo que es lo mejor, así, definitivamente dejarás de ser Zelda por largos años, podrás enfrentarlo como un Sheikah de verdad-dijo Impa, posando una mano sobre la frente de la chica, ambas cerraron los ojos, y poco a poco comenzó la transformación, la piel de la pequeña se oscureció completamente, y al abrir los ojos estos ya no eran azules, si no que totalmente rojos. La, ahora Sheikah, miró a Impa desconcertada, fue como el nacimiento de una nueva entidad.
-Eres Sheik, deberás enfrentar tiempos difíciles, en el futuro tu misión será guiar al heroé del tiempo y enseñarle las canciones que le permitirán transportarse.- Dijo Impa con palabras seguras, pero por dentro sentía una gran pena, porque su pequeña Zelda, casí había desaparecido.
-Entendido, maestra.- dijo Sheik.
Nota:
En la escena de la pelea, y lo de los Sheikah, me inspiré en el fanfic "Sheik" de la generala (perdón si se ve muy plagio, lo del título "el nacimiento de Sheik"-"El nacimiento de un Sheikah":( ) .
Se que esta súper mal escrito! D:, me costó mucho redactarlo u_u. No sabia que título ponerle!, creo que le pondré este temporalmente, esque me parece super poco original "destras de la leyenda", deben haber mil que se llamen igual xDDD. Una aclaración, en esta historia, Sheik no recordará que es Zelda :B.
Por favor publiquen reviews!. Como es mi primer fanfic, espero que me critiquen, para saber como mejorar, y aprender :), y espero que le haya gustado a alguien que sea ._.
