Y SÍ FUESE UN UNIVERSO ALTERNO…
Título: Y sí fuese un universo alterno…
Couple/Pareja: Harry x Draco (Harco)
Generó: Romance, Humor, y lo que demás se me ocurra.
Clasificación: M – 17
Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J. K Rowlin, Bloomsbury Publishing, Scholastic Inc. Y AOL/Time Warner Inc.
Summary/Resumen: Harry Potter y Draco Malfoy son vecinos, amigos desde la infancia, cuidándose el uno al otro, más por parte de Harry quien conoce que su amigo sufre violencia domestica por parte de su padre. Sucesos que le hacen ver que desea algo más que protegerlo. UniversoAlterno!
Inspiración: Manga Yaoi.
Autora: Dramatique Licorne
INTRODUCCIÓN.
Harry James Potter Evans, más conocido como Harry Potter, Harry para los amigos o compañero para Ron, Potter para quienes le desprecian, Haggy para la esposa del hermano de Ron, Ha'i para su ahijado Teddy y… maldito león para para su bastarda serpiente.
Harry vive en un edificio lleno de residencias para gente común, podría decirse que pertenece a un estrato alto aunque es demasiado sencillo, al igual que sus padres. Es estudiante, de instituto público, prácticamente de último año. Sus notas… patéticas, intenta y hace lo que puede y Lilly y James intentan animarle a más ¿Qué más podría decir? ¡Oh! Le gustan las costillas bañadas en salsa.
Y bueno, así comienza su 'historia', por muy aburrida que parezca…
–Buenos días –Dijo al momento, mientras bostezaba y se despeinaba más aquella melena indomable que había heredado de su padre.
–Buenos días cariño. Ya está el desayuno –Dijo la pelirroja alejando el mandil de su cintura –James se ha tenido que ir pronto, ya sabes, el ministro siempre lo necesita a su lado –Refunfuño.
–Ah… Vale –Tomó asiento y llevo una de las tostadas untada con mermelada a su boca.
Ambos comenzaron a desayunar en silencio, o más por parte de él, no era muy bueno en eso de despertar al cien por ciento. Lilly hablaba hasta por los codos, aun no comprendía que había visto su padre en ella, bueno, era su hijo y ella era guapa, y con un cuerpo el cual mantenía sano. Pero como todo pelirrojo… tenía un temperamento un tanto… ¿explosivo? Además, no le gustaban las chicas.
Al cabo de unos minutos ya había terminado su desayuno, ahí otro de sus problemas, comía demasiado rápido y siempre terminaba con más hambre de la que tenía. James era igual, y todos creían que terminarían rellenitos, pero, era todo lo contrario. Eran macizos y de gran musculatura… Era la maldita envidia en la escuela.
Se río de su propio pensamiento.
Su madre le vio con una ceja alzada.
Le sonrió un tanto avergonzado, hasta que un ruido estridente los dejo paralizados. Claramente había sido algo rompiéndose en miles de pedazos, y sobre todo justo al lado. Se levantó casi tropezándose con sus propios pies.
–Parece que están peleando de nuevo… –La pelirroja miro con pesar –Ve Harry, yo levantare los platos.
–Gracias mamá. Adiós –Beso con rapidez su mejilla y agarro la mochila que había dejado en el suelo.
Salió del departamento al mismo tiempo que escuchaba la puerta de al lado cerrarse.
–Buenos días león –Con una sonrisa le saludo, su bastarda serpiente, conocido más como Draco Malfoy. Un chico unos centímetros más bajo que él, delgado –demasiado– y con piel parecida a la porcelana, ojos grises y cabello platinado. Le recordaba a las cerámicas de su tía Petunia.
– ¿Buenos días? –Frunció el ceño – ¡He escuchado eso! ¿Te ha hecho algo? –Se le acercó mirándole la piel en las partes visibles, su uniforme ocultaba más de lo que esperaba.
–Pfff, por favor. Estoy genial, ¿Acaso no me ves? –Bufó el platinado, aun así Harry entrecerró los ojos –Además, ya estoy acostumbrado.
Harry lo rodeo hasta detenerse justo al lado de su brazo derecho, allí un corte en su codo resaltaba, parecía que había intentado limpiarla – ¡Mentiroso! –Le regaño, y Draco nuevamente bufó.
–Llegaremos tarde, mueve el culo –Se alejó pero el moreno se le cruzo en el camino.
–Primero lo primero –Lo arrastro hasta su departamento, volviendo a entrar y encontrándose con su madre cruzada de brazos.
–Hola Draco, cariño.
–Buenos días señora Potter.
Harry gruño.
Fueron hasta su habitación donde dejo al platinado y luego fue a buscar en la habitación de sus padres el botiquín. Lo utilizaban muy poco, solo cuando Lilly se cortaba cocinando o cuando a James y él les daba indigestión por comer tan rápido y atragantarse. De vez en cuando para Sirius quien siempre llagaba lastimado por una pelea callejera.
Al regresar se encontró con un Draco malhumorado, siempre era lo mismo. Y siempre terminaban más calmados y llegando tarde al instituto. Dejo que fuese el mismo Draco quien se limpiara la herida y pusiera una venda sobre ella. Conocía lo orgulloso que llegaba a ser, no dejaba que nadie sintiera lastima por él.
– ¿Qué fue esta vez? –Le pregunto mientras volvían a agarrar sus mochilas.
–Creo que quería jugar a que distancia podría llegar un plato, y por casualidad cayó sobre mi cuando estaba a punto de salir.
Harry torció la boca y asintió sin gana.
Conocía Draco desde los ocho años. Recordaba a la perfección aquel día. El camión de la mudanza había llegado muy en la mañana, en el mismo momento en el que veía la televisión. Se había molestado tanto con todo el ruido que hacían al otro lado; incluso varios taladros le habían interrumpido las palabras favoritas que decía su personaje honorario, Goku. James también se había molestado pero no había hecho nada, y Harry quiso recriminarle por no ir a decirle que se callaran y así poder ver ambos Dragon Ball.
Fue hasta que Lilly les llego con la noticia, "Tenemos nuevos vecinos. Ya era hora de que se largara ese amargado hombre gordo", sí, su madre siempre hablaba de más.
En ese caso, los había mandado a vestir decentemente un sábado, intentar arreglar la pajarera que tenían de cabello, y salir a conocer a los nuevos inquilinos. Harry estaba por quejarse cuando se topó con una mujer muy, pero muy fea. Hasta su madre tenía mejor cuerpo que aquella tabla.
–Buenas tardes –Les saludo su madre tendiéndoles unas galletas, que había sacado de una caja pues no le había quedado tiempo para hornear unas –Somos sus vecinos, los Potter –James igual asintió y fue cuando la mujer fea sonrió. Tal vez no era tan fea.
–Lucius Malfoy –Se presentó y ¡Vaya! La mujer también tenía una voz muy gruesa –Pasen, mi familia está adentro.
En adelante Harry había ignorado quienes hablaban (E incluso que la mujer realmente era hombre; ¡tenía el cabello largo!), la casa era preciosa y aunque aún se veían cajas alrededor, parecía pulcra y un poco más cuidada. Su madre tenía razón, ya era hora de que se fuera el viejo ese. Fue hasta que su atención fue llamada por alguien, igual de pequeño y con el cabello corto y rubio… pero especial. Se le había acercado y el pequeño se había escondido más tras la falda de una mujer preciosa, incluso un poco más que su madre.
–Draco, mira, un nuevo amigo –Le incito la mujer cálidamente. El niño, de muy extraño nombre, había llevado su pulgar a su boquita y se había acercado con timidez.
–Mi nombre es Harry.
–Draco –Susurro por lo bajo.
Quien diría que después de esa normal presentación, ambos se volverían inseparables.
–Hey, ¡HEEEYYYY! –Se habían chochado, casi Harry llevándose por delante a Draco quien se había detenido abruptamente.
– ¿Draco?
–Nos llaman –Allí estaba un chico llamado Flint, dos años mayor, y dientón como un propio conejo.
– ¡Malfoy! –Grito cuando obtuvo la atención del de ojos grises –He oído que tus viejos están a punto de separarse porque tu viejo no para de beber y comportarse como un bastardo.
El chico por lo visto esperaba alguna reacción por parte del rubio, más fue Harry quien había tenido la intención de lanzársele encima, pero Draco le estaba sujetando fuertemente, diciéndole que no le importaba lo que dijeran. Oh, pero él sabía que tan real era lo que decía Flint, y con sus apenas once años Draco estaba comenzando a parecer con leves golpes por su blanca piel.
Por lo visto Draco tampoco se salvaba del salvajismo de Lucius.
– ¡Potter es un perdedor por ser el amigo de un perdedor como tú! –Harry nuevamente se había enojado, pero Draco se le había adelantado. Fue tal su sorpresa al ver al pequeño y enclenque rubio lanzarse encima del alto de Flint y comenzar a golpearle con sus puños mal empuñados.
Tuvo que ayudarle y luego huir juntos con leves golpes en el cuerpo, esperando a que Flint no les alcanzara. Ambos perdían los estribos cuando se trataba del otro. Estaban seguros de que lo hacían por lo que habian crecido casi juntos, uno al lado del otro. Pero con solo aquello, Harry lo supo…
Había comenzado a emocionarse con ese Draco, uno altivo, rudo, delgado pero agresivo, siempre a la defensiva y orgulloso.
Pero eso no quería decir, que todo iba a mejorar…
Ese mismo año, Narcissa se había hartado de Lucius, por los maltratos y broncas de todos los días. Harry había presenciado el momento, cuando Cissa entro a la habitación de Draco para decírselo y luego…
–Tú madre ya no puede seguir aquí, cielo. Cuida a Lucius por mí, ¿Vale?
… y luego abandonarlo.
Su amigo se había quedado tan rígido como una estatua –… Lo haré, mami.
Cuando Narcissa se fue con sus maletas, de un momento a otro Draco había comenzado a temblar y dejar correr lágrimas por sus mejillas. Algo que había dejado de hacer desde los nueve años. El corazón de Harry se había oprimido, y busco con apuro la mano de su amigo.
–No llores Draco. Los niños grandes, no lloran.
Juro que lo cuidaría el resto de su vida.
Bueno, esta es una pequeña Introducción en lo que se basara el fic. Es la primera vez que espero poder escribir algo extenso, soy conocida en vida real a hacer cosas cortas. Y hasta ahora deseo experimentar... Espero les agrade y me avisen sobre los errores, los paso se largo.
Y algo más, quien desee ser mi Beta con mucho gusto comunicarse en privado conmigo :)
Gracias,
Dramatique Licorne.
