Disclaimer on. Estos personajes no me pertenecen a mí, pertenecen a sus creadores y yo sólo los tomo prestados para diversión y sin fines de lucro.
Nota: Las frases en cursiva son pensamientos.
DISFRUTEN~
INVIERNO
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Me preguntaba siempre que lo veía, cómo era capaz de no tomar enserio lo que había ocurrido. La indiferencia con que se presentaba era tan dolorosa que podría decir que realmente no le importaba aquello.
Sólo puedo recordar ese beso que me dio. Me olvidé por un momento del tiempo y correspondí. Aquella tarde estaba llorando como nunca me lo había permitido. Tomábamos una taza de café mientras afuera llovía y hacia un frío que llegaba a los huesos, el se acercó y me hizo olvidar todo. La humedad de sus labios cubrió los míos que estaban temblorosos. El alma se me estremeció. Abrí los ojos como platos y despacio, fui cediendo. Me entregué al momento y le di paso a profundizar más el beso. Me perdí en el tiempo, pero cuando volví a mi él ya no estaba y el café se había enfriado.
Ya hacía tiempo que no veía a Haru, desde que Rin se había mudado a Tokio, nuestras reuniones se habían ido menguando de a poco. Creo que Sousuke pasaba por lo mismo con Rin, nos comprendíamos e iniciamos una amistad.
Así que, desde entonces, en aquel café, Sousuke me hizo ver lo que era más que evidente, y entre mis delirios y mi negación, seguí frecuentando aquella cafetería junto a él. Al menos aquello me mantenía cuerdo, me hacia dejar de lado todo mientras él se volvía cada vez más real en mi vida.
Él solía visitarme en los entrenamientos dentro del deportivo acuático. Me observaba desde las gradas mientras yo ponía en práctica lo que aprendía. No me gustaba enseñar algo que yo mismo no comprendiera. Su sonrisa mostraba orgullo, creo que yo era quien lo hacía sentir así. Me avergonzaba con tan poco y a la vez me hacía tan feliz.
No puedo negar que me sentí aún más especial con aquella invitación para acompañarlo a su rehabilitación. Comenzaba a pensar que estaba realmente loco por pedirme eso.
—¿Estás seguro de que quieres que vaya? ¿No será algo incómodo? —Dudaba en si era correcto, no estaba seguro de ser el indicado para estar ahí, pero él despejo toda duda.
—No conozco a nadie más para estar ahí, nunca le había pedido a nadie que me acompañara —Nuevamente aquella sonrisa que me desarmaba. Sutil y discreta, pero con unos ojos que irradiaban total seguridad —No vas a negarte ¿O sí?
—Claro que iré.
Gracias.
Desde entonces comenzamos una rutina extraña. Después de la universidad nos dirigíamos a mi entrenamiento, seguido de eso eran sus terapias de rehabilitación.
El sufrimiento en su rostro en cada movimiento, los ejercicios exhaustivos y las rutinas pesadas. Fui un apoyo en aquel momento, la fisioterapeuta me hacía ayudarla con Sousuke. Y aunque al inicio me dolía más a mi ayudarle con esos ejercicios, de a poco fui perdiendo el miedo. Él constantemente me decía que no dolía que siguiera, que era necesario. Al poco tiempo aquellos ejercicios los hacíamos en su apartamento, siguiendo las indicaciones pertinentes que nos habían dejado y con suaves masajes al final para relajar músculos y tendones.
—Sin duda, esto es tu fuerte Makoto, un entrenador con conocimiento en fisioterapia. Encontré a mi entrenador —. Odiaba que sonriera de esa manera. Mentira, amaba su sonrisa.
Y me sonroje, tuve que desviar la mirada para que no lo notara. Que tonto.
—Quiero que te recuperes pronto, quiero verte nuevamente nadar, Sousuke.
No sé hasta dónde llegaban mis palabras para él, pero yo creía que solían hacerlo muy lejos, que lograban penetrar aquel escudo que siempre portaba encima.
—Lo haré por los dos, Makoto —. Mi corazón se cimbró con aquellas palabras y le sonreí, y asentí. Era por los dos.
Cada día había más avances. Entonces al terminar, íbamos por café o té para relajarnos.
—Pronto podre nadar un poco más y te acompañare en la práctica —Sonaba tan convencido de sus propias palabras. Notaba y sentía su felicidad. Volver al agua, a la natación que tanto le apasionaba. Sus ojos tenían un brillo especial.
Día tras día, las cosas continuaron así, éramos realmente amigos. Pero aquel beso que llego con el tiempo, marcó un principio y un fin.
Esa tarde en Navidad que jamás podre borrar.
Pero los días consecuentes no nos volvimos a ver, y el día antes Año Nuevo él envió un mensaje para reunirnos y ver los fuegos artificiales junto al conteo del festejo. Sólo envié un "ok" sin mucho ánimo. No había disculpas, ni algo que pudiera hacerme ver un poco de interés de su parte. Quizá sólo era yo deseando que pasaran cosas tontas. Sousuke simplemente no sentía nada y sólo hizo aquello con la intención de hacerme reaccionar.
….:::::::….
Y el momento llego. La noche era fría cómo era de esperarse, pero tanta gente hacía que la calidez se pudiera sentir.
Yo esperaba tranquilo en el punto de reunión que me hubiera dicho aquella tarde por medio de otro mensaje de texto. Y por primera vez en mucho tiempo, recordé a Haru, recordé que no recibí un "Feliz Navidad" de su parte y que lo más probable era que tampoco recibiera un "Feliz Año Nuevo". ¿Tanto habíamos cambiado?
Me alegraba que fuera feliz, de que estuviera cumpliendo ese sueño que había tenido que descubrir. No podía negar que su recuerdo me hería bastante, pero él estaba bien.
Quería saber de él. Le echaba de menos.
—¡Oye, Makoto! ¿En qué piensas tanto? —Sousuke apareció con su sonrisa tímida, eso me gustaba de él, sus ojos que me decían todo. Aquella sutil expresión de felicidad que me hacían sucumbir ante su extraña y misteriosa forma de ser.
Tan reservado.
—Sou… hmm —Negué con la cabeza, no quería arruinar aquello, así que respondí igual con una sonrisa. Quería que notara mi entusiasmo, que supiera que esa invitación había sido para mí tan importante que no podía ocultarlo.
—Algo te sucede… pero no insistiré —. Tan sutil —Vamos.
Tomó mi mano y me llevó entre la multitud. Buscó el mejor lugar para admirar todo mientras me hizo comer unos onigiris de dulce que compro en el lugar. Eso no era realmente necesario, pero agradecí el detalle.
¿Por qué lo haces?... Detente…
Y a pesar de todo, de estar ambos con una sonrisa, había algo diferente en él ambiente. Nunca lo había sentido tan distante, tan lejos de mi. Era como si la esencia del Sousuke de los últimos días se hubiera desvanecido.
¿Qué te sucede?... No me gusta tu mirada llena de dolor…
—Ayer vi a Rin —. Confesó con una sonrisa que me rompió el corazón. Pero él se veía más afectado, no parecía por nada feliz. Mi corazón se aceleró ¿Por qué me sentí tan ansioso por aquello? —Se ira de viaje a un tour por un año alrededor del mundo.
Entiendo.
Volteó a verme con una tristeza totalmente descarada. Mi cuerpo temblaba por el coraje o quizás por el miedo que aquello representaba para mí. Le sostuve la mirada con una estúpida sonrisa que no me llevaba a nada, pero quería animarlo.
—Seguro será divertido —. Le respondí tratando de que no leyera mi sentir, tratando de que mis sentimientos no fueran revelados. No quería que notara mi egoísmo.
Él aun es importante para ti ¿Cierto?
—Le pedí que se quedara, pero se negó. No sé cómo hacer que se quede aquí y no se aleje más —. Las palabras de Sousuke de a poco me iban hiriendo más, sabía que no había nada entre nosotros, pero me molestaba.
Estoy celoso, deja de hablar de él.
Mi capacidad de mantener la calma había llegado a su límite. Baje la mirada y mi cuerpo tembló. Era verdad lo que había pensado de ese beso, de todo el tiempo que me había dedicado. Sólo habían sido tontas maneras de distraerse. Me mordí el labio para decir nada al respecto. Pero todo aquel intento se derrumbó cuando puso su mano en mi hombro y en un tono falsamente preocupado, preguntó lo que evidentemente yo no negaría.
—¿Te encuentras bien? —Dijo con seriedad, con una firmeza en su tono y si, con preocupación.
Es obvio que No.
Y lo que respondí no fue de la mejor manera, aparte con fuerza y de golpe su mano y lo volteé a ver con la rabia explicita en mi rostro —¿Cómo esperas que me encuentre bien después de esto?
Él me miró con asombro, quizá se preguntó qué diablos me pasaba, o pensaba que yo era un loco al cambiar tan de pronto mi carácter.
—Oye, sé que para ti también será difícil estar lejos de Haruka.
¿Por qué dijo eso?
—¿¡Ah!? ¿¡Haru!? —Era realmente tan tonto, tan insensible. Y en el momento en que la gente comenzó a gritar el conteo regresivo tras de nosotros, yo sólo continúe con mi desahogo —¡Lo único que necesito es que tú me digas que soy importante para ti! —Le grite entre el ruido de los fuegos pirotécnicos que marcaban el nuevo año, lo grite con el coraje en la garganta, con las ganas de que él simplemente lo aceptara.
—¿¡Ah!? ¿¡A qué te refieres!? —Era verdad, él no tenía la más mínima idea de lo que yo hablaba, él no sentía nada por mí.
¿A qué me refiero?
—No es nada Sousuke, puedes quedarte con tu pasado y llorarle cuanto quieras a Rin.
No hables más.
Lo dejé atrás, me fui del lugar con el coraje aun acumulado en mis puños y un nudo enorme atrapado en mi garganta. Sousuke solamente se quedó clavado en ese sitio, perdido entre la multitud que lo acaparaba, viéndome partir a toda prisa.
Quería alejarme.
La pirotecnia seguía atrás, nuevamente aquel ambiente era el propicio para tener una discusión. Debía evitar esos sitios sin duda. El pecho dolía o era mi orgullo hecho pedazos. Que recuerdos tan amargos.
…..:::::::….
Pasó casi un mes cuando decidí regresar a nuestro sitio de reunión habitual. La cafetería. Elegí una mesa grande para poder trabajar en mi tarea. No sé cuánto tiempo estuve metido ahí, pero llegué a tomar hasta cuatro tazas de café. Tratar de olvidar con cafeína no era bueno, pero el alcohol no era realmente mi fuerte.
—¿Puedo sentarme aquí? —Esa voz era tan familiar, tan llena de nostalgia y de dolor. Él se sentó junto a mi esperando quizá que yo le tratara de la misma manera que siempre. Su sonrisa tan discreta y esos ojos… esos ojos.
Me levanté de golpe al verlo sentarse y le sonreí para luego morderme el labio. No podía verlo —. Sousuke, deberías aprender que interrumpir a las personas es de mala educación, nadie te invito a sentarte —Mencione mientras recogía mis cosas y las guardaba en la mochila —Es toda tuya la mesa —, le respondí como un niño testarudo que le da el gane al otro sólo por molestar.
—Quiero hablar contigo —. Su tacto al tomar mi muñeca me trajo de inmediato un mal sabor de boca. Tan amargo. Pero su voz se escuchaba tan mal. Quizá quería hablar de Rin y yo, yo solamente me negaba a escuchar —Necesitamos hablar de lo que sucedió el otro día.
—No tenemos nada de qué hablar —. Me aferre a la negativa, aun no estaba listo para tratar ningún tema —Seré claro contigo Sousuke, no quiero ser nuevamente tu juguete de distracción. No sigas. Ve y llorarle a Gou, tal vez ella pueda entenderte más y tú puedas sustituirla con su hermano.
Estaba molesto, me sentía tan mal de estar de esa manera que mi enojo crecía aún más por sentirme tan débil e impotente, y nuevamente me aleje. Me fui de ese lugar sin saber si había olvidado algo, pero consciente de que al menos mi dignidad seguía conmigo.
…..:::::::…..
La situación me había derrumbado, estaba tan perdido que deje de ir a la escuela por unos días. No quería salir de la cama, era como un sentimiento de vacío.
Haru por una extraña razón comenzó a mandarme mensajes. Alguien le avisó sobre mi situación. Un mensaje tras otro hasta que decidí ponerlo en silencio. Llamó también a la puerta algunas veces, pero siempre desistía con facilidad, no era su problema y como siempre, escapaba de todo compromiso.
Que tarde apareces.
…..:::::::…..
El piso estaba totalmente oscuro y mis ganas las tenía por los suelos, había bajado un poco de peso, pero era normal cuando no se come mucho. Aun con toda aquella depresión, no me permitía dejar desordenado nada, era lo que me mantenía cuerdo y activo.
Todo se acumulaba y comenzaba a creer que aquello recién comenzaba; el estrés de la escuela, el ser olvidado por mi mejor amigo, el haber sido utilizado por otra persona y el haberme enamorado de él.
El timbre sonó y fui a atender sin fijarme antes por la mirilla. Abrí la puerta sin el cuidado pertinente. Sólo sentí un golpe en seco que me aventó hacía adentro —¡Oye! —, mi reclamo paso desapercibido. Un jalón de mi mano que termino por aventarme en la cama.
—No es para que pongas esa expresión de terror —Su voz.
Abrí mis ojos para encontrar los aguamarina de él. Estaba sobre mí, con sus manos puestas a cada lado de mi cabeza. Esa mirada llena de terror, con sus brazos temblando junto a mí y un calor inexplicable que brotaba de su cuerpo. Había corrido hasta mi departamento. Estaba agitado.
—¿Sou… Sousuke? —¿Cómo se entero de donde vivía? ¿Qué hacía allí?
—Dime… Por favor, dime… quiero saber por qué te estás comportando así —Estaba ansioso al igual que yo, pudo notar su miedo. Sentía por primera vez que Sousuke quería decir más y casi un poco de su ser quería escapar de aquella barrera natural. Su voz temblaba y no precisamente por la carrera que seguro dio desde la estación del tren.
El pesar se apodero de mí y desvié la mirada un poco avergonzado. Lo entendía, estuve actuando como un crio. Y regrese para toparme con aquellos ojos que temblaban sin parar de mirarme. ¿Qué había detrás de ellos? Quería conocer un poco más a Sousuke, no me era suficiente con lo poco que tenía de él.
—Sou… ¿A que le tienes miedo? —. Alce mi mano llevándola hasta la mejilla de aquel sujeto que, sin más se recargo en esta como pidiendo un poco más de cariño —¿Por qué me besaste? ¿Por qué actúas como si eso no hubiera importado? ¿Tienes miedo de enamorarte de otro que no sea Rin? —. Abrió sus orbes sorprendido de aquellas preguntas que le hice con la mayor calma posible. Había terror en su mirada, como me dolió aquello —Quisiera poder leer tu mente ¿Sabes? Quisiera saber que te detiene; eso me ayudaría a comprender tantas cosas... Quisiera que me dijeras que me quieres, que abrieras tu corazón a esa posibilidad, pero sé que no lo harás… no quieres dejarlo ir... Sousuke… Quisiera que me dijeras que me amas.
—¿Ma... koto? —. La mirada de Sousuke cambio tan rápido en cuanto termine.
Veía nuevamente aquella calma, aquella tranquilidad que siempre me inspiro y detrás de eso, vi aquel cariño que tanto había deseado volver a sentir.
Había hablado demasiado, mis palabras fueron muchas y comenzaba a arrepentirme de haberlas dicho.
Que tonto.
Pero mi sorpresa fue grande cuando aquel sujeto se acercó más y escondió en mi cuello su rostro. Me abrazó con cuidado pero firme, cómo tratando de calmar mi corazón que estaba tan acelerado, aunque después me di cuenta de que realmente trataba de calmarse a sí mismo. Su cuerpo temblaba sobre el mío. Su alma estaba impaciente.
—Te quiero… —Musitó en mi oído y yo me estremecí al escucharlo —. Makoto, no sé si te amo, pero estoy seguro de que te quiero y que deseo intentar algo contigo, quiero enamorarme de ti
Sus palabras eran tan firmes a pesar de que su voz estaba entrecortada. Era la total seguridad de querer pertenecer, de querer ser parte de alguien y para alguien. No era complementarnos, era más bien compartir sentimientos. Me sentía feliz. Así que mi instinto me llevó a corresponder aquel abrazo y de igual manera perder mi rostro en su cuello. Estaba avergonzado.
—Hm.
Asentí con calma mientras nuestros corazones se calmaban. Y así nos quedamos por un largo rato hasta que caímos dormidos por tantas emociones acumuladas.
Si aquello había sido una confesión o una petición, no había quedado muy claro. Habría que hablarlo largo y tendido al despertar. Pero por el momento nos quedaríamos así, dándonos el calor que tanto nos falto en invierno, dándonos la compañía que tanto necesitábamos.
Estábamos escribiendo una nueva historia mientras nuestras manos se entrelazaban en aquel invierno que congelaba todo a su paso.
—También te quiero… —Susurre en mis sueños.
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Muchas gracias por llegar hasta aquí y haberme dado tiempo para leer mi fanfic. Espero haya sido de su agrado y si es lo contrario, igualmente espero sus comentarios, opiniones y críticas, que me ayudaran a mejorar en el próximo capítulo.
Nuevamente muchas gracias.
