Bueno, después de meses vuelvo otra vez por aquí. La razón por la que no he actualizado ninguno de mis fics es que estaba muy ocupada, además de que mi animo tampoco esta muy por la labor. Tenía pensado subir este fic cuando tuviera algunos capítulos más, pero creo que llevo un mes casi sin escribir nada nuevo y no se cuando voy a poder volver a hacerlo, tengo un par de capítulos más de este fic que tendría que corregir.

Antes de empezar con este fic, avisar que es una idea y un ship algo extraña, lo se, pero lleva meses y meses en mi cabeza. Por ello quiero agradecer a Natalia22 por animarme a escribirlo y publicarlo.

Disclaimer: Bleach y sus personajes no me pertenecen, son de Tite Kubo exepto mi OC.

Aviso: Cada capítulo sera narrado en diferente POV.

.

.

.

HISANA

Mis pulmones arden cuando trato de coger una bocanada de aire. Mis dedos están demasiado entumecidos para intentar moverlos. Mis párpados pesan como nunca antes lo habían hecho. A mi alrededor escucho el cantar de los pájaros. ¿Acaso me he quedado dormida en el jardín sin que Byakuya-sama o alguno de los sirvientes me despertara? Aunque no quiera hago un esfuerzo por abrir los ojos, parpadeando varias veces y haciéndolo poco a poco hasta que llegue a acostumbrarme a la luz del sol. Observo el cielo azul que se esconde tras los grandes árboles con el frescor de la brisa. Agudizo los oídos y podría decir que a lo lejos soy capaz de escuchar el sonido del mar. ¿Dónde estoy?

Me siento y observo a mí alrededor lo que parece ser una especie de bosque, pero no reconozco el lugar. El momento en el que me giro es cuando lo veo. Está a unos diez metros de mi apoyado en el tronco de un árbol, mirándome como si en cualquier momento pudiera romperme.

Creo que en un momento así, cualquiera se asustaría al encontrarse en aquel lugar con un completo desconocido, pero por extraño que pareciera yo no lo hago. Estaba tranquila, incluso podría decir que me sentía, de alguna manera, segura. Simplemente era como si supiera que aquel hombre no me haría ningún daño. Mas aún dudaba de si debía quedarme ahí sentada o acercarme a él. Al final opte por quedarme en aquel lugar sin atrever a moverme. Tan solo me quede observándolo del mismo modo que hacia él, lo que hizo que me fijara en sus ojos claros, que me recordaron a Byakuya-sama.

Byakuya-sama… seguramente estará preocupado y me estará buscando por todo el Seiretei y el Rukongai. Tengo que volver con él, y sin duda el único que sabe de mi paradero es el desconocido que tengo delante.

-¿Quién…quién eres?- le consigo interrogar tartamudeando.

El solo se queda mirando como ha hecho antes, por lo que pienso que no va a responderme, aunque en el momento en el que trato de levantarme es cuando decide acabar con su silencio.

-No te muevas.- no sé porque le obedezco y me detengo, observándole con curiosidad- todavía sigues demasiado débil.- su respiración es entrecortada, como si fuera el quien estaba débil y agotado, lo que hizo preguntarme si me estaba hablando a mi o a él.

-¿Quién eres?- vuelvo a cuestionar ahora que parece que comienza a hablar.

-Luke.

-¿Dónde estamos?- calla- ¿Por qué me has traído aquí?- silencio otra vez. Y ya comienzo a hartarme de eso- sea donde sea que estemos, tienes que llevarme de vuelta. Mi marido me estará buscando por todos lados, lo mejor sería que me llevaras y luego te fueras si no quieres que te pase nada.

Tras haberle amenazado de ese modo callo. No entiendo porque razón le intento decir que se vaya después, no se porque razón pienso en que debería protegerlo aunque solo fuera de ese modo.

-Él no te está buscando.

Me callo sin saber si quiera como responder ante ello. Como se podría atrever a decir si quiera aquello. Por supuesto que Byakuya-sama me estaba buscando.

-Mientes.

-No lo hago. Él no te está buscando y tampoco lo intentara.

Es mentira. Porque razón no lo intentaría siquiera. Ayer mismo nos fuimos a acostar y hoy me despierto aquí. No tiene sentido alguno.

Pero no se qué es lo que tiene menos sentido, si la mentira que acaba de decirme o el hecho de que su afirmación hiciera que incluso yo misma lo cuestionara. Y mientras tanto yo sigo observándolo como si realmente lo conociera.

-Es mentira.- Vuelvo a decir, pero es más bien para convencerme a mi misma en lugar de a él.

-Hisana… tú.

-¿Cómo sabes mi nombre?- le interrumpo dándome cuenta de que en ningún momento se lo he dicho. Posiblemente lo sepa porque antes de traerme aquí estuviera vigilando la mansión.- ¿Cómo lo sabes?

-Tú…- sigue con lo anterior sin siquiera responderme.- estas muerta. Llevas…

-¡No es cierto!- le grito llegando a hartarme de su juego sin sentido. ¿Cómo él podría pensar que pudiera creerme aquello?

-Llevas muerta más de 50 años.- me responde ignorándome por completo.

Y esta vez quien calla soy yo. En mi cabeza asalta una gran cantidad de dudas y no se en que puedo creer. Aquello no tenía ningún sentido, pero tampoco lo tiene que ahora este aquí con él. Trato de recordar, trato de buscar cual ha sido el último recuerdo que tengo, pero incluso eso ahora se ve nublado.

Veo que él se levanta y comienza a acercarse a mí, despacio, como si temiera mi reacción. Observo que parece estar tambaleándose y sigue respirando con algo de dificultad hasta que llega a mí y se pone de rodillas justo delante. Su mano temblorosa se va acercando poco a poco a mi frente.

-Puede que esto te duela- apenas susurra.

Antes de que pueda alejarme pega su mano a mi cabeza. Y tal y como ha dicho siento un gran puntazo en ella. Siento como si en cualquier momento pudiera estallar y que yo no puedo hacer otra cosa más que gritar y llevarme las manos a la cabeza agacharme hasta casi pegarme al suelo.

-Lo siento- es lo único que puedo escuchar de él. Se que dice algo más, pero no soy capaz de diferenciar sus palabras.

Y en ese momento es cuando puedo ver todos los recuerdos que estaban escondidos, todo lo que antes no podía ver.

Me veo a mi misma pidiéndole a Byakuya-sama permiso para ir a buscar a mi hermana, me veo enfermar, me veo buscando a ese bebe que abandone en el rukongai, veo como me desmayo incontables veces, hasta que finalmente me veo frente a un futón con Byakuya-sama a mi lado pidiéndole que buscara a Rukia por mí.

Después todo se vuelve negro.