Capítulo 1: Actuando como héroes.
Aquella mañana el sol brillaba aún más de lo usual, el cielo se mantenía despejado con un tono celeste. Se podía respirar paz y armonía en Jump City y eso a Robín le tranquilizaba.
El líder de los titanes se encontraba muy ansioso, toda la semana había estado preparando el regalo perfecto para su novia, pues cumplían su primer aniversario.
Robín no era un experto en demostrar sus sentimientos y a veces le era difícil creer que mantenía una relación amorosa con Starfire. Cyborg y Chico Bestia no ayudaban mucho pues ambos chicos molestaban al chico maravilla creando un aire de incomodidad, incluso de en vez en cuando cantaban una canción a modo de burla y broma.
—"Starfire y Robín se besan en Tokio, tras derrotar a Daizo, se toman las manos, vuelan juntos" —Cantaban el dúo de amigos.
Sin embargo, para Robín, aquel viaje a Tokio fue su boleto de felicidad. Amaba a Starfire y ella a él. A veces el líder titán pensaba que ella lo había salvado y no al revés como todo mundo imagina. Era por ello que el chico se esforzaba por planear la mejor velada de toda la historia.
— ¡Robín! —Exclamó Starfire, al otro lado de la puerta—. Disculpa que te moleste amor, pero has estado en tu habitación toda la mañana y estoy preocupada por ti ¿está todo bien?
—Sí, todo está bien amor, no te preocupes en unos minutos voy a la sala.
—De acuerdo… —murmuró ella en respuesta mientras guardaba entre sus manos el obsequio que había destinado para su novio.
Al llegar a la sala observó que todo estaba como siempre, Raven meditando y los chicos jugando videojuego, estaba por buscar a su chica cuando la alarma pintó de rojo toda la habitación.
—Creí que sería mi día de descanso —mencionaba Chico Bestia con pucheros en el rostro. — ¿Los villanos nunca descansan?
—Nosotros tampoco —respondió el líder,
—Quizás Raven, Cyborg y Chico Bestia puedan encargarse de la ciudad solo por hoy, planeaba a que a lo mejor tu y yo…
—No podemos apartarnos, Star. Somos héroes. Plasmus está atacando el centro de la ciudad alguien lo despertó y hay que averiguar quien fue. Titanes a la ciudad —ordenó.
Starfire, quien aun mantenía el pequeño regalo entre sus manos, observó como su novio se marchaba para proteger a la ciudad. La chica tenía que lidiar con ese tipo de momentos, entendía perfectamente que ellos eran héroes y como tales tenían el deber de utilizar sus habilidades para el bien. Más a veces añoraba pasar tiempo con él sin tener que ser interrumpidos por villanos haciendo el mal, por ciudadanos creando conflictos o por sus amigos pidiendo tiempo de amistad.
Quería una tarde con él diciéndole todo lo que siente, lo enamorada que estaba de él, deseaba festejar que tenían un año terrestre de noviazgo, anhelaba plantarle un beso tierno y apasionado, de esos besos que satisfacen el alma y llenan el corazón.
Aunque quisiera no podía ignorar el nudo en la garganta ni aquella punzada en el pecho, muy en el fondo un temor desconocido quiso apoderarse de ella, mas no lo permitió.
A lo mejor solo era la tristeza, a lo mejor en otra ocasión compartiría aquello que guardaba, por lo que voló hacia su habitación para dejar el obsequió e incorporarse con sus amigos.
Starfire trataba de ignorar lo que su corazón sentía.
La criatura sin estructura ósea solida de color purpura provocaba pánico en el centro de la ciudad, sus largos brazos gelatinosos sostenían una larga y pesada tubería, tomando el agua del drenaje que pasaba por allí.
La gente corría para huir del monstruo gelatinoso mientras que a su vez vomitaban ante tal acto.
— ¡Titanes, al ataque! —exclamó el líder como de costumbre siendo el primero en lanzar unas esferas que explotaban al entrar en contacto con el monstruo.
Plasmus no puedo esquivar las explosiones pero rápidamente se regeneró. Cyborg con su brazo convertido en una especie de cañón, lanzó un rayó dañando la apariencia física de Plasmus solo momentáneamente, en respuesta, el villano escupió un poco de su baba para dejar a Cyborg todo pegajoso.
— ¡Es mi turno! —anunció Chico Bestia tratando de ser el héroe, para ello se convirtió en un enorme gorila, abrió sus brazos y apretó a Plasmus con todas sus fuerzas. La consistencia del monstruo no permitió que el chico verde tuviera éxito, le baboseó el rostro y en respuesta bestita se convirtió en gallina para huir de ahí.
Raven quiso detener a la criatura levitando las tuberías para utilizarlo como lazos y así en rollar al monstruo, pero el villano con su cuerpo gelatinoso se deslizó de las tuberías para huir del amarre.
Starfire quien apenas llegaba a unirse al grupo, disparó algunos starbolts haciendo que aquellas explosiones destructivas redujeran a nada a la criatura purpura.
Robín sabía que tenían que hacer algo antes de que Plasmus se regenerará, lo siguiente pasó muy rápido. Alguien lanzó un rayo rojo con dirección a los titanes, a Raven le dio tiempo de cubrir con su capa a Cyborg y a Chico Bestia quienes se encontraban muy cerca de ella, para desaparecer de allí y transportarse a una zona segura.
Starfire logró salvar a Robín de los rayos, colocándose frente a él proyectando un escudo verdoso a modo de pared. Los rayos eran tan intensos que perforaron su campo protector. Para mantener a Robín ileso, ella giró dándole la espalda a los rayos abrazando a su novio. El humo se disipó cuando los rayos cesaron.
El líder se desprendió del abrazo para mirarla agradecido, quería besarla y felicitarla por su rapidez, más de pronto la chica se desvaneció frente a sus ojos quedando inconsciente, el chico en un movimiento rápido logró sujetarla antes que ella cayera al suelo. Por alguna razón unas gotas de sangre brotaban de su nariz.
Él, al no saber que estaba pasando, entró en pánico, sintiendo una fuerte punzada en su pecho. A lo lejos se podía visualizar una silueta con dirección de dónde venían los rayos, la sombra al notar que lo estaban viendo huyó con rapidez.
Aunque quisiera atrapar aquella figura, Robín no podía dejar así a su amada, además Plasmus se había regenerado y los titanes restantes estaban combatiendo contra la criatura.
—Por favor Starfire, despierta —le rogó con preocupación. No hubo respuesta. —Por favor Star, mi pequeña estrella de fuego, despierta y demuéstrame tu fuerza como lo has hecho siempre.
Más la chica no parecía dar señales de querer recuperar la conciencia.
