La verdad es que, leí otros dos fanfics de k-on vs zombies, y me gustaron mucho. Bueno, después de un tiempo me dije a mi misma: Oye misma, si esto hubiera psado en esta parte, quizás hubiera pasado esto y aquello… ooh, si, demás…. Bueno, al final cree otra historia sacando ideas de esos fanfics… si a alguien le molesta eso, bueno, avíseme y le mando el otro fanfi en ingles, y el otro es en español, pero saque mas ideas del de ingles….

La idea no es 100% mi imaginación, pero si un 99%...

K-ON no me pertenece, no sus personajes, etc…

Enjoy!


"Me gustaría saber el minuto exacto… es más, el segundo exacto en el que todo empezó… para maldecirlo de por vida.

Era impresionante escuchar desde adentro autos chocando, ambulancias, gritos de mujeres, hombres, niños… y de esas cosas, gritando, mordiendo, desgarrando, matando.

Sí, me gustaría saber el segundo exacto en el que todo empezó… el segundo exacto en el que mi vida terminó"

- F -

-Pero si hace mucho frío allá-

-Se supone que en esta época del año empieza el verano…-

-Pero es Inglaterra… ¿No has escuchado que allá llueve aunque sea verano?

-Aquí es lo mismo ¿no?-

-Aún así, no quiero ir a un país que sea igual a este-

-¿Cómo puede ser Inglaterra igual a Japón? Sabes, estás diciendo puras estupideces como siempre-

-Es solo mi… oye, ¿qué quieres decir con "como siempre"?-

-Ya nos estamos alejando del tema, otra vez…-

Azusa miró por la ventana. Se estaba haciendo tarde, y de alguna u otra forma, se las había arreglado para dejar sus tareas para última hora. Volvió a mirar a sus sempais, quienes seguían discutiendo si viajar a Inglaterra nuevamente sería buena idea. Pero no pudo evitar sonreír al verlas. Como ahora estaban en la Universidad, no las podía ver todos los días, por lo que aprovechaba cada momento que tenía con ellas… aunque, la conciencia le pesaba un poco.

-Pero si ya fuimos ahí- dijo Ritsu con un leve tono de exasperación -¿Para qué repetirnos el plato si podemos ir a otro lado? Vamos a Hawaii.

-¡Canadá!- gritó Yui –Podemos ver a la policía montada, y la nieve…

-No solo hay nieve en Canadá- dijo Mio- Hay muchas más cosas… propongo culturizarnos en los países que queremos ir y así dar un buen argumento

-Pero, pero… ¿Qué hay de malo con Hawaii?- preguntó Ritsu

-Está lleno de mosquitos- susurro Mio sonrojándose levemente

-… ¡Como puedes decir que nos culturicemos más en los países que queremos ir si andas diciendo que está lleno de mosquitos en Hawaii! Nunca has estado allá, no puedes asegurar…

-¡Tu tampoco has estado ahí!

-¡Pues, por eso quiero ir!-

-Yo propongo- dijo Mugi cortando la discusión- que veamos esto mañana. Podemos traer los pro y los contra y llegar a un acuerdo… y con un tono de voz un poco más bajo.

Dijo esto último haciendo un ademán para que las chicas se dieran cuenta que la mitad de las personas del local las estaban viendo. Ritsu, quién se había parado de su asiento, se sentó, y Mio se sumergió en el suyo.

-Mugi-sempai tiene razón. Además se está haciendo tarde-

-¿Tienes miedo de enfermarte y contraer ese famoso virus que salió en T.V, Azusa-chan?- pregunto Ritsu con voz maliciosa

-¿Qué, que clase de virus?-

-¿No has visto en las noticias, Azu-nyan?- pregunto Yui entusiasmada- Es un virus que salió hace poco, nadie sabe si es verdad o no.

-Los que creen que es verdad, dicen que ya se está propagando alrededor del mundo- dijo Ritsu bajando su tono de voz- y que puede ser fatal para los seres humanos si la contraes. La piel empieza a arrugarse, te crecen las uñas y el pelo se te vuelve blanco… ¡Y una enorme verruga aparece en tu nariz!

Lo último lo grito justo frente a Mio, logrando que saltará de pánico, y que le pegara un puñetazo enorme en la cabeza.

-¡No-no vuelvas a decir esas estupideces!- dijo Mio, aun temblando y con lagrimas en los ojos

-Pero si es verdad, yo también lo vi en la T.V anoche Mio-chan- dijo Mugi mientras ayudaba a Ritsu a levantarse.

-Lo… ¿lo de la verruga?-

-No, solo lo del virus- continuó Mugi poniéndose seria- Aunque, como dijo Yui-chan, no se sabe si es verdad aún

Hubo un pequeño silencio un tanto incomodo entre las chicas. Aunque fuera mentira, erizaba el pelo saber que había un virus nuevo rondando por el mundo, y peor aún si era contagioso o no. Siempre daba un poco de miedo saber que existía algo, pero sin saber exactamente como es o e dónde está. En eso, Yui se lleva la mano a la frente tan repentinamente que izo que las demás chicas saltaran.

-¡El libro!- tenía una extraña expresión en el rostro- Necesito el libro para mañana, si no Rika-sensei me va a matar-

-¿Todavía no consigues el libro?- le pregunto Mio un poco más tranquila

-No, por eso me va a matar- dijo Yui con los ojos lloroso- Azu-nyan, ¿me acompañas a comprarlo?

-¿Qué? ¿Ahora? Pero Yui-sempai, las librerías deben estar cerrando, además…

-Entonces hay que correr- dijo eso mientras se levantaba sin dejar que la chica terminara- Vamos Azu-nyan, la librería no está lejos

-¿Pe-pe, pero por qué…?- tartamudeo Azusa mientras era arrastrada por su sempai

-Nos veremos mañana- dijo Yui desde la puerta. Azusa se despidió con un gesto de la mano y con los ojos llorosos.

-Bueno, será mejor que nos vallamos también- dijo Ritsu levantándose- Mañana me tocan clases temprano

-Es bueno ver que estas preocupada de salir bien en la Universidad Ricchan- dijo Mugi imitando a su amiga

-Es que la sensei ya me amenazo con que si llego tarde de nuevo, me hará reprobar el ramo- dijo rascándose la nuca en señal de estar un poco (solo un poco) avergonzada

Las chicas pagaron (como Yui y Azusa salieron rápidamente, Mugi pagó por ellas) y salieron del Café. Corría un viento helado, pero no calaba los huesos, y el Sol comenzaba a ponerse en el horizonte.

-Bueno, yo me despido- dijo Mugi a las dos chicas- Tengo algunos deberes que terminar, así que mejor irse temprano

-Nos veremos mañana entonces-

Las dos chicas se despidieron de la rubia, y se encaminaron a sus casas.

Entre charla y bromas, las dos amigas caminaron alegremente, hasta sus casas sin darse cuenta de por dónde iban pasando hasta que estuvieron frente del lugar, y al mismo tiempo se detuvieron con un aire de nostalgia.

-Ha pasado tiempo ya- dijo Mio

-Sí- contesto Ristu con una sonrisa- Puede sonar muy cliché, pero pareciera que fue ayer que llegamos a esta escuela.

Las dos estaban frente a las rejas de la secundaria Sakuragaoka, donde pasaron tres años, y quizás los tres años más importantes de sus vidas, donde formaron el Club de música Ligera, y la banda Houkago Tea Time. Estaba igual. Los árboles de cerezo un poco más allá con sus pétalos volando alrededor, el sonido de algunos estudiantes aprovechando las últimas horas de luz para practicar, la reja semi abierta…

-Ne, Mio… ¿quieres entrar?- le susurró entusiasmada Ritsu

-¿A-ahora?- preguntó Mio con un leve tono de temor- pero… no hay nadie…

-Quizás hayan algunos profesores, no es tan tarde- dijo la baterista abriendo la reja- quizás incluso este Sawa-chan, sin novio debe estar casi viviendo en la escuela…

Muy, muy en contra de su voluntad, Mio siguió a su mejor amiga. Quizás era porque sí quería entrar nuevamente a la escuela, o porque no quería quedarse sola afuera.

Era cierto que aún había luz, pero las sombras cada vez era más largas, y el viento corría todavía moviendo los árboles y haciendo que la bajista sintiera escalofríos por toda su espina dorsal. Llegaron a la entrada y se quitaron los zapatos para poder subir a su preciada aula. No había nadie en los pasillos, aunque se escuchaban voces provenientes de algunas salas, y a lo lejos, música.

-Eso suena como el club de jazz- dijo Ritsu agudizando más su oído- quizás Jun esté aquí ayudando a sus kouhais

-Pero ella es parte del club de Música Ligera ahora- le recordó Mio, quien estaba demasiado apegada a su amiga y miraba para todos lados tratando de contener la calma

-Ah… verdad-

Pasaron frente su salón de clases justo a tiempo de escuchar un sonido parecido a…

-¿Un choque?- susurró Ritsu al detenerse. Mio era de piedra.

La baterista entró rápidamente a su ex salón para mirar por la ventana, pero no estaba lo suficientemente alto como para ver hacia afuera de la escuela. Observó unos segundos la sala, y sonrió. Luego miró a Mio

-Desde la sala de música- dijo y corrió rápidamente hacia el tercer piso.

La pelinegra se quedó unos momentos ahí, viendo el salón donde estuvieron el último año de secundaria. Se acercó a su banco con una sonrisa nostálgica. El pensar que habían crecido y que no volverían a esos tiempos era algo extraño, pero también abría la puerta para pensar en las nuevas cosas que vendrían más adelante. Por lo menos seguía con sus amigas, y una de ellas, que se supone debía estar con ella ahora, había corrido hacia su sala de música, dejándola sola… Sola…

-¿Ri- Ritsu?

La baterista abrió la sala de música ligera estruendosamente, y la nostalgia la invadió en ese instante. Vio la nueva batería que había, las cuatro mesas, el juego de té de Mugi, y a Ton-chan. La chica se acercó a la tortuga alegremente y le recordó el día que la compraron, para subir el ánimo a Azusa por no haber conseguido nuevos miembros. En eso se acordó de porqué había corrido tan rápido. Miró por la ventana, y efectivamente vio un choque, justo frente a la escuela. El auto había dado entre la pared y la reja, y al parecer, la persona todavía seguía adentro.

-¿Estará…?-

Pero vio a más gente acercarse al auto. Peatones que, al parecer confirmaban si la persona estaba viva o no. Pero no se movía. En eso…

-¡Ritsu!-

La baterista pudo haber tenido un paro cardiaco ahí mismo. Mio notó el salto que dio la chica, y sonrió un poco.

-Igual me hace sentir mejor el asustarte de vez en cuando-

-Claro…- dijo mientras volvía a mirar por la ventana

-El colegio está demasiado silencioso, será mejor que nos vayamos- dijo Mio, aún asustada mientras se acercaba a su amiga

-Espera un poco, de aquí se puede ver todo- dijo Ritsu entusiasmada

La bajista vio por la ventana el espectáculo, y el terror la invadió nuevamente. La persona dentro del auto no se movía.

-Ritsu… ¿está…?-

-Quizás deberíamos ir a ayudar-

En eso, una de las personas que se había acercado al chofer, cayó, y llegó a sus oídos un grito desgarrador. Las dos chicas quedaron petrificadas, abriendo sus ojos con horror al nuevo espectáculo que se habría frente a ellas, un horroroso espectáculo.

El chofer se movió, salió del auto y se tiró sobre la persona que estaba en el suelo. Los otros que estaban a su alrededor empezaron a gritar, y uno de ellos se acercó a ellos para separarlos… pero el chofer se tiró sobre él también, y por lo que pudieron ver las chicas, estaba chorreando sangre por la boca. Varios corrieron, otros se acercaron, y el hombre que había sido atacado primero, se levantó, y se tiró sobre otra mujer que estaba cera de él… y también estaba empapado en sangre.

Mio tuvo que retroceder, ya que sintió fuertes nauseas. Ritsu estaba aún mirando, con los ojos como platos. En eso, se dio cuenta que no solo en ese sector ocurría algo. Gritos provenientes del otro lado de la escuela se escuchaban, sirenas de ambulancias, más choques, gritos, gritos… y algunos provenían de la misma escuela, provenían de adentro.

Sudor frió recorrió toda la cara de la chica, y sus piernas se sentían como gelatina.

"Esto… esto es, ni siquiera un sueño, una pesadilla, de la cual… tengo que despertar… despierta, despierta, ¡despierta!"

-Ritsu…-

La baterista escuchó el susurro de su amiga, quien estaba acurrucada en el suelo, blanca como la nieve, y con los ojos llorosos.

-Ritsu… ¿Qué fue, todo eso?-

La chica quería responder, decir algo… lo que fuese, pero nada salía de su boca, estaba seca. Sintió la mano de su amiga apretando su mano. Estaba fría y temblaba.

-Vámonos… por favor-

De alguna u otra forma, Tainaka Ritsu se trago sus propios gritos de terror, sus lágrimas, y las ganas casi incontrolables de vomitar. Se soltó de Mio y se acercó a un atril y lo desarmó, quedándose con uno de los fierros gruesos, y se volvió a Mio.

-Frente a cualquier cosa, tú no te separas de mi, ¿o.k?-


Si lo leyeron, les cargo, no les gusto, etc… díganme, ningún problema, es un experimento idea que tengo XD…. Pero comenten