Nacidos para amarnos eternamente.
Prefacio:
Edward es un chico de diecisiete años que vive en Forks con sus padre, Elisabeth y Edward Masen, piensa que todo en su vida es normal y sin emoción, hasta que un día llegan cinco chicos nuevos desde Alaska, dos jóvenes fuertes y intimidantes y tres hermosas y despampanantes chicas, todos increíblemente pálidos y de ojos dorados, y todo a su alrededor cambia, descubriendo en Bella, una de las chicas que llegaron nuevas su verdadero amor, haciéndole cambiar su visión del mundo de la fantasía al descubrir que el mundo tal y como él lo conocía esta colmado de criaturas míticas y mágicas.
Capitulo 1: Compañeros de laboratorio.
Edward:
-Maldito lunes, puto lunes…- refunfuñaba mientras me dirigía al baño, hoy era lunes, día de ir a la escuela durante toda una maldita y aburrida semana para seguir con una maldita rutina, pero bueno rogare a los dioses para que hoy acurra algo interesante, no se algo como que un chico se lanzasen desde el tercer piso, o que alguien encontrase a un alumno fallándose a una profesora en el escritorio de algún salón, o hasta que alguien filmara a la directora del instituto mientras se… bueno ya saben, con su secretaria y lo mentase en la web del instituto, pero que sucediese algo, pero que se podía esperar de un pueblo tan pequeño como Forks.
Con toda la flojera del mundo me vestí y baje a comer, luego me fui a mi auto, mi amado volvo plateado,- uno de los pocos vehículos modernos en la región-, en el pueble siempre había frio por lo que no hay necesidad de encender el aire acondicionada y de igual forma el trayecto de mi casa a la escuela no es de más de unos cuanto kilómetros, pero igual era una maldita rutina de mierda.
Al llegar al campus como siempre Jessica y su pandilla me rodearon con su coqueteo colectivo que me tenían montado desde que entramos en primer año, Por todos los dioses ¿Qué nunca me iba a dejar en paz?, pero en estos años había aprendido a llegar al aparcadero justo cuando sonaba el timbre de inicio de clases, gracias al cielo que el timbre era computarizado, porque cinco minutos escuchando el coqueteo de ellas hubiera terminado en coma y con un grave daño cerebral, eran unas frikis, una vez había escuchado y todo que querían que yo les quitara la virginidad, por favor no les quito que algunas de esas chicas tienen buen cuerpo, pero eso no sería más que cosa de una noche y mi política era "para aventuras sexuales jamás te lleves a chicas conocida" y menos que estén obsesionada conmigo, en este caso. Hacer eso – acostarme con alguna de ellas- seria como echarme la soga al cuello, y a mi edad uno no se casa.
Bueno ese día fue como cualquier otro puto lunes hasta la hora del almuerzo, yo me senté como siempre en una mesa con mis amigos Erik, Mike y Tyler, estábamos hablando nuestra siguiente excursión a la Push, aunque creo que ellos me utilizaban a mí para que fueran las amigas Jessica y ella, y poderlas mirar en bañador; esas chicas estaban tan locas que se ponían bañador estando a casi 5°C para que yo las viera, por favor ni que fuera un actor a algo así, me gustaría saber si al tipo este de la saga esa de vampiros, Pattinson tiene problemas como el mío.
Estaba inmerso en mis pensamientos cuando vi como entraban al comedor lo que para mi fueron como tres diosas, caminando con la gracia y la fluidez que a una bailarina profesional la dejaría deprimida de tanta perfección, eran increíblemente hermosas, dos de ella iban de la mano con unos chicos fornidos, pero la que estaba sola opacaba fisilmente a las otras, sus cabellos color caoba danzaba con cada movimiento de ella mostrando uno que otro destello rojizo, su piel pálida le daban un toque casi irreal, yo me quede con la vista fija en ella, como si me hubiera hipnotizado siguiendo todos y cada uno de sus movimientos con los ojos.
-Ah, estás viendo a los Cullen,- dijo Mike, yo asentí sin desviar la vista de la diosa que dé había sentado una cuantas mesas mas allá.- son nuevos, se mudaron el sábado, ¿no lo sabía?
-No, pero esa chica es como una diosa, es increíblemente hermosa.- murmure.
-Sí, pero yo voy a salir con ella, la voy hacer que me invite al baile de primavera en cuanto se sienta más en confianza en la escuela,- dijo Taylor, el sujeto era un depravado sexual, apostaría mi volvo a que lo único que se encuentra en su mente es sexo y como degradar a las mujeres con sus comentarios.- y luego puede que pase algo interesante en la parte de atrás de mi furgoneta, ya saben.- añadió mientras hacía como si le estuvieran haciendo un oral y él estuviera sujetando a la persona por el cabello, puaj… este sujeto siempre tan asqueroso, pensé girando los ojos en sus orbitas.
-No deberías hablar así, es una chica que tú no conoce, no la compares con las zorras con las que te la pasas- dije enojado por su forma de referirse a ella, era demasiado hermosa como para que ese imbécil pensara esas cosas de ella. Justo en ese momento sonó de nuevo el timbre y yo me fui a mi siguiente clase.
Biología no es que fuera difícil sino que esa supremamente aburrida y fácil aun teniendo en cuenta que iba en un curso adelantado. Al llegar al salón me senté en mí puesto en el cual estaba yo solo porque el profesor había tenido muchos problemas a la hora de organizar los puestos fijos porque todas las chicas querían sentarse a mi lado, y opto por dejarme en el puesto a mi solo, y secretamente se lo agradecí enormemente.
Cuando el profesor estaba por iniciar la clase, alguien toco la puerta entrando por ella la chica de la cafetería.
-Oh, tú debes ser una de las chicas nuevas ¿verdad?, pasa, pasa.- la joven entro con su andar elegante y ligero, de cerca era aun más hermosa que cuando la había visto en la cafetería de lejos,- bueno señorita Cullen el único puesto libre que hay en la clase es al lado del señor Masen, no creo que él vea ningún inconveniente en ayudarla a ponerse al corriente.- ¡Dios mi suerte no puede ser mejor!
-No, no hay ninguno.- dije yo demasiado apresurado. La chica se tenso, pero se sentó a mi lado lo mas lejos de mí que le permitió la mesa, mientras permanecía rígida, yo muy amistosamente le pregunte.- Hola soy Edward, ¿Cómo te llamas?- para intentar socializar.
-Bella,- respondió, volviéndose hacia el pasillo que se formaba entre las dos filas de mesas.
-Bien, hoy vamos a dar los puntos para las maquetas que les había comentado que haríamos en este semestre…- el profesor empezó a hablar y hablar, pero yo solo estaba fijo Bella, que aun rígida tenía las manos sobre su regazo, y si no fuera humanamente imposible juraría que no estaba respirando.- los grupos para las maquetas van a ser con su compañero de puesto así que tendrán que reunirse y hacerla para la fecha predispuesta…
Bella:
¿De quién demonios había sido la idea de venir a Forks?, pensé mientras mis hermanos y yo nos sentábamos en una de las mesas se la cafetería, este era uno de los pueblos más a barridos y sin gracia de los estados unidos, ok lo acepto podemos salir de día, fingir que somos humanos y todo eso, pero es aburrido, por favor a quien se le ocurre que yo con… los muchos años de existencia que tengo voy a salir con un chico para luego tener relaciones con él la parte trasera de una ban. Bueno de igual forma con toda la sarta de tontería que decían acerca de nosotros no nos importaba.
Luego del almuerzo – obvio que nosotros no comemos nada.- mi siguiente clase era biología, esto bien parecía una broma, que alguien estudie biología de secundaria, cuando ya ha estudiado medicina en casi todas las universidades del país y otras partes del mundo, y en casi todas las ramas de la misma, aunque si era una broma era de bastante mal gusto.
Al entrar en el salón uno de los olores más exquisitos que haya percibido en mi larga existencia choco contra mí como el impacto que causaría un meteorito al caerle encima a un humano, el exquisito olor de la dulce sangre humana viajando por las venas de un chico, mis ojos se dirigieron hasta él y pude ver lo que había estado oliendo ni siquiera me había detenido a verle a la cara, mi atención la tenía toda su sangre, y además tendría que sentarme con él en el mismo puesto.
Haciendo acopio de todos mis años de autocontrol me senté a su lado lo más lejos que pude, sentía como la ponzoña llenaba mi boca ardiendo como si de lava se tratase, podía imaginarme encajando mis dientes en la suave carne de su cuello, la sangre fluyendo hacia mis labios y refrescar así la insoportable quemazón que había en mi garganta desde que entre en esa pequeña habitación, Oh cuantos años sin probar ni una gota de sangre humana, sin probar sangre viva y sabrosa, ¿Cómo ese chico podía hacer que desease romper la promesa que me hice a mí misma de no volver a tomar sangre humana en tan poco tiempo y con solo estar allí sentado sin hacer nada?
No concebía la existencia de un aroma como ése. Habría empezado a buscarlo desde mucho tiempo antes si hubiera sabido que existía. Hubiera peinado el planeta para encontrarlo.
-Hola soy Edward, ¿Cómo te llamas?- pregunto intentado ser amable y lanzando sobre mi aun mas de su exquisito olor, Oh como quería saborearlo, succionar hasta la última gota de su sangre… pero no podía.
-Bella.- respondí cortante volteándome hacia el contrario de donde él estaba. En este momento más que nunca agradecí el no tener la necesidad de respirar como los humanos. El profesor parecía casi excitado hablando de quien sabe qué a todos los demás alumnos.
-Eh, Bella, ¿en donde quieres que hagamos la maqueta?, yo no veo ningún problema de hacerlo en mi casa, a mi madre no le molestaría en lo absoluto.- dijo de nuevo el joven infierno-personal, maldición ¿como ese niño podía amenazar mi celibato de sangre humana con tan solo existir?, esperaba mi respuesta, pero yo no me sentía en condiciones de hablar por lo que solo le pasé una nota por el escritorio.
"Mejor que sea en tu casa"- en su casa con la mamá de él cerca tendría que controlar mi deseo de sangre y cualquier cosa podría decirle para hacer esa tarea en el patio. Él sonrió y respondió por los mismos medios que yo, y con el pulso acelerado contesto.
"Te parece si quedamos para el viernes en la tarde"- que olor a sangre tan exquisito, hacia que mi boca se llenase de ponzoña a cada segundo quemándome la garganta, que fácil seria pedirle ayuda para ponerme al corriente en clase y cuando estuviéramos solos a fin poder saciar mi sed de sangre, esta sed que desde hacía demasiado tiempo había reprimido.
O también podría correr hasta la puerta cerrarla con seguro, matar a todos los presentes en el salón, dejando al joven infierno-personal, (como lo había denominado), y así tomarme hasta la última gota de esa tentadora, exquisita y endemoniada sangre, ya los demás que muriesen seria solo daños colaterales…
Me acobardé de mí ante la idea de lo que se me había ocurrido. Incluso en mis peores momentos (mas que todo en mis inicios en esta vida), jamás había cometido una atrocidad como ésta que mi mente estaba ideando. Nunca había matado a inocentes, al menos no en los últimos demasiados años. Y ahora planeaba masacrar a más de veinte de una vez.
"Si, ok" eso me daría tiempo para prepararme física y psicológicamente para estar con ese chico el cual ni siquiera me había detenido a verle la cara sino en casi trastornarme con el olor de su sangre, y justo en ese momento sonó la campana, agradecí a cuantos dioses existieran por eso y salí de allí lo mas normalmente posible, todas las demás clases a las que tuve que asistir las pase casi sin fijarme en nada, una vez estuve en el auto con mis hermanos pude relajarme un poco de la tención que me generaba el haber tenido que resistirme a la sangre de ese chico…
Hola, a todos mis seguidores amados, aquí les dijo una nueva Historia que espero que les guste . Besos y saludos… y no se olviden de dase una pasadita por mis otras historias: "Total e irrevocablemente enamorado.","I love vampires.", "El regreso de Edward" (En sus capítulos finales), "Recuperando el amor." y mis nuevas historias "Vuelve a mí."Y "Luchare por tu amor."Ni de comentar en todas… ya que eso me inspira a seguir escribiendo estas historias ¡XD!
Criticas, sugerencias, comentarios, todo, espero que les haya gustado.
