Hola a todos!
Aquí vengo yo con una nueva idea...como si tuviera poco que hacer, me dedico a meterme en más líos...¡pero qué líos!
Os presento...las viñetas de mi segunda tabla de 30vicios. La pareja, como no podría ser otra, siendo yo, es Tom Riddle/Ginny. Así que si no estáis muy de acuerdo con eso...bueno, quizás os suene raro lo que leáis. Yo aviso.
El título general de la colección de viñetas es una canción de Dover, que considero que le va que ni pintado. El título individual es la palabra correspondiente en la tabla.
Son viñetas independientes entre sí, sin orden de ningún tipo, y que iré actualizando a medida que vaya escribiendo.
Espero que os gusten...y como siempre..nada de todo esto es mío. Todo se lo lleva Rowling, la avariciosa de ella.


DEVIL CAME TO ME
24. Control

Le ataba, le oprimía, le impedía respirar. Sentía que sus pulmones se hacían cada vez más pequeños, cada vez con menos aire dentro, con menos vida en su frágil cuerpo. Cada vez más cerca de Él.

Podía darse cuenta de que algo le impedía ver correctamente, era consciente de que vagaba por los pasillos, pero no era dueña de sus actos. No era su voluntad la que le llevaba hasta el pequeño jardín de la cabaña. Sentía el aire frío y húmedo que le calaba los huesos, pero no podía quejarse.

Sintió como la sangre salpicaba su túnica, notó en sus pequeñas manos el crujir de huesos al estrangular al gallo, pero no había resquicio de lástima en su alma.

Poseída por aquel al que creía amar, engañada por aquel al que entregó su corazón, a merced de un malvado ser superior a todo lo que había conocido antes.

Volvía al colegio, ya había cumplido su misión. Un peón, una pieza más en aquella batalla. Sin sentimientos, sin huellas de la bondad. El aire le revolvió el cabello, fuego fatuo de la inocencia perdida, y en sus ojos brilló una chispa de maldad y locura.

Porque solo ella sabía quien era Él. Solo ella conocía su secreto. Tan solo en aquella niña pequeña estaba depositada la profunda debilidad del mal en persona.

Había sido ella la elegida para devolverle a la vida, hacer que su cuerpo caminase de nuevo en aquel mundo y que su corazón latiese de pura emoción.

Conciente de ello, Ginny apretó más contra sí el viejo diario, mientras una dulce voz de muchacho murmuraba bonitas promesas en su cabeza.