VIVIENDO DE MANERA FALSA
Isabella Marie Swan Dwyn, una chica nada común, hija única del presidente de Estados Unidos, el honorable Charlie Swan.
Edward Masen Cullen, un adolescente deseado por todas las chicas del mundo, hijo del prestigioso doctor Carlisle Cullen.
Ella, acostumbrada a que todo le llegue en bandeja de oro, todo excepto el amor.
El, acostumbrado a ser deseado por todas, todas menos la hija del presidente, a quien siempre que le preguntaban por el chico guapo y perfecto de Edward Cullen respondía con un simple ¨no es mi tipo¨.
Y por otra parte, Jacob Black, un chico que expresa frecuentemente todo cuanto siente, el hijo de Billy Black, el alcalde y además mejor amigo de Charlie.
Aquí empieza todo, tres simples adolescentes, que pueden llegar a enredarse mucho más de lo que quisieran.
LIBRO UNO
BELLA
ACASO ESPERABAS ALGO MAS PAPÁ?
Desperté temprano, que para mí eso era una total sorpresa. Al levantarme me di cuenta de que mi alarma obviamente no sonó, pero no fue lo único que vi, había una nota en mi mesa de noche, cogí el sobre y al leer el remitente era mi papa, como siempre tan formal él, nunca entregaba una carta hecha a mano, y esta no era la excepción. La abrí y decía en perfecta letra negra en Arial No 12:
Hola hija, espero que hoy no se te olvide la entrevista que tienes con
¨New York Times¨, espero estés esplendida como siempre. Es a las 3 de la tarde en las oficinas del palacio. Tu mamá y yo nos fuimos temprano a una reunión con unos socios muy interesados en comprar unas de las acciones de ¨Universal Models¨. Uno de tus trajes fue terminado y quiero que te lo pongas. No respondas a nada que no quieras, recuerda como siempre se solamente tú.
Atentamente: Charlie Swan y Renne Dywn, tus padres.
Ja! Como si solamente pudiera ser yo, eso ahora era casi imposible, por no decir que era más fácil que yo me enamorara ya mismo a que fuera una simple adolescente, como se supone debería ser, aunque mi mamá siempre me dijo que al nacer yo tenía ya 34 años encima y solo crecía en físico ya que mi mente siempre miraba todo con la madurez que le faltaba a veces a mi pequeña y atolondrada madre. Decidí levantarme y pegarme una ducha, eso siempre me reponía, el solo sentir que el agua caliente rodara por mi espalda, me dejaba lista para un nuevo día como la hija del presidente más importante…Claro está que en estos momentos no quería pensar en eso o tendría que empezar de nuevo con el proceso de relajamiento. Tal y como había dicho mi padre, ya estaba listo el vestido que yo misma había mandado a confeccionar, ya que me debía agradecer a mi misma el haberlo diseñado, estaba en mi closet, claro que me gustaban mucho más los diseños exclusivos de Alice Cullen, mi mejor amiga. Ella siempre estaba cuando la necesitaba, no solo en lo sentimental (ya que últimamente andaba ahogada en vasos de lodo), sino que también me apoyaba como una asesora de maquillaje y obviamente ella era quien surtía más o menos cada mes mi ropero.
Me sentía agradecida infinitamente con la vida por haberme cruzado con ella en ¨Universal Models¨, la empresa que mi papa me regalo pero que todavía no me dejaba dirigir, hasta que no terminara mi universidad; ahora estaba en Darmouth, estudiando Medicina, era lo que realmente me apasionaba. Al momento estaba en decimo semestre, solo me faltaba un año más y terminaba orgullosamente mi carrera, después pensaba hacer una especialización en neurología y así me dedicaría totalmente a mi carrera. Alice siempre me decía que yo debí haber estudiado diseño de modas, pero a mí no era que me fascinara mucho la idea de dedicarme a dibujar vestidos, lo hacía de vez en cuando, solo después de estar segura de haber acabado con todas las tareas, y lo hacía por diversión y malgastar el tiempo, para mí, eso de diseñar no era más que un simple pasatiempo, ya que yo sabía la gran afición de mi amiga por la moda pensaba regalarle mi empresa ¨Universal Models¨, y obvio mi papá aceptaría ya que él me quería ver realizada en lo que me gusta de verdad. Alice era maravillosa, amigable, ayuda a quién lo necesita, y lo mejor de todo es que nunca se rinde ante un reto o propósito, lo único que no me gustaba mucho de ella, y ella sabía perfectamente que no me caía bien, era su lindo y perfecto hermanito, Edward Cullen, una de mis pesadillas más recientes, ella para distraerme cuando Edward estaba, me ponía a escuchar distintos tipos de música y así me relajaba, al menos temporalmente.
Últimamente me estaba dejando influir mucho por la música gracias a Alice, ahora tenía aproximadamente unas 300 canciones en mi Ipod Touch, que por cierto como siempre era el último modelo. El ser tan reconocida por todos los lados del mundo me da ciertas ventajas, tener que rogar para que me den algo, lo mío es deseado por los demás (no me gustaba ser tan egocéntrica pero como se puede sobrevivir en una vida así, si no es de esa forma), y demasiado importante que no se atreven a decir una sola cosa mala de ti.
Pero por otra parte también tiene sus cosas malas, en realidad solo una: El amor nunca lo conseguirás mientras tu vida sea manipulada por tu padre, quien para él, cualquier chico que se le acerque a su preciada hija no es suficiente, ni siquiera lo fue el hijo de su mejor amigo Billy, Jacob Black.
Jacob, o Jake para mi, no era más que un lindo amigo, o un hermano, el siempre me vio como su ¨amiga con derechos¨, pero él para mí era ese pequeño primo o sobrino que tienes que cuidar y enseñarle las cosas básicas de la vida ya sea porque no tiene padres o están muy ocupados como para educarlos.
Desde muy pequeña mis papás siempre estuvieron conmigo en esos momentos de aprendizaje, pero cuando más o menos tenía unos 10 años, ellos decidieron que era grande y podía cuidarme sola, cosa que era verdad y no me disgustaba tener mi privacidad y libertad más que otras personas que conocía. A los 11 años conocí al amigo de mi papá, Billy Black, quién también tenía un hijo, Jake, con él nos divertíamos mucho jugando en los parques o en mi casa con diversos juegos de video que obtenía en cumpleaños, navidades o simplemente festejando que a mis papás les iba bien en su trabajo. Con Jake, nunca peleábamos, porque nunca fuimos envidiosos entre nosotros, pero algo que verdaderamente era divertido hacer con él, era fastidiar a los niños que nos miraban con desdén.
Perdiéndome de mí objetivo de recordar los tiempos en donde todo parecía divertido y fácil, empecé sin razón alguna a buscar peinados locos frente a mí tocador, algo que en mi sucedía solo cuando estaba nerviosa, no creo que estuviera nerviosa por la entrevista, había tenido ya demasiadas en mi vida como ahora venirme a asustar por una simple, aunque pensándolo bien, en realidad, NO ERA SIMPLE, me iba a encontrar en la misma entrevista con el hijo del mejor doctor que hasta el momento había en toda la historia de New York y coincidencialmente con el hermano de una de mis mejores amigas, el hijo del doctor Carlisle Cullen y hermano de mi amiga Alice, Edward (perfecto) Cullen, con quien siempre los reporteros, por algo que no entendía, nos relacionaban sentimentalmente, las revistas decían que supuestamente entablábamos una relación a escondidas del mundo público y ante los demás mentíamos diciendo que nos odiábamos; ya nadie le hacía caso a eso, claro excepto mi papá. El siempre que salía Edward junto a mí en una portada de alguna revista reconocida, o de algún periódico me hacía la misma pregunta: ¨hija no estarás de verdad saliendo con Edward o sí?, recuerda que tú puedes conocer gente mucho más valiosa que él, no digo que sea menos importante, pero tú eres un trofeo en oro que necesita mínimo una bandeja del mismo material…¨mi papá como siempre pensando en las clases sociales y yo siempre respondía igual, es decir con la verdad: ¨papá no te preocupes, tú sabes que yo no tengo ninguna relación con él ni con nadie…¨…siempre con el mismo cuento, Ja, como si no lo conociera, el siempre había soñado con que yo me casara con el empresario europeo, hijo de otro amigo más de ellos, Mike Newton.
Mike Newton, el siempre tan protagonista, le gustaba que todo el mundo lo mirara como el centro del universo, cuando no alcanzaba siquiera a serlo de su familia. Él era según para mi papá el hombre perfecto para mí, un empresario exitoso, dueño de una petrolera, mejor dicho, dueño de LA PETROLERA más grande de todo Europa; como siempre mi papá preocupado por manchar su reputación, y nunca me ha dejado de decir para ocultar su miedo a quedar mal ante los demás que yo soy lo más importante para él, y que por la misma razón sus deseos conmigo eran los mejores. Claro que a él no le importaba si a mi Mike me gustaba o no, o si por lo menos me caía bien, todo con tal de que el apellido Swan quedara por lo alto a él la palabra sentimientos, amor o atracción no existían por ningún diccionario del mundo.
Recordando una de mis peores pesadillas después de mi compromiso con Mike, era todas aquellas entrevistas que compartía con alguien como Edward, engreído, y sobre todo muy confiado de sí mismo, asegurando ante cada cámara que todas las chicas se le van a tirar a sus pies con solo que el apareciera en pantalla, revistas o simplemente en un película, así fuera solamente un extra más. Cualquier cosa, programa, periódico, libro o película que al menos lo mencionará subía en rating tremendamente, porque la cara bonita y más sexy aparecería. Era tanta su fama que a donde saliera se encontraba rodeado de sus fans, que podía decir eran todas las mujeres que conocían la existencia de él, e incluso mis amigas babeaban por él. Nunca he entendido porque lo adoran tanto, si a mí me parece tan común y corriente como mi amigo Jake. Todo el mundo veneraba a Edward excepto yo, Ja, quien lo diría, que es una de las razones por las que nos entablan en un mismo círculo sentimental.
Lo peor de todo es que yo no actuo tan mal y a veces me ofrecen trabajos en películas o en extras en novelas, series o algo parecidos, siempre que me lo piden acepto si no tengo molestias para asistir a los set de grabación y todo lo que me implica estar en grabaciones ya sea momentáneamente o continuamente, en los últimos dos años estaba haciendo una saga de películas que por desgracia él compartía conmigo, yo era la protagonista, pero él también lo era. Era lo más fastidioso que he tenido en mi vida que soportar. En las grabaciones hasta nos tenemos que besar, pero solamente porque el guión nos lo exige. Pero por fuera de los set nos podríamos decir con una sola mirada hasta de que nos íbamos a morir; mi papá siempre me regañaba después de que yo discutía con Cullen, pero es que era mi naturaleza competir siempre en todo con él. Siempre maldigo el momento en que él y yo nos cruzamos, definitivamente la vida me quería jugar sucio, me cruzó con Cullen para que me haga sentir miserable, y luego me obligan a comprometerme con alguien a quien ni siquiera amo. Esto no era para nada justo. Claro que últimamente no sabía que era justicia.
Mi ¨nana¨ quién en realidad era simplemente la ama de llaves de mi familia, me despertó de mis conversaciones internas diciéndome que ya un amigo de mi papá había mandado a un chofer para recogerme media hora antes de que empezará mi entrevista. Mi entrevista. Se me había olvidado por completo, el solo hecho de recordarme cuanto odiaba a Cullen todo se iba a un tercer plano, y mi cabeza se ocupaba solamente de despotricarlo desde todos los ángulos. Cuando recobré el hilo de mis pensamientos pude centrarme en lo que en realidad estaba pasando al frente de mis ojos y sin mi concentración-Gracias Mary, ahorita voy a comer algo y después me terminaré de arreglar.
-Señorita Bella, usted sabe que su papá se puede poner bravo si no llega a tiempo, (siempre aconsejándome en todo) y fíjese que en realidad es la 1:40 de la tarde, le quedan una hora y 20 minutos.
-Tranquila, no creo que me tome mucho tiempo arreglarme, con un maquillaje simple y creo que quedaré presentable.
-Señorita Bella…usted…
-Mmm, creo Mary que te he dicho muchas veces que D.E.T.E.S.T.O que me digas SEÑORITA, prefiero que me digas solo Bella-me tocó interrumpirla.
-Perdón, Bella, usted sabe que esté como esté, siempre se verá presentable y muy bonita.- Ok, ahora si me hizo sonrojar- Más bien le voy a ir preparando unos huevitos con jugo, le parece bien?
-Claro, se oye delicioso, en unos minutos bajo.
Me termine de colocar unas zapatillas que me gustan mucho, son plateadas de tacón no tan alto, y con una flor en una esquina. Me coloqué maquillaje muy suave ya que no quería verme según para los reporteros ¨con ganas de atraer a don Cullen¨. Bajé al comedor y Mary estaba terminando de servir mi desayuno, me senté y empecé a comer despacio porque ni siquiera me apetecía en estos momentos alimentarme como se debía. Cuando sonó el timbre imagine que debía ser algún reportero o tal vez el chofer, aunque mirando el reloj, apenas eran las 2:20 de la tarde era muy tarde como para que... de pronto mis cavilaciones se vieron interrumpidas por el segundo timbre y Mary volviendo de la entrada.
-Bella, Ángela acaba de llegar pero…
-Dile que pase, que pena con ella. Hacerla esperar más.
-Lo que pasa es que no viene sola.
-Y quien viene con ella?-lo decía en un tono tan misterioso.
-Los reporteros de New York Times y bueno…-me dijo muy nerviosa, esto se iba a poner feo.
-Vienen más reporteros?-dije asustada, no quería más, son tan entrometidos.
-No es que viene también con... con el señor Cullen- me quedé sin pensamiento alguno y de mi boca ya no salían las palabras- quiere que los deje…pasar?
-Mmm, ee…pues, no sé, si, déjalos pasar y diles que esperen en la… sala común.
-Sí, vuelvo enseguida, y más bien termine de desayunar.
-Ajá, claro…si, si ve.
Mi mente estaba tan bloqueada que entro en pánico al escuchar la voz, la dulce voz de…NO, que me pasaba, como empecé a pensar de esa forma, como iba a ver a Edward Cullen con miradas de deseo, no…no, cálmate, Edward Cullen te odia, me decía a mí misma, cómo si yo me fuera a creer ese cuento, pero por ahora tenía mejores cosas que hacer, como cepillarme los dientes y pensar respuestas decentes a preguntas morbosas que me la pasaba escuchando y nunca les presté atención, hasta ahora. No sé en qué momento mi vida cambió en un sentido totalmente diferente, antes, apenas hace unos 3 meses mis pensamientos hacia Edward eran de odio y desprecio por creerse importantisisímo, pero ahora lo veía sexy, con ese pecho tan musculoso, su cara, oh por Dios, su cara, esas facciones me estaban volviendo loca sin razón alguna, luego su cabello desordenado y rebelde, y … no, como iba tan… - piensa en otra cosa, piensa en otra cosa- termine de cepillarme los dientes y bajé despacio hacia la sala común, cuando vi a Ángela, me relaje un poco, que mi amiga estuviera presente era mejor, mucho mejor que estar sola con Cullen o con la compañía y presencia de presión que ejercían mis papás en este tipo de situaciones.
-Ángela ¡! Qué alegría verte aquí- cuando me oyó, me vio y salió corriendo a abrazarme, hace como dos semanas que no nos veíamos.
-Bella ¡! Estás hermosa, que te hiciste, se nota que la ausencia de tu amiga no te daño en nada- soltamos unas risitas ella y yo.
-Claro que me hiciste mucha falta, y en lo otro no exageres, que tú también te ves muy radiante y espléndida, como siempre.
-Ajá, y yo soy guapo, verdad?- porque siempre era tan engreído, lo peor era que así era su forma de llamar la atención, tendría envidia de mi? Si claro, que tonta, Bella, como se te ocurre eso?
-Don perfecto, resulta que nadie se había fijado siquiera de tu presencia, lástima que no aguantarás más y salieras a lucirte como siempre, como un maldito engreído.
-Pues tú no te quedas atrás, Isabella.
-Sabes, EDWARD, tú no me llegas a mí ni a los talones, y sabes perfectamente que detesto que me digan ISABELLA.
-Pues fíjate muy bien BELLA, que yo no soy TÚ sirviente.
-Bueno chicos, ya no más, yo creo que esta peleíta de niños de jardín se acabó ya.- interrumpió Ángela mí pelea con Edward, que últimamente eran frecuentes, demasiado frecuentes para mi gusto.
-Bueno, estoy de acuerdo con la señorita, podríamos dejar las discusiones para más tarde y por ahora empezar con la entrevista?-recalcó James, uno de los periodistas que menos mal me caían.
-Si claro, perdona.-conteste tratando de disolver la tensión.
-Les traigo algo de beber, se les ofrece algo- objetó Mary acercándose a la sala.
-No muchas gracias, es usted muy amable- respondió el tarado de Edward guiñándole un ojo.
-Mmm, ok…si, si se les ofrece algo estaré en la cocina.-respondió mi nana, se notó que quedó hipnotizada con Cullen.
-Gracias Mary, puedes retirarte- contesté antes de que Edward se luciera una vez más.
-Celos, Bella?- no quise contestar para no seguirle el juego y simplemente rodé los ojos.
