Obscuro Corazón
Disclaimer:
Los personajes pertenecen a Meyer, solo la trama es mía.
Beta:
Lillian Mcarty P
Prólogo
Los gritos provenientes de la planta alta, hacían eco en la mansión Swan, Charlie aguardaba en el pasillo que conducía hasta las habitaciones de su esposa Renne, quien se encontraba en estos momentos dando a luz a su segundo hijo. Charlie, preocupado y nervioso caminaba de un lado a otro, y detrás de él imitando sus movimientos manos detrás de la espalda encorvada y ceño fruncido, se encontraba su primogénita Leah de tan solo cuatro años de edad.
Ella no alcanzaba a comprender la razón del porque su padre sen encontraba ignorándola en estos momentos, o porque su madre ya no jugaba con ella al juego de la gallina ciega. Solo sabía, que sus padres ya no le prestaban la atención que antes solían darle. Ella fastidiada se recargo en la pared del pasillo para solo observar con mayor detenimiento a su padre.
Un fuerte alarido se escucho atrayendo la atención de padre e hija hacia la dirección proveniente de la voz de su esposa y madre. Después de un largo silencio se escucho el llanto de un bebé.
Leah, siguió a su padre hasta la entrada de la habitación, él se había quedado inmóvil frente a la puerta blanca, y no fue hasta que el ama de llaves, abrió y salio de la habitación con un bulto entre sus brazos.
—Señor, su hija —ella le deposito al bebé entre sus brazos.
—Es hermosa —la niña Leah, escucho a su padre murmurar.
—Así es señor, su esposa estará presentable en un momento.
—Bien, me quedare mientras tanto con la bebé.
La mujer ingreso nuevamente a la habitación, mientras que la pequeña Leah veía con detenimiento a su padre y al bebé, lo que a sus escasos cuatro años percibió fue que esa cosa estaba robándole la atención de su padre.
—Mira Leah, es tu hermanita —el padre amoroso le mostró a la pequeña al diminuto e inofensivo ser.
—Está fea —dijo la pequeña.
—No, no lo esta. Lo que sucede es que esta arrugadita pero en unos días veras su verdadero aspecto.
Leah observaba a su padre besar a la diminuta criatura y también vio el amor y enamoramiento de esté. Y ella supo entonces, que jamás vería hermoso a ese bebé.
