EXPLICACIONES AL FINAL.
La Tutora
Llega un momento en tu vida en el que tal vez te cansas de que tus notas estén más hundidas que Atlantis y de tener el privilegio de contar con la peor reputación de la escuela (en este caso, del internado).
El momento de Coraline llegó iniciando el último año de preparatoria, cuando un balón llamado "realidad" le golpeó la cara y posteriormente una piedra gigante llamada "universidad" comenzó a perseguirla colina abajo. Realidad la hizo saber que siendo un desastre semejante al que era, jamás llegaría a entrar a esa cosa llamada universidad. Y obvio, no iba a ser del agrado de Coraline quedarse el resto de su vida viviendo bajo un puente y bailando en las esquinas para conseguir dinero, casi como una prostituta.
Así que apenas volvió a poner un pie en la escuela aquel año, trató de alinearse y poner a su ser en su lugar.
"Céntrate" se decía. "Céntrate y no te distraigas"...pero dos semanas después había llegado a la conclusión de que esa cosa de la escuela no era lo suyo, porque cada vez que trataba de enfocarse en ella, algo la distraía, ya fueran sus amigos escandalosos incitándola a que arruinara aún más su reputación o bien ella misma, distrayéndose mirando la preciosa mosca que pasó.
Era tan patética algunas veces. Tanto, que se reía de sí misma.
Lo peor fue que al no funcionarle tratar mejorar sus notas, fue a intentar mejorar su comportamiento...pero claro, el mismo día que comenzó a intentarlo, le habían puesto un reporte por morderle la mano a esa chica Portley-Rind (ella se la buscó) y la habían castigado por saltarse una clase.
Su manera de invertir el tiempo no pintaba muy bien tampoco, porque por más que quería no lograba organizarse, parecía como que si su cerebro siempre tuviera cosas que no valían la pena para distraerse, o sea, se armaba un horario perfecto: bajar a comer a esta hora, estudiar a esta, ducharse a esta...pero luego se le cruzaban otras cosas que no tenían nada qué ver con la escuela y todo se iba al diablo. Y lo irónico era que siempre sacrificaba la hora en la que se suponía que debía estudiar.
-Si fueras más mala en esto, te aseguro que ni siquiera te hubieras graduado del kínder-, le dijo Wybie una vez, ganándose que Coraline le rodara los ojos e hiciera una mueca.
-Con suerte entraré a una Universidad de no-nerds con una beca de deporte-
Su amigo soltó una risa.
-¿Y si no?-
Eso bastó para que su burbuja de conformismo explotara violentamente, porque era cierto: ¿qué tal si ni así lograba entrar? Hola, querida Vida Miserable.
El solo pensarlo hacía que se le erizara la piel.
-Pues, si no entro ni así, lloraré-
-Eres tan racional-
-Cállate, Wyborne-
Y que le cayeran todos los rayos que tuviera el cielo el día de los exámenes mensuales. Coraline no creía que alguien fuera tan lela como para reprobar casi todas las materias y, en las que no fallaba, pasarlas con un seis o un cinco con decimal que se redondeaba a seis.
Lo veía venir contando que para nada había estudiado, pero no creyó caer tan bajo. En años anteriores solía pasar por pura suerte, pero al parecer ahora el mundo se ponía en su contra. ¿Qué le estaba queriendo decir la vida? Que las cosas no suceden solas, claro. Tienes que hacer que sucedan.
Pero era difícil...al menos para Coraline, porque a una persona como ella le costaba hacerse a la idea de pasarse los días encerrada con un libro y aprendiendo fórmulas súper complicadas que te saturaban la calculadora. No era su estilo, y siempre que intetaba concentrarse en adaptarse a él, terminaba huyendo a la cancha para darle vueltas hasta no sentir las piernas.
Pero he ahí las consecuencias de su actitud evade-tareas, un montón de cincos perfectamente trazados en las esquinas de las hojas de sus exámenes y, en el caso de los maestros que ya estaban hartos de ella, en el puro centro, como si creyeran que para Coraline se sentiría como una puñalada en el estómago (no admitiría que sí se sentía así).
Recientemente le habían entregado su nota de Matemáticas...y literalmente había sentido ganas de vomitar al verla. Dos de diez. Dos de diez...¿era eso posible?...y lo peor era que la maestra era una de aquellas que odiaban a Coraline, y literalmente le había entregado la hoja y había dicho "Felicidades, futura alumna de Yale".
Si no estuviera consciente de que con un reporte más terminarían contactando a sus padres, le hubiera contestado a esa vieja bruja como se merecía que le contestaran.
Para calmarse tuvo que ir con la psicóloga, por más dramático que se escuchara. Claro que no sólo llevó a su persona en sí, sino que también se llevó los exámenes que hasta ahora le habían entregado para que viera que no estaba exagerando al decirle que últimamente era un asco.
Agradeció que la mujer no se mostrara como otra persona lo hubiera hecho y, en cambio, mostrara una ligera sonrisa.
-Señorita Jones, ¿qué le dice esto?-
Y Coraline bajó la cabeza. Era lo mismo que se había estado cuestionando los últimos días y, ya que con un psicólogo uno debe ser sincero, le respondió lo que a sí misma se había respondido.
-Tengo que replantearme mi vida-
-Y mejorar sus hábitos de estudio-, se rió la mujer. Posteriormente sacó el examen de Historia, ese que tenía una horrenda nota reprobatoria encima. -Con esto no la admitirán en ninguna universidad...y no sé si ya se dio cuenta de que está en su último año-
-Créame, estoy completamente enterada del grado que curso-, dijo Coraline.
El resto de la sesión no fue mucho mejor, simplemente lo habitual...la mujer parloteando acerca de cómo podía mejorar sus hábitos y organizar sus horarios. Fue una pérdida de tiempo, porque no le dijo nada que Coraline no hubiera intentado antes. Y nada le funcionaba.
Darse por vencida ya no era una opción, es decir, si renunciabas a la universidad, se podría decir que estaba bien, porque bien podría ser que lo hiciste porque tu carrera no te agradaba y no estabas cómoda con ella...y siempre podías elegir otra. Pero Coraline no estaba en la universidad, apenas iba a entrar, y si se daba por vencida, quedaría como una haragana sin cerebro. Tendría que aferrarse y hacerlo bien.
El problema era que sabía aferrarse, pero no sabía cómo hacerlo bien.
Las personas le decían que no era cierto que había muchas distracciones a su alrededor, que era simplemente que ella no tenía fuerza de voluntad...y aunque fuera bastante ridículo, Coraline comenzaba a convencerse de que lo decían era cierto.
Pero entonces ella hizo acto de presencia.
Cuando abrió la puerta y se encontró con ella, fue casi tan aterrador como ver a Nanny McPhee.
Era morena, un poco más baja que Coraline, y portaba unos lentes con marco rojo. Era la típica nerd, pues se vestía de esa manera. Su cabello era castaño, al largo de la cintura y liso...mucho. Era obvio que no se metía ningún tipo de aparatos, por eso lo tenía en tan buen estado.
No desprendía ningún olor, además de lo que parecía ser el detergente que usaba para lavar su ropa.
Miraba a Coraline de manera estoica, y se aclaró la garganta cuando se dio cuenta de que la peliazul estaba mirándola de pies a cabeza, pero principalmente a sus cejas (monoceja, más bien).
Coraline volvió al mundo real con el carraspeo, y después se cruzó de brazos tratando de pretender que no la había tomado por sopresa.
-Y ahora la pregunta es: ¿quién eres?-
Su voz era...interesante. Coraline se la imaginaba un poco gruesa, nasal, o por lo menos quebrada, pero esta tía hablaba como si tuviera siete años, o sea, no era su léxico, era su todo...tenía la voz muy chillona, no encajaba con su apariencia.
-Salma Ramsay-, se presentó, extendiendo una mano que Coraline posteriormente estrechó algo confundida, porque si bien ahora sabía el nombre de quien le hablaba, seguía sin entender qué la motivaba a aparecerse allí tan de la nada.
-¿Y qué haces aquí?-
-Soy tu nueva tutora-, casi pareció como si la palabra le diera asco, se la arrancó de la boca literalmente.
Y Coraline simplemente arqueó una ceja y salió de la habitación cerrando la puerta detrás de ella. Le dio vueltas a Salma aún cruzada de brazos, mientras que esta rodaba los ojos. Al final, Coraline terminó donde empezó: justo frente a ella, mirándola como si fuera algo que trajeron de Marte.
Trató de hacer memoria, pero no fue exactamente de ayuda, así que al final decidió hablar.
-Yo no pedí una tutora-
Salma suspiró y rodó los ojos, casi parecía que le estaba diciendo tonta a Coraline con la mirada.
-Aclaremos una: Tú no pediste una tutora, pero la necesitas. Yo no pedí ser una tutora, pero necesito créditos extra. ¿Ya entendiste?-
-No, porque te pudieron haber mandado con otra tipa, no precisamente conmigo-, gruñó Coraline. -Me las arreglo bien sola-
-No engañas a nadie-, dijo Salma secamente. -Mira, he visto tus notas y...-
-¿Mis notas? ¿y cómo es que has visto mis notas?-, Coraline retrocedió un poco.
-Cuando te asignan a un alumno te pasan su expediente-, explicó la de lentes de manera lenta, como si Coraline fuera tremendamente estúpida. -Es decir, las notas, los reportes que tiene, los resultados del examen psicopedagógico que nos aplican al iniciar el año escolar...esas cosas, tú sabes. Aunque yo me preocupo más por las notas, no me gusta mucho meter mis narices en las vidas personales de los demás-
-Las notas son parte de la vida personal-, gruñó Coraline. Lo cierto era que le daba pena que alguien que estaba capacitada para dar tutorías viera su desastre de notas.
-Son parte de la vida escolar, no personal-, dijo Salma. -¿Siempre eres así de lenta?-
-¿Disculpa?-, gruñó Coraline. -Estás mal si crees que soy lenta, porque...-
-No eres escolarmente aventajada, eso para mí significa ser lenta-
No tenía una respuesta para eso, por lo que Salma le dedicó una de esas sonrisas de Mona Lisa, al parecer creía que había ganado.
-La señorita Friedrich, la psicóloga, me comentó que estuviste en su oficina el otro día-, dijo Salma.
Vaya confidencia que tenía esa vieja. Divulgando la preocupación exagerada que Coraline tenía por sus cincos. En su vida la volvía a confiar algo.
-...Dice que se te nota preocupada porque dudas que te admitan en alguna universidad-, dijo Salma cruzándose de brazos lentamente. -Y es por eso que estoy aquí-
-Yo no te pedí que vinieras-, dijo Coraline. -Y por lo que tengo entendido, no se me puede asignar un tutor si no lo solicito-
-Veo que no leíste el reglamento, Coraline-, dijo Salma. -La política de este internado se supone ser ayudar a sus alumnos a superarse a sí mismos para que así lleguen a ser alguien en el futuro. A personas como tú les asignan personas como yo aunque no las pidan-
-¿A qué te refieres con "personas como tú"?-, preguntó Coraline arqueando una ceja.
-Ya sabes, la alumna rebelde que le grita a todo mundo y de igual manera usa la fuerza bruta, sale mucho por la noche...-
-...And I'm just gonna shake, shake, shake...shake it off, shake it off...-
-¿Ves? a esas actitudes me refiero-, dijo Salma. -Por si no lo has notado, tu reputación está como para ponerse a trapear el suelo con ella, y tus notas están aún peor...necesitas ayuda y es obvio que será difícil que la aceptes. No es como si yo esté de acuerdo en ayudarte, pero las órdenes vienen de arriba, y a diferencia de ti, yo no me lo sacudo-
-Pues yo sí-, dijo Coraline remarcando cada una de sus palabras. -Y ve y dile a los de arriba que yo no encargué pizza, que la devuelvan y se la lleven a alguien más-
-No hay cambios ni devoluciones-, dijo Salma ignorando el hecho de que Coraline acababa de tratarla como algo comestible. -La mandaron para acá y la tienes que aceptar-
-Si no quiero, no la acepto-, dijo Coraline casi entre dientes. -Y ya te dije, no necesito una tutora, me las arreglo muy bien yo sola-
-Yo no quería ser tutora, ambas perdemos aquí, ya te he dicho-, dijo Salma. -Y yo no necesito esto, porque sinceramente creo que ya no me pueden dar más créditos extras, pero tú si lo necesitas-
-De verdad que eres terca, ya te he dicho que...-
-¿Cuál es la Fórmula General?-
-¿Disculpa?-, Coraline miraba a otro lado, pero se volvió hacia Salma en cuanto la escuchó decir eso. -No me cambies el tema-
-Dime cómo se resuelve una Ecuación Cuadrática y te dejaré en paz, nos olvidaremos de este asunto de las tutorías. Total, si me respondes, tendré la certeza de que realmente no me necesitas-, dijo Salma, con esa sonrisa estúpida de nuevo.
-Tómate tu tiempo, que no tengo más compromisos-
Coraline contuvo la respiración y tragó saliva. Fórmula General...no, nada, cero resultados.
La peliazul se revolvió el cabello y después se rascó la barbilla. Salma había ganado, y la maldita nerda lo sabía.
-Tengo entendido que practicas varios deportes-, dijo la morena. -Entonces, ¿qué días tienes libres?-
Lunes, Miércoles y Viernes, esos días Salma irrumpía en la vida de Coraline e intentaba hacer que se le pegara algo al cerebro de lo que decían los libros, cosa que no lograba.
Habían pasado dos semanas desde la primera tutoría, y Coraline seguía sin entender un demonio de Matemáticas.
Bueno, más bien se engañaba así misma unos minutos, esto quería decir que cuando Salma le planteaba una Ecuación o algo parecido y le explicaba paso por paso lo que debía hacer, Coraline lo comprendía y lo resolvía fácilmente, pero no veía venir que era como que si la chica le estuviese dictando y ella sólo escuchara. Cuando le soltaba la calculadora y le decía que lo resolviera ella misma sin su ayuda, Coraline se quedaba en blanco, se sonrojaba, sonreía como una idiota...y Salma por otro lado daba la impresión de que quería pegarle con algo que le rompiera el cráneo, meterla a una bolsa negra y tirarla al río. Coraline no la culpaba, ella tampoco tenía paciencia, y que no te entendieran cuando explicabas algo debía causar mucha impotencia.
A veces, Coraline lograba memorizar conceptos, pero sólo le duraban un día. "No te los aprendas, compréndelos" le decía Salma. Pero, ¿qué se suponía que "comprender" significaba?.
Llegaba a un punto de que intentaba aplicarle psicología inversa a su tutora no deseada para que terminaran la sesión de estudio antes, pero tal parecía que Salma tenía los pies en la tierra todo el tiempo, nunca se subía a Venus, podría estar haciendo mil cosas a la vez, pero se concentraba perfectamente en todas. Coraline era todo lo contrario...por eso cuando trató de tomar clases de baile, la echaron por descoordinada...porque o movía los pies o movía las manos o seguía la música.
Además, la manera en la que se vestían también dejaba a la vista lo opuestas que eran. Coraline usualmente se ponía blusas con símbolos de bandas, shorts y tenis con un color que para nada iba a juego con las cosas anteriormente mencionadas. Salma siempre se vestía como la inetelectual que era, con falda larga, calcetas, zapato negro y blusa con un suéter encima. Parecía salida de un colegio católico.
No le gustaba escuchar música, al menos que fuera clásica, tenía un horario estricto, no comía chatarra...un monstruo organizado.
-Necesitas relajarte, ¿sabías?-, le dijo Coraline una vez, mientras que Salma le leía un párrafo del libro de Biología.
La de lentes se detuvo en seco, y miró a Coraline. Se le veía en los ojos que fingía paciencia, estaba completamente frustrada, pero se esforzaba mucho por no explotar. Y Coraline no le ayudaba mucho a lograr su objetivo, porque simplemente se había quedado ahí sentada sobre la cama de piernas cruzadas, esperando que Salma hablara, cosa que sucedió unos segundos después.
-No estás poniendo atención, ¿verdad? No has escuchado una palabra de lo que te he dicho-
Coraline gruñó y se llevó las manos a la cara.
-Es que no entiendo ninguno de los conceptos, maldita sea-, gruñó...y por un momento creyó ver que a Salma le había dado un tick en el ojo.
-Si me estuvieras escuchando, sabrías que me he detenido para explicarte cada cosa importante que leo-, le dijo. -Pero no me estás escuchando-
Coraline se encogió los hombros.
-Me cuesta concentrarme-
-Sí, lo vengo notando-, la morena suspiró y volvió a abrir el libro. -Trata de centrarte esta vez-
Pero apenas comenzó a leer de nuevo, la mente de Coraline ya se había marchado a hacer sus propios asuntos de nuevo. ¿Por qué hasta ahora notaba que su compañera de habitación no tenía posters en las paredes? Es decir, Coraline tampoco los tenía, pero Winnie se veía del tipo que sí andaba tapizando las paredes...tal vez debería preguntarle.
También, ¿qué estaría haciendo Wybie en ese momento? Coraline no le había dicho que tenía una tutora, no sabía si era porque temía que se burlara de ella porque había una nerd ayudándola en sus estudios...aunque no tenía por qué burlarse, ¿o sí? Es decir, a él un tal Dipper le daba tutorías desde el año anterior. No se soportaban el uno al otro, pero Wybie sí había mejorado considerablemente en la escuela, y había descubierto que era extrañamente bueno en Matemáticas (pero no sabía explicar, por eso Coraline nunca le pidió que la ayudara).
Y hablando de Wybie, ¿qué fue del tipito ese que era su compañero de habitación? Desde hacía dos años Coraline no lo veía en el mismo lugar que Wybie, quien por cierto había terminado teniendo la habitación para él solo.
Sospechaba que asustó al pobre chico, porque él era bastante tímido, casi nunca hablaba, y a Coraline siempre le respondía con monosílabos cuando trataba de hablarle...y pues, he ahí Wybie siendo un loro que nunca se callaba. Seguramente lo hartó tanto que terminó pidiendo que lo cambiaran de habitación.
Pero espera, ¿era eso posible?...No habían dejado a Winnie cambiarse de habitación, ¿por qué al compañero de Wybie sí?.
-¡Coraline!-, la propietaria soltó un grito cuando sintió el libro estamparse en su cabeza. Salma le había pegado...le había pegado porque no la estaba escuchando otra vez.
-¡Perdón!-, Coraline se frotó la cabeza.
-Mi paciencia tiene un límite, por si no sabías-, gruñó Salma. -Repite lo que dije-
Coraline abrió la boca para hablar, pero no logró sacarse la voz, en cambió le salió la carcajada que desató el ataque de risa nerviosa.
-Eso pensé-, dijo la morena ignorando que Coraline ya se había puesto roja de tanto reírse. -Así no funcionan las cosas, Coraline-
-Es que no se me pega nada-, dijo la peliazul aún riéndose.
-¿Entonces cómo nos arreglamos?-
-Sigue leyendo, te pongo atención esta vez-
Salma dudó un poco, pero después gruñó y retomó la lectura en voz alta.
Fue una lástima que Coraline no cumpliera su promesa.
Sucedía que era una de esas personas que no podían tener las manos quietas. Puso atención durante un párrafo e incluso llegó a retener algo, pero después se aburrió y se preguntó qué pasaría si le quitaba los lentes a Salma. Y claro, no se quedó con la duda.
Cuando comenzó a acercarle la mano a la cara, la nerd ni se inmutó, pero cuando le sacó los lentes inmediatamente intentó arrancarlos de sus garras.
-Trae eso acá-, le gruñó.
-Sólo préstamelos un momento-, dijo Coraline mientras se los ponía. Tenían demasiado aumento, acabarían dejándola ciega, pero todo por evadir tareas otro rato. -¿Cómo me veo?-
-No puedo verte, estúpida-, escupió Salma, porque en efecto no podía ver nada sin los lentes.
-Me veo genial, lo sé-, Coraline fingió presuntuosidad.
-Soy Salma Ramsay, y soy condenadamente intelectual, una sabelotodo-, hizo una mala imitación de la voz chillona de Salma y puso una expresión bastante estúpida, a lo que la nerd reaccionó mirándola feo todo el rato. Era imposible que no se tomara nada en serio.
Cuando Coraline estaba distraída, le quitó los lentes y se los volvió a poner, para después mirar a su "alumna" con desaprobación.
-Esto no está funcionando-
-Venga, no rompas conmigo-
Salma gruñó.
-Estoy hablando en serio, Coraline. No está funcionando y no sé qué estoy haciendo mal, porque considero que mis explicaciones son muy claras-, dijo Salma. -¿Padeces algún problema de aprendizaje?-
-¿Qué cosa?-, Coraline arqueó una ceja. -Para nada, estúpida-
-¿En serio?, ¿ni siquiera dislexia?-
-¿Acaso ves que no sé leer?-
-Lees sólo lo que te gusta-
-Pero leo, así que no padezco de dislexia-, Coraline se cruzó de brazos, ofendida. -Tal vez estudiar de esta manera no es mi estilo...son muchos libros y muchas letras y...ugh-
-¿Qué esperabas? ¿dibujos?-, preguntó Salma rodando los ojos. -Mira, Coraline, aquí hay conceptos y números, no colores ni esas cosas, tendrás que adaptarte, quieras o no-
Coraline se frotó el cuello.
-No entiendo cómo te aprendes las jugadas que tienes que hacer en cada partido de basketball o volleyball pero no te aprendes una sóla fórmula...es casi lo mismo-
Entonces Coraline tuvo una idea.
-Me las aprendo porque en ese mismo momento las pongo en práctica-, dijo con una sonrisa. -Y, o sea, hay ruido alrededor y...Salma, ¿y si no se me diera estudiar en silencio? Hay personas que son así ¿no?-
-Pues sí, supongo-, Salma arqueó una ceja.
-Y se supone que los tutores deben adaptarse a la forma de estudiar de a quien tienen asignados, ¿no?-
-Sí-
-Bueno, entonces lo tengo-, sonrió Coraline. -Hay que dar por terminada la sesión de hoy, reunámonos el Miércoles en el patio de atrás, a las cinco-
Salma no supo cómo reaccionar al principio, pero después suspiró, tomó sus libros y accedió. Tal vez el método para estudiar de Coraline fuera más efectivo porque, después de todo, resultaba ser su estilo...y si era su tutora, debía adaptarse a como ella estuviese cómoda.
-¿Para qué la ropa deportiva?-, el Miércoles, Salma fue puntual a la cita, y Coraline ya estaba ahí, con el uniforme que utilizaba para jugar volleyball. -Sí entiendes que no viniste a jugar, ¿no?-
-Lo entiendo perfectamente-, Coraline le dedicó una sonrisa. -Pero voy a necesitar esta ropa, créeme-
-¿Tienes práctica después de la sesión?-, preguntó.
-Nope-
-Entonces creo que no entiendo qué te motivó a traer tu uniforme de volleyball-
-Bueno, es que es bastante cómodo, siempre me lo pongo cuando hago ejercicios-, dijo Coraline encogiéndose los hombros.
-Sí, pero vienes a estudiar-, Salma le mostró el libro de Historia. Les tocaba estudiar de esa materia aquel día.
-A estudiar a mi manera, Salma-, dijo Coraline. -Verás, he llegado a la conclusión de que mis jugadas y la posición que debo tomar cuando voy a torneos o cosas parecidas, me las memorizo porque en ese mismo momento las estoy aplicando, es decir, estoy en movimiento...y además, hay ruido a mi alrededor-
Salma se quedó mirándola sin expresión alguna.
-¿O sea...?-, preguntó después de un rato, al notar que Coraline no planeaba decirle por sí misma qué se traía entre manos ahora.
-O sea, que pensé que si yo estoy realizando alguna actividad física mientras tú lees, tal vez se me pegue algo al fin-, dijo Coraline. Salma arqueó una ceja.
-Creo que más bien estás buscando otra de tus muchas distracciones para evadir tareas, sin ánimos de ofender-, dijo Salma.
-Sinceramente no lo sé-, se rió Coraline. -Pero, venga, no perdemos nada con intentarlo, aún falta un rato para los siguientes exáme...-
-Dos semanas no es mucho-
-Bueno, tal vez no, lo admito. Pero si esto no resulta, Salma, te juro que daré lo mejor de mí los siguientes días-, casi rogó, pero al ver que Salma estaba esperando que le agregara alguna otra cosa al trato para así lograr acceder a regañadadientes, tuvo que recurrir a medidas drásticas.
-Si esto no funciona, dejaré el equipo de volley-
-¿Por qué sólo el de volleyball, por favor?-
Vaya que era exigente.
-Porque es el uniforme que traigo-, dijo Coraline despreocupadamente. -Si trajera el de soccer, me hubiera ofrecido a dejar el de soccer, si trajera el de basket, lo mismo...pero traigo el de volley, cariño-
-No me llames así-, Salma frunció el ceño, para después abrir el libro, leer un párrafo y mirar Coraline de nuevo.
-Es un tema fácil el que toca hoy...y bastante corto. Si lo terminamos, podremos pasarnos a otro-, dijo cerrando el libro. -¿Qué tipo de acción física quieres realizar?-
Coraline abrió la boca para hablar, pero Salma se le adelantó.
-Correr no, porque el patio es más grande que dos parques juntos y, además, no pienso ir detrás de ti-
-Obvio no planeaba correr-, dijo Coraline. No era sarcasmo, se veía sincera. -Dime, ¿traes short debajo de la falda?-
Salma tardó un rato en responder.
-Sí...¿a qué viene la pregunta?-
-Planeo tirarme al suelo, agarrarte los tobillos y subir las piernas sin doblarlas-, dijo Coraline. -Y quería evitarme verte la ropa interior si no traías short-
-Aún con short, no te dejaré hacer eso-, Salma se sonrojó ligeramente. -No soporto que me toquen, yo...-
-Perdona, Elsa-
-No me llames así-, gruñó Salma, después se aclaró la garganta
-Mejor te piso los pies y haces abdominales-
-¿Cómo que...oye, no es tan mala idea-, se rió Coraline. -Al parecer sí sabes de ejercicios-
-Mi compañera de habitación tiene una rutina , a veces me pide que la ayude-, Salma se encogió de hombros.
-Ya...¿y cómo se llama ella?-
-Lili Zanotto-, Salma habló rápido, como si no quisiera que Coraline comenzara a hacerle preguntas sobre la chica. -Pero comencemos ya, que se nos va a hacer tarde-
Abdominales, flexiones, sentadillas, posición de corredor...en esos se les fueron las dos horas que estudiaban Lunes, Miércoles y Viernes. Alcanzaron a ver los dos temas de Historia y uno de Matemáticas. Mientras Coraline saltaba por ahí y derramaba sudor, Salma estaba de pie junto a ella o sentada en una banca leyéndole.
Y esa era la historia de la primera vez que a Coraline se le quedó algo de lo que habían estudiado.
Llegaron a la conclusión de que cualquier cosa se puede arreglar, aunque parezca lo contrario, porque las dos semanas que les quedaban antes de los exámenes, se podría decir que Coraline aprendió más de lo que Salma esperaba que lo hiciera. Respondía todas las preguntas que le hacía al terminar de leerle, podía resolver problemas matemáticos sin que le estuviera diciendo paso por paso...y estaba consideradamente más centrada, porque volvía a estudiar los temas aún después de que Salma se marchaba.
También, le dedicaba menos tiempo a sus deportes, ya no le habían puesto ningún reporte, y aparentemente los maestros ya no la odiaban tanto, que porque "ya no era tan inmadura".
No era la mejor estudiante, claro, peor había mejorado demasiado...y Salma no lo admitiría, pero estaba algo orgullosa.
Pronto, cubrían los temas en menos de dos horas y gracias a eso se habían abierto más la una con la otra. Hablaban de sus cosas personales o algunas otras cosas al azar. A veces peleaban por tonterías gracias a su choque de personalidades, pero después volvían a la normalidad y seguían hablando hasta que llegaba la hora de irse.
Se volvieron algo cercanas. Una vez, Salma incluso asistió a uno de los partidos de basketball de Coraline. Se aburrió demasiado, pero se quedó hasta el final.
Coraline en una ocasión acompañó a Salma a hacer tarea a la Biblioteca. También se aburrió, pero se quedó.
En secreto, sabían que eran amigas.
El día anterior al de los exámenes se llegó...y Coraline no podía estar más nerviosa, era la primera vez que Salma la veía así, o sea, mordiéndose las uñas y de vez en cuando temblando, repitiendo datos una y otra vez, y con la lengua trabada.
-Para-, le dijo mientras hacía sentadillas. -Para ahí-
Coraline se detuvo en seco, y miró a su tutora, para después quitarse el sudor de la cara.
-¿Qué sucede?-
-¿Por qué estás tan nerviosa? No es más que una hoja con preguntas...y hemos visto todos los temas que debíamos ver, no vas en blanco-, dijo Salma cruzándose de brazos.
-Ya sé, pero...agh-, Coraline pateó el suelo con su pie. -¿Qué tal si se me olvida todo?-
-Si se te olvida, lo recordarás, porque eres una terca-, le dijo Salma. -Pero dudo que tengas que recurrir a medidas tan drásticas como lo es estarte exprimiendo el cerebro porque simplemente no logras recordar algo-
-¿Y quién dice que no voy a tener que hacerlo?-, preguntó Coraline.
-Lo digo yo-, Salma se acercó a ella y suspiró, para después ponerle una mano en el hombro.
-Confío en ti-
La peliazul sonrió, después miró al suelo.
-¿En serio?-
-Sí-, respondió Salma. -Y también confío en que te irá bien-
Al terminar la semana de exámenes y al ser publicados los resultados, fue como si algo le explotara en el estómago ambas. Al ver las notas de Salma no se sorprendieron mucho, venían venir el montón de dieces de parte de ella...pero ver que con Coraline había resultado lo mismo, las tomó por sorpresa...una sorpresa de las buenas.
Salma intentó no sonreír, pero su boca lo hizo de todas formas, tanto por las notas como por la euforia que Coraline mostraba en ese momento. Se sentía realizada junto con ella, así que la miró y, aún sonriendo, dijo:
-Lo lograste-
Coraline se volvió hacia ella, sonrió aún más de lo que ya sonreía y, sin pensarlo, le dio un abrazo en el que casi le sacó los gases o le rompió las costillas.
-¡LO HICE, SALMA! ¡DE VERDAD LO HICE!-, chilló mientras la tenía abrazada.
Los lentes de Salma se enchuecaron, por lo que se los tuvo que arreglar. Sintió cómo sus mejillas se sonrojaban, y se tensó...no era por su repudio al contacto físico, era algo distinto, y Salma no sabía qué. Intentó devolver el abrazo, pero estaba ciertamente nerviosa, así que sólo logró ponerle las manos en la espalda incómodamente...y fue cuando Coraline reaccionó.
Se alejó violentamente, y la cara se le tiñó de rojo al igual que a Salma...claro que Coraline logró regularizarse y se aclaró la garganta, para después hablar.
-Lo hice-, dijo entre risas.
-Sí, lo hiciste-, La voz de Salma sonó demasiado chillona. -Felicidades-
-Jé...gracias-, dijo Coraline mientras se frotaba el cuello de manera incómoda. -Creo que...debería...le voy a decir a Wy...agh...-, se rió nerviosamente
-Yo también debería irme, tengo que...ehm...-, Salma sintió calor, estaba aún más sonrojada ahora, al igual que Coraline.
-Tienes asuntos-
-Sí, eso-
-Bueno, yo también...jé-, Se dieron la vuelta sobre su eje sincronizadamente y se alejaron un poco la una de la otra, pero después Salma escuchó a Coraline.
-Oye...-
-¿Sí?-, preguntó, mirándola.
-¿Vamos a la biblioteca más tarde? O sea, si tienes tareas-, dijo Coraline, a lo que Salma contuvo la respiración y posteriormente la soltó lentamente.
-Sí, claro, nos vemos ahí a las cinco-, dijo.
-Bueno-, Coraline sonrió. Intentó darse la vuelta de nuevo, pero después miró a Salma otra vez. -Y...¿Salma?-
-Dime-
-¿Podrías seguir siendo mi tutora?-
*Se mete debajo de una pierda* I'm not shipping it (?).
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Pos pasó que hice un reto con Aileen31 ...Y no me arrepiento, pero creo que tampoco ha sido lo más sensato que he hecho en mi vida, porque sho le puse una pareja bien bonita y ella me pidió un CoralinexSalma...que son incompatibles :v.
Pero pues, como tengo pacto con Bill Cipher de alguna manera sobreviví y aquí ando haciendo por la vida, con un one-shot que salió más largo de lo que esperaba pero está todo mal escrito y con una trama bien pinche brusca XD. PERO WHO CARES, CUMPLÍ EL RETO, ME SIENTO REALIZADA...no en realidad XD.
Ehm... sé que esto no tendrá revs, por ser una mierda mal escrita y porque la pareja está...eh...perturbadora (?), pero sería grosero no poner aclaraciones, so:
-Hay cameos de MK ajajjaaj y como pudieron ver, uno de Winnie Portley-Rind, de The Boxtrolls. Puse a Cor como un puto desastre, porque Aileen me puso de canción Bad Reputation -_-. Y la hermosa portada que tiene esto la hizo mi amiguis KaryLee :')...a la que por cierto le agradezco una vez más jajaja.
Y pues, nada, aquí con la cosa que más se me ha dificultado escribir, pero al fin aquí :')...sha es todo XD. Cookie fuera, compren oro ;).
PD: Sólo Aileen sabe por qué unas palabras están en negritas, ni le busquen :V.
