Zootopia no me pertenece, yo solo tomo prestados a sus personajes para fines de esta historia... y porque me encanta el Nicudy XD

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Este es el segundo Shot que escribo para este fandom... en verdad quisiera hacer un fic largo pero no tengo la menor idea sobre qué temática hcaerla, he leído algunos fics de este fandom que me han dejado con la boca abierta y una expresión de wow! muy buenos autores que existen escribiendo para Zootopia... en fin.


Shot. Treta.


— ¿Algún problema oficial pelusa?

La socarrona voz del zorro crispó a la pequeña coneja. Sus orejas bajaron, pero fue por mera indignación ante el apelativo que el animal en cuestión le había dicho.

—En primer lugar no soy oficial pelusa, Wilde—la oficial notó la elevación en las prominentes cejas del zorro, parecía bastante divertido ante la situación y ante su evidente molestia—tampoco soy, zanahorias, oficial rabo de algodón, reparte multas o simplemente nena, soy la oficial Hopps y en segunda, sí Wilde, tenemos un problema aquí.

Judy esperó pacientemente alguna respuesta de Nick, como sabía que se llamaba aquel zorro rojo, el que últimamente resultaba para ella un dolor en el trasero por simples razones.

— ¿Sí? ¿Cómo cual?—Nick asumió un tono despreocupado tan típico en él queriendo parecer aun más tranquilo de lo que realmente estaba en esos momentos. Vio cómo la pequeña coneja lo inspeccionó de pies a cabeza, buscando algo.

—Como el hecho de que manejaba a exceso de velocidad cerca de un cruce peatonal—Judy señaló la flamante motocicleta con su peculiar zanahoria-pluma-grabadora.

Nick ensanchó su sonrisa mostrando un poco sus relucientes dientes—Cherry es una verdadera máquina de la velocidad, no puede culparla por ello oficial Hopps, nació para correr—el zorro se quitó los lentes oscuros dejando a la vista sus hermosos ojos verde esmeralda, prácticamente acarició el asiento de su motocicleta recordando que fue Flash, un amigo suyo quien le vendió aquella preciosidad, el nombre de "Cherry" se debía al atrayente color rojizo de la maquina, tan brillante como aquella fruta fresca.

Judy nunca había escuchado tal respuesta alguna vez, el zorro mostraba tal devoción a su motocicleta. Machos. Pensó poniendo los ojos en blanco, simplemente algunos se volvían locos con aparatejos como esos, queriendo siempre ir a prisa y compitiendo por la superioridad en cuanto a motores. Ugh.

—Bueno si ya has terminado de acariciar a tu motocicleta—la coneja entornó los ojos hacia él—déjame ver tu licencia de manejo—le extendió la pata, sus blancas almohadillas salieron a relucir, pero a pesar de lo adorable que pudiera verse, su actitud era demandante.

El casco de Nick quedó a un lado cuando éste se lo quitó, dejando ver cómo sus orejas caían. Mierda, pensó. La coneja estaba exigiéndole la licencia ¿cómo le explicaría que en esos momentos aquel pedazo de plástico era menos valido que un billete de tres zoolares? Debía pensar en algo rápidamente, ahora si estaba en problemas.

—Mire oficial zanaho… Hopps, le aseguro que todo está en perfecto orden, yo sé que tiene muchas multas que poner así que ¿Por qué no olvidamos esto y me deja seguir mi camino?—el zorro puso la mejor cara posible agregando un extra de picardía a su semblante, su llamada "arma secreta" que podía dejar fuera a casi cualquier hembra, Hopps sin duda no sería la excepción a la regla, o al menos eso era lo que esperaba.

— ¿Está tratando de evadir la justicia Wilde?—claro que esta haciéndolo, esta no era la primera vez que tenía una conversación de esa índole con Nick, ni por asomo la segunda o tercera sino la séptima ¡séptima! Definitivamente algo se traía en manos el zorro, es decir, nadie podía tener tan mala suerte para cometer siete infracciones a la ley en la misma semana, era simplemente absurdo pensar que se debía a simple casualidad.

Él por su parte, fingió estar contrariado, llevándose una pata a la altura del pecho en una dramática postura de estar ofendido. Incluso emitió un ligero suspiro de sorpresa lo bastante elevado para que Judy se percatara de ello.

—Me ofende oficial Hopps, yo sería incapaz de hacer algo como eso—soltó con voz fingida, una sonrisa amenazaba con asomarse por la comisura de su hocico.

—Bien entonces solo entrégame el permiso Nick y acabemos con esto—reiteró la coneja, no iba a ceder tan fácilmente con él, en todo ese tiempo ya conocía algunas mañas suyas, hacerse el ofendido ya no le convencía, dejó de funcionar después de la tercera vez.

Una repentina comezón comenzó a la altura de las orejas de Nick, quien inevitablemente llevó una pata hasta ahí para aliviar la molesta sensación. Debía reconocer la perspicacia de Judy, honestamente era mucho más sagaz de lo que su apariencia mostraba.

—Hagamos algo—Nick se bajó al fin de su motocicleta y se apoyó en ella— ¿Qué le parece si la invito a una cena después del trabajo, olvidamos este asunto y ya?

La diminuta pata de Judy viajó hasta su frente estrujándola levemente—eso se llama chantaje Nick.

—Técnicamente se llama soborno zanahorias—la corrigió regalándole su sonrisa marca patentada—pero igual la propuesta sigue en pie así que ¿Qué dices?

Chantaje o soborno, definitivamente ella no aceptaría, en primera porque eso no era correcto y en segunda porque Nick le ponía los nervios de punta, cada vez que estaba cerca suyo algo afloraba desde lo más profundo de su ser. No sabía con exactitud lo que podría ser, pero claramente y a pesar de su actitud socarrona y en ocasiones molesta, aversión no era.

Simplemente negó con la cabeza en un rotundo no, dejándole en claro que esa no era una opción para ella. Él se limitó a alzarse de hombros restándole mayor importancia al asunto.

—Solo entrégame el permiso Nick y podrás marcharte ya.

El zorro prácticamente gruñó por lo bajo, dándole una mirada de fastidio a la oficial. Podría ser tierna pero no lo suficiente. Sin tener más opción rebuscó en sus bolsillos, sacó en patas su billetera y esculcó en el interior para después entregarle a la coneja el dichoso rectángulo de plástico. Simplemente fantástico Wilde, no va a dejarte en paz ahora.

La coneja simplemente la tomó, inspeccionando primero la fotografía de Nick. Una pequeña sonrisa tiró de sus labios al ver la imagen del zorro, como si fuera lo más natural del mundo, elevó el objeto hasta situarlo exactamente a la altura del rostro de Nick, posando sus orbes amatistas primero en la imagen para después pasarla al dueño de la misma.

— ¿Tenemos también un caso de suplantación Nick?

—Esto—habló él, entendiendo a lo que Judy se refería, señalando su rostro con ambas patas—ha mejorado con los años nena.

La imagen que la licencia le regalaba a Judy era la de un Nick bastante parecido al actual con la única diferencia que recaía en el pretencioso peinado, el pelaje lo suficientemente largo que incluso podría atarse en una ligera coleta. No obstante la mirada socarrona y cínica era la misma que la que tenía en esos momentos.

Por alguna extraña razón, Judy observó de más la imagen, olvidando que alguien la observaba con una mirada curiosa y expectante. Un tenue carraspeó la sacó de su pequeño transe.

— ¿Terminó oficial?

Algo avergonzada, la coneja no levantó la mirada. ¿Qué estaba haciendo? Se suponía que debiera verificar que la condenada licencia estuviera aun vigente pero en vez de hacer eso, estaba observando descaradamente la fotografía del zorro ¿Qué estaba mal con ella? levantando una pata le indicó que se mantuviera callado en la medida de lo posible, tratando de bajar un poco su vergüenza, Judy optó por disimular tomando un par de notas con su pluma, garabateando un par de palabras que nada tenían que ver con su labor, pero eso Nick no podía saberlo ¿verdad?

Inspeccionó de nuevo y fue ahí cuando lo encontró. La fecha de vencimiento. Simplemente a Nick le encantaba acarrear problemas. Sostuvo la licencia en alto antes de hablar.

—Tu licencia ha expirado Nick ¿Qué tienes que decir a tu favor?—Judy no pudo entornar los ojos en dirección a él, ahora entendía porque su evasiva inicial.

¿Alguna razón? Bueno en realidad no tenía una excusa plausible, simplemente fue un descuido de su parte, eso sumado a la falta de recursos, últimamente los negocio no iban precisamente de las mil maravillas, Cherry fue más un pequeño capricho suyo que decidió concederse sin importar si acababa todos sus recursos en él. Tal vez debió considerar las sugerencias de Finnick al respecto, el pequeño zorro del desierto sabía mejor de buenas inversiones que él, por algo era la mente maestra en sus negocios.

—Podría darme solo una advertencia, la cena aun sigue en pie—intentó por milésima vez esperando en verdad convencer a la pequeña coneja. Internamente gritaba "acepta pelusa, acepta" mataría dos pájaros de un solo tiro, evadir la sanción de Judy y al fin salir con ella.

Las constantes acometidas de Nick con la ley no eran más que una mera fachada para tratar de llamar la atención de la oficial. Secretamente guardaba las ansias de poder entablar alguna conversación con ella o simplemente poder verla, y había sido así desde la primera vez que la vio en la estación de policía cuando él junto con Roenzáles, fueron a parar ahí debido a una rencilla por las comisiones de un negocio.

La mirada esmeralda de Nick se detuvo en el andar de la coneja, viendo cómo sus orejas caían y se levantaban en cada ocasión, cómo su pequeña nariz se agitaba de vez en cuando y cómo su pequeña boquita se movía cuando hablaba con el regordete animal de la recepción. Pero lo que realmente llamó la atención de Nick, fue el esponjoso rabo de la coneja y no es que fuese un pervertido sino que le parecia hasta cierto punto bastante curioso, por lo general cualquier objeto con apariencia suave le atraía, pero eso, bueno eso era algo que ni él mismo podía explicarse con claridad.

— ¿No vas a detenerte verdad?

—En absoluto—rectificó con total seguridad aludiendo a la infracción y a la cena.

Judy bajó las orejas derrotada. Nick siete, Judy cero. ¿Por qué cedía tan fácilmente ante él? Tal vez fuese su encanto natural y su animosidad, quizás fuese la mirada verde esmeralda que lograba desarmarla por completo con tan solo conectar con esas orbes, lo que fuese, parecía estar a merced de su depredador, porque eso era Nick para ella, un depredador al acecho que la acorralaba en cada ocasión que podía, bajando sus defensas.

—Una advertencia Wilde—notó lo complacido que estaba ¿Cómo no estarlo?—pero no aceptaré un soborno de tu parte—le dejó en claro en otro punto.

Las orejas del zorro cayeron brevemente. Auch, eso sí que fue un pequeño golpe a su orgullo.

—No lo veas como un soborno nena, es solo una simple cena, piensa en ello como una compensación por todos los problemas que te he causado y por las multas que has perdido al estar aquí conmigo.

Podría ser. Pero aun así no era suficiente razón para aceptar de buenas a primeras el ofrecimiento. Ella negó con la cabeza.

—Por favor pelusa ¿qué tengo que hacer para que aceptes una cena conmigo?—explotó al fin el zorro, exasperado ante la actitud de la coneja. Una maldita cita, era todo lo que quería de ella.

La reciente revelación dejó atónita a Judy quien abrió la boca un par de veces para decir algo pero sin saber exactamente qué. ¿Una cena? ¿Algo así como una cita? No eso no podía ser cierto, es decir, él era un zorro –un apuesto zorro, reconoció- pero a fin de cuentas un zorro y ella era una coneja, él un depredador y ella una presa, su presa.

—No estoy para juegos Nick—le dio una severa mirada, dejándole muy en claro que si eso era una broma entonces era de muy mal gusto y cruel, pues muy en el fondo Nick removía algo en ella.

Y él lo comprendió. La reticencia de Judy se debiera quizás al pensamiento de su posición en la sociedad, pero honestamente a él poco le importaba lo que los demás dijeran de él, al menos ya no, la sociedad podría hablar lo que quisiera de él ¿Qué más daba? Durante toda su vida se vio rodeado de prejuicios hacia los de su especie.

—No es un juego Hopps hablo muy enserio—Nick aprovechó para tomar su licencia, guardándola de nuevo en el interior de su cartera. Nota mental: obtener una nueva—en todo caso tenias razón en algo zanahorias, no voy a rendirme así que acostúmbrate a verme seguido hasta que digas que sí—le lanzó una mirada suspicaz a Judy, dejando en claro el reto en sus palabras.

La aflicción en Judy fue tan palpable, su pequeña nariz se agitó y sus orejas decayeron. Esta amenazándome. Se dijo ante la conmoción, una conmoción que más bien tenía que ver con la emoción del interés del zorro en ella.

—Zorro astuto—fue lo único que su mente alcanzó a maquinar, sin percatarse que lo había dicho lo suficientemente alto para que él lo escuchara. Sus patas volaron en dirección a su boca para cubrirla.

En la mente de Nick cruzó el pensamiento de responderle "torpe coneja" pero enseguida lo desechó asumiendo que en nada ayudaría a su situación. Con la mayor calma del mundo se colocó el casco y los lentes de sol, en verdad no podía estar demasiado tiempo sin estos pues la luz le resultaba molesta, casi perjudicial.

—Nos vemos tesoro—le dijo cuando el motor de la motocicleta cobró vida, acelerando una y otra vez. Le lanzó una última mirada llena de todo tipo de promesas, pero la primordial era que ella cedería ante él.

Ella lo vio alejarse sin más. ¿Qué acababa de suceder? ¿Acaso había caído en el juego del zorro? De ahora en más Nick Wilde formaría parte de su rutina diaria, él mismo se lo advirtió y conociéndolo tal vez cumpliera con su amenaza.

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Fin.


Algún review? XD