Hielo y Fuego.

Él siempre ha sido cómo el frío hielo. Incluso, desde que era un inocente niño. Y ella… Ella siempre ha sido el fuego que logra derretirlo. Incluso, desde antes de conocerse.


Capítulo Uno.

Caminaba a prisa. No. Casi corría.

No podía permitirse llegar tarde a su primer día de trabajo. Ya tenía suficiente con ser una más de las desempleadas del mundo mágico, cómo para también hacer que la despidieran el primer día por impuntualidad. Aun no sabía si quiera de que trataba el trabajo, más confiaba en que su fiel amiga, Anastasia, le indicara lo que tenía que hacer en cuánto llegara. Sin embargo, no podía ponerse a pensar en ello. Astoria Cornelia Greengrass debía llegar temprano y ya llevaba unos cuántos minutos de retraso.

Astoria no es una mujer particularmente hermosa. No; ser reina de belleza se lo puede dejar fácilmente a su hermana. Tampoco es cómo Anastasia, su mejor amiga, la cuál posee una exótica belleza, con sus cabellos pelirrojos y sus ojos de un verde tan oliva, que se asemeja fácilmente a un tono amarillo. Anya tiene facciones felinas, es bonita.

No, Astoria es diferente.

La menor de las hermanas Greengrass posee un cabello castaño, casi avellana, tan lacio, que poco se puede hacer con él y los peinados no duran más que una hora. Por eso, llevaba hecha una coleta medio chueca. Más despeinada, imposible. Ella no es elegante, y por eso, con unos jeans sencillos le había bastado para correr hasta el Ministerio. Su rostro, libre de maquillaje, tiene un curioso toque infantil, cómo su nariz de botón. Sus labios son pequeños, sonrojados al igual que sus mejillas la mayoría del tiempo. Pero, de lo que Astoria podía estar orgullosa era de sus ojos: de un inquietante y profundo esmeralda, oscuro; de esos que no cabe duda de que es verde y no azul. Su cuerpo no tiene mucha ciencia, pues no es exuberante. Sus curvas son sencillas y su complexión es delgada, sus pechos ni siquiera son tan grandes. Pero, la castaña no se aflige por ello.

Tiene un perfil extraño. Fue Slytherin, más sin embargo, nunca fue considerada una verdadera serpiente. Tenía su veneno e incluso, aún lo tiene, pero prefiere mantenerlo oculto. Sus padres, a pesar de estar de acuerdo con la pureza de sangre, no se vieron involucrados con Voldemort, pues no aprobaban sus métodos. No es educada y refinada cómo su hermana, siempre ha sido considerada cómo una rebelde sin causa por sus familiares. Y ahora, luego de dos años buscando empleo, ha encontrado un puesto en el ministerio gracias a Anastasia. Su amiga le comentó que quizás no le agradaría, pero la desesperación de Astoria por librarse de las quejas de su padre por mantenerse y no depender del cobijo de su mejor amiga, le hizo aceptar casi al instante.

Por esa razón, estaba tan apurada por llegar, caminando en aquellas calles mágicas en dirección al ministerio. Le era difícil moverse con rapidez por la multitud que se aglomeraba en la acera. Nadie se movía y los que lo hacían, lo hacían con aquella lentitud parsimoniosa que a la chica le sacaba de quicio.

¡Astoria! . La chica aun no logra entender porque su mala suerte. Emerick, un viejo amigo, se acercaba por el lado contrario esperando que la castaña se detuviera. Ella, compusó una amable sonrisa, movió sus labios indicando que no podía hablar. Y siguió, sin más.

Visualizó, unos minutos más tardes, el edificio que espera se convertiría en su nuevo empleo. Aceleró, entonces, el paso. Y llegó justo en el momento en el cuál su mejor amiga salía a su encuentro para recibirla.

¡Tori, pensé que ya no llegabas! . Exclamó mientras la abrazaba y la tomaba del brazo para arrastrarla con ella dentro del edificio. Antes de que Astoria pudiera preguntar, ya su amiga comenzaba a hablar acerca de lo que tenía que hacer. No quiero nada de grosería, ni pedantería, ni orgullo. Astoria, debes comprender que no sobreviras en éste empleo siendo… . Tu jefe es muy jocoso. Sólo debes hacer lo que él te indique y estarás bien. Serás su secretaria y estás en período de prueba. Éste período dura aproximadamente dos o tres semanas. Casi un mes, en ocasiones. Explicaba la pelirroja mientras caminaban hacía la oficina dónde Astoria tendría que esperar. Cuando llegaron a la puerta, la pelirroja se detuvo en seco, incluyendo su parloteó y volteó a ver a su amiga, uniendo sus manos en forma de plegaria. Y por favor, ¡Astoria, te lo pido de por favor! Ningún comentario sobre la guerra de Hogwarts—. Y sin más, la pelirroja abrió la puerta y empujó a la castaña dentro del lugar, como si la estuviese entregando a la boca del lobo.

Astoria se quedó con las preguntas en la boca, sin poder hablar más de lo que su amiga le había permitido desde que había llegado; es decir, nada. No se preocupó por ello. O al menos, no se preocupó cómo debió haberlo hecho. En lugar de sentarse, comenzó a recorrer la oficina de quién sería su nuevo jefe.

Dejó su cartera sobre una mesita y caminó alrededor del lugar, descubriendo libros que ella había leído y que le encantaban, o dibujos muy bien hechos, enmarcados en la pared. Observó fotos de personas que no conocía, pero que se le hacían tremendamente conocidas. Parecía un buen jefe, a pesar de todo. Hasta que su mirada esmeralda se posó sobre un pequeño cuadro en la mesa central, que enmarcaba un dibujo hecho a lápiz. Un dibujo que ella reconoció.

Astoria era dada a dibujar. Le gustaba hacerlo. Y ese dibujo había sido especial para ella, pero lo había perdido hacía ya años. En el dibujo se podía ver el lago negro de Hogwarts y una persona de espaldas al público, sentado solo en las orillas del lago. Era rubio platinado y Astoria aún podía recordar sus penetrantes orbes mercurio. Desconcertada, desvió su mirada hacía el retrato al lado del dibujo. En la foto mágica podía verse un rubio sonriendo con arrogancia. Astoria lo reconoció, a pesar de que ya no tenía las facciones adolescentes que tenía en Hogwarts. Su sonrisa seguía siendo la misma, sus facciones seguían siendo finas y elegantes, y su piel todavía era pálida cómo la porcelana. Pero, sus gestos se habían endurecido, su cabello ahora estaba corto y no lo peinaba hacía tras, sino que lo dejaba cómo estaba. Se podía notar unos músculos bien trabajados tras la túnica de gala y su rostro había perdido todo rastro infantil que hubiera podido tener. Era un hombre.

Entonces, lo entendió todo y maldijo para sus adentros por su mala suerte.

Caminó con prisa hasta su cartera y se dispuso a cruzar el umbral, pero antes de que pudiera llegar al mismo, un rubio atractivo de impactantes orbes plateados le impidió el paso. Iba vestido con unos pantalones de oficina, negros y una camisa blanca, junto a una corbata negra. Desde que la moda muggle llegó al mundo mágico, todos en el Ministerio vestían igual, sin dejar de lado aquella negra larga túnica que llevaba a modo de chaqueta. Su postura inspiraba respeto, luego de haber pasados dos años en Azcaban, después de salir de Hogwarts. Y aunque no tenía un puesto poderoso, Draco Malfoy seguía siendo uno de los hombres más influyentes en aquél lugar. Sin embargo, su mirada delataba el cansancio y el esfuerzo sobrehumano que tuvo que hacer el joven para llegar hasta allí.

Y eso sólo le dio a pensar a la joven Greengrass que, efectivamente, su amiga la había metido en la boca del lobo.

Greengrass, no esperaba verte a tan pronto. Serás mi nueva secretaria, si no me equivoco, ¿Cierto? . La chica asintió y deseó con todas sus ganas que se la tragará la tierra, pues no quería a Draco Malfoy cómo jefe.

Estás pérdida, Astoria. Completamente pérdida.


Disclaimer: Todo, menos mi querida Anastasia y mi galán particular, Emerick, son de Jotaká. Así que todos los créditos a ella. Así cómo he basado a Astoria en la imágen que nos porpociona Ophelia Greengrass quién ha logrado que me enamorara de ésta maravillosa pareja, así que de cierta forma, dedico éste fic a ella.

Cómo se darán cuenta, no es la historia dónde son prometidos a obligación. Y pues, aun no estoy segura a dónde llegará ésto, ni que tan largo será. Espero que no mucho, pero quiero desarrollar la historia con lo que tengo en mi mente. Es mi primer fic largo con ésta pareja, por lo que si me salgo mucho del cannon, especialmente en Draco, quisiera que me corrigieran. De igual manera, ésto es cómo una especie de introducción a la historia cómo tal. Espero subir el próximo cap la semana que viene. Pero, no prometo nada por las clases. Y bueno, creo que más nada. Espero que les guste y me gustaría saber sus opiniones.

Besos, Gabriela.