Se le había hecho demasiado tarde!

Había despertado apenas hace diez minutos y se encontraba corriendo en toalla, de un lado al otro por toda su habitación — probablemente aún con espuma en el cuerpo— tratando de encontrar los zapatos que iban con su vestido verde y su chaqueta negra.

"Mierda" susurró ella al escuchar el tono de su teléfono sonar mientras lanzaba sus almohadas y cobija al suelo tratando de encontrar el aparato.

Cuando al fin lo tuvo en sus manos, suspiró con alivio y sonrió un poco al ver el nombre en la pantalla.

Ichigo la Zanahoria.

"Hola," saludó ella. "Ichigo?"

"Enana! Dejame adivinar, te quedaste dormida de nuevo?"

Ella hizo un sonido de disgusto en respuesta mientras trataba de ponerse el vestido y de mantener el teléfono entre su oreja y su hombro al mismo tiempo.

"Entonces te fue bien en tu cita, supongo?"

"Ja! Bromeas? Fue terrible! El tipo me siguió hasta mi apartamento y me costó trabajo hacer que se fuera, casi tuve que usar violencia!"

"Pobre tipo," suspiró Ichigo "mira que sufrir ir a una cita contigo para que después lo heches a patadas de tu casa...debió de haberse enterado antes con qué tipo de mujer violenta estaba lidiando."

Rukia casi tropezó al ponerse los zapatos.

"Oye! Si llamaste solo para burlarte, mejor ahorratelo para cuanto tu tengas una cita exitosa!"

"Aja, como sea. Solo te llamaba para decirte que Inoue ya va para allá, salió hace rato y está muy emocionada asi que mas te vale estar lista a tiempo para ayudarle con los preparativos de la fiesta de hoy."

"Ya viene para aca?"

"Me oíste bien."

"Diablos... Esta bien, casi estoy lista. Quien cuida de Akiko hoy?"

"No te preocupes, tu ve con Inoue y has las compras, la bebé está conmigo y con Uryuu."

"Pobre niña, no la vayas a asustar con tu horrible rostro, oíste?"

"Que graciosa. Sabes? Varios amigos de Akiko vendrán a su fiesta, quizá puedas al fin hacer amigos de tu propia estatura."

"Voy a colgar!"

Ichigo rió un poco al otro lado del teléfono.

"Te veré en un par de horas, Enana."


Dos chicas se encontraban caminando una junto a la otra en el supermercado.

Una de ellas — la más alta y con hermoso cabello naranja arreglado en una trenza— tenía un pequeño cuaderno en su mano y se encontraba marcando las cosas que aún faltaban por comprar. Después de todo, esta tarde habría una fiesta especial.

"No digo que haya nada malo," dijo la más bajita de las dos. "solo digo que me parece demasiado para una fiesta de un año."

La pelinaranja soltó una pequeña risita.

"Hay que celebrar cada momento posible, Kuchiki-san."

Rukia solo rodó sus ojos y sonrió. "Ya lo sé."

"No tiene nada de malo," continuó hablando Orihime. "además hace meses que no estamos todos juntos, dime cuándo fue la última vez que viste a Akiko? O a Kurosaki-kun?"

Estaban en el pasillo de las galletas, pero la pregunta desconcertó un poco a Rukia, quien se detuvo en seco.

"Ayer vi a Akiko!"

"Las videollamadas no cuentan, Kuchiki-san. No ves a mi hija desde hace tres meses."

"Bueno, yo hablo todos los días con Ichigo así que— "

"Nop, las llamadas por teléfono y los mensajes de texto no cuentan tampoco, no lo ves desde aquella cena que tuvimos hace cuatro meses."

Había pasado tanto tiempo de verdad?

Rukia se quedó sin nada más que decir. Era verdad después de todo.

"No te confundas, Kuchiki-san," dijo Orihime dulcemente mientras examinaba una caja de galletas. "Nadie te lo está reprochando, sabemos que es duro ser dueña de tu propio negocio, pero asegúrate de guardar un poco de tiempo para tus amigos, esta bien?"

De pronto se sintió mal, sus amigos eran lo único constante en su vida y no les había estado prestando atención. Le pareció como si de repente todos los sonidos y las personas hablando a su alrededor hubieran cesado.

"Sabes que, Orihime? Tienes razón."

La chica levantó la mirada de su lista de compras, sorprendida.

"La tengo?"

"Claro que si, de ahora en adelante seré la mejor tía de todo el mundo! La más atenta también, llenaré a Akiko de regalos y de dulces! Ya lo verás! No más citas estúpidas!"

Orihime trató de decirle que no era necesario pero una vez terminaron de pagar en la caja registradora, Rukia jaló a su amiga a la tienda de ropas de bebé y empezó a comprar de todo.

Entre pequeños vestidos esponjosos y adorables y peluches y mantas.

"Crees que le guste este?" Preguntó Rukia, abrazando un enorme peluche de conejo blanco.

"Ehm...Kuchiki-san, eso aún es demasiado grande para ella, se puede sofocar."

"Tienes razón. Este lo llevaré para mi!"

"Kuchiki-san, se que es su fiesta pero no queremos consentirla demasiado."

"Bueno, Orihime, tu y Uryuu no la quieren consentir demasiado, sos sus padres pero es mi deber como tía comprarle incluso lo que no necesita, por más adorable que sea."

Orihime solo río y negó con la cabeza, Rukia ni siquiera era la verdadera tía de Akiko, pero se había auto nombrado así ya que eran muy buenos amigos — los cuatro. Desde hace mucho tiempo lo habían sido.

Rukia sonrió levemente ante el grato recuerdo y los sentimientos que este le traía.

De vuelta en los viejos días, cuando se habían vuelto amigas en la escuela, Rukia no había sido la persona más extrovertida, ni la mas simpatica.

Orihime era todo lo contrario. Desde un principio había sido amable y se llevaba y era admirada por todos en la escuela.

A Ichigo ya lo conocía desde antes, y habían sido amigos, pero no había comenzado a juntarse tan seguidamente hasta después, cuando se dieron cuenta que frecuentaban los mismos amigos.

En su tiempo en la escuela, sin embargo, las cosas habían sido bastante diferentes.

Para empezar, eran niños, no adultos y tenían más tiempo libre para pasarla juntos, ya sea divirtiéndose o simplemente disfrutando la compañía mutua. No tenían que preocuparse por mantener un trabajo, o tener hijos...o no tenerlos.

Ahora Rukia era dueña de su propio negocio, un pequeño restaurante que prosperaba. Ichigo — a quien hoy en dia, a pesar de sus peleas, consideraba su mejor amigo— se ganaba la vida como escritor local. Uryuu disfrutaba mucho la costura y se había convertido en un importante diseñador. Y Orihime, ella tenía un trabajo de maestra. Ella y Uryuu habían estado felizmente casados por tres años y tenían una pequeña niña que justamente hoy cumplia un año.

Rukia no podía envidiar un poco la vida de sus amigos. No era envidia de la mala ni la egoista. No, ella jamás desearía nada a costa de la felicidad de alguien mas, pero aveces veia la perfecta vida de Orihime Inoue...era simple, pero tenía una familia que la hacía feliz.

Ella no tenía eso. No es que no fuera feliz, es solo que había cosas que anhelaba... pero no era algo en lo que le gustara pensar, así que en lugar de hacerlo, lo reprimía y compraba regalos. Muchos regalos, para los demás, y para ella también.


"Que son todas esas bolsas? Acaso compraron el almacén completo?" Preguntó Ichigo parado junto a su amigo desde la entrada frontal de la gran casa de Uryuu y Orihime.

Las dos chicas que habían pasado la mañana de compras se bajaban del auto de la pelinaranja, cargadas de varias bolsas, de diferentes colores, de diferentes tiendas...la más pequeña de las dos apenas era visible entre tantas cosas.

"Por qué no, en lugar de burlarte y quedarte ahí parado como un idiota, mejor nos ayudas?"

Se quejó Rukia.

Uryu se apresuró junto a Orihime para ayudarle con los comprados, no sin antes darle un pequeño beso en su mejilla.

"Como les fue?" preguntó el pelinegro mientras caminaba junto a su esposa.

"Nos fue bien, trajimos todo lo necesario para la fiesta más tarde" sonrió Orihime "Kuchiki-san le compró muchos regalos a nuestra hija, aunque le dije que no era necesario."

"Eso explica todas las bolsas y las cajas," dijo Ichigo tomando algunas cosas él también. "De verdad que no te controlas con el dinero verdad, enana?"

"Cállate que para eso trabajo!" se defendió ella.

"Gracias, Rukia-san, pero no debiste."

"Ya me lo dijo Orihime muchas veces y ya le dije yo que no fue ningún problema."

La pareja entró a la casa, dejando a Ichigo y a Rukia solos afuera para encargarse de lo demás.

El pelinaranja se detuvo de pronto al ver un enorme conejo de peluche sentado con las orejas dobladas hacia abajo en uno de los asientos de atrás del auto. La tentación era demasiado grande, tenía que burlarse.

"Oye, Rukia? Que demonios es esa cosa?"

La chica, quien estaba apunto de entrar a la casa de sus amigos se detuvo de pronto al escuchar su nombre.

"Planeas darle ese monstruo a la bebé? Es cuatro veces más grande que ella...y mira esos aterradores ojos. Que quieres? Darle pesadillas?"

Rukia rodó sus ojos. "Para tu información, eso es lo único que compre para mi hoy. Y Chappy no tiene ojos aterradores!"

"Para ti? Vaya...y después qué por qué ninguna de tus citas funcionan, seguro se asustan."

"Te burlas de mí pero tú última novia salió corriendo después de un par de semanas, tienes pinta de delincuente!"

"Eso no es verdad! Además, tan vacía te sientes que tienes que llenar el espacio con tantos regalos como ese?"

Rukia se sonrojó por la indignación.

Vacía? ni que fuera una vieja desesperada!

No sabía por qué el tema de las citas y el amor fallido siempre surgía cuando estaba con Ichigo...por qué en verdad no le importaba tanto, estaba tan ocupada con su trabajo que a penas tenía tiempo para salir o pensar en el amor.

Eso era todo! No iba a permitir que Ichigo Kurosaki se burlara más de ella!

Con un movimiento rápido pero cuidadoso dejó todos los comprados que cargaba en el piso y se dirigió a darle el golpe de su vida a Ichigo Kurisaki.


En la cocina de una grande y elegante casa, se encontraba una feliz pareja.

Comenzaban a arreglar las preparaciones de la pequeña fiesta que tomaría lugar en su hogar esta misma tarde.

"Como te fue esta mañana con Kurosaki-Kun?" Le preguntó con una dulce voz llena de amor Orihime a su esposo.

"Pues, bien como siempre, supongo. Ya sabes que es algo idiota y asusta a la bebé con las muecas extrañas que hace." Contestó Uryuu a Orihime quien rió un poco en respuesta.

Ambos se movían por la cocina con una perfecta sincronización, como si fuera un baile, pero sin tocarse. Sabían lo que el otro iba a hacer y lo que el otro necesitaba y se comprenden solo con sus movimientos y mirada.

Incluso cosas como arreglar las compras del día o decorar una casa, tan mundanas, podían volverse especiales para una pareja como ellos. Y eso es lo que hacía cada dia perfecto.

"Un año, puedes creerlo?" decía Uryuu mientras se acercaba por detrás a Orihime y la rodeaba con sus brazos.

Incluso después de todo, la chica no pudo evitar sonrojarse un poco.

"Dónde está la bebé" Preguntó ella en voz baja, mientras se daba la vuelta para mirarlo directamente.

"No te preocupes, está durmiendo. Cuando despierte todo este lugar estará transformado."

ella sonrió y sus rostros se acercaban cada vez más.

Estaban a punto de besarse, cuando fueron interrumpidos de pronto por ruidos fuertes, como si una pelea callejera estuviera tomando lugar en su pórtico.

"Esos dos," se quejó Uryuu entre dientes mientras se apresuraba a ver lo que estaba pasando.

Orihime decidió quedarse ahí. Después de todo, una pelea entre Ichigo y Rukia no era nada inusual...ellos dos jamás iban a cambiar.

Sus fuertes gritos se escuchaban hasta la cocina.

"Ahora vas a ver Ichigo! Deja de correr! Ven aquí!"

"No cuentes con atraparme, enana!"

"Pueden ya dejar de actuar como niños ustedes dos!?"


Ichigo sostenía una bolsa de hielo en su cabeza...al final Rukia si había podido atraparlo.

La chica lo miraba con una sonrisa satisfecha desde el otro lado de la sala mientras llevaba un pedazo de pastel a su boca.

"Cuando vas a aprender a no meterte con Kuchiki?" Le dijo una voz de repente, lo cual hizo que se sobresaltara un poco.

No era nadie más que Urahara.

"Es que acaso viniste solo a molestar?" Le preguntó Ichigo.

"No, la verdad solo vine por el pastel...este tipo de fiestas no son lo mio. Mira alrededor, niños pequeños por doquier, parejas recién convertidos en padres. No es mi estilo."

Ichigo buscó con la mirada de nuevo a Rukia, esta se encontraba charlando y riendo con Tatsuki. Habían pasado varias semanas desde la última vez que la había visto y podía notar que su cabello estaba un tanto más largo que de costumbre, y si mirabas con atención, se podían ver ojeras que comenzaban a formarse alrededor de sus ojos.

Eran raras las ocasiones en las que se le veía tan alegre y despreocupada a Rukia...su sonrisa era bastante radiante (aunque el jamas le diria eso) y tenia un poco de merengue en su nariz por el pastelillo que comía (eso probablemente si se lo diría, solamente para burlarse y ver su reacción sonrojada.)

Últimamente, con su carrera de escritor creciendo cada vez más, raramente tenía tiempo para frecuentar a su vieja amiga...un hecho el cual el resentia.

Se hizo una nota mental para pasar por su restaurante más seguido, ya buscaría una excusa para hacerlo.

"Te gusta mucho mirarla, no es así?" dijo Urahara de manera sugestiva. Ichigo le lanzó una mirada peligrosa.

"Sigues aqui?...Y no tengo idea de lo que estas hablando."
Urahara rió. "Solo digo, que tienes dos opciones mi querido Kurosaki. O dejas de hacerle ojitos de cachorro perdido a Kuchiki-san, o aprovechas ahora que está sola y la invitas a salir antes de que alguien más lo haga."

Ichigo no dijo nada por un momento….no estaba seguro de donde Urahara se sacaba tantas ideas sin sentido.

"Creo que estas loco y lees demasiadas novelas cursi, por eso ves cosas donde no las hay" Le contestó Ichigo, fingiendo despreocupación.

"Bueno— si no te molesta, entonces quizá yo la invite a salir."

El estaba a punto de decirle que estaba demasiado viejo y que ni lo pensara, pero en eso llegó de pronto Chad, cargando a Akiko en sus brazos. El solo estaba contento de tener una excusa para no participar más en esa conversación.

"Ichigo," lo llamó Chad "me necesitan en la cocina, puedes encargarte de ella por un momento?"
"No hay problema" contestó él mientras su amigo le pasaba a la bebé y él la tomaba entre sus brazos.

Akiko era adorable, una bastante regordeta y saludable bebé de un año. Tenía puesto un esponjoso mini vestido rosa para la ocasión y reía mientras trataba de tomar en sus pequeñas manos la nariz de Ichigo.

"Vaya Ichigo, quien lo diria, eres bueno con los pequeños." Dijo Rukia con una sonrisa en su rostro.

"Pero claro que sí!" le contestó el, casi ofendido. "crees que el anciano de mi padre crió a Karin y a Yuzu el solo?"

"Pues ahora veo que no."

Rukia comenzó a jugar con la bebé que aún se encontraba en los brazos de Ichigo, él hizo lo posible para ignorar el sentimiento extraño y cálido en su pecho.

Se convenció a sí mismo que la única razón por la que estaba teniendo pensamientos raros era por lo que el loco de Urahara le había dicho hace rato.

A parte de eso, el resto de la tarde pasó bastante normal. Habían charlado y reído y no se había presentado problema alguno….claro, hasta que fue la hora de cantar y comer el pastel.

"Vamos, Ichigo, Rukia" se quejó Uryuu. "Akiko debe de estar con Orihime y conmigo al partir el pastel."

"No nos deja ir! Ayuda!" Bromeo Rukia y Uryuu rodó sus ojos mientras Orihime extendia sus brazos y tomaba a la niña en un abrazo.

"Vaya," dijo Ichigo fingiendo decepción "me siento traicionado."

"Yo también!" concordó Rukia. "Nos ha cambiado!" Ichigo rió entre dientes.

Ya estaban todos reunidos alrededor de la mesa, y Rukia e Ichigo ignoraban la forma sospechosa en la que las personas los miraban.

"Ay mirenlos" les dijo una persona a la cuales ellos no conocían, llamando la atención de ambos. "Una pareja como ustedes, estoy seguro que serán excelentes padres cuando decidan tener hijos."

Ichigo sintió sonrojarse un poco, pero no era nada comparado con lo rojo que estaba el rostro de Rukia, quien lo negó de inmediato.

"No no! están confundidos...Ichigo y yo, nosotros no— "

"No estamos juntos, de esa manera!"

"Claro que no!"

"Nosotros— "

"Nunca!"

"Para nada!" terminaron ellos en unísono, causando varias risas —no tan sutiles — de parte de las demás personas.

Vaya, pensó Ichigo, que manera mas estúpida de terminar el dia.

El resto de la tarde pasó en un instante. Cantaron, comieron y al final, cuando ya todos se habían ido, ellos se habían quedado para ayudarlos a recoger y limpiar.

Era tarde cuando al fin terminaron y por la mayor parte, se encontraban bastante exhaustos.

Lo último que vio Ichigo antes de regresar salir de la casa de sus amigos y regresar a su hogar, fue la imagen de una feliz familia, quienes acababan de tener un dia memorable, y la de Rukia, quien le sonreía y le decia adios con la mano.


Un mes después

Eran las 11 de la noche...que horas eran estas para llegar a casa? pensó Rukia mientras buscaba en su bolso las llaves para entrar a su apartamento.

Había tenido un dia largo, bastante cansado y no veía la hora para quitarse la ropa, darse un baño caliente y echarse a dormir.

No había sido un dia facil —ultimamente no parecía tener días fáciles en absoluto. La expansión de su restaurante la dejaba exhausta y no podía esperar a que todo estuviera ya terminado.

Lo primero que hizo al entrar a su apartamento fue quitarse los zapatos. El piso estaba helado, pero no era preferible que los tacones que había estado usando todo el dia. Era un gran alivio.

Su teléfono había muerto hace un par de horas así que se aproximó a conectarlo, y de inmediato, sin esperar que este se encendiera, lo dejo ahí y se dirigió a tomar la ducha caliente que desde hace horas deseaba.

El agua que recorría por su cuerpo hizo que se relajara de inmediato, no pudo evitar cerrar sus ojos.
Eran momentos como esos en los que la soledad la invadía.

Ichigo había pasado por su restaurante la semana pasada. No sabia porque, pero ultimamente pensar en su amigo — alto y pelinaranja — causaba un sentimiento extraño en Rukia...como sea, lo habia visto, él había pasado a dar una visita rápida el viernes anterior ya que él decía que los postres del lugar de Rukia lo enloquecian...ella encontraba su entusiasmo ocasional bastante adorable, aunque jamás lo diría en voz alta.

Su mente no pudo evitar recordar la fiesta de la hija de dos de sus mejores amigos, la cual había pasado exactamente hace un mes, y Rukia no había cumplido la promesa que le había hecho a Orihime ese mismo dia.

Desde la fiesta, no los había vuelto a ver ni una sola vez (con excepción a Ichigo, a quien había visto la semana anterior.)

Queria pasar mas tiempo con sus amigos. En verdad quería!

Quería pertenecer de nuevo a algo más que no fuera su vida laboral — por mucho que está la satisfaciera— Pero era difícil encontrar tiempo para hacerlo, estaba exhausta.

Bueno...ya se preocuparia por eso en la mañana.

Cerró la llave de la ducha para luego salir, secarse y ponerse el pijama más cómodo que pudo encontrar.

Echó un vistazo al reloj en la pared de su cuarto. 11:25

Bien sonrió ella al recordar que al dia siguiente no tenía obligación alguna de despertar temprano.

Estaba apunto de lanzarse a su cama, pero entonces, notó que la pantalla de su teléfono no dejaba de brillar y varios mensajes caían uno tras otro.

Que extraño.

Ichigo: Rukia! Donde estas?!

Ichigo: Contesta por favtor!

Ichigo: Es una emergencia!

Ichigo: RUKIA!

*Tienes 8 llamadas perdidas de Ichigo Kurosaki*

Abrió los ojos en sorpresa y preocupación al ver las notificaciones en su pantalla y un escalofrío recorrió su cuerpo entero.

Que podria estar pasando?

Sin perder un segundo más, tocó el nombre de Ichigo en sus contactos para llamarlo de regreso y para su sorpresa, el chico contestó de inmediato.

"Rukia! Al fin contestas! Te he estado tratando de contactar por horas, donde estabas?" Había algo mal en la voz de Ichigo y Rukia lo notó de inmediato...desesperacion, tristeza, ira quizá? Lo que sea que fuera, ella ya lo habia oido asi antes — y nunca era una buena señal.

"Fue un dia largo en el trabajo y mi telefono se quedó sin bateria, ahora dime que pasa? Cual es la emergencia, por que estas asi?"

El silencio de Ichigo le pareció eterno y un sentimiento desagradable nació en su pecho.

"Ichigo! Contestame! Qué está pasando?!"

"Rukia….son Orihime y Uryuu." A Rukia no le gusto nada el tono oscuro en el que Ichigo había hablado.

"Que con ellos? Qué pasó?!"

"Hubo un accidente…" La habitación pareció volverse helada de pronto.

"Un, accidente? A qué te refieres?"

Cada segundo que la horrible conversación se alargaba, el desagradable sentimiento en Rukia crecía cada vez mas y mas.

Por favor que no sea lo que estoy pensando.

"Un accidente de autos" Aún del otro lado del teléfono, Rukia pudo sentir el pesar de las palabras de Ichigo y lo mucho que a él le costaba decirlas.

"No puede ser...Y están todos bien? Dime qué están todos bien, Ichigo! Por favor!"

Silencio absoluto.

Ichigo no dijo nada y a Rukia no le quedó opción que preguntar otra vez. Con más intensidad y con lágrimas amenazando con salir de sus ojos en cualquier momento.

"Como estan?! Dime!"

"Rukia, cálmate por favor! Akiko está bien, ella no iba en el coche con ellos."

Ella suspiro aliviada….pero, aún así —

"Y…y los demás?"

"Creo que será mejor que vengas aquí. Te enviaré mi locación."

"Iré, pero quiero que me digas que pasa. Ahora!"

"Espera al llegar aquí —"

"No quiero!" Había comenzado a alzar la voz, no soportará que su amigo le diera vueltas a un asunto tan importante.

"Por favor escucha! No podrás conducir si te enteras de lo que—"

"Te pregunte una cosa!"

"Murieron al instante! Comprendes? Los dos! Ya, lo dije!"

El mundo pareció detenerse por completo, en ese instante.

No...no puede ser. Esto no está pasando!

Parecía haber olvidado como respirar, hasta que escuchó la voz de Ichigo, llamándola desde el otro lado del teléfono, su voz llena de preocupación.

"Rukia, estás bien? Rukia?"

"E—estoy…"

Bien? No. No estaba bien. No pudo permitir que esa palabra dejara sus labios.

esto tenía que ser una broma cruel. Malvada. Esto tenía que ser una mentira. Por qué a ellos?

"No puedo ir para allá ahora," dijo Ichigo, su voz en luto. "pero mandaré a alguien para que vaya por ti. No sé te ocurra acercarte a un volante. Te veré luego."

Y con eso colgó, dejando a Rukia en el oscuro de su habitación, sintiéndose más sola que nunca.


AH! Al fin termino de escribir y editar esto! Estoy tan feliz :3

Bueno, la verdad es que ya desde hace tiempo tenía ganas de escribir una historia basada en la película Life As We Know It, y al principio lo iba a hacer con la pareja Inuyasha y Kagome de Inuyasha, pero me termine decidiendo por IchiRuki simplemente por que los amo (Team "Estoy Amargada por que Ichiruki e Ishihime No Fueron Canon) y ya tengo otras historias con Inuyasha y Kagome en ellas.

Aunque esta idea está inspirada en la película, quiero que sepan que no es, en sí, una adaptación. A lo que me refiero es que no voy a escribir paso a paso exactamente lo que pasa en la peli, lo unico que me robo es el conflicto principal y después las cosas cambian y se van a ir dando a mi modo, no al de la película original, aunque algunas cosas sí pueden ser similares.

La verdad para mi, escribirlo fue bastante diferente a escribir el resto de mis historias, y se lee diferente también puesto que las demás son fantasía y aventura y raramente escribo historias normales en el mundo humano. No digo que sea malo, de hecho siento que tengo la libertad de hacer las cosas más simples y directo al punto a diferencia de el gran drama de mis otras historias (no digo que esta no vaya a ser dramática...solo que no tanto a comparacion de symphony of oblivion o deviant hearts) Y si en mis otras historias se pueden esperar largos párrafos describiendo un castillo, aquí puedo simplemente decir "estaban en un supermercado" y ya!

Qué más decir? No lo se, solo que espero que les haya gustado leer el primer capítulo tanto como a mi me gusto escribirlo. Esperen que el siguiente capítulo sea triste y por favor diganme lo que piensan en sus reviews, es importante para mi ya que no estoy acostumbrada a escribir este tipo de historias y mi meta es hacerlo lo menos aburrido posible y así :/ también es la primera vez que escribo Bleach desde hace muuuuucho tiempo, mucho antes de que acabara el manga y que yo decidiera alejarme de Bleach por la decepción.

En fin! Muchas gracias por leer :3