Aunque no lo sepas, Ronald Weasley vive lleno de preguntas. Tontas, cortas, que te hacen pensar, divertidas y por supuesto, mal fundadas.

Sin embargo, después de un tiempo encuentra respuesta para cada una de ellas, o simplemente las olvida. Incontablemente veces las respondieron su padres, como cuando al cumplir sus cuatro años logró formular su primera pregunta coherente ("¿Puedo comer eso, mami?"), a quienes sólo hasta que cumplió sus ocho dejó de preguntar, al sospechar que no tenían mucha sinceridad.

O a Harry, que aunque enredaba más a Ron con sus respuestas, se le agradecía el esfuerzo. Pero desde que le respondió que debería asistir a un "loquero de muggles" dejó de preguntar.

La otra persona era Hermione, siempre Hermione. Ron confiaba totalmente en Hermione, con sus respuestas largas y con argumentos, pero casi calcadas letra a letra de los libros.

Después de cuarto año, para Ron sí que había una pregunta sin respuesta, ya que ni aunque la vida le dependiera de ello le preguntaría a su familia, Harry se conformará con un "Harry ¿Sabes tú…? Olvídalo…". Y Hermione, nunca sabrá nada sobre esta pregunta, prohibida para ella como una manzana roja.

¿Quién es Viktor Krum?

Bien, que sabe el nombre de su ex-ídolo del Quidditch, pero esa no es la pregunta en sí. Él sabe que es famoso, excelente jugador internacional, mil veces mejor que él y lo peor (al menos para él) el chico que llevó a Hermione al baile.

Lo que realmente quiere saber (y se muere por averiguarlo) es…

¿Quién es Viktor Krum… Para Hermione?

¿Un amigo o más? Después de todo, sabe que si los comparan, el pelirrojo pecoso termina perdiendo.

Y ahora comprende que hay una pregunta sin respuesta, que se repitió a cada minuto que pasaba con Lavender, con los ojos perdidos y el seño fruncido ¿Quién es para Hermione?

Pero después de terminar misteriosamente con Lavender, la pregunta desaparece de su mente. Hermione lo mira a él, lo cuida a él. Y sólo a él. Por ese año, la tonta pregunta no apareció más en la mente de Ron. No recuerda más a Viktor Krum.

Y cuando lo olvidó por completo, aparece de nuevo, como la mosca pervertida que es él. Con camisas de telas que él no se puede permitir, y sonriéndole a Hermione, SU Hermione.

Cogió a su "amiga" por el brazo, y le sacó a bailar sin preguntarle siquiera. Olvidándose del mundo, de las parientes semi-veelas que se unieron a su familia, ni en lo que le diría a la chica que va a tu lado, la chica perfecta. Todo para alejarla de las perversiones de ese… sujeto.

—Hermione… —Dice él, dando una vuelta a la chica. — ¿Quién es para ti… Viktor Krum?

Hace años que no lo llama por su verdadero nombre; vaya paso a aceptación. Si Hermione le dijera "El amor de mi vida" o "Lo amo", los dejaría en paz. (Y de seguro se iría a desquitar con sus nuevas parientes)

—Nadie para mi, Ron. —Hermione se acomodó en su hombro cuando una melodía lenta comenzó a sonar.

Después de ese baile, a Ron ya no le quedaban preguntas; al menos no importantes. Después de todo, la única pregunta para Hermione que quedaba y realmente importaba era mejor dejarla para cuando terminara la guerra.

Las propuestas de matrimonio no eran lo mejor justo ahora.