Los personajes de Soul Eater no me pertenecen, son creación única del maestro Atsushi Okubo.

TWO-SHOT

«ELECCIÓN»

PARTE I

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La chica rubia apresura el paso. No falta mucho para que llegara a casa, apenas algunos metros de distancia. Le preocupa que la luna esté oculta entre las nubes entorpeciendo su ya de por sí mala visión pero confía en su memoria para no perderse.

Es lo malo de tener que vivir a las afueras de Death City por su antiguo estado de salud. Impresiones fuertes, el bullicio de las personas en su diario vivir, el ir a una escuela o conocer amigos, podría resultar contraproducente para ella. De ahí que sus padres tuvieran que mudarse al bosque que rodea la ciudad. Para protegerla.

Aunque ahora poco importa eso. Ha mejorado notablemente y prueba de ello es que incluso trabaje por las tardes en un conocido café del centro. Regresa a casa al atardecer ya que, dicen que la oscuridad es peligrosa. Hay muchas cosas protegidas por ella, seres peligrosos y letales. Por eso cuando la luna sale, Death City se encierra.

Antes, creía que sólo eran paranoias de las personas, cuentos baratos para asustar niños. Pero desde hace un tiempo sabe que aquellos supuestos cuentos son parte de la realidad. Una que le fue negada y que apenas está aprendiendo a conocer por sí misma.

Lamentablemente, ésta vez el tiempo se le fue hablando con un amigo; un chico que conoció hace poco en el café. Es extranjero y parece tener demasiada vitalidad para su edad. Curiosamente siempre está vestido de traje a pesar de que la formalidad no va con él.

Llega en las últimas horas en que está abierto el local, ocupa una mesa para él solo y bebe café negro. Es un tipo muy divertido, se llama Black Star. Hoy llegó con un inusual semblante decaído y por más intentos de ayudarlo, el chico no supo darle razón de su preocupación. Ahí se le fue el tiempo.

Cuando se dio cuenta, ya era hora de cerrar y por haberse quedado con él, ella tenía que hacerlo. Muy amablemente Black le ofreció ayuda que ella agradeció mucho. Pero, la noche había caído y ahora se encontraba en ésa situación. Caminando a casa intranquila. Tanto por la noche, como por la presencia que la sigue.

De hecho, no debería ser así. Desde hace unos meses se ha visto en la misma situación cada que regresa del trabajo. Toparse con él el sol se oculta y llegar a casa dos horas después sin que sus padres sospechen. Sin embargo, siente que ésta vez será diferente. Su corazón se lo dice y por eso teme detenerse.

—Caminas muy rápido —susurra de forma queda una voz masculina—. Hey Maka. —La llama, se le escucha enojado— ¿No piensas detenerte? No quiero estarte persiguiendo, y por cómo vas hasta parece que huyes de mí.

—Tengo cosas que hacer hoy. No puedo quedarme, mejor vete —pide ella. Aunque trató de sonar normal, su tono fue cortante.

—Estás mintiendo —asegura el chico.

—No soy mentirosa, yo… tengo un asunto que arreglar. Puedes venir… mañana —Intenta sonar segura.

—Maka… sabes que mañana tal vez no esté —La voz del chico suena apagada. La sigue brincando de árbol en árbol esperando a que ella pare— ¿No quieres hablar de esto?

Maka se detiene pero no voltea a verle. El chico también para; las nubes se alejan dejando a la vista la luna. La luz del astro nocturno permite ver al joven de pie en la rama de un árbol. Sus ojos rojos y cabello blanco resaltan, dándole un aire sobrenatural. Muy superior a ella. Observa atento los movimientos de la chica rubia en medio del camino.

—No… no sé. Soul por favor, es peligroso si te ven. Estarías en problemas; ambos lo estaremos. Es mejor que… te vayas —susurra lo último. Dando un doble sentido a sus propias palabras. Siente un picor en el pecho, específicamente en el corazón.

—No sin ti —responde el albino.

—Esto es imposible. Lo sabes.

Soul permanece en el árbol.

—Y tú sabes cuánto me importas, quiero protegerte —dice, abatido por las palabras de Maka.

—Es irónico que lo digas tú —responde ella con cierto sarcasmo. Aunque en realidad por dentro se rompe en pedazos.

El chico no contesta. Permanece en el mismo lugar, mirando con dolor cómo ella reanuda su marcha.

Maka sabe que sus palabras lo han lastimado, así como ella lo está al decirlas. Siente sus ojos escocer por las lágrimas que intentan salir y hace esfuerzos por no dejarlas libre. Reprime el impulso de echarse a correr, lo que sería en parte tonto porque si él se enoja, la alcanzaría en segundos y ahí sí, estaría en serios aprietos.

La luz proveniente de su hogar no tarda en verse, alcanza a oir las voces de su familia. Voces que no son de su total agrado porque parece que nuevamente sus padres están discutiendo. Como siempre pasa cuando ella no está.

Cuando ella entre con su fingida alegría, serán nuevamente la familia feliz. Los padres perfectos para su recuperada hija perfecta. Triste mentira.

Maka suspira. Se acerca a la cerca que separa la calle de su hogar. Antes de abrirla se detiene, solo que ésta vez no porque ella así lo quiera. Unos brazos la tienen aprisionada impidiéndole seguir. Debería gritar y pedir ayuda pero, no lo hace.

A pesar de que el cuerpo de su captor es frío, éste le transmite un sentimiento de calidez inigualable. Alegría que duele.

—Ven conmigo Maka —Le ruega Soul.

Irónico que alguien como él, le esté suplicando a una simple mortal como ella.

—N-no puedo —musita, dudando también de lo que ha dicho.

—¿Me vas a decir otra vez que es por tu familia? —inquiere el chico, escondiendo su rostro en el cuello de ella haciéndola estremecer.

—No preguntes si lo sabes —contesta, dejándose llevar por la suave caricia.

—¿Enserio elegirás a ésas personas que te encerraron en éste jodido bosque y que para colmo te dieron por un caso perdido? En esa casa, sólo tienes infelicidad. En cambio, conmigo, tienes esperanzas de seguir viviendo. De conocer el mundo que ignoras.

Maka escucha su punto, piensa en la tanta verdad que tienen sus palabras. Sin embargo, también piensa en sus padres y trata de excusarlos. Aunque no hay mucho de dónde buscar.

—Ellos no sabían que más hacer Soul. No es su culpa que mi cuerpo fuera tan débil.

El albino aspira profundamente el aroma de la chica dejándose embriagar por él y al mismo tiempo, frenando sus impulsos de saciarse de ella, cosa que, se le dificulta un poco. Afianza su agarre cuidando de no lastimarla.

—¿Y qué me dices de sus pleitos? Tú lo sabes mejor que yo… que sólo están juntos porque creen que de esa forma tú mejorarías. Si te vas, tal vez ellos mismo busquen su propia felicidad. Piénsalo.

Maka cierra los ojos, ésta vez las lágrimas fluyen de sus orbes jade. Soul tiene razón. Spirit y Kami están juntos para cuidar de su enferma hija de 17 años, que hasta hace un par de meses no podía valerse por sí misma. Si ella no estuviera… entonces no resultaría ningún impedimento para que sus padres buscaran por separado su bienestar.

—Ta-tal vez tengas razón pero aun así… no es tan fácil.

Ella se deshace de su agarre para encararlo. Lo mira directo a sus ojos carmín que han adquirido el extraño brillo que siempre le causó temor y fascinación al mismo tiempo. Revelando su verdadera naturaleza.

—Maka… me debes ésta nueva vida. Además… si yo me voy tú… morirás —Soul usa su último recurso para convencerla.

Ella limpia las lágrimas que escaparon.

—No te pedí que me salvaras.

La furia lo invade. Es tan terca. Avanza hacia ella para acariciar su cabello rubio cenizo, alejando el enojo para mirarla con ternura y amor. Sonríe, mostrando sus dientes afilados. Una sonrisa cool cómo él la llama.

—Tus ojos… pedían vivir.

—¿Mis ojos? —Maka ladea la cabeza, extrañada por sus palabras.

Él engrandece su sonrisa dejando ver ésta vez sus colmillos.

—Eso vi cuando pasé por tu ventana dos meses atrás ¿Lo recuerdas?

Ella parece reaccionar. Las imágenes de ése día pasan por su mente frescas, como si hubiesen sido ayer.

—Aquella vez —continúa el chico—, trataba de huir de mi destino. Comprometerme con una vampiresa que no conocía para preservar la sangre noble de mi clan. Estaba furioso y llevaba días huyendo. Tenía hambre. Entonces te conocí. Tenías la ventana abierta.

—No tenía fuerzas para levantarme y cerrarla. Ni siquiera para llamar a mi madre para que me ayudara. Tenía frío. Pensé que era mi última noche con vida. Creí que estaba alucinando cuando un chico entró por ella y se paró a un lado mío. Su mirada era aterradora y tenía una expresión salvaje —rememora.

—Pude morderte y matarte pero no lo hice. Porque estabas feliz de verme ahí, susurraste: ¿Eres el ángel que ha venido por mí? ¿Al fin he de descansar? ¿Todo éste sufrimiento desaparecerá? Admito que algo se removió en mi interior al verte tan suplicante y feliz. Yo, que jamás creí tener sentimientos, estaba experimentando tristeza por ver a una joven como tú en ése estado. Por eso hice lo que hice…

—Me ofreciste tu sangre —completa Maka con nuevas lágrimas recorriendo su rostro— Soul… yo…

—Cambié por ti Maka. Aun no entiendo cómo una simple humana en vilo de la muerte se volvió tan indispensable para mí. No me importó saciar mi sed con tontos animales, con tal de ayudarte a ti y verte recuperada. Escuchar tu risa, tus bufidos de molestia. Hacerte sonrojar y divertirme molestándote con tu falta de atributos femeninos.

—¡Oye! —golpea el hombro del chico con un puchero infantil.

Él ríe. Escucha voces y sus sentidos en alerta le indican que los padres de la joven se dirigen a la entrada. En un impulso vuelve a abrazarla. Temiendo dejarla libre y que sea para siempre.

—Me han encontrado. Debo rendirle cuentas a mi familia Maka pero no quiero irme sin ti ¡No quiero que mueras! Sabes que no hay cura para lo que padeces y que lo que te mantiene sana es beber mi sangre. Ya que no me has permitido convertirte es lo único que puedo ofrecerte —dice lastimeramente—, no quiero perderte, te amo demasiado. Te lo pido una última vez. Ven conmigo, no importa si no quieres ser convertida. Sólo quiero tenerte a mi lado. Yo te protegeré por siempre, no serás nunca una carga.

Se separa de ella lo suficiente para unir sus labios en un rápido y tierno besa que la deja en shock pero que intenta corresponder.

—Tus padres vienen —dice él cuando se separan—, regresaré más tarde por una respuesta. Piensa en todo lo que hemos vivido, en lo que soy para ti Maka. Si te vas conmigo, deja la venta abierta y entraré a buscarte. Si no es así… tenla cerrada. Pasaré de largo y… jamás sabrás de mí de nuevo. Espero que no hagas lo segundo.

La suelta, ella escucha los pasos acercarse de sus padres. De seguro escucharon su grito anterior cuando hablaba con Soul y viene a ver que ocurrió.

—Lo pensaré —promete.

Soul camina rumbo al bosque. Antes de perderse en la oscuridad y los árboles voltea hacia Maka para sonreírle y hacer una seña de adiós con la mano. Temiendo que sea un adiós definitivo. Mas tarde sabrá, lo que le depara el destino.


—Maka ya llegaste —Su padre abre la puerta y ella da media vuelta para terminar de cruzar la cerca—, me pareció escuchar un grito ¿Te pasó algo? ¿Estás bien?

—Sí, claro papá. Sólo vi una ardilla que me asustó. Es todo.

—¿Segura? —Vuelve a preguntar su padre.

—Segura —sonríe para calmarlo, entra a la casa— ¿Dónde está mamá? Tengo hambre.

—Oh. Ella no se siente… muy bien —Maka nota el semblante molesto de su padre. Tal y como imaginó, debieron discutir y ahora su madre ha de estar encerrada en el cuarto triste—. Tu comida está en la mesa. Bueno, me voy, tengo que salir.

—¿A estas horas?

—Cosas del trabajo.

—Ajá —dice con evidente sarcasmo. Sabe que su padre no irá precisamente a la escuela donde trabaja.

Spirit se despide de su hija dándole un breve beso en la frente. Dejándola sola en la mesa y pensando en lo que habló con Soul.

Dejar todo atrás, es una difícil decisión. Pero en todo lo que el chico le dijo, había mucha razón. Felicidad no sólo para ella, también para sus padres. Además de que… el imaginar una vida sin Soul, le es más doloroso que el hecho de saber que morirá. Puesto que ése temible vampiro que conoció hace poco, también se ha vuelto indispensable para ella.

Termina de cenar y después de lavar los trastos sube a su cuarto decidida. Las dudas se han despejado, ya tiene decisión y es por seguro, que jamás se arrepentirá de escogerla.

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Al día siguiente, cuando Kami Albarn sube al cuarto de Maka para avisarle que el desayuno está listo, se encuentra con la habitación vacía e impecable. Apenas algunas ropas fueron tomadas de su armario y la fotografía familiar no está. En la cama, yace una nota.

«Estaré bien, lo he encontrado. Y también encuéntrenlo ustedes.

Los amo. Maka»

Cuando Kami termina de leerla, llora. Lágrimas de alegría y melancolía por no haberse podido despedir correctamente de su hija. Pero le consuela el saber que ella ha buscado lo que no pudieron darle por completo: Amor. Sea quien sea que se lo haya mostrado.

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«Siguiente y último shot: Elección Parte II» Porque a los Evans no les agrada que su hijo menor quiera irse con una simple humana.


Notas Finales:

Y bien ¿Qué opinan? El relato es producto de un desafío de un grupo en Facebook (si quieren saber cuál es, revisen mi perfil de FF). Inicialmente era una viñeta pero quise agregarle más detalles. Espero haya sido de su agrado. En poco subo la segunda parte.

¡Gracias por leer!