Desclaimer: Haikyuu! y sus personajes pertenecen a Furudate Haruichi.
Advertencias: Posibilidad de Ooc y poco sentido (?)
Total de palabras: 506.
Espero que les guste.
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…* Malcriado*…
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Kuroo abre de golpe los ojos y aprieta los labios ahogando un grito de sorpresa, cuando siente el colchón hundirse a sus espaldas. Parpadea unas cuantas veces, de cara a la pared, intentando acostumbrarse a la oscuridad de su habitación, sintiendo su corazón palpitar frenético. Suspira con pesar, al reconocer unas pequeñas manos calientes aferrarse a su remera negra.
-no entres de esa manera, Kenma- reprocha en un gruñido, refregando un poco la cara contra su almohada fría. Al parecer, se durmió con el aire acondicionado encendido, siendo que siente las sábanas heladas y la piel de gallina.
-tú me diste la llave- replica el otro con obviedad, perezoso e indiferente, recargando la frente contra su brazo aún sin soltarlo. Kuroo suelta un bufido y se incorpora con ayuda de sus antebrazos, notando por la poca luz proveniente de la ventana y el mareo que siente, que ya deben ser más de las siete de la tarde y él ha dormido más de cuatro horas seguidas, sin haberse dado cuenta. Frota sus ojos oscuros con el dorso de su mano, disipando los restos de sueño, y tironea ligeramente de las sábanas, ganándose un quejido de protesta por parte del otro. Él también se queja, frunciendo las cejas.
-Tápate Kenma, te enfermaras- ordena entre dientes, con la voz aún algo ronca. Kenma gruñe algo que él no llega a entender contra su brazo, causándole cosquillas por el aleteo de sus finos labios, calientes y ligeramente húmedos, contra su piel expuesta- no te entiendo.
-hace calor- repite el menor separando un poco su rostro, con el ceño fruncido. Kuroo arquea una ceja y luego suspira, recordando que Kenma le había contado que su ventilador estaba averiado y que él se asaba en su cuarto, a pesar de dejar la ventana abierta. Observa por unos segundos aquellos ojos dorados, de felina pupilas, ensimismado en nada en particular, para luego dejarse caer pesadamente sobre el colchón, rindiéndose a sus intentos de mover al menor.
- como quieras- dice Kuroo en medio de un bostezo, acomodándose en posición fetal, abriendo los brazos y envolviendo entre ellos el pequeño cuerpo junto a él. Sus labios se estiran ligeramente, formando una pequeña sonrisa al sentir al otro acomodarse contra él, aferrándose a su ancha espalda y ocultando el rostro en su pecho.- eres un gatito malcriado- se burla, sonriendo un poco más cuando siente el sutil movimiento de las cejas del otro al fruncirse y oírle chasquear la lengua, refunfuñando algo. Curiosamente, el rostro de Kenma se siente un poco más caliente en comparación al resto de su cuerpo, que comienza a enfriarse.
- Cállate, Kuroo. ¿De quién crees que es la culpa?- murmura Kenma con ligero sarcasmo y algo adormilado, entrelazando sus piernas a las de él. Kuroo rie entre dientes, cerrando los ojos y deja que el aroma dulzón de sus cabellos le envuelva, mientras afirma un poco más el agarre a su estrecha cintura. Puede que talvez si tenga un poco de culpa, pero no es algo de lo que se arrepienta.
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Muchas gracias por leer.
Espero que nos leamos pronto. ¡Hasta la próxima!
Bel.
