Declaración: Los personajes principales son propiedad de sus respectivos autores (Kyōko Mizuki e Yumiko Igarashi). Concurso nevideño para EDTG. Como de costumbre por esparcimiento.


Desperté

Por: Gissa A. Graham

Summary: Universo Alterno (UA). Cuando has tocado fondo sabes que ya sólo puedes subir, sólo que a veces tienen que dormir mucho tiempo, casi morir, para descubrirlo. Minific para tiempos navideños.


.

Estereotipos, y más estereotipos, la gente está empeñada en etiquetarnos, colocarnos en algún lugar donde según "encajemos". Que si usa lentes es un nerd, que si se maquilla mucho es una zorra, que si es guapo tienes que ser un mujeriego, en verdad, yo no quería encajar en esa idea, soy guapo, sin duda y no lo digo por arrogante, bueno sí, pero también porque es la verdad, pero no por eso tenía que acostarme con cuanta chica se me insinuara, al menos eso pensaba, eso quería, hasta que se combinaron fama, dinero y decepción en mi vida.

Antes de eso, me fastidiaba que se me clasificara así, luego que se me pusiese siempre en el papel de "el galán", ¿de que otra forma podría actuar?, aunque, insisto, no por eso era un mujeriego, sólo coqueteaba para que todos lo creyeran así, la realidad era que únicamente deseaba a la mujer ideal en mi vida, sin embargo, cuando eres guapo, ya dije que soy muy guapo, rico, de hecho soy millonario, bueno mi padre es miembro de la aristocracia, mi madre una actriz de fama mundial (he de decir aquí que casi nadie sabe de nuestra relación filial, prácticamente sólo la familia y nuestros managers), y bueno está lo otro, soy un actor que siempre llena taquilla donde me presente, teatro o cine, así que buena parte del dinero me lo he ganado a pulso; el caso es que cuando tienes todo eso no falta quien quiera aprovecharlo también.

Suspiro hondo, quiero sacarme esta pesadez. Aquí voy otra vez, no quería que me estereotiparan y al final fue lo que conseguí yo mismo, soy el típico "Don Juan" de las películas de comedias románticas, pero en la vida real sólo ella llenaba mi vida, la que creí mi amor, Eliza, al menos eso era mi fantasía. También es actriz, muy conocida, muy, muy linda, ok, con algunos retoques por aquí y otros por allá, pero es que esos retoques frontales se le ven geniales, en fin, creía, pero, siempre hay un pero, la perfección es inexistente, sucedió que se enroló con su co-estrella de la última película que grababa, bueno, ya le había perdonado una infidelidad antes, pero esta era imperdonable y ella no quería que la perdonará. No es que él fuera más apuesto que yo, o más rico, pero si era el actor del momento, el que era más famoso en cine, en ese entonces yo está en teatro, la verdad es que como actor prefiero estar sobre un escenario, pero mi bolsillo, y el de mi ex prefieren las ganancias que deja cine. Fue en ese momento del segundo engaño cuando me fui en pique.

Suena fácil justificar mis actos culpando a mi ex por ello, sin embargo fueron muchas cosas, para empezar me engaño después de dos años de relación, uno en el vivimos juntos, y se fue sin dar explicación alguna sobre porque lo hizo, sobre porque se metió con otro estando conmigo, de hecho viéndolo a la distancia me doy cuenta que ni siquiera se rompió mi corazón, aunque yo en ese entonces creí que sí, incluso estuve apunto de rogarle que se quedara, pero ser humillado a nivel nacional, casi mundial era más que suficiente, todos, literal, se enteraron de ese momento, de ese escándalo. Y todo que parecía ir tan bien, ahora veo el pasado y me doy cuenta que sólo era yo quien vivía en esa burbuja, Elisa era una mujer manipuladora que únicamente se comportaba como creía que me agradaría.

¿Que más provocó mi caída?, la presión del cine, el mundo bohemio del teatro, ser etiquetado, que pensara que mis amigos de siempre se habían alejado, los problemas cada vez más grandes con mi padre, que mi madre no me quisiera reconocer frente al mundo, el que toda mi vida me hayan tratado como un arrimado en mi propia casa, el que la mujer que creí me amaba me haya dejado por otro cuando había un cúmulo de emociones en m vida fue lo que colmó el vaso, mi depresión llegó al límite. Fue ahí cuando comencé a encajarme realmente yo solito en ese estereotipo, comencé a coquetear, pero no inocentemente como antes, ya no, empecé a insinuarme a todo lo que tuviera faldas, o pantalón, pero obvio que fuera mujer, y no sólo eso, comencé a llenarme de excesos, cigarros, alcohol, velocidad en moto o carro, gastos inútiles en tecnología o ropa que nunca usaba, viajes exprés, una que otra apuestas y por supuesto, droga, aunque provee varias cosas al final me quedé sólo con la famosa "marijuana", eso era suficiente para mí y hasta cierto punto lo menos peligros. Me encerré en el mundillo del teatro y su bohemia, y aunque era muy coqueto, la verdad es que no me iba de picaflor, no voy a vestirme de santo diciendo que nunca probé del sexo fácil, una vez encarrerado, pues, un par de veces hice eso de aprovechar de una o de llevarme a dos chicas dispuestas a la cama al mismo tiempo, excitante, muy excitante y satisfactoria experiencia, no lo voy a negar, pero, no es lo mío, al día siguiente la cruda moral es horrible, me acababa sintiendo más vacío al saber que todo era pasajero, no, en definitiva no soy un mujeriego, intente serlo pero no funcionó.

No obstante tampoco soy un monje así que encontré en Karen Klaise la solución, ella también es actriz de teatro, muy linda y, como muchas de este medio, con hermoso cuerpo, también retocado en los puntos exacto, claro muchos menos que Eliza. Karen, al igual que yo, no creía en las relaciones amorosas, no en nuestra carrera y con nuestra fama. Por lo que teníamos una amistad que cubría todas nuestras necesidades, si teníamos ganas de tener un poco de buen sexo, pues nos buscamos y lo teníamos, hasta ahí, el acuerdo es que si alguien ya no quería seguir estando disponible pues el otro lo respeta, bueno estuvimos así por dos años, estamos bien, sólo cubrimos nuestras necesidades primitivas, después cada quien a lo suyo, si nos veíamos bien, sino, no pasaba nada.

Esa era mi vida, la vida que muchos creen de ensueño, la verdad es que te dejas caer en un torrente sin fin donde llega el punto que nada te satisface, llevaba tres años en eso. No puedo creer como es que llevé mi vida, y apenas me encontraba en los veintinueve. Todo rápido, todo sin medida. En esa loca carrera que emprendí me olvide de mis verdaderos amigos, aquellos que tenía desde pequeño o desde adolescente, de mi familia, no vi a mis padres por casi dos años y no hablé con ellos como por uno; hasta de ser buen actor me había olvidado, actuar se volvió monótono. Pero aún así llenaba cartelera, todo por qué las chicas querían verme, quieren a alguien como yo, no saben que podrido estaba. Ya no tenía pasión por la vida. Todo era lo que sigue y lo que sigue, no me interesaba en disfrutar del momento.

Así que en uno de esos días de aburrida obstinación, combinada con un horrible sentimiento de desolación, me subí a mi moto y arranque a toda velocidad, me sentía completamente frustrado, desde meses a tras Karen estaba menos y menos disponible, lo que de por sí ya me ponía ansioso, no me importaba que fuese lo que la indisponía pero yo quería apagar mis ganas, ese día ya eran tres semanas sin reunirnos, sólo llegó para decirme que se acababa, que tenía a alguien en su vida. Me frustre. No por el sexo, sino por que ahora sí estaba al completo jodidamente solo, y para completar el cliché era el día de mi cumpleaños treinta.

Subí la velocidad, me había hachado dos churros antes de montarme en mi "Midual", ahora iba por unas cervezas, quería embriagarme y encontrar a una chica para llevarla a mi departamento únicamente para sacar mis frustraciones. Subí más la velocidad hasta que llegue a los 230 kilómetros por hora, nunca la había corrido tan rápido en las calles de Nueva York, en carretera le subía por encima de los 250. De repente algo dentro de mí me dijo que bajara la velocidad, no sé si por gracia divina pero lo hice, comencé a desacelerar, baje en unos minutos hasta los 200, luego 180, 150, 120, 100, no sé si llegue a los 90, ya no pude frenar a tiempo, a esa velocidad me fui a estampar directo contra el muro de un edificio de una calle muy cercana al puente de Brooklyn.

Lo último que recuerdo de ese día fue que iba directo a esa pared por lo que en un acto reflejo intente hacerme hacia atrás únicamente consiguiendo levantar un poco la motocicleta sobre sus ruedas traseras, luego obscuridad, nada. Fueron cinco días inconsciente para despertar y que me metieran en un especie de coma inducido, para evitar sentir el dolor de tener muchos huesos rotos, para mi fortuna, mi espalda quedo intacta, pero de no haber bajado la velocidad hubiesen tenido que despegarme del pavimento, así como si no hubiese levantado la moto me hubiera estrellado más fuerte y probablemente caído en un estado vegetativo permanente, pero en lugar de volar hacia adelante me fui hacia atrás, el casco me salvó de una muerte segura. Eso del coma inducido en teoría únicamente serían dos días más, sin embargo, no contaban los médicos con que se complicaría todo, caí en coma de verdad, aunque por momentos creo que era yo quien se negaba a despertar.

De dos días se convirtieron en dos meses, fue cuando comencé a reaccionar de nuevo, pero no me movía, no veía, lo único a lo que mis sentidos respondían era al sonido, escuchaba, como en sueños; eso ingenuamente me imaginaba no supe por mucho tiempo que tanto era verdad. Mis padres aseguran que sólo estuve en un verdadero estado de coma por una semana, lo demás era un estado de inconsciencia profundo del cual entraba y salía constantemente, yo no recuerdo nada de esos primeros dos meses, para mí ese tiempo no existe.

Continua…


.

De mis letras:

Les platico hermosas lectoras que esta idea surgió a partir de que leí sobre un caso de un joven que mientras despertaba de un coma estuvo dos años sólo escuchando y otro caso de un chico que estuvo seis meses inconsciente y otros seis en rehabilitación. Espero les este gustando.