Los fríos y tristes pasillos de la morgue del hospital eran los que menos la gustaban a Lexie. No iba a admitir que la desagradaban pues no era cierto, ella adoraba el hospital de arriba a abajo. Dejó el historial de su antiguo paciente con la hora de su muerte en la encimera en frente de la enfermera, y Lexie soltó un gran suspiro.
-¿Hace cuánto que ha muerto, Dra. Grey?- preguntó la enfermera.
-Hace unas… 2 horas o así.- la memoria fotográfica de Lexie nunca fallaba, pero en aquel momento tenía demasiadas cosas en la cabeza, así que se limitó a dirigirse al ascensor mirando al suelo y sin pronunciar palabra. Lo que ocupaba su mente eran todos los acontecimientos que la habían llevado a estar saliendo con Jackson Avery, el chico por el cual cualquier mujer hubiera dado lo que fuera por un abrazo suyo, pero siendo consciente de que seguía enamorada de Mark Sloan, "McSteamy" para todos los residentes y el hombre perfecto para Lexie. A pesar de que Mark era algo mayor que ella (8 años mayor), Lexie se sentía completa cuando pasaba tiempo con él, ya fuera en una operación o en una habitación de descanso... Nadie sabía que ellos mantenían una relación, si es que se le puede llamar así. Meredith, hermana de Lexie, había sospechado más de una vez sobre esto y lo había comentado con Derek Shepherd, su marido y el mejor amigo de Mark. Pero el Dr. Sloan siempre negó cualquier relación con la pequeña Grey sin contar la profesional.
Tras un rato, el ascensor llegó a la planta de Lexie con poca gente. La muchacha reconoció al anestesista de una operación de duodeno que hizo con Bailey cuando llevaba poco tiempo de interna, a un par de enfermeras de pediatría que se pasaban el día inventando chismes de cualquiera para entretenerse, a un residente que parecía nervioso y, al fondo, a Mark Sloan, el rey de la cirugía plástica. Se coló hasta el fondo del ascensor después de apretar el botón de la planta de urgencias, y se puso cerca de Mark, pero sin pegarse a él. Poco a poco, el ascensor se fue vaciando, parando casi en cada planta, hasta quedar sólo la pequeña enamorada y su hombre ideal. Cuando Lexie se dispuso a hablar, Mark se adelantó.
-No sabes lo difícil que se me hace no besarte cada vez que te veo por los pasillos o en el ascensor.- las mejillas de la chica se volvieron rojas al oír aquel comentario de su superior.
-Mark, sabes que estoy con Avery…- respondió ella poco convencida.
-No me creo que le quieras, Lexie Grey. No puedes mirarme a los ojos y decirme eso.- al oírle, Lexie se puso enfrente de él mirando sus preciosos ojos azules, en los cuales ella había perdido su mirada varias veces.
-No puedo hacerlo porque tus ojos me pierden y me desconcentran.- al ver que al ascensor le faltaba poco para llegar, los labios de ambos se juntaron en un pequeño beso y terminó con una sonrisa de ambos. Lexie se giró para salir del ascensor cuando las puertas se empezaron a abrir, y al salir Mark gritó desde allí:
-¡No puedes porque no es cierto, Lexie! ¡Y ambos lo sabemos! –ella se limitó a negar con la cabeza al tiempo que llegaba a Urgencias. Cogió unos guantes y después de desinfectar sus manos, se los puso.
-Dr. Hunt, ¿qué tiene para mí?- el aludido consultó en su Tablet los pacientes y le adjudicó un niño al cual había mordido varias veces un perro. No muy satisfecha, Lexie se acercó a la camilla del niño.
-Hola Ian, soy la Dra. Grey, ¿Qué te ha pasado?- el niño, con un gesto de dolor y mientras miraba a su madre que esperaba a su lado, respondió.
-Estaba jugando en el parque cuando vino un perro corriendo muy rápido, y me tiró al suelo. Luego me mordió la cara, y el brazo.- A tiempo que escuchaba, Lexie examinó la herida de la cabeza.
-¿Cuántos años tienes, Ian?- preguntó con intención de entretener al niño.
-Tengo 8 para 9. Ya queda poco para mi cumpleaños.- dijo el niño sonriendo levemente.
-La herida de la frente serán sólo unos puntos. Llamaré al doctor Sloan, es el mejor en no dejar ni una sola cicatriz.- comentó al tiempo que pasaba a examinar la herida del brazo.- Sin embargo, el mordisco del brazo fue bastante más profundo, y temo que haya podido dañar el hueso y que tengamos que llevar a Ian a quirófano si este ha sufrido.- la madre asentía sin echarse a llorar para no asustar a su hijo, aunque se la veía preocupada. La pequeña Grey se dirigió al mostrador donde estaban las enfermeras y apuntó en una de las Tablets que Ian ya estaba atendido y los cuidados que se le iban a proporcionar. Al acabar, vio a Mark con Derek dirigiéndose a la cafetería.
-¡Dr. Sloan! – exclamó ella.
-Dra. Grey.- saludó.- ¿Ocurre algo?- Shepherd se limitaba a evaluar las miradas que intercambiaban y el tono de voz.
-Sí, hay un niño en urgencias que necesita que le cosas una herida de la frente, y si eso mirarle otra del brazo y así sabré si tengo que llamar a Torres o no.
-Lo siento Shepherd, el deber me llama.- se despidió de su amigo y fue con Lexie.
-Tengo un plan para ti y para mí que te va a encantar.- susurró Mark según llegaban.
-Espero ansiosa.- tras esta respuesta, ambos se centraron en Ian, quitando en esa parte de su cerebro que siempre pensaba en el otro.
