Los personajes le pertenecen a Hiro Mashima y la portada es mía.
¿Cómo se llegó a esto?
Era una buena pregunta, todo parecía encaminado, el fin de curso estaba cerca, y si todo salía según el plan, la beca estaba garantizada.
El esfuerzo había valido la pena, y solo restaba recibir la confirmación.
Ese fue el último pensamiento que tanto Levy, como Gajeel tuvieron antes de irse a dormir.
Durante los últimos años, las calificaciones de la primera, y los logros deportivos del segundo habían hecho que la obtención de esa tan ambicionada beca fuera prácticamente un hecho, y ambos trataban de mentalizarse que en menos de dos semanas lo que tanto habían ambicionado se concretaría.
La fecha del examen de ingreso estaba fijada, Levy aún no había podido ponerse a estudiar de lleno porque las otras materias y sus actividades extraescolares le estaban demando bastante tiempo, pero no había porque asustarse, siempre había sido muy aplicada y esas semanas iban a ser suficiente para poder prepararse, tenía todo organizado, iba a ser difícil pero no imposible, ¿qué malo podía suceder?
El gran partido, la final del torneo interescolar estaba cerca, la campaña había sido pareja, algunos partidos mas difíciles que otros, pero nada que las hadas de Magnolia no pudieran superar, y ahora se jugaba la definición y frente al equipo con el que se disputaban la punta, y no solo eso, entrenadores de prestigiosas universidades estaban buscando enlistar a nuevos reclutas para sus equipos, sus notas eran decentes, lo único que debía tener cuidado era de no lesionarse y llegar entero al partido, así que no había de que preocuparse, y estaba seguro que todo saldría bien.
El despertador suena interrumpiendo sus sueños.
Levy era una persona que amaba las mañanas y se estiraba para recibir el nuevo día, se había acostado tarde, la conclusión de su novela favorita había salido a la venta el día interior y no pudo soltar el libro hasta terminar de leerlo, pero había concluido mejor de lo que esperaba, así que haber perdido horas de sueño por ese motivo no había sido malo, y además era la única diversión que tendría hasta después de dar el examen.
Gajeel por el contrario odiaba las mañanas y se cubría la cabeza con la almohada deseando tener unos minutos mas de sueño, horas, un día entero si era posible, ¿por qué se había acostado tan tarde? Cierto, el nuevo juego había llegado y no había podido despegarse de la consola hasta altas horas de la madrugada.
Sin abrir los ojos Levy tanteó el acolchado buscando a esa fuente de calor que disfrutaba de dormir a sus pies en la cama, y que sabía que cuando ella se levantara ocuparía el lugar que había dejado. Era extraño, su acolchado era suave, este sin embargo parecía tener ropa tirada encima, pero ella recordaba haber dejado su vestido en la silla al lado del escritorio, y ¿qué era esa música que escuchaba? ¿Heavy metal?.
Lo único que atinó a hacer Gajeel fue a estirar la mano buscando en la silla al lado de la cama su celular para apagar el despertador, de los golpes y caídas debía estar fallando, porque tenía ese ruido genérico de esos relojes ruidosos, y no sonaba 'Paranoid' de Black Sabbath, pero dejó de hacer lo que estaba haciendo en cuanto sintió algo moverse por sobre el acolchado. Su madre había tenido razón, años de no limpiar a fondo su habitación habían traído consecuencias y ahora seguro había ratas, iban a tener que llamar a un fumigador.
Levy abrió los ojos y se quedó observando al techo: ¿'Pesadilla en la calle Elm'?. Le gustaban las películas de terror y las de Freddy Krueger habían sido sus favoritas de niña, pero no recordaba haber puesto ese poster. Cerró los ojos y los volvió a abrir, pero Freddy la seguía viendo, ¿era esto una pesadilla? Se sentó en la cama, y se refregó los ojos, esta no era su habitación, las paredes eran de un color borravino, que distaba del que ella había pintado su cuarto, mezclando tintes de color durazno y salmón para darle mas luminosidad. Pero lo mas importante, ¿dónde estaba su gato?.
Gajeel se sienta en la cama y mira a su alrededor, pero todo se veía oscuro. Se toca los ojos y tenía una tela cubriéndolos, se saca una especie de antifaz y mira a su alrededor. Todo lo que veía era naranja, sus paredes eran rojo oscuro, ¿dónde mierda estaba? Parecía la habitación de una niña, pero su hermana no tenía tantos libros, y recordó lo que había sentido sobre el acolchado y se hizo hacia atrás esperando encontrar una rata, pero en su lugar vio a un gato negro con una cicatriz en el ojo. No encajaba del todo con la habitación, a excepción del collar con brillos verde y amarillo con un cascabel. ¿Habían sus padres cedido en dejarle tener a Wendy una mascota? El gato negro le siseo amenazante, así que él le siseó de vuelta.
Levy se levantó a tientas, las persianas estaban bajas y entraba poca luz por las rendijas, encima iba chocando con cosas que había tiradas en el suelo, y aguantándose un insulto cuando se golpeó el pie con el borde de una silla de escritorio. Había dos puertas y esta parecía ser la del baño, así que se dirigió allí, con cuidado de no volver a golpearse, tardó en encontrar el interruptor de la luz, y a pesar de tener ganas hacer pis, sentía una urgencia de mirarse en el espejo.
Echó al gato de la cama para levantarse, ¿qué se creía esa bola de pelos para intentar enfrentarse al gran Gajeel Redfox? Pero sobre todo, ¿cómo era que él había terminado en este lugar? Seguro que sus amigos le habían hecho una broma, debía ser eso. Tenía tanta ganas de orinar, que antes de darle una paliza a esos imbéciles, primero se vaciaría de todas las bebidas energéticas que había tomado la noche anterior. Entró al baño sin problemas, tenía una ventana con unas cortinas, y estaba bien iluminado, ¿cómo podían dormir con tanta luz? Huiría corriendo de allí en cuanto evacuara a su amigo. Metió la mano es su pantalones y nada, hizo a un lado la mano y al otro, y bajando la mirada estiró el elástico del pantalón y el boxer, o lo que él creía eran el pantalón y el boxer.
-¡¿Pero que mierda...?!- Gritó furioso y descolocado.
Al mismo tiempo que en otra parte de la ciudad, en otra habitación alguien daba el primer vistazo al espejo.
-Aaaahhhhh!- Gritó con todos su pulmones Levy al ver en el espejo un reflejo que no era el propio.
Levy se vistió lo más rápido que pudo, tomando la ropa que encontró limpia o que parecía no tener tantos usos. Se sentía sucia y quería darse un baño como hacía siempre en las mañanas, pero no creía ser capaz de poder ver ese cuerpo desnudo sin sentir pudor, y tampoco iba a bañarse con los ojos cerrados, eso iba a ser peor todavía, si llegara a tocar algo... sentía escalofríos de solo pensarlo.
Se ató el cabello tras desistir en intentar desenredarlo, y salió de la habitación hacia un pasillo, al segundo intento encontró las escaleras. Toda la casa era distinta a la habitación, con tonos pasteles, y fotografías que no se detuvo a mirar en la prisa por salir de allí. Intentó abrir la puerta, pero un llamado la detuvo.
-¡Gajeel! ¿Eres tú?
Levy dudó antes de responder. -Si...?- Fue a donde la llamaban, no a ella, pero tenía que ir de todas formas.
Entró a la que era la cocina y allí había una mujer, de ojos azules y pelo rubio recogido en un rodete.
-Buen día, hermano.- Una niña pequeña de largo pelo azul sujeto en dos coletas la saludó, Levy solo asintió con la cabeza.
-Buen día, amor.- La mujer se acercó y le dio un beso en la mejilla, era raro, porque ella siempre era quien debía pararse mas derecha o en puntas de pie para saludar a alguien, y ahora debía agacharse para que esta mujer, la madre de Gajeel le diera los buenos días.- Me pareció escucharte gritar, no creí que estuvieras ensayando tan temprano...- Levy se la quedó observando sin entender.- Pero tú lo dijiste, no debo meterme en tu habitación, eres un hombre y por mas que sea tu madre, no debo meterme en tus cosas.
-S-Si, buen día.- Titubeó.-Me voy yendo...
-¿No vas a desayunar?- Le preguntó la niña.
-Tengo que hablar con una amiga.- Explicó, pero se detuvo cuando se dio cuenta, debería haber dicho un amigo, esperaba no levantar sospechas, pero la primera opción en la que pudo pensar fue en Lucy.
-Esta bien, envíale saludos a Juvia.- Asintió la mujer volviendo a enfocar su atención en los panqueques que estaba haciendo.-Y ahora ¿qué le pasa a este chico que aún no despierta?- Preguntó a nadie en particular.-¡Rogue, levantate ya mismo!
-Voy saliendo.- Empezó a caminar para ir a la salida. No quería quedarse mas tiempo allí, se sentía fuera de lugar.
-¿No estaba raro?- Escuchó preguntar a la mujer.-Nunca me deja darle un beso.
-Siempre está raro.- Le respondía la niña.-Aunque es mas raro que se haya levantado antes que Rogue...-Se reía divertida.
Levy se apresuró a salir de allí, antes de cruzarse con alguien mas, era temprano y necesitaba hablar con Lucy, esperaba no espantarla con su apariencia, pero lo mas importante esperaba que le creyera y entre las dos descubrieran una forma de resolver esto.
Gajeel había entrado en pánico, orinar había sido toda una cuestión y creía que había quedado traumado de por vida. No sabía que ponerse, y no pensaba desnudarse, por lo que decidió ponerse la ropa encima, por lo menos el pijama que usaba era una musculosa y un short, así que solo se puso un pantalón deportivo y agarró una campera canguro que encontró y se la puso encima. ¿Cómo hacia ella para controlar su pelo? Gajeel intentó ponerse el pañuelo como ella, pero fue imposible, así que terminó colocándoselo como él solía hacer y cubriéndose el pelo con la capucha. Encontró unas ojotas y se las puso. Debía ir con Juvia, ella era lo suficientemente rara como para entender que podía estar pasando.
Salió de la habitación, hacia una especie de living, donde había una mesa que dividía el espacio, donde en el otro extremo estaba la cocina, pero no había nadie allí, lo que le resultaba extraño acostumbrado a siempre ver a su madre preparando el desayuno para sus hermanos, su padrastro y él. Su estómago rugió provocando que se distrajera de sus pensamientos y se dirigió hacía las alacenas para buscar algo que comer, encontrando un paquete de galletitas que debían durarle hasta que llegara con Juvia para comer algo.
Bajó las escaleras, y se quedó congelado al ver que estaba dentro de una librería.
-¿Pero que caraj...- Si estaba confundido de donde estaba, viendo este lugar lo estaba aún mas.
-Buen día, nena.- Detrás del mostrador había una mujer en sus cuarentas.-Estoy con el inventario. ¿Desayunaste?- Le dijo sin levantar la vista de la computadora.
Levantó el paquete que había tomado, pero como la mujer no lo miró, tuvo que responder.-Si.- Al ver que seguía enfocada en lo que estaba haciendo, consideró que era buen momento para irse. -Me voy.
-Esta bien, nena. Nos vemos luego de la escuela.- Y antes de atravesar la puerta que le mostraba un cartel que le mostraba la palabra 'Abierto', pudo escuchar que la mujer se despedía.- Te quiero.
-Ajá.- Respondió y salió disparado del lugar.
Tenía que hallar a Juvia, quería llamarla, pero no sabía su número y dudaba que la enana la tuviera agendada, por lo que la única opción que tenía era ir a su casa, esperando ser lo suficientemente rápido antes de que la chica saliera para la escuela o mejor dicho a iniciar su actividad favorita de cada día: espiar.
Levy quería llamar a Lucy para pedirle que la esperara, recordando su número lo marcó y le llamó la atención cuando vio que el contacto estaba agregado como 'Coneja', se quedó mirando el móvil y asustada tras escuchar el tono, decidió cortar. ¿Qué le diría? Su voz no era la misma, iba a asustarla, por lo que terminó enviando un mensaje y acordaron encontrarse en el patio detrás del comedor.
Llegó antes de lo pactado, había calculado el tiempo teniendo en cuenta lo que le demoraba en llegar caminando, pero lo que lo que no tuvo en cuenta era que ya no media metro y medio, y que ahora con un metro ochenta y grandes zancadas, hizo el recorrido en la mitad del tiempo, y más porque lo había hecho con mucha prisa, así que terminó sentándose en el suelo a esperar.
-Levy, ¿estás aquí?- Escuchó la voz de Lucy y se puso de pie.-Oh, perdón.- Dijo la rubia apenas la vio, a ella no, a Gajeel.- Hola Gajeel, ¿has visto a Levy? Quedamos en encontrarnos aquí.
-Hola Lucy.- La saludó, y la otra chica la miró extrañada.
-¿Qué? ¿Hoy no hay sobrenombres ni bromas?- Ladeó la cabeza para observarla.
-Eh...no?- Levy no entendía como, pero tenía que decirle lo que había sucedido, si alguien podía ayudarla, esa era su mejor amiga.-Esto, soy yo, yo te envíe el mensaje.
-Ya corta la broma. ¿Dónde está Levy?- Miró alrededor buscando a su amiga.-O es que acaso querías hablar de ella y entendí mal.- Lo miró con picardía.
-¿Qué estas diciendo?- Levy no pudo suprimir el sonrojo, acaso su amiga estaba insinuando que ella y Gajeel...no, no podía ser, y no podía permitir que siguiera divagando.
-Wow, nunca creí que vería a Gajeel Redfox sonrojarse. Dejame sacar una foto.- Sacaba su celular, pero Levy se lo quitaba de las manos.
-Basta. Escuchame Lucy, soy yo. Desperté en este cuerpo y no se que hacer.- Dijo desesperada, necesitaba que Lucy le creyera, no sabía con quien mas contar.
-Muy gracioso Redfox, te estas juntando demasiado con tu primo.- Le decía mientras recuperaba su celular.
-Puedo probarlo.- Lucy la miró enarcando una ceja.-Recuerdas como cada vez que se estrena alguna película basada en un libro, nos juntamos para leerlo y luego vamos al cine preparadas para juzgar la adaptación.
-¿Tú como sabes eso? Levy te contó...- Lo miró enfadada.
-No, solo lo sabemos nosotras.- No quería que su amiga se enojara, pero tenía que hacer que le creyera.- Y también durante cada aniversario de que perdiste a tu mamá, mi tía nos permite acampar en la librería y contamos historias de terror para distraernos, hasta quedar dormidas.
-No tiene sentido, Levy no te contaría eso.- Lucy empezaba a dudar, la actitud de Gajeel no era la misma, se lo veía mas prolijo que otros días, era extraño verlo con su pelo recogido y dudaba que fuera lo suficientemente astuto para realizar una broma tan elaborada.
-Preguntame algo que solo yo sepa.- Sugirió Levy.
La rubia dudó, pero cruzándose de brazos.-¿Qué es lo que hay siempre en mi mesa de luz?- Era una buena pregunta, cualquiera empezaría a decir opciones obvias, pero su amiga sabría la respuesta.
-Tienes a González, la muñeca que tu mamá te regaló para tu cumpleaños.- Lucy la miraba sin creer lo que escuchaba.-Yo solía decirte que tenía cara de Michelle, pero nunca le cambiaste el nombre, y en la mesita solo tienes a la muñeca y la lampara de luz nocturna que tu padre te dio, que hace que tu habitación parezca un cielo estrellado, y te gusta porque muestra las constelaciones de los signos.
Era un caro regalo que el papá de Lucy había traído de uno de sus viajes de negocios, y el único que había aceptado gustosa porque reflejaba su amor por la astronomía, y aunque algunas amigas habían ido a visitar su casa, solo su mejor amiga se quedaba a dormir.
-Levy, ¿realmente eres tú?
Gajeel caminó hacia la casa de Juvia, le costó ubicarse porque su casa quedaba en los suburbios, y resultaba que estaba en el centro, pero también lo estaba el departamento donde vivía su amiga, con su hermana y su madre, así que quedaba mas cerca, menos mal, porque sentía que no llegaba mas con estas piernas cortas y aparente carencia de estado físico, debía ser porque no estaba bien alimentada, no pudo terminar la mitad del paquete de galletitas porque su estómago le dijo basta, así que tuvo que guardar el resto para después, que patético.
Juvia vivía en un complejo de viviendas, así que no era difícil de acceder, era en un tercer piso por unas escaleras, a él le gustaba subirlas de a dos escalones, pero este cuerpo se negaba y tras golpearse un par de veces desistió de hacerlo. Cuando llegó al departamento 413, golpeó la madera de la misma forma que lo hacía desde que eran niños.
-¡Juvia ya te atiende Gajeel!- Se escuchaba gritar a la chica desde dentro.-¡Dame solo un momento!
Esperó nervioso, tenía amigos, también estaba su primo, pero no contaría con Natsu, ya que ni él comprendía bien la situación, menos iba a poder hacer que el descerebrado la entendiera.
-Gajeel, ¿qué haces en la casa de Juvia tan tempr...- Tras abrir la puerta la chica de pelo azul, se lo quedó observando.-Tú no eres Gajeel, pero el golpe a la puerta...?
-Hola.- Atinó a decir.
-Levy... Perdón por saludar así, Juvia no quiso ser grosera.- Se disculpó y abrió la puerta para que pasara. A pesar de que no frecuentaban el mismo círculo se conocían al menos de haberse visto y Levy era amiga del chico que le gustaba a Juvia.
-Ah, no te preocupes mujer.- Le respondió restándole importancia, y Juvia lo observó extrañada.-¿Tu mamá no está?- Preguntó mirando alrededor con las manos en los bolsillos.
-No, hoy tenía que hacer guardia en la clínica.
-¿Y tu hermana?
-Meredy se quedó a dormir en lo de una amiga. ¿Por qué Levy vino a ver a Juvia?.- Se lo quedó observando, mirando de arriba a abajo, para luego subir la mirada.-¿y vestida así?
-Ah eso, no sabía que ponerme y creeme fue espantoso, tomé lo primero que encontré, y no supe que hacer con el pelo.- Dijo sin hacer una pausa para respirar.-Pero eso no importa, tienes que ayudarme.
-¿Es acerca de Gray?
Por supuesto que era lo primero que iba a preguntar, desde que llegaron a la ciudad y Juvia lo había conocido era lo único que ocupaba su mente.
-No es sobre ese idiota, es sobre mi.- Tenía que encontrar una forma de explicar esto.- Soy yo, Juvs, Gajeel. Desperté en este cuerpo y no entiendo que pasó, no sabía a donde ir, no podía aparecerme en mi casa así, y tu eres la única que puede ayudarme.
-Tú eres Levy, y lo que dices no tiene sentido.- Una sonrisa se dibujó en su rostro.-A menos que quieras decirme que te gusta Gajeel y quieres que te ayude a conquistarlo, porque eso sería genial, no solo porque dejarías de ser una rival en el amor de Juvia, sino porque creo que a él también le gustas.
-¿Pero qué dices a mi no me gusta la enana?- Respondió ofendido, ¿por qué había venido a ella? Tendría que haber ido con el idiota de su primo.- ¿Vas a ayudarme o no? Porque no tengo ganas de seguir en este cuerpo, hay cosas que desaparecieron y que extraño, y nadie me hizo el desayuno hoy, tengo hambre, pero solo en mi cabeza porque este cuerpo come como una puta ave, y lo único que quiero hacer es volver a tirarme a dormir y despertar de esta maldita pesadilla.- Hizo una pausa. -Entonces, ¿qué dices?
-Juvia sabe que cuando uno pide ayuda, siempre tiene que decir: Por favor.
-No voy a rogarte nada. -Respondió ofendido.- Sabes que no voy a hacerlo. Te conozco desde que teníamos seis años, cuando eras mas rara que ahora, y nadie se quería juntar contigo, yo soy él que siempre estuvo para ti cuando necesitaste, incluso cuando tuviste que soportar todo lo del divorcio de tus padres y argh... eso no importa, eres mi mejor amiga, así que me lo debes.
Un silencio se apoderó de la habitación, y entonces Juvia lo miró frunciendo el entrecejo.-Gajeel...? ¿Eres tú?
-Tienes que llamarlo, a ti. Bueno, tú me entiendes...- Levy miraba a su mejor amiga tratando de interpretar que quería decir.-Si tú estás en su cuerpo, lo más probable es que él esté en el tuyo, y si lo está de seguro tendrá su, digo tu celular encima... esto es tan complicado.- Susurró la rubia. Estaban las dos sentadas en el suelo, mas bien Lucy y Levy en el cuerpo de Gajeel.-Tal vez él esté en la misma situación en este momento y si lo encontramos buscaremos una forma de arreglar esto.
-Si, tienes razón, es lógico, si algo de todo esto puede serlo.- Meditó un momento y sacó el celular del chico, era bueno que no tuviera la pantalla bloqueada, porque ella realmente no servía para eso, miró la pantalla con una foto de una guitarra y marcó el número: 'Camarón', apareció. Así que la había agendado con ese sobrenombre que tanto la molestaba, en cuanto pudiera lo cambiaría.
El celular en su bolsillo comenzó a sonar, figuraba un número desconocido. No sabía que responder y si era algún conocido de la chica, ¿qué diría?
-Atiende tú.-Le arrojó el celular a su amiga, quién solo dio vuelta los ojos y de todas formas atendió el llamado.
-Hola.- Dijo Juvia, pero solo se escuchaban ruidos y nadie hablaba, parecía estar en altavoz, así que por las dudas hizo lo mismo.
-¿Así suena mi voz por teléfono?- Del otro lado de la línea una voz grave preguntaba a alguien mas, Juvia lo reconoció de inmediato.
-Di algo, no te quedes sin decir nada.- Alguien mas le indicaba.
-Si...Hola, ¿Levy?- Preguntó con inseguridad.
-No, Juvia.- Se miraron entre ellos, ¿por qué no se les había ocurrido llamar por teléfono a la chica?
-¿Qué hace Juvia con mi teléfono?- Se notaba que bajaba la voz para preguntarle a la otra persona.
-No lo sé, preguntale por ti, por Levy. Ay esto es muy difícil...- Se quejaba la otra chica.
-Juvia tiene el celular porque está con "Levy".-Pronunció el nombre con cuidado para ver si del otro lado entendían.- Gajeel, ¿no?
-Ehm...? Si.- La duda en la respuesta, confirmó lo que ambos amigos pensaban, así que Gajeel tomó el celular y preguntó.
-¿Dónde nos vemos?- Planteó sin dar lugar a sugerencias.
-Estamos en la escuela.- La otra voz dijo.
-No quiero que me vean así...- Las protestas de "Gajeel" apenas se escuchaban.
-En casa de Juvia no hay nadie.- Sugirió alegre su mejor amiga.-Les paso la dirección y vienen para aquí.
-Envíala por mensaje a este número.- La chica le quitó el celular.
-Bien, los vemos en un rato.- Su amiga se despidió alegre y el llamado se cortó. -Juvia cree que están en la misma situación que nosotros, pero no dijeron nada por teléfono por miedo a equivocarse.
-Espero que tengas razón, no pasó una hora de que desperté y ya quiero que esto termine.- Dijo preocupado, pero viendo a su amiga su expresión cambió.-¿Cuál es el chiste?- Juvia amplió mas la sonrisa y solo negó con la cabeza.
-Deja que Juvia te ayude.- Le tocó la frente. -Debes fruncir mas el entrecejo para parecerte mas a ti, aunque con el rostro de Levy te ves tierno.- La miró aún mas molesto.-¡Así! Así te pareces mas a ti mismo.- Comenzó a reír.
-Si, si, muy graciosa.- Dejó de prestarle atención y se enfocó en pensar en el llamado. Era verdad que habían sonado extraños, supuso que la otra voz que escuchó debía de ser la rubia novia de su primo que siempre estaba con Levy, esperaba que Juvia tuviera razón y que estuvieran frente a lo mismo que ellos, porque tal vez entre todos podrían encontrar una solución a todo esto, pero que seguía sin entender era: ¿por qué seguía con tanta hambre?
Nueva historia, 100% Gajevy :D ¿Les gustó? ¿La odiaron?
Va a ser Rated T, solo lenguaje esta vuelta, y va a durar 5 capítulos, la actualizaré junto con Hechizo de luna.
Un beso enorme, nos leemos.
BianWW
