Los personajes son de Stephenie Meyer, yo solo los tomo prestados un ratito :D
Edward POV
A lo largo de la historia, el ser humano ha hecho lo imposible para obtener la inmortalidad. Han deseado tanto el poder vivir por siempre, que han hecho cosas inimaginables para poder obtenerla. Ha sido tanta la ambición del hombre que no se detiene a pensar en la consecuencia que traería el poder obtenerla.
Pero que mejor manera de conocerlas que preguntándomelo a mí. A mí, Edward Cullen, un vampiro de 111 años, que aparentaba tener 17 años. Un hombre encadenado a vivir eternamente sin su familia biológico, sin sus seres queridos, sin poder vivir en su lugar de nacimiento, sin poder disfrutar aquellas cosas que los "mortales" dan por sentado día con día como disfrutar los rayos del sol sobre la piel o comer una suculenta hamburguesa. Pero sobre todas las cosas, sin poder vivir sin el amor de su vida, viviendo una vida sin sentido.
Por más trataba de meterme la idea, de que ella estaba mejor sin mí y de que tenía que olvidarla, día con día, mi alma y mi corazón me decía que tenía que regresar y pedirle perdón, para así vivir juntos todo el tiempo posible. Ambos me decían que había cometido el peor error de mi vida, que si yo lo hubiese querido, hubiese hecho funcionar esa disfuncional relación. Pero por otra parte, mi razón me decía que ella debía de vivir una vida "humana", con sus experiencias humanas y todo lo que fuera lo más humanamente posible, y estaba más que claro que a mi lado, eso no iba a ser posible. No podía arriesgarla, más de lo que ya la había arriesgado, cuando ella se merecía una vida normal, una vida que cualquiera de nosotros hubiese podido llevar, si no hubiese sido por lo que nos paso en su momento. Ella tenía muchas cosas por delante, cosas que vivir y que experimentar, ella apenas tenía 17 años, bueno ahora 21.
Mire por 500 la foto entre mis manos y sonreí tristemente. En la foto aparecíamos Bella y yo acostados en el jardín trasero de la casa, ella acostada con su cabeza recargada en la almohada, leyendo por trigésima vez, su libro favorito, "Cumbres Borrascosas". Mientras tanto, yo estaba recostado sobre su estomago con sus ojos cerrados, oyendo su dulce voz. Nunca supe de la existencia de esta foto, y algunas otras, hasta mucho después que nos mudamos. Y fue, no sé si por suerte o por desagracia, cuando por accidente descubrí a Alice pasándolas a su portátil. Inmediatamente le pedí una copia de cada una, si se que suena masoquista pero no había resistido la tentación.
Además, después de 4 años, era lo único que me quedaba de ella. Los recuerdos, su olor, su textura…todo iba desapareciendo poco a poco.
-¡Ya basta, no lo soporto!.- entro gritando Rosalie, azotando la puerta. Llego hasta mi reproductor lo apago bruscamente.- Lo siento, Edward. Pero esto es demasiado y no lo puedo tolerar un segundo más. Sé que la amas y que la extrañas con locura, pero TÚ fuiste el que te fuiste, TÚ fuiste quien la dejo ahí tirada en pleno bosque, TÚ…
- ¡Ya lo sé, Rosalie! No me lo tienes que recordar- grite desesperado, sabía que era mala pero esto era cruel.- Crees que no lo sé, YO fui el que estuvo ahí cuando…
-Pues se un hombre y aguántate.- susurro acercándose a mi.- Tu tomaste esta decisión, así que enfrenta las consecuencias…
- Vamos Rosalie, no seas tan ruda con el muchacho….- la interrumpió Emmett, el cual estaba recargado sobre el marco de la puerta, con los brazos cruzados.
Mire detenidamente a mi hermano notando el leve, pero visible cambio que habría sufrido en estos años. No es que no siguiera siendo el chico indiscreto, jovial, juguetón y burlón pero había algo en su manera de actuar que ya no era la misma. Esa chispa que contagiaba a cada uno de los Cullen, se había apagado desde que nos mudamos. Y no solo era Emmett, todos los integrantes de la familia habían cambiado, desde que Bella salió de nuestras vidas, ya que ellos también perdido una hermana o una hija. Cada uno había enfrentado o canalizado su dolor de difente manera, por ejemplo Esme, al haber probado por primera vez sus dotes culinarios con Bella, había decidido enfocarse en su nuevo hobbie y cocinar todo tipo de recetas habidas y por haber en el mundo ¿Que qué hacía con la comida? Pues la donaba a las cocinas públicas, haciendo felices a miles de personas. Carlisle, en cambio, había empezado a tomar más horas extras en el hospital, evitando el ambiente sobrio que se sentía cada vez más pesado en la casa. Mientras tanto, mis hermanos habían decido volver a la Universidad, para agregar una nueva profesión a las miles que tenían. En esta ocasión, Emmett se había decido por Arquitectura, Alice por Administración del Tiempo Libre, Rosalie por Derecho y Jasper por Lenguas Modernas y Gestión Cultural. Y yo, había decido sufrir en silencio, vivir con mi miseria y dejar que el dolor me consumiera poco a poco.
-No Emmett, está bien si tu y los demás quieren seguir como si no pasara nada.- dijo Rosalie volteando a verlo enfadada.- Pero yo ya estoy harta. Ya es hora de que deje de torturarse, oyendo música deprimente y encerrándose en su habitación como si Bella lo hubiese dejado a él ¡Por Dios! Juro que si hubiese sido al revés, yo misma le conseguiría la música más deprimente del mundo, pero ese no fue el caso.- volteo a verme.- Créeme Edward, no eres el único que la extraña y sufre por su ausencia, pero aun así todos estamos tratando de seguir adelante, así que ya es tiempo que hagas lo mismo.
-Y a ti ¿qué carajos te importa, Rosalie?.- dije de manera mordaz. Está bien que fuera mi hermana, pero ella no tenía ningún derecho a meterse en mi vida.- Es mi vida y yo hago lo que se me dé la gana, así que mete tus narices en otra parte ¿quieres?
-¡Eres un cerdo egoísta! que no vez que todo esto está destruyendo a la familia…-me grito desesperada, agarrando de los hombros y zarandeándome.
- ¿Yo, egoísta? Mira quién habla, el egoísmo andado….- la interrumpí acercándome cada vez más a ella.- No lo repetiré dos veces: lárgate de mi cuarto, Rosalie. Ve a joderle la vida a otra persona.
-Eres un imbécil, Edward, solo porque eres un….
-¡YA BASTA! Me tienen harta de sus tonterías, parecen dos chiquillos.- la interrumpió Alice entrando a mi habitación a la velocidad de la luz y poniéndose entre nosotros.- No es culpa de nadie que…- callo de repente, quedándose estática enfrente de nosotros. "Una visión" pensamos los tres al mismo tiempo. Pero no paso ni cinco segundos, cuando ya había vuelto a reaccionar.- Sera mejor que llames a Carlisle y a Esme.- le dijo a Emmett, el cual inmediatamente saco su celular.
-Alice ¿Qué paso, que viste?.- le pregunto Rosalie preocupada. Pero no le dio tiempo de contestar, ya que al segundo siguiente, Esme, Carlisle y Jasper aparecieron en mi habitación. Mientras todos le lanzaban miles de preguntas a la vez, yo trate, por todos los medios, de leerle la mente pero Alice sabía muy bien cómo evitarlo, por lo que lo único leí en su mente era el Himno a la Alegría.
- Victoria ha vuelto.- soltó de golpe, mirándonos preocupada. Mire a Carlisle y a mis hermanos, los cuales asintieron a mi silenciosa pregunta.
-No hay nada de qué preocuparse, enana.- dijo Emmett abrazándola.- Carlisle, Edward, Jasper y yo nos haremos cargo de ella. Veras que cuando nos encuentre…
-Ese es el problema.- dijo Alice mirándonos aun mas preocupada. Y no necesite leerle la mente, para saber cual era "el verdadero problema". Juro que en ese momento quise morirme.- Ella no viene por nosotros…
-Entonces ¿si no viene por nosotros? Porque te preocupas, déjala que…
-¿Qué no lo entiendes, Emmett?.- grite desesperado.- Piensa si no viene por nosotros, ¿de quien más se querría vengar?
-¡ Oh mi Dios!.- grito Esme.- Isabella…
-Bingo.- susurro Alice, mientras me miraba preocupada.- Así que tendremos que hacer las maletas, no podemos dejar a Bella a su suerte…
-¡Por supuesto que no!. Rosalie….- y así que como toda madre tomo las riendas del asunto y empezó a dictar ordenes como todo un general- y tu Carlisle, ve y habla al hospital. Di que tenemos una urgencia familiar y que necesitas transferirte de nuevo a …
-Nueva York.- interrumpió Alice a Esme, todos la miramos sorprendidos ¿Qué diablos hacia Isabella en Nueva York?
-¿Nueva York?.- dijo Rosalie realmente sorprendida
-Si, Bella ya no vive en Forks. Hace 2 años que radica en Nueva York….
- Y ¿tu como sabes eso, Mary Alice?.- me acerque a ella realmente enfadado.- Te di indicaciones, de que no quería que siguieras observando su futuro…
- Pues lo siento por ti Edward.- dijo ella ahora enfadada.- El hecho de que tú la hayas abandonado a su suerte, no quiere decir que yo lo haya hecho. Es mi amiga, independientemente de que fue tu novia, y a mi m preocupaba mucho de que esto pudiera llegar a suceder…
Estaba a punto de contestarle unas cuantas cosas, pero Esme se puso enfrente mío.- Déjalo Edward, Alice tenia todo el derecho de hacerlo. Ahora lo más importante, es encontrarla, prevenirla y protegerla…
-No esperen, Bella no puede saber…
- Edward.- alzo la voz Carlisle, lo cual a todos nos descoloco. El nunca nos alzaba la voz, por mas desesperantes que fueras. Cerró los ojos y respiro varias veces, más que nada para tranquilizarse.- Lo siento Edward, pero por los últimos años, hemos hecho lo que tú has querido y hemos respetado tu voluntad. Pero ahora la situación es diferente, Bella está en peligro y ella necesita saberlo.
- Se que estas enojado.- me miro Alice.- pero estaba preocupada, no tenía idea de cómo iba reaccionar Victoria. Por eso estaba, constantemente, vigilándola. Juro que…
-Basta Alice. Sé que lo hiciste por si seguridad, te lo agradezco. Así que tranquila.- dije abrazándola.- Y será mejor que empieces a empacar, porque Nueva York nos espera.
Bella POV
-Despierta, despierta, despierta.- grito una vocecita fuera de mi habitación. Al segundo siguiente, sentí como la puerta era abierta bruscamente y varios pasitos entraban corriendo. Gire en mi cama, estirando la frazada cubrirme de pies a cabeza. Sentí un pequeño cuerpo subir mi cama y empezar a saltar - Despierta, despierta, es sábado, mamá.
Levante ágilmente las sabanas y tome a la pequeña que esta saltando de un lado a otro, acostándola a mi lado y tapándonos de pies a cabeza. Empecé a hacerle cosquillas, haciendo que la pequeña se moviera de un lado a otro, gritando para que parara. Al parar la pequeña se acostó, acurrucándose en mi lado derecho. Levante la sabana, y gire mi cuerpo a la derecha. Y ahí frente de mi se encontraba otro pequeño de unos 7 años, sentado tranquilo en sillón rojo de mi habitación.
-Buenos Días, cariño.- dije estirando mi brazo hacia él, mientras abrazaba con el otro a la pequeña. El pequeño se levanto, acercándose lentamente y subiéndose a la cama.
Mire a mis dos pequeños. Si hace 4 años, alguien me hubiera dicho que iba ser madre de 2 pequeños a la edad de los 21 años, me hubiera reído delante de esa persona y la hubiera tachado de loca. Nunca fui una persona muy maternal que digamos, es decir, no odiaba a los niños, habia trabajado un tiempo como niñera, pero nunca desde que tengo memoria tuve ese instinto maternal. Pero todo había cambiado hace algunos años.
La vida monótona y aburrida que había llevado por 17 años había cambiado en el instante que conocí a Edward Cullen, un vampiro vegetariano de 107 años, que aparentaba ser un humano común corriente de 17 años. El junto con su familia vampiresa, me habían acogido como uno de ellos, sin importar que yo fuera solo una común y corriente humana. Por fin sentía que pertenecía a un lugar, que tenía hermanos y hermanas con los cuales compartir experiencia, que tenia una madre a la cual recurrir o un padre que me pudiera aconsejar sabiamente en caso de que tuviera algún problema. No es que no quisiera a mis padres, pero a veces sentía que la mayor parte del tiempo yo era quien los cuidaba a ellos y no ellos a mí. Pero lo que realmente me hacía sentir feliz y completa, era el simple hecho de tener a alguien quien me amara incondicionalmente sin importar mi apariencia o mi torpe forma de ser. Me había abierto completamente a él, dándole todo de mí, lo mejor que tenia. Pero al final, el me había herido, dejándome abandonada, con mi pobre corazón destrozado, desangrándose entre mis manos.
Después de que él y toda su familia me dejara, caí en una profunda depresión. No salía a menos que fuera a la escuela y al supermercado; deje de ver a mis amigos, haciendo que mi amistad con ellos se fuera perdiendo con el tiempo; y deje de comer y beber, causándoles un buen susto a mis padres, al perder varios kilos. Esto llevo a que ambos intervinieran diciéndome de que o salía de esa depresión o me internaban en un psiquiátrico, ya que era claro que necesitaba ayuda. Y esa noche, decidí cambiar por completo. Está bien que hubiese estado en depresión por una relación que no había funcionado, es decir, todas pasamos por lo mismo alguna vez ¿no? Así que ya era hora de dejarlo atrás, Edward no iba a regresar, y eso lo había dejado muy claro en el bosque. El príncipe no iba a regresar para despertarme de mi letargo mágico con un beso, al fin y al cabo tampoco yo era una princesa. Esta era la vida real, así que tenía que agarrar al toro por los cuernos y hacerme cargo de mi vida, yo era la única con el poder de llevarlo a cabo.
Así que con toda la determinación de seguir adelante y dejar el pasado atrás, esa noche agarre todo lo que me recordaba a él o a alguno de los Cullens, lo cual no era mucho ya que el se había encargado de llevárselo o tirar la mayoría de las cosas, y salí al patio trasero y encima de un motón de rocas, queme todo: vestidos, cartas, ropa, discos. Queme todo aquello que me los recordara y que me recordara a aquella Bella tonta e insegura. Ya no más tonta y torpe Bella desde ahora en adelante seria una nueva Isabella, una mujer fuerte, independiente, y segura de sí misma.
Al terminar la preparatoria, en vez de ir a la Universidad decidí tomar un curso intensivo de fotografía y periodismo. Al principio mis padres no estuvieron de acuerdo, sobre todo Charlie, el cual quería que tuviera una carrera universitaria como Dios manda, pero al ver lo determinada que estaba no tuvieron más que aguantarse y apoyarme. Al terminar el curso, decidí irme por una temporada, viajar por todo el mundo, conocer y experimentar. Así que tome todos mis ahorros, saque mi visa y mi pasaporte y viaje sin rumbo fijo. Pase alrededor de 4 meses recorriendo parte de América, cuando decidí que era hora cambiar de continente. Así que me dirigí a Europa. Era ya tarde cuando llegue a Italia, Volterra para ser precisos. Resulto que ese día, era el Día de san Marcos en Volterra, una de las fiestas más grandes de la Región. Sin pensarlo, me dirigí al pueblo, pensando que obtendría unas buenas fotografías del gran evento. Pero no solo conseguí eso.
Flasback
Ese día había millones de personas paseando de un lado a otro, celebrando y festejando el Día de San Marcos por toda la ciudad. Las calles estaban infestada de personas, ya fueran nativos o turistas, pero todos con algo en común: capas rojas. Recurriendo cada una de las calles, retrate cara tras cara, momento tras momento y fue ahí, cuando enfocando a la distancia vi a un pequeño con un bulto en sus manos. Al principio no le di importancia, pero notar que no había ningún adulto a su lado me preocupe. Mire de un lado a otro, tratando de ver si algún adulto se acercaba pero pasaron los minutos y nadie parecía prestarle atención.
Como si hubiese sentido mi mirada, el niño se giro hacia mí, analizándome. Quede tan ensimismada, por lo impactante de su intensa mirada, que no me di cuenta que ahora ya estaba enfrente de mí. Al tenerlo más cerca, me di cuenta que el pequeño bulto que traía era un bebe, una hermosa niña de solo unos cuantos meses.
-Hola pequeño ¿Cómo te llamas?.- dije acuclillándome frente a él, pero en vez de contestarme, me acerco a la bebe poniéndomela en los brazos.- ¿Es tu hermanita?.- pero siguió sin contestarme. En vez de eso tomo mi mano.-Ok entonces ¿sabes a donde fue tu mama? O ¿tu papa? O ¿alguien?.- pero lo único que hizo fue mirarme.- Ok, está bien, los llevare a la policía y a ver ellos que hacen.
Así que tome a los niños, y busque la estación de policía más cercana. Íbamos cruzando un callejón, cuando un grupo de turista, liderado por una chica, blanca y alta con un cuerpo despampanante, se nos acerco. Se nos quedo mirando a los niños y a mí, por un buen rato, hasta que por fin decidió invitarnos a recorrer el castillo. Pero antes de que pudiera alegar algo, yo estábamos dentro del castillo. Mientras recorríamos el edificio, los niños se iban poniendo cada vez más inquietos: el niño se movió inquieto de un lado a otro pero sin soltarme la mano y la bebé no dejaba de llorar. Pronto, yo también ya me estaba me estaba poniendo inquieto, y no precisamente por los niños si no porque algo no estaba bien.
Después de haber recorrido, gran parte del castillo, fuimos conducidos a un gran salón. Voltee a ver a Heidi, para preguntar si ya iba a terminar el recorrido, pero al ver sus enormes y rojos ojos mirándome con hambre, entendí quien era ella y donde estaba parada. Esto no había sido un recorrido común y corriente, esto era una trampa.
-¿Qué pasa, cariño? ¿Acaso tienes miedo?.- me detuvo la chica rubia al verme tratando de salir de la habitación.- No te vamos a comer
-Sé lo que eres, se quién eres y sé que estas personas estuvieron muertas desde el mismo momento en que se toparon contigo.- susurre mientras la chica me miraba sorprendida, lo que aproveche para soltarme de su agarre.- Pero ni yo ni mis niños seremos uno de ellos, así que más te vale dejarnos ir.
- Y según tu querida ¿Qué crees que somos?.- dijo una voz desde las sombras, sorprendiéndonos.- Heidi, será mejor que despidas a nuestra compañía.- dijo señalando a los turistas.- Creo que tenemos que arreglar un pequeño problemas antes de… bueno tu sabes…..Ya después nos podrás traer otro riquísimo banquete.- le ordeno a la chica rubia, Heidi. Ella solo asintió, llevándose a todos los turistas de nuevo y dejándonos a mí y a los niños "solos" en la habitación. Juro que en ese momento casi me da ataque de pánico, ya que sabía que no estaba sola.- Así que vuelvo a preguntarte jovencita, según tú ¿Qué crees que somos?
-No lo creo, lo sé.- dije agarrando mas fuerte a la bebe y abrazando al niño.- Se quienes son ustedes. Ustedes son los Vulturi, la más antigua y poderosa familia de vampiros, son lo más parecido a la realeza en el mundo de los vampiros. Son la casta gobernante y quienes crean y hacen valer las reglas, que en realidad es solo una: pasar desapercibidos ante los humanos. Lo…lo sé porque me lo dijo un amigo…-dije al aire, tratando de ver algo o a alguien. De repente, varias antorchas se encendieron alrededor de la habitación, dejándome ver un poco mejor-
-Al parecer nos conoces muy bien, pequeña humana. Si no es mucho pedir, nos puedes decir ¿Quién es ese amigo?.- dijo saliendo de las sombras, un hombre alto, delgado, de piel blanca casi transparente, con cabello color castaño y de aspecto delicado. Este se encontraba, en un pequeño pedestal, delante de mí.
-Carlisle Cullen…
-¡Oh mi buen Carlisle! Hace años que no se de él…
-Y se puede saber ¿Cómo es que conoces a Carlisle Cullen?.- lo interrumpió otra voz a lado derecho del hombre castaño. De las sombras salió un hombre alto, delgado y también con la piel traslucida, pero con la diferencia que este tenía el cabello largo y rubio.
-Fui novia de uno de sus hijos: Edward Cullen…
-No sabía que el joven Cullen tuviera gustos tan exóticos.- dijo el primer hombre acercándose a mi.- pero entiendo perfectamente porque estuvo contigo, cariño, eres preciosa.- al ver que se acercaba cada vez más, empecé a retroceder poco a poco. Lo que hizo que chocara con una pared.- Y estos pequeños, ¿acaso son tuyos?...
-¡Basta Aro!.- lo interrumpió el joven de cabello largo y rubio.- Deja de jugar con la muchacha y vamos al punto, todos sabemos que pasa con aquellos que saben nuestro secreto, así que Jane si me haces el favor. Tenemos muchas cosas que hacer, Aro, y esto no es más que una pérdida de tiempo.- sentí como una figura salía de las sombras mirándome fijamente. No era más que una niña 15 años, muy hermosa para ser solo una niña, de piel pálida, con ojos rojos, de estatura pequeña, y muy delgada.- ¿Jane? Que no me oiste, te estoy diciendo que te encargues de eso.- dijo mirándola severamente.
-Lo…lo estoy haciendo señor pero….- tartamudeo la tal Jane, mirándome entre sorprendida y frustrada
- ¿Alec? Encárgate, ya que resulta que al poder de tu hermana le dio por "dejar de funcionar" en este preciso momento.- le dijo despectivamente a un niño, también, de 15 años muy parecido a la niña, con la diferencia que su cabello era color marrón oscuro y en su cara había una risa sarcástica que inspiraba miedo y escalofríos.
Pero pasaron lo segundos y nada pasaba, lo que hizo que todos los que estaban en la habitación se empezaran a desesperar, sobre todo el joven de cabellos rubios largos.
-¡Bola de inútiles!.- grito sumamente enfadado.- Félix, Demetri por favor encárguense.- le grito a dos chavos: uno de cabellos güeros, de tamaño promedio y visiblemente marcada, a comparación del otro que era de cabello marrón, alto y fortachón. Al principio me recordaron a Jasper y Emmett pero al darme cuenta que estos tipos tenían claras intensiones de hacerme daño, el miedo me invadió completamente. Y no porque me fueran a hacer algo a mí, sino por los niños.
-¡Nooooo!.- grito mi pequeño poniéndose delante de mí. De repente, como si una fuerza invisible se tratara, el tal Demetri y el tal Félix fueron lanzados hacia atrás. Trataron de levantarse, pero esa misma fuerza volvió a embestirlos, tirándolos contra la pared. Inmediatamente Alec y Jane se lanzaron a nosotros pero esa misma fuerza, los lanzo por los aires.- No permitiré que nos hagan da…-pero antes de que pudiera terminar la frase, el pequeño se empezó a convulsionar, tirándose al suelo gritando del dolor. Me hinque junto a él tomándolo con la mano que me quedaba, tratando de controlarlo. Mire a mi alrededor buscando ayuda pero al ver a Jane, la cual nos miraba furiosa, supe que estaba sucediendo.
-¡Basta!.- le grite.- Deja de hacer eso, que no vez que lo lastimas ¡DIJE QUE PARARAS, QUE NO ME OYES!.- grite aun más fuerte, pero aun así ella seguía haciéndolo. Mire a mi alrededor, suplicándoles con la mirado por ayuda, pero nadie hacia nada-¡Es un niño! Que no vez que es solo un niño, dije que pararas.-tome aun mas fuerte al pequeño, acercándolo a mí y abrazándolo, tratando de protegerlo de lo que fuera. La niña al oír mis gritos, empezó a gritar y a llorar también.- ¡Por favor, por favor, por favor! Déjalo en paz, ¡ES SOLO UN NIÑO!
-Basta, Jane. Ya es suficiente.- dijo alguien a mi lado. Al levantar la mirado, un hombre de piel blanca y traslúcida, cabello negro y gran altura, nos miraba acongojado-. ¡Jane he dicho que es suficiente!.- grito enojado al ver que no paraba.
-Pero amo…
-Basta, Jane.- dijo Aro acercándose a nosotros con una hermosa mujer.- Marcus ha dicho que es suficiente y yo creo lo mismo.- y dicho esas palabras, el pequeño dejo de convulsionarse. Agradecí con la mirada al hombre, que al parecer se llamaba Marcus.- Así que tú fuiste el que le hizo eso a mi guardia ¿no, pequeño?¿Cómo te llamas?.- gire al oír a Aro más cerca, y efectivamente estaba agachado delante de nosotros. Tome al niño con más fuerza.- Tranquila Isabella, no les haremos nada. Lo único que quiero saber es si fue el…
-Sí, fui yo.- volvió a hablar. Todos lo miramos sorprendidos, sobre todo yo ya que hace unos cuantas horas ni había dicho nada.- Y…no... No sé cómo me llamo. Mi padre nunca nos dio un nombre a mi o a mi hermanita…
-¿Ella es tu hermanita?.- dije sorprendida.- Sabes si tiene algún poder…
-No, no lo sé.- dijo mirando a la niña en mis brazos.- Yo hasta hace unos meses, lo descubrí. Cuando papa nos abandono, tuve que buscar alimento para mí y mi hermana…
-¿Los abandono?.- grite enojada. Como era posible que ese hombre pudiera abandonar a una niña de tan solo unos meses y a un niños de no más de 4 años.
-Sí, me dijo que había encontrado a otra candidata pero que no podía quedarse con nosotros…
-¿Candidata?¿Candidata a qué?.- dijo Aro.- No espera, mejor dame tu mano. Así sabré todo.- el niño lo miro espantado. Pegándose más a mí.- Prometo no hacerte nada. Al igual que tu, yo tengo un poder, que es el de leer las mente, pero necesito tu mano.- dijo dándole la mano. Con cuidado, el pequeño tomo su mano. Todos esperamos unos cuantos minutos, esperando a ver que veía.- Como me lo temía, me habían informado que alguien estaba haciendo esto pero…
-¿Qué leíste, Aro?¿Que fue lo que t dijo la mente de ese…ese niño?.- dijo Cayo enfadado
-Al parecer, los rumores son ciertos hermanos.- dijo levantándose y mirando a Marcus y a Cayo.- Hay alguien que está creando una nueva raza de vampiros. Y estas dos criaturas son la prueba de esa nueva raza.- todos quedamos sorprendidos ¿había una nueva raza de vampiros? Pero creo que lo más sorprendente ¡eran acaso estas dos criaturas vampiros?- Todo parece indicar que el padre de estos chicos, es un vampiro que ha estado cazando a mujeres inocentes, dejándolas embarazadas. Creando así una especie de vampiro hibrido, es por eso que podemos escuchar el corazón de estos pequeños porque son mitad humanos y por esa misma razón también tienen poderes porque son vampiros con un poder innato.
-Tenemos que destruirlos.- dijo Cayo.- No podemos dejar que estos montruos vivan, es contra las leyes…
-¡Nooo!.- grite espantada.- No pueden hacer eso, son solo unas criaturas…
-Pero Isabella.- me dijo tranquilamente Aro.- ellos son algo antinatural, bueno.- dijo pensándolo bien y riéndose.- algo antinatural dentro de lo antinatural, no sabemos nada de su comportamiento o de cómo funciona su organismo. Además dudo que alguien quiera cuidarlos y encargarse de ellos…
-Yo.- dije levantándome.- yo me encargare de ellos, yo me asegurare de que no le hagan daño a nadie, yo…
-Tú eres una simple humana.- me interrumpió Cayo.- No podrías con dos semi-vampiros por muy lado humano que ellos tengan. Además se nota que no tienes los medios para mantenerlos…
-Pero podría si ella se convirtiera, tendría la agilidad y fuerza suficiente para controlarlos.- lo interrumpió, mirándome.- ¿estarías dispuesta a convertirte, a dejar tu humanidad, para hacerte cargo de estos niños?
¿Estaba yo dispuesta a dejar mi mortalidad por un par de chiquillos? Tiempo atrás había estado dispuesta a dejarla por Edward, por el amor de mi vida, pero él me había abandonado, me había dejado sola, a mi suerte. Mire de nuevo a los pequeños, a ellos también los habían dejado un ser querido. No tenían nadie en el mundo, nadie que los cuidara o velara por ellos, nadie quien les diera de comer, nadie que les diera un abrazo, ya no tenían a nadie. Aparte estaba el hecho de que si no me hacía cargo de ellos, ellos los...los…Inmediatamente, mi instinto materno, el cual pensé que no tenia, salió a colisión.
-Sí, estoy dispuesta. Al igual que yo, están solos en el mundo.- dije acariciándole la cabeza del pequeño, el cual me abrazo por la cintura.- Se que no tengo mucho, pero hare lo que sea por cuidarlos y protegerlos como si fueran míos.
-¡No! Ellos no pueden….es antinatural….es contra nuestras leyes.- grito nervioso Cayo.- Además ella no tiene los medios económicos para hacerse cargo, ¡mírenla nada más! Está claro que apenas puede hacerse cargo de ella misma. Y sus conocimientos son mínimos, no podría mantener un trabajo…
-¡Basta Cayo! No tienes porque insultar a Isabella. Por lo económico no hay problema, yo me hare cargo de ellos.- lo interrumpio Marcos acercándose y tomando al niño en brazos. El cual para sorpresa de todos, lo abrazo fuertemente. Al ver como Marcos lo abrazaba de vuelto, era obvio lo triste e infeliz que se sentía dentro de estas cuatro paredes. Por lo que tenía entendido, Marco era el único de los Vulturi que había perdido a su esposa, lo que debió de traer como consecuencia una sola e infeliz eternidad.- Y por los conocimientos, eso no será problema, Isabella será entrenada como alguien de la guardia…
- Una excelente idea, querido hermano.- lo interrumpió.- creo que podemos llegar a un jugoso acuerdo que beneficiara a amabas partes, ¿no lo crees, Isabella?.- dijo mirándome con un tono sarcástico y burlón.- Por lo que te propongo que a cambio de concederles la gracia de vivir, tu tendrás que pertenecer a nuestra guardia.- dijo levantando la mano, en señal de silencio, al ver la agitación en la muchedumbre.- no te unirás a nuestras filas, por el momento, sino que serás la guardiana de todos aquellos seres híbridos que hayan sido creados por ese vampiro, nos informaras de su evolución y de cómo se desenvuelven en el mundo humano. Nosotros te proveeremos lo necesario para criarlos, así no tendrás de que preocuparte…
-Por supuesto señor, yo me encargare de ellos.- lo interrumpí totalmente enfadada, ¿que se creía que yo era? Pero no tenía otra opción, era eso o que estos pequeños murieran. Además, no es como si el vampiro ese, haya embarazado a más de 1 en este tiempo ¿o si?
- Aunque no te precipites querida, todavía no termino, hay dos cosas que debo dejar claro. La primero es que una vez que estén listos tú y todos los pequeños volverán al castillo y ahí, si querida, se unirán a nuestras filas y combatirán con nosotros como todo vampiro aquí presente. ¿Así que aceptas?
-Pero, espere, ¿no dijo que había dos cosas que tenia que dejar claro?
- ¡Oh claro!.- dijo haciéndose el sorprendido.- se me olvidaba la cosa mas importante, que antes de que nosotros les demos el perdón, tú te lo debes de ganar…
-¿Ganar?.- dije sorprendida, no era como si me pusieran a jugar "100 vampiros dijeron" o "¿Quieres ser vampiro?"
-Como no sabemos qué tan poderosa o cuáles son los efectos de la ponzoña en el niño, lo probaremos contigo.- dijo enseñándome esa sonrisa sarcástica.- Si mueres, ellos morirán contigo. Y si no, cumpliremos lo que te he dicho.
Fin del Flashback
Y así fue como termine aquí. Resulto que la ponzoña del pequeño, era muy similar a la del vampiro normal, es decir, la persona que era mordida pasaba por el mismo proceso que uno que era mordido por un vampiro normal y adquiría las características que un vampiro normal. Solo que la persona que era mordida por un hibrido podía salir al sol sin deslumbrar y comer y dormir como un humano. Esto sorprendió a muchos, ya que después de que pasara exitosamente mi conversión, mis deseos de sed por sangre, eran igual que por los de comer una hamburguesa.
Durante año y medio estuve viviendo en el castillo. En ese tiempo, Demetri y Feliz se encargaron de entrenarme en el combate cuerpo a cuerpo y ayudarme a desarrollar mis habilidades motoras, mientras que Aro se encargo de ayudarme a desarrollar mi talento especial, que resulto ser el de "Escudo", que a diferencia del de Renata este podía proteger a otras personas tanto física como mentalmente sin necesidad de que yo las tocara. Marcus, fue el encargado de enseñarme todos aquellos datos culturales e históricos que necesitaba saber acerca del mundo de los vampiros. Por el otro lado, Heidi, que resulto ser una gran amiga, me ayudo a desenvolverme con naturalidad y a explotar "lo que la madre naturaleza te dio y el vampirismo acentuó" como me decía ella. También me instruyo en el mundo de la moda, me enseño que esta era una forma de expresión como la pintura o la escultura, pero que podías llevar a donde fuera. Me presento a varios de sus amigos diseñadores como Giorgio Armani de la marca Armani, Domenico Dolce y Stefano Gabbana de Dolce&Gabbanna, Frida Gianini de Gucci, Rosella Jardini de Moschino, los cuales me ayudaron a entender mejor. Y fue, durante una visita a una sesión de fotos para la campaña de Dolce&Gabbanna, que al enfermarse el fotógrafo y este no poder acudir, Heidi me ofreció para que yo me hiciera cargo, ya que había estudiado fotografía. Desde ese día, diferentes personajes de la industria llamaron pidiendo mis servicios, lo que trajo como consecuencia que la revista Vanity Fair me contratara como su directora de arte, lo cual acepte orgullosa.
Con respecto a los niños, después de pensarlo una y otra vez, al pequeño lo había nombrado Alexander, ya que muchos de los grandes personajes de la historia se llamaban así, y a la pequeña Coraline porque me encantaba la película de Coraline y la puerta secreta (N/A: Neta estoy traumada con ese película XD). Ellos, durante ese tiempo, se habían ganado el corazón de cada uno de los miembros de la guardia y hasta de los mismos Vulturi. Aro había encontrado en Alexander a un pequeño discípulo hambriento por saber, ya que a pesar de que tenía 3 años, era muy inteligente para su edad, lo que lo hacía muy feliz. Félix y Alec, a pesar de tener un aspecto serio e intimidante, al estar con Alexander, se convertían de nuevo en niños jugando, correteando y haciendo bromas por todo el castillo. Mientras tanto todas, las chicas adoraban cargar y mimar a la pequeña Coraline con ropa y juguetes para bebe. Pero no había duda que Marcus era el que los adoraba más, ya que había encontrado en ellos a los hijos que nunca tuvo y que de cierta manera siempre quiso tener con su difunta esposa, Didyme. Gracias a él los tres habíamos tenido una segunda oportunidad, gracias a él todavía seguíamos vivos.
Mire a Alexander acaba de cumplir los 7. Ya no era ese pequeño de 3 años que corría por todos los pasillos del castillo Vulturi, ahora era un niño alto a pesar de su corta edad; su piel era ligeramente rosada parecida a la de un durazno: y su cabello, lacio y de color negro azabache. Pero lo más impactante, eran sus ojos grises, los cuales te transmitían sabiduría y tranquilidad. Alexander desde chico siempre fue muy tranquilo, nunca me dio ningún problema y siempre obedecía cualquiera indicación que le diera. Al contrario de Coraline, la cual se habia convertido en pequeño demonio, y algunas veces hacia lo que quería. Con tan solo 4 años, era toda una rompecorazones, y es que no era para menos con sus hermosos bucles rubios y sus ojos color verde intenso, todo ser que se le acercaba terminaba prendido de ella como yo por ejemplo.
-Mama, mama.- dijo Coraline sacándome de mi ensoñación.- si vamos a ir al parque? Dijiste que si, dijiste que si, dijiste que si
-Por supuesto cariño.- dije abrazándola y dándole de besos en toda la cara.- Vayan a prepararse, tu y Alex que vamos a Central Park.
Bueno chicos, aquí vengo con un nuevo fic. Sé que muchos dirán " No has terminado Amil por hora y t ya estas empezando otro" pero es desde hace meses he traigo este fic en mi cabeza, lo que me impide escribir un nuevo fic para el otro. Asi que espero que les haya gustado jajaja y prometo que con este si subiré mas rápido los capis, como todo lo traigo ya en mi cabecita, será cosa de arreglar todo y ponerlo en papel… bueno en Word jajaja
Espero que les haya gustado y también espero que me lo hagan saber en un review
Love u
SDK
