SUMARIO: Este fic, contiene las despedidas de solteros de Harry y Ginny a dos días de su boda. Ubiquemos este hecho después de la muerte de Voldemort y antes del epílogo (obviamente), en lo único en lo que falto al canon es en que he decidido dejar vivos a Tonks y Remus por exceso de conveniencia xDD. Comenzaré con la despedida de los varones. Besos!

ADVERTENCIAS: Lenguaje sexual, tal vez algunos eufemismos pero sin afán de ofender, definitivamente busco hacerlo gracioso y real dado que esas palabras son muy comúnmente usadas.


NOCHE DE CONFESIONES

Parecía increíble que después de tanto tiempo, de tanta lucha, de estar separados y los dolores que habían pasado con la guerra, ahora por fin pudieran casarse. Estaban a dos días de su feliz enlace y todos los preparativos parecían estar ya solucionados. Solo faltaba apaciguar los nervios y esperar el Gran Día. Y claro, sus despedidas de solteros.

Esa noche ambos habían sido citados para pasar sus despedidas de solteros.

Harry se sentía ligeramente nervioso y temeroso. Según había escuchado en los cuchicheos, su fiesta de soltero la estaban organizando Remus y nada menos que sus cuñados. El chico se preguntaba cómo es que serían esas fiestas, dado que dudaba que fueran como las fiestas muggles. Intrigado había preguntado a Ron, pero el pelirrojo no había podido sacarlo del apuro. Le respondió que a esas fiestas solo iban los mayores de edad y a él desde que lo era, no lo habían invitado a ninguna. Quien sí había tenido suerte e ido a una era George, y por cierto se veía peligrosamente entusiasmado.

Ron y George pasaron por él, a su recién inaugurada oficina como auror en el ministerio en punto de las 8 de la noche; el gemelo sonreía en exceso. Aún debían esperar a que Percy terminara sus últimos pendientes, pero éste llegó junto con su padre.

–¿Listos?- preguntó Arthur con una amplia sonrisa. Parecía haberse integrado a la fiesta. Harry estaba más intrigado que nunca.

–Vamos. – sonrió Harry nerviosamente.

Entonces su casi-suegro tomó polvos y una vez todos adentro, dijo:

–¡Grimmauld Place número doce!

Cuando salieron por la chimenea de su casa y vio allí a Remus, a Bill y a Neville con sus vasos de firewhiskey y con la casa decorada pensó en que se habían esmerado mucho en pensar en un lugar… habían escogido su casa ¡y nadie se lo había dicho! Genial, al menos no tendría que manejar o tratar de aparecerse en malas condiciones.

Todos empezaron a integrarse y saludarse con los que no se habían visto. Se veían muy sonrientes y animados, incluso Neville aunque tenía la misma mirada de duda de Harry. No tenía idea de a lo que había ido ahí.

Después le sirvieron unas copas a los que iban llegando, y se reunieron en un reducido espacio dentro del amplio salón. Según se comentaba no se esperaba a nadie más sólo serían: Remus, Bill, Arthur, George, Percy, Ron, Neville y Harry.

Entonces vino un momento de silencio, todos estaban reunidos en forma circular y Harry se preguntó qué estaría por venir. Remus invitó a Arthur a hablar.

–Bueno Harry, yo no sé si tu sepas en lo que consisten estas fiestas.

–Honestamente no. – respondió nerviosamente.

–¿No Harry? Debí haberte explicado. – comentó Remus algo apenado suponiendo que Harry sabía a lo que iba. –Veras, uno o dos días antes de la boda, se hace una reunión como esta, del novio con sus amigos y personas más allegadas para compartir experiencias relacionadas con el matrimonio. Aprender cosas, comentar, divertirse a partir de nuestras experiencias íntimas con el sexo opuesto. Suele ser muy divertido y aleccionador. – terminó Remus riéndose ligeramente.

"¿Íntimas?" pensó Harry, ¡la reunión estaba llena con la familia de ella!

–Y lo primero que debemos saber es… si tienes experiencia. – dijo George moviendo las cejas sugestivamente.

Las mejillas de Harry comenzaron a pintarse de rosa subido, no podía decir que no, y si decía que si… sabrían que era con ella. Harry tomó aire para responder pero no logró hacerlo.

–No te preocupes Harry, estás en confianza. Pero te diré mi primera orden como tu suegro: Quiero a mi hija contenta todos los días, que amanezca satisfecha siempre, ¿has entendido?

–Si. Si claro. – sonrío Harry abochornado pero divertido.

–Mi regla de oro como esposo – continuó Arthur – ha sido jamás decir que no. Siempre hay tiempo, siempre hay espacio, siempre hay modo… siempre Harry. Si mi Ginebra te lo pide espero que le cumplas Jaja pero no te lo digo como suegro sino como hombre… a mi me ha funcionado bien con una mujer bastante ardiente.

–¡Papá! No es necesario que hables de mamá… - reclamó Ron desde su lugar. Remus, Bill, Arthur y George se rieron.

–Más vale que te acostumbres Ron, esto apenas empieza. – comentó Remus.

–Vamos Ron, ¿Tú crees que tu madre y yo tuvimos 7 hijos a larga distancia? Pudimos haber tenido más de ustedes, uno cada 9 meses jajajaja

–¡Anda! Eso es importante, ¿algún consejo para no tener más bebes de los que quepan en casa? – dijo George.

–Muy fácil, recuerda esto Harry: Si no quieres frutos, la semilla no debe quedar en tierra fértil… y con esto me despido chicos. La verdad es que estoy cansado y no creo que soporte la noche. Se divierten, y por favor, Ron y Percy no sean mojigatos ni recatados. Esta noche es de hombres, ligera, sin formalidades; sólo para hablar de esas cosas que nunca solemos hablar pero que forman uno de los pilares más importantes de nuestra vida: la satisfacción sexual.

Ron apretó los labios ruborizándose mientras se despedía de su padre. Eso parecía ser apenas el comienzo. No tenían reunidos más de 20 minutos. ¿Qué más faltaba por pasar?

Una vez que Arthur se fue, George empezó a repartir entre los presentes hojas y marcadores. Ron, Harry y Neville voltearon a verse confundidos.

–Empezaremos con un juego sencillo, pero antes necesitamos saber más o menos cuánta experiencia sexual tienen. – dijo George mientras se dirigía a todos.

–Bastante. – dijo Remus con seguridad.

–Bastante. – continuó Bill.

–Yo… - levantó inseguramente la mano Neville – sexo, completamente; no.

–Eso es, no importa. ¿Ron? – animó Bill.

Err… pues algo.

–Yo lo suficiente, supongo… - dijo seriamente Percy como si encontrara el juego aburrido.

–¿El novio? – le preguntó directamente George a Harry.

–U-un poco. – dijo inseguramente evadiendo ciertas miradas.

–Yo, como dijera Percy: suficiente. – dijo George imitando los tonos formales de Percy. – Y ahora, vamos a poner una cosa que nos cause placer de estar con una mujer, la que sirve de detonador para ponernos como un tren. Ya está, ¡corre tiempo!

La dinámica parecía extraña pero divertida, Harry buscó en su cabeza una de las tantas cosas que le calentaban en Ginny, y claro, una que pudiera poner frente a ellos. Ron por su parte tuvo el mismo conflicto, ¿qué poner? Había más de una cosa en Hermione que lo hacía arder.

Algunos pensaban y pensaban indecisos mientras otros con toda seguridad escribían en la hoja con sonrisas sátiras que reflejaban seguramente algunos recuerdos. Cuando Harry vio que Neville escribía con esa misma sonrisa supo lo que debía poner… después de todo ¿Por qué no?

­ –¡Tiempo! ¿Están listos? Bien, ahora cada uno mostrará su hoja y explicará qué es lo que haya de sensacional en eso… - cuando Harry escuchó lo de la explicación comenzó a sudar –¿Empezamos con el novio?

–No, no. El novio al último por esta vez. – dijo Bill y Harry se lo agradeció como no imaginaba.

–Bien, entonces que sea Neville, quien parece ser el único aquí sin haber tronado rajita.

Ron y Percy voltearon violentamente a ver a Harry quien supo de reojo que lo miraban pero no volteó y fingió no haber escuchado a George.

Neville tomó con expresión un poco abochornada su hoja y cuando la volteaba se sonrió pícaramente. Su hoja decía: "Humedad".

–Bueno, eso… es genial. – dijo Neville con una sonrisa nerviosa.

–Si; besas, metes mano y dices: wow… - dijo George tratando de completar lo que el chico por timidez no terminaba de decir.

–Sii, si. Justo eso. O sea, ella siente cosas conmigo, ¿me explico? Está ahí, lista. Solo que creo que la mente las traiciona… - finalizó desanimadamente.

–No Neville, ese es un espléndido comienzo. Y si que es algo incitante. – comentó Bill con una palmada al chico.

–¿Siguiente?

–¡Remus! – pidió Harry con curiosidad.

–Metamorfismo – dijo con una sonrisa verdaderamente lupina y lasciva al mostrar su hoja – Es algo demasiado flexible y sensacional como para no decir que me excita. Amo a Dora y me fascina ella, con su verdadera personalidad y cuerpo… pero, le puedo pedir lo que yo quiera, y aún sin pedirle, ella tiene sus propias ideas para sorprenderme y es… pfff, ¡muy acertada!

–¿También puede convertirse en loba? – preguntó Percy interesado.

–Puede. – afirmó Lupin ­ –En loba si, en mujer-lobo no.

–Desgraciadamente hay pocos metamorfomagos, tienes suerte amigo. Ron, ¡vas!

–Bueno, - dijo Ron y tomando su hoja la mostró, "Sonidos" se leía con dificultad y una espantosa letra. – Eso me calienta… fuerte.

–Tenemos un chico auditivo aquí. – comentó Remus.

–Y además, - dijo George mirando inquisitivamente a Ron – una chica ruidosita, ¿no?

Ron se sonrojó. –Creo que… a ambos se nos da ser expresivos jejeje. – rió con disimulo. Harry se impacto un poco. ¿Hermione ruidosita? Quién lo hubiera dicho…

–Percy, ¿estás listo?

El chico asintió lentamente y giró su hoja con la palabra: "Estrechez". Un generalizado sonido de exhalación masculina y empatía llenó la sala. Percy sonrió orgulloso.

–Bueno, ¿a quién no? - Dijo Bill sonriendo.

–Eso, lo disfruto mucho. – terminó Percy.

–No pues si es rico, lo malo Percy; es que para cuando te enteras de si es estrecha o no, tú ya debes estar caliente… - dijo George buscando polémica.

–Tú dijiste algo que nos cause placer al estar con una mujer, no dijiste en qué momento o para qué, no seas payaso. – reclamó Percy juguetonamente hacia George, extrañamente empezaba a verse relajado.

–Cierto.

–¿Quién falta?

–¡TUÚ! – respondieron varias voces al unísono.

–Aah, jajaja ya va. – respondió el gemelo buscando su hoja y la mostró. La hoja decía con letras tenebrosas: "Lugares".

–¿Por qué tener sexo en la cama o en una recámara si hay tantos lugares donde se puede follar con soltura? Odio las limitantes, se puede fornicar en cualquier lado. Los lugares no convencionales te ponen en reto, y también te ponen bien horny. Me gusta.

–Interesante… aunque arriesgado. Y les aviso que me han saltado, eh. – dijo Bill poniendo cara de ofensa.

–La concurrencia me aclamó a mí, hermano; lo siento. Adelante.

–No estuve seguro de qué palabra poner, pero escogí "explorar" para expresarlo. Me gusta hacer cosas nuevas, como dice George, lugares, formas, no sé… y la verdad con una mujer como Fleur que está dispuesta con mis locuras, es genial. Se disfruta mucho.

–Claro, supongo que esa es la clave. – Reflexionó Neville – Porque si a ti te gustara todo eso y a ella no, no sería placentero…

–Lo bueno es que lo compartes y que no se te frustra el gusto jeje – comentó Harry, más animado después de su segundo trago.

–Así es Harry. Ahora sí, el tuyo. – sonrió Bill hacia él.

Harry había empezado a dar otro trago de su bebida y tosió ante el llamado del cuñado, llegó su hora. Tomo su hoja, la volteó y deseó que el firewhisky que bebía justificara un poco su rubor. Su hoja decía: "Pechos" y abajo con letras más pequeñas "perfectos". Cuando Harry volvió a verlo pensó que solo le había hecho falta dibujar corazoncitos, se sintió idiota.

George, Ron y Percy voltearon a verse moviendo las cejas e intercambiando miradas. Percy volvió a ponerse un poco serio y Ron evadió la mirada de Harry y tosió un poco del trago que acababa de pasar.

–No pues sí. – dijo George burlonamente –¡Provecho cuñadito!

COF COFFFF – tos por parte de Harry.

–Vamos chicos, déjenlo libre, es su despedida de soltero. Además, tal vez ni siquiera hable de Ginny.

–No somos idiotas Lupin, si hubiera puesto solo "pechos" tal vez nos la hubiéramos creído, pero eso de "perfectos" significa que pensaba en unos en especial… - respondió Percy haciendo gala de su fría lógica.

–Claro, además… nosotros le vemos las tetas a Ginny todas las mañanas con esas blusitas de pijama tan pegadas. Y… las tiene buenas, lo que sea de cada quien. Por eso le digo que provecho.

–Harry, debes agregar algo… - le dijo Remus como si lo invitara a defenderse.

–Bueno, pues sí. Tiene unos pechos muy… lindos y eso es muy… motivante.

–Ya, dan ganas de ser bebé, ¿no? - rió Bill con ligereza contagiando a algunos.

–Sii, te puedes pasar ahí un rato… - murmuró Neville desde donde estaba bebiendo de su copa. –Hanna está tetona, tiene mucho.

–¿Tonks también, no Remus? – habló por fin Ron ya un poco más suelto.

–Si, Dora es de pechos grandes, la ventaja con ella es que realmente puede hacer ajustes, hay temporadas que logra mantenerlos reducidos a un tamaño más cómodo.

–La que está en la vil calle es Hermione ¿no Ron? – dijo George con cara de comprensión.

–Pues… yo no diría eso. Tiene poco, pero está bien. A mí no me afecta.

El ambiente se había empezado a aligerar gracias a los firewhiskeys y a las confesiones. Había más confianza y las cosas se ponían interesantes. Cada quien tenía opiniones, gustos, preferencias respecto a la forma de gozar del sexo… y las chicas, esas que compartían la cama con los demás, también parecían tener otro matiz. Harry empezaba a divertirse.

A el juego le siguió una nueva ronda de tragos y botanas, un poco más de plática y comentarios acerca de los gustos de los compañeros y después Remus hizo silencio tocando con su cuchara en la copa.

–Y ahora… - dijo, haciendo notar que era el momento cumbre de la noche.

Entonces Bill y George venían arrastrando un pensadero y lo pusieron en el centro del salón. Parecían emocionados.

–¡Los recuerdos!- dijo, como si se dijera "los regalos". Harry se sintió un poco confundido y volteó a ver a Ron. Él tampoco parecía comprender muy bien.

–Remus, Remus, tenemos muchos nuevos… - cuchicheó George apuntando hacia las caras de "what" de los chicos.

–Claro chicos, es muy fácil. Este es el mejor momento de la noche. Cada uno de nosotros va a compartir un recuerdo sexual que encuentre particularmente bueno, o divertido o aleccionador o lo que gusten. Es nuestro regalo para él.

–Y… ¿se lo va a llevar a su casa? – preguntó Ron dudoso.

–Si, después de que lo veamos. Qué bueno que somos pocos, suele ser cansado cuando somos muchos.

Los ojos de Ron eran dos platos.

–Perdón Remus, pero ¿No es un poco…

–Escucha Harry, puede parecer fuerte, pero por eso se hace con las personas de tu mayor confianza. Tener estos recuerdos te hace perder la curiosidad sucia de muchas cosas, aprender que con la mujer que se ama se puede tener todo lo que necesitas. Gracias a estas despedidas de solteros en el mundo mágico, no hay infidelidades. Cuando un día, tengas dudas o ciertos deseos, vas, tomas uno de estos recuerdos y las dudas se van… No tengan miedo chicos, piensen en una buena y la ponen en este contenedor.

Cada uno de ellos recibió un elegante y muy fino contenedor de cristal decorado con minúsculos rubíes. Debían haber costado una fortuna. Se fueron aislando uno a uno, tratando de encontrar sus recuerdos y empezaron a sacarlos. Harry hurgó en su cabeza, quería uno que fuera lindo o tal vez no tan explícito… aunque sus cuñados ya no se miraban tan incómodos con el hecho de que él y Ginny intimaran, la situación era algo penosa. Escogió uno finalmente y al jalarlo tuvo un poco de problema, pero finalmente salió.

Remus pidió que cada uno de ellos lo pusiera un elegante saco de terciopelo y sin orden los sacarían al azar. Harry sería la virtuosa mano que escogería.

Metió la mano, revolvió y sacó el primero.

N/A: Bien chicas, como cada recuerdo merece su espacio haré una viñeta para cada uno de los recuerdos. Después vendrá un capitulo sobre la despedida que se celebra al mismo tiempo para Ginny de puras chicas y en ese explicaré su organización. Por lo pronto les dejo el índice de recuerdos en desorden para que vayan pensando y tratando de adivinar cuál es de quién. Nos vemos en el primer recuerdo:

Satisfacción Rebelde

Al caliente lo que pida.

El mejor orgasmo.

Complacencia reclamada.

Juguemos un poco.

Tarde apacible.

Deleite Sudoroso.