Ocho mares…

Adrien pensaba que el océano era bonito, hermoso y maravilloso, con olas espumosas que hacían burbujas sobre la playa.

Pero todo eso cambio cuando se subió por primera vez a un barco en altamar.

Nada más avanzar 2 metros él ya estaba con el estómago revuelto y la cara pálida, ver el horizonte azul chocando con el celeste de cielo, meciéndose de un lado a otro, las olas chocando contra el casco del barco y moviéndolo al compás del horizonte.

Solo pensar en eso le daba vueltas todo, tan mal le hacía que su padre tuvo que cancelar el evento que había preparado sobre el mar y llevarlo de nuevo a tierra.

Ya habían pasado varios años de eso, había obtenido sus poderes, conocido la magia de los miraculous y olvidado casi por completo eso del mar.

Hasta que, por mera casualidad su lady pregunto…

-Chat… ¿te gusta el mar?-

Esas palabras, principalmente la última, hicieron de repente asquear al héroe que hizo cara de haber olido un calcetín sucio.

Trayéndole esas horribles sensaciones que había experimentado solo una vez. Pensar en el azul y celeste, las olas y el movimiento lo dejaron verde.

-NO…NO me gusta- exclamo tragando saliva y pegándose al piso sintiendo la firmeza y quietud de este, se alivió totalmente.

La mariquita hizo una cara desentendida por la actitud de su compañero, para simplemente encogerse de hombros para luego reír al verlo pegado al piso.

El gatito levanto la vista al oír la dulce risilla de su lady para chocar sin remedio sus verdosos ojos felinos con los AZULES de la joven.

Azules como el mar, moviéndose de un lado a otro.

Se tensó, para luego ver fijamente a los ojos a la jovencita que le sonreía divertida.

Ese azul era distinto al del mar, era un azul calmado y tranquilo, era como el agua calma que corría por el rio Sena. Sin ninguna molesta ola ni ningún horizonte movedizo.

Era como un océano que lo hacía sentir bien, muy bien.

Entonces un fugas pensamiento paso por su mente.

En realidad no había siete mares, si no que había ocho.

7 de estos océanos lo mareaban y daban ganas de vomitar, mientras que el 8 lo calmaba y lo hacía sonreír sin remedio.

Así llego a la conclusión de que había 8 mares, de los cuales el océano azul de los ojos de su lady era el único que le gustaba.

Dejen reviews.

Si solo ponen la historia en favorito y se van, me deprimo.

XD.

Chao, chao mis pequeños akumas.