Título: Sorpresa.
Personajes: Shino Aburame; Kiba Inuzuka.
Género: General, romance... (¿humor?)
Disclaimer: El anime Naruto, al igual que sus personajes, no me pertenecen.
Notas: Yo todabía me quedé en la primer temporada, es decir, Naruto, no Naruto Shippuden. Siento mucho si hay OoC; hace tiempo que no veo Naruto ^^U, así que cualquier crítica CONSTRUCTIVA será bienvenida.


Miró con detenimiento la escena que se encontraba presenciando en aquel momento. Naruto, con una sonrisa nerviosa, le regalaba a Hinata un ramo de flores. La joven no hacía más que sonrojarse y evitar que la sorpresa intentara desmayarla.

Luego, miró a Shino, quien se encontraba a su lado, ajeno a lo que sucedía. Deseaba que el Aburame hiciera algo así por el pero… ¿qué estaba diciendo? Eran chicos, y ya era bastante raro ser pareja, definitivamente no iba a sucederle lo que Hinata.

Bufó molesto, porque ahora que lo recordaba, Shino jamás le había dicho un Te Amo… ¡Ni siquiera un Te quiero! No se habían tomado de la mano jamás, y de lo único que hablaban era de cuando y qué tenían que entrenar.

Y no es que no lo hubiera intentando. Siempre que sacaba el tema de que si le quería o si sentía feliz, el mayor le esquivaba y terminaban hablando de lo que harían mañana.

Salían poco, a veces a comer ramen, pero su relación era solo amistad etiquetada con un extraño "Noviazgo".

Volvió a mirarlo, y se sorprendió al notar como éste también le veía (o eso creía).

Ahora que lo pensaba, ni siquiera sabía el color de sus ojos, ni como eran.

— ¡Mierda, Shino! ¡No me des esos sustos! —Exclamó el castaño, con una mueca de molestía y sorpresa.

— ¿En qué piensas? —Preguntó directamente, con la voz igual de neutra como siempre.

— E-en nada… ¿Por qué lo dices?

— Has estado callado, y eso no es algo que te caracterize.

— ¡Ey! Yo no hablo mucho, ni tampoco hago escándalo. Y no me sucede nada, sólo veía a Hinata, me hace feliz ver su relación con Naruto. Espero que el idiota no le haga nada…

Shino, por su parte, sabía que pasaba por el corazón del inuzuka. Sabía que éste necesitaba de su apoyo, de su cariño y seguridad; pero por algún motivo no podía brindárselo. Había sido criado para no demostrar sus sentimientos y, además, la situación se le hacía extraña. ¿Dos hombres? ¿Juntos? ¡Qué diría su padre si se enterara! Aunque, por más increíble que sonara, no se le hacía tan extraño. Quizás era que de verdad amaba al menor y esto producía que pudiera enfrentar los problemas que iban a enfrentar.

Como ahora.

Él y carencia de afecto para un joven que lo necesita irremediablemente.

— Kiba… —Le llamó, tosiendo levemente para ayudarse.

— ¿Uh? —Respondió ajeno al entorno.

— ¿Quieres a comer algo conmigo?

— Claro. —Respondió el Inuzuka, pues sabía que el "comer juntos" no era más que ir por algo de ramen y hablar de cosas poco interesantes.

— Entonces, te espero en mi casa a las ocho, llega puntual.

— Está bien… —Respondió a punto de bostezar, pero cuando su cerebro terminó de procesar las palabras del pelinegro, abrió los ojos como platos. — ¿¡T-tu casa!

— Si.

— P-pero… tu padre…

— El no estará.

— ¿Estaremos los dos solos? —No sabía porqué, pero sus mejillas se tiñeron de rosa rápidamente; podía sentir el calor subiendo por su rostro.

Shino alzó una ceja.

—Eres un pervertido. —Fue lo único que dijo como respuesta al ver el notable sonrojo en las mejillas del castaño.

— ¿Q-qué? ¡Y-yo no soy un pervertido, Shino!

— Si lo eres, no quiero imaginarme que cosas habrán pasado por tu mente.

— ¡N-no pasó nada, no seas idiota! —Siguió gritando.

— Deja de gritar. —Le paró con una mueca de desagrado. —Te quiero a las ocho a mi casa. No tardes.

— ¡Shino! ¡Que no soy…! Ah… Bueno. Oye…

— ¿Si?

— Te… te quiero… —Confesó sonriendo nerviosamente, a punto de desviar la mirada sabiendo que el Aburame no diría lo mismo hacia él.

— Yo también. —Y desapareció, dejando atónito al Inuzuka.