N/A: Inuyasha y compañía pertenecen a Rumiko Takahashi; esto es para evitar malos entendidos, yo solo se los tomo prestado por un ratito.
O.o.O.o.Lágrimas.o.O.o.O
Capítulo I
Por un accidente
"El destino baraja las cartas, nosotros las jugamos."
No sabía cuánto tiempo llevaba corriendo ni cuanto se había alejado de ese horrible lugar ni cuanto había llorado, solo tenía claro que nunca regresaría a aquella pesadilla, si algún pecado había cometido ya lo había pagado y con creces, llego a una calle muy transitada no tenía ningún plan solo sabía que le daba igual adonde fuera a parar mientras no volviera con esas horribles personas, desde que su padre había muerto y la dejara al cuidado de su tío y su esposa, su vida en verdad se había convertido en un infierno, los golpes que recibía eran algo para marcar a cualquiera de por vida, claro que le pegaban en lugares estratégicos para que nadie se diera cuenta y no los denunciara, aguantó todo pensando que alguien se daría cuenta y que la salvaría pero el tiempo paso y ese día no llegaba, se canso de los maltratos , de las incontables noche derramando lagrimas, de que nadie la salvara, así que tomo su destino en sus manos y escapó, tomó un tren a Tokyo, era una ciudad muy grande y ella estaba muy desorientada, entre la multitud creyó reconocer a su tío y sin más pensarlo en su desesperación salió corriendo hacia la calle sin imaginar lo que le ocurriría.
El por su parte venia tan distraído en su mundo de problemas, por un lado la empresa que ahora estaba a su cargo porque su gran hermano Sesshomaru se le había pegado lo romántico y le dio por casarse lo antes posible con Rin, por kami que nadie pensaba en él , no nadie, y para rebosarla Kikyo seguía perdida cosa que no le importaba tanto si no fuera porque no le había firmado el divorcio y lo había abandonado junto con su hija, Sakura, desde que su hija nació era su mundo y no dejaría que nada la lastimara, pero con Kikyo suelta por ahí y con ánimos de arruinarle la vida en verdad que no sabía que haría, la ultima que le hizo hace dos años atrás, antes de escaparse con su amante fue sacar a la niña de la guardería y trato de sacarla del país, vaya que en verdad tenía mucho valor, o era muy estúpida para pensar que se llevaría a la hija de Inuyasha Taisho de su lado, cuando recupero a Sakura no vio a Kikyo por ningún lado y suerte que tuvo la muy desgraciada porque si la hubiese visto en esos momentos se le hubiese olvidado que era mujer y la hubiese matado por querer llevarse a su pequeño ángel, lo único bueno que saco de ese matrimonio infernal, vaya que su vida estaba patas a arriba, lo que no se imaginaba era que su día no estaba por mejorar, ya que cuando recupero el control de sus pensamientos ya era muy tarde para frenar y darse cuenta de la chica que se llevaría por delante, solo escuchó el grito de una chica.
O.o.O.o.O.o.O
- Taisho-Sama, Taisho-Sama - Le volvió a llamar por segunda vez.
-¿He?- Estaba tan concentrado en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando llego la enfermera.
- Ya puede pasar a ver a su esposa - Le dedico una sonrisa amable y le abrió la puerta de la habitación.
-Muchas gracias - Claro su esposa, eso había dicho para que lo dejaran pasar con ella ¿en qué demonios estaba pensando?, no hubiese dicho nada si la chica lo hubiese soltado del fuerte agarre que tenia de su camisa, pero bueno ya lo hecho, hecho esta. Se paro y se dirigió a la habitación ,al entrar se quedo un rato admirándola a pesar de los golpes que recibió ahora la veía con más claridad gracias a la cercanía, era realmente hermosa, esta chica le daba un aire de tranquilidad que hace mucho no recibía , posó una mano en las mejillas de la chica , salió de sus pensamientos al verla moverse y abrir lentamente sus hermosos ojos marrones, la primera reacción de la chica fue de susto al encontrarse en un lugar totalmente desconocido.
- Tranquila - Dijo posando su mano en los hombros de la chica para tranquilizarla.- Estas en el hospital, saliste corriendo de la nada y te juro que fue sin querer pero te atropelle. - Vaya que eso sonó muy estúpido, te atropelle pero fue sin querer, esperó el enojo de la chica pero se sorprendió al no escuchar nada.
- ¿Pasa algo? - Dijo al notar que ella lo miraba.
- ¿Quién eres?- Murmuro realmente confundida.
- Oh si, discúlpame mi nombre es Inuyasha -Dijo dándole la mano. - ¿y el tuyo?
-Mi nombre…-Temió decirlo ¿qué tal si él fuera uno de los guardias que tenía su tío? aunque en verdad no lo creía porque él no le inspiraba ese miedo, además que nunca había visto unos ojos tan hermosos como los de él, dorados, ese color nunca lo había visto en unos ojos, -Mi nombre es Kagome.
-Y dime Kagome ¿tienes algún familiar al que pueda contactar para decirle que estas en el hospital?
¿Algún familiar? si a eso se refería a aquellos dos, pues no, claro que no, movió la cabeza en forma negativa y acto seguido unas lágrimas se deslizaron por sus mejillas al recordar que estaba sola en este mundo.
-Oye, tranquila, todo saldrá bien, no te preocupes, el golpe que te llevaste fue bien fuerte, ya lo diría yo, es normal que por ahora no recuerdes no te tienes que presionar - Rayos ¿y desde cuando él tan amable?, bueno estaba bien considerando que nunca le ha gustado ver a una chica llorar.
-Gracias.
-No te preocupes. - ¿Que no se preocupe, pero que es lo que le dice a esta chica, que hará él con ella? aunque mirándola bien se le ocurrían varias cosas, grandioso ahora se le pego lo pervertido de Miroku, vaya lió en el que se había metido, ya se lo había dicho Kaede: ya verás Taisho el Karma te encontrara hoy por hablarle así a quién te ha criado como una madre; ya decía el que esa anciana debía ser medio bruja.
-Bueno es hora que me vaya ya se ha hecho tarde. - Dijo y acto seguido intento marcharse pero se dio cuenta que algo se aferraba a él.
-Por favor no te vayas no me dejes sola. - Decía en forma de suplica, en verdad no sabía porque pero sentía un miedo único y esa noche había una tormenta terrible, los truenos se podían escuchar muy bien desde su habitación, nunca le habían gustado las tormentas por lo menos cuando era pequeña y su padre aun vivía el no la dejaba sola y le contaba algún cuento para tranquilizarla, no quería estar sola además a su lado se sentía segura.
Vaya complicación ahora sí que la había regado, ¿y ahora como le haría?, la enfermera dijo que pronto le darían de alta ya que el golpe fue algo menor que fue más el susto que otra cosa, que necesitaban la firma del médico que la atendió pero que este regresaría en la mañana ya que tendría guardia muy temprano, y él tenía demasiados compromisos, Sakura, la empresa, ¿qué haría? pero esta chica ya se había convertido en su responsabilidad y vaya responsabilidad, bueno no hay de otra deberá llamar a Kaede y decirle que se ocupe de Sakura y ya en la mañana vería que haría con todo este lió.
-No te preocupes solo iré a realizar unas llamadas volveré enseguida. - Le dijo y salió de la habitación.
O.o.O.o.O.o.O
Ya aparecían los primeros rayos del sol cuando se despertó, vaya que había dormido, tenía tiempo que no dormía tan plácidamente , luego de haber echado una discusión de 30 minutos con su nana que se la paso diciendo que no iba a casa por quedarse con alguna de sus cabezas huecas, vaya insulto, el de humanista en el hospital y su nana con esos pensamientos y luego al llegar a decirle a la enfermera que si le podían habilitar una cama donde dormir y esta le saltara que le habían puesto una almohada extra porque seguro querría dormir cerca de su esposa y vaya que no tenía tiempo para explicar todo el royo así que solo dio las gracias, y realmente no lo lamentaba, dormir al lado de ella le resulto muy placentero, nota mental no mencionar nada a Miroku ya que tendría buen tema de conversación como para 10 años, ¿recuerdas cuando te aprovechaste de la chica que atropellaste?, ya lo podía escuchar; salió de sus pensamientos al escucharla despertar.
-Buenos días.
-Buenos días, gracias por quedarte. - Realmente se había quedado toda la noche a su lado, debe de ser una gran persona pensó.
-Yo... – Le iba a responder pero en eso entro el doctor.
-Buenos días soy el doctor Himura, Bankotsu Himura ¿cómo está la paciente más linda de este hospital? - Dijo sin dejar de admirarla y mirar de reojo a Inuyasha, ¿y este quien se supone que sea? Se pregunto.
-Mi ESPOSA se encuentra mucho mejor, gracias por preocuparse, doctor. - Dijo haciendo énfasis en la palabra esposa como para que el doctor se lo grabara en la cabeza y aparte que no le gustaba nada como miraba a la chica, ¿pero que le pasaba? esa chica no era nada de él para mostrarse así.
-Oh.-Dijo sorprendido- Mis disculpa señor...
-Taisho, Inuyasha Taisho.
-Bueno mis disculpas Taisho-Sama creí que la señorita Kagome era soltera, me habían dicho que no traía sus documentos y que supieron su nombre por el relicario que tenía cuando llego. -Dijo tratando de no darle importancia a los celos desmedidos pero entendibles de aquel hombre, hasta él celaría así si tuviera una esposa tan hermosa como esa chica.
-Pues ya ve que no es soltera. - Dijo comenzando a sentir la sangre correr de la ira que sentía contra el doctorcito ese.
-Disculpen. - Dijo ella tratando de hacer que le prestaran atención, aunque realmente no entendía la mitad de la discusión, tal vez lo medicamentos le estaban haciendo daño, pensó, -¿Cuándo podré salir doctor?
-Bueno quisiera tenerla en observación un día más, realmente no recibió ninguna herida física grave solo me preocupa el golpe en la cabeza, no está de más vigilar. - Aunque en verdad el golpe no representaba ningún problema solo quería estar cerca de ella un rato más.
Y como si Inuyasha le leyera los pensamientos.
-Por eso no se preocupe doctor Himura él doctor de la familia la vigilara y en verdad quisiera llevarme a mi esposa hoy mismo. - ¿Que se pensaba ese idiota que la dejaría a su merced? pues que siga soñando.
-Bueno señor Taisho si eso es lo que desea, pero en verdad no le recomiendo que se la lleve tan pronto si algo le pasa en el camino a casa en verdad no sé cómo podría arréglaselas. -Vaya que ese hombre se las estaba poniendo difícil.
-No se preocupe que yo soy muy ingenioso, además ¿no creerá que dejare que algo le pase a mi esposa? - Dijo tomándola de las manos y besándola en la frente.
-Nunca creería tal cosa señor simplemente me preocupo por mis paciente - Mencionó con una sonrisa arrogante.
O.o.O.o.O.o.O
-Yo quería darte el beneficio de la duda y no llegar a pensar que Kouga tenía razón pero ya veo que en verdad eres una bestia Inuyasha. - Le decía mientras se fumaba el quinto cigarrillo de ese día, vaya que los nervios los tenia destrozados, a las 6 de la mañana su querido esposo recibe una llamada de Inuyasha diciéndole que debía ir al hospital central que había tenido un accidente, y al verlo vistiéndose le pregunta que le pasa y le dice que nada, ¿nada? ¿Será que los hombres no se han dado cuenta que a las mujeres no se les puede mentir?, y luego de mirarlo con su mirada inquisidora le hace todo el cuento, vaya que Inuyasha tenía una buena imaginación.
-Veo que el inútil de tu esposo ya soltó toda la sopa. - Dijo volteando a ver a la chica que llegaba.
-Te juro hermano que intente no decirle nada pero tú sabes que las mujeres huelen cuando uno les miente y más Sanguito. - Dijo poniendo cara de desvalido.
-Si claro Miroku, ¿qué dijiste, que me lo iba a creer? en verdad no sé como rayos es que somos hermanos. - Dijo reprochándole.
-En verdad que eres bruto, ¡ ¿tú esposa, tú esposa? ¿Pero es que estás perdiendo la razón? y si resulta que ella tiene esposo y que este la está buscando, ¿dime que harás pedazo de animal? -Dijo subiendo el tono.
-Entiendo perfectamente Sango que todo lo veas desde el punto de vista legal y que desde que nos conocemos pienses que cada cosa que hago me traerá una demanda ¿pero en verdad tu me reclamas idioteces?, ¿tu? ¿la que se caso con el inútil de mi hermano?
-¡ Hey!. - Grito el ofendido.
-Lo mío no es tan grave como lo tuyo.
-¡ Hey! Sigo aquí ¿recuerdan?
-Además no es de mi matrimonio que estamos hablando sino del tuyo. - Hizo una pausa.- ¡ ¿Pero qué digo? si el señor no está casado! - Recapacito lo que dijo.- Bueno por lo menos con esta chica no, porque lo que es Kikyo es historia patria. - Menciono viendo como la cara de tranquilidad de Inuyasha cambiaba dándole paso a la notable molestia que le causaba escuchar ese nombre.
-En vez de estarme reprochando entra y habla con ella en lo que Miroku y yo firmamos unos papeles para ver si hoy puede salir de aquí. - Menciono dándole la espalda y tratando de controlarse cosa que se le hacía casi imposible cada vez que escuchaba el nombre de su ex. - Ah Sango casi lo olvidaba por favor aprovecha para tomar sus medidas.
-Ya decía yo que no hacías esto por pura caridad tenía que ser otra de tus conquistas y yo que me creí eso de que no la conocías. -Menciono Miroku con su sonrisa de lado a lado.
-Miroku, haz el favor de cerrar la boca y guardarte tus comentarios mucho hice con no matarte por haber traído a Sango contigo.
-Muy bien hizo como abogada de la familia es mí deber estar informada de cada tontería que cometen ustedes.
-¿Ves? mi Sanguito si que sabe apreciarme. - Dijo con una enorme sonrisa.
-¿Para qué quieres que le tome las medidas? - Dijo ignorando el comentario de su esposo.
- Bueno ella no traía más ropa que con la que venía cuando la choque así que para salir de aquí necesitara ropa nueva, hable con ella y al parecer no recuerda si tiene familia así que creo que por el momento lo mejor será que vayas y le compres ropa como para un buen tiempo en lo que se queda en casa.´´
-Vaya que has pensado en todo, me sorprendes.
-Lo que pasa es que me subestima querida cuñada. - Dijo en tono arrogante.
-Bueno si eso es todo vayan a lo suyo que yo hablare con ella y tratare de evitar una posible demanda no vaya a ser que nos resulte que la chica sea una de esas que busca que las arrolle con tu auto para luego sacarte dinero, mira que conozco a las de ese tipo.
-Antes de que vayas como león tras su presa te aviso que ella no parece ser de esa clase de chicas.
-Si porque ustedes los hombres saben juzgar muy bien. - Menciono sarcásticamente.- Como sea hablare con ella y luego sacare mis conclusiones así que vayan.
O.o.O.o.O.o.O
-Hola.
-Hola. - Dijo tímidamente.
-¿Kagome, verdad?
- Si…
- Mi nombre es Sango soy cuñada de Inuyasha me dijo que me quedara un rato contigo en lo que el firmaba algunos papeles. -En verdad que esa chica no parecía de las que andan por ahí demandando pero por si acaso.- Entendería perfectamente si después de esto quisieras demandar ¿pero no crees que sería mejor arreglar esto fuera de corte?
En verdad no entendía a lo que se refería y la miro confundida ¿demandar?, ¿ella, a quien? ¿al chico que la cuido?, si mucho había hecho el por ella no es todo el mundo que choca a otro y se queda con él en el hospital, frunció el ceño y negó.
- Discúlpame en verdad si soy tan directa pero aparte de formar parte de la familia también soy su abogada si te soy sincera no me pareces de las personas que demandaría a otro por el puro gusto de demandar pero en verdad tengo que cubrir todas las bases.
-Te entiendo es bueno que te preocupes por tu familia. - Bajo la cabeza melancólicamente, vaya que tenía mala suerte, huir, accidentarse, encontrarse rodeada de extraños; en un momento sintió que alguien le tocaba en el hombro.
-No debes de estar triste mira que tener un accidente como el tuyo y solo salir con unos cuantos rasguños es un milagro además que desde hoy puedes contar que has hecho una nueva amiga tomando en cuenta que hasta que averigüemos más de ti vivirás con Inuyasha, así que nos veremos muy frecuentemente.
-No es necesario que se tomen esas molestias. - ¿Vivir ella con él?, pero si no lo conoce.
-No te preocupes, primero no es ninguna molestia tomando en cuenta que tienes tan buen corazón que no estás interesada en su dinero a pesar de saber quién es.
-Si, dijo que se llama Inuyasha, nunca había escuchado su nombre pero me parece muy original. - Dijo con una sonrisa.
- ¿Como que no lo conocías? pero si todo el mundo conoce a la familia Taisho.- Dijo sorprendida.
-Pues yo no los conozco, bueno ahora si, al señor Inuyasha.
-¿Pues en qué mundo vives? -¿Pues de donde salió esta chica? si todo el mundo conoce a la familia Taisho, una de las familias más poderosas del Japón si no es que ya era la más poderosa de ese país, además ¿Inuyasha, señor?, jajajaja en verdad que tendría que hablar luego con ella.
-Pues supongo que en uno muy distinto al tuyo.- Dijo con una sonrisa.
- Bueno por los detalles no nos preocupáremos por ahora.- Dijo dedicándole una sonrisa tranquilizadora.
Continuara…
