Un día, Shaoran Li emprendió el viaje más peligroso de su vida. Es un adolescente enfrentado a un peligrosísimo desafío: para salvar a su madre y a sus amigos moribundos, deberá emprender el viaje más alucinante de su vida. Deberá vencer a un ejército de fuerzas diabólicas que pretenden eliminarle mientras atraviesa de un extremo a otro un mundo fantástico y terriblemente espeluznante, un mundo paralelo habitado por seres letales, expertos en toda clase de mañas destinadas a impedir que él alcance su objetivo: hallar el objeto redentor capaz de salvar a su madre y a sus amigos de las garras de la mismísima muerte y la suya propia, conseguir el talismán....

EL TALISMÁN

EL MAL NEGRO ATACA...

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Mañana en Hong-Kong. Shaoran está en su casa, pasando un muy aburrido día libre, ya que no tiene clases. Se sienta bajo la agradable sombra en un árbol. Ha pasado ya bastante tiempo desde que piso el suelo de Tomoeda...desde que ayudó a Sakura a sellar la carta del vacío, su comunicación se había deteriorado un poco. No es que se hubiera olvidado de ella ni mucho menos, pero...

Pero desde entonces no han tenido mucho contacto y eso sería todo lo que saldría de sus labios sobre el tema. Deslizó su mano por su frente, coronada por gotas de sudor, y las retiro con un movimiento

-Dios que calor hace... –murmuró al ver el esplendoroso sol y ni una sola nube en el cielo, cuando sintió una extraña presencia en el tejado, y justo cuando fue a darse la vuelta, un pequeño dardo dio de lleno en su cuello.

-¡auch! ¿pero qué...? –fue lo que murmuró mientras se retiraba el dardo. La presencia, ya se había desvanecido, pero aquel dardo seguramente traía algo anormal y no precisamente bueno. Se palpó el cuello, pero nada fuera de un poco de sangre fue lo que sucedió. ¿Entonces qué demonios estaba sucediendo allí?

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Londres, Inglaterra. Mansión Hiragizawa.

Eriol estaba en su cómodo sillón leyendo un agradable libro, mientras Spinel, la gran pantera guardiana, dormitaba a sus pies. Nakuru estaba fuera de la casa, por lo que solo ellos dos estaban dentro.

Recordó con algo de nostalgia su estancia en Tomoeda, mientras cerraba los ojos y se recostaba en el sillón. Su memoria voló por lejanos recuerdos de su estadía en Japón. Recordó como jugaba con Sakura, las cartas, los guardianes y Shaoran...

Shaoran...últimamente había tenido extrañas visiones con él. No sabía definir si presagiaban algo bueno o algo malo, y eso lo preocupaba. Decidió llamarlo para hablar con él, pero entonces sintió algo en su cuello. Un pequeño dardo...entonces de repente se sintió muy débil

-Spinel...–no pudo terminar la oración.  Eriol acabó de bruces en el suelo, desmayado

-¡AMO ERIOL! –rugió la pantera mientras lo levantaba y lo llevaba hasta su lecho– ¿Qué rayos es lo que está sucediendo?

-Busca...a Shaoran...y advierte a Sakura Spinel...–fue todo lo que pudo articular Eriol antes de sucumbir desmayado

Spinel miró el rostro pálido de Eriol con preocupación obvia

-Solo se me ocurre una cosa...–tomó el teléfono– ¿Nakuru? Necesito que hagas algo, urgentemente

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Tomoeda, Japón. Residencia Daidouji

Sakura, y Tomoyo disfrutaban de una alegre velada en casa de la chica Daidouji. Las dos tenían una sonrisa en el rostro, al descansar de los fútiles deberes escolares, al menos por ese fin de semana.

Pero ella, últimamente había tenido extraños sueños. Veía a Shaoran, y un sujeto con una túnica negra. Un mar revuelto en tormenta, un castillo gigantesco y amedrentador, dos espadas cruzadas...un solo destino...

-¿Sakura? ¡Sakura! –la llamó entonces Tomoyo sacándola de su ensimismamiento

-¿Eh? ¡lo siento, lo siento! –dijo ella con una sonrisita nerviosa– ¿sucede algo?

Pero entonces un pequeño dardo se clavó en su cuello, tomándola por sorpresa. Y su mundo de repente fue una gran nada, mientras caía de frente y quedaba cuan larga era en el suelo. Tomoyo, con una palidez extrema en su rostro, hizo que llevaran a Sakura a una habitación, y tomó con afán un teléfono

-¿Kero? –la alarma se leía solo en el tono de su voz– Sakura tiene algo y no sabemos qué es, será mejor que vengas, y pronto.

-¿¡QUÉ!? –rugió él al otro lado de la línea– ¡salgo inmediatamente para allá!

Momentos después llegó Kero, junto con Yue. Ambos con un gesto sombrío y serio en el rostro. El guardián de la luna avanzó unos pasos y se hincó frente a la cama. Puso una mano sobre el rostro de Sakura, y al momento la retiró, mientras la sorpresa invadía su pálido semblante y asustaba más a Tomoyo.

-¿Qué? –dijo Cerberus– ¿¡QUÉ RAYOS ES LO QUE TIENE YUE!?

-El mal negro...–dijo en un suspiro– ella tiene el mal negro...

Pero el guardián no dijo más y volvió a mirar a Tomoyo

-Llama a Inglaterra, tengo algo que consultarle a Clow

Tomoyo obedeció y marcó el número de Eriol. Pero la respuesta fue aún más inquietante

-No está...dicen que se fue de viaje

-¿A dónde? –inquirió Yue

-Dice que a Hong-Kong...

Kero entonces regresó a la conversación

-La energía de las cartas desciende a niveles alarmantes...necesitamos saber qué hacer contra ese "mal negro"

-No es cualquier cosa, Cerberus. Señorita, necesito que compre pasajes a China. Sakura también debe ir a Hong-Kong

-¿Pero por qué justo AHÍ? –inquirió Kero, conocedor del hecho de que Shaoran estaba allí

Yue guardó silencio y miró con seriedad a Kero

-Porque el joven Li es el único que no sucumbió ante el mal negro...

Nota del autor: ^^ un nuevo fic...espero poder hacer un buen trabajo, basado en un excelente libro que lleva el mismo nombre.

Dedicatoria especial: a Engel Hope, por ser mi review 50 ^_^ y por ser una muy buena autora

NightWalker