Todo lo que puedo oír es la música fuerte sonando en estos momentos por las bocinas. Las luces se encienden y apagan y hacen que solo se pueda ver unos metros. Sigo moviendo las caderas con el ritmo, tratando de olvidar a mi ex, Marvel. No lo amaba, por supuesto que no, nunca he estado enamorada, pero todavía me hace sentir mal. No mal como para deprimirme y encerrarme en mi habitación todo 1 mes, no, pero si triste. Porque en toda nuestra relación yo no dejé que me besara en los labios, sólo en mis mejillas. Esa es probablemente la razón por la que rompió conmigo. Tengo un buen cuerpo creo, no perfecto, pero si bueno. Mis piernas son tonificadas y bronceadas, mi trasero y brazos firmes. Lo único malo es que no tengo pechos grandes. Para mí no es malo, pero a la mayoría de los chicos no les resulta atractivo. Me siento muy insegura con los chicos. La verdad es que no me gusta que me toquen mucho (algunos parecen pulpos) y no me gusta que me pongan apodos "cariñositos". Pero esto vez Marvel, que era un poco diferente, que era un buen chico, muy agradable y amable, no era mi tipo.

Detengo mis pensamientos cuando un brazo roza el mía, por lo que tenso mi cuerpo. Poco a poco me doy la vuelta para ver la causa de inconformidad. Cuando por fin me doy la vuelta, me topo con los ojos más azules que jamás haya visto. Ni siquiera se comparan con los de mi hermana pequeña, Prim. Él chico tiene el pelo rizado y rubio y anchos hombros, ocultos por una camisa azul marino. Sus vaqueros oscuros muestran unas piernas musculosas. Me sonrojo y miro hacia su rostro. Él tambien esta sonrojado, y tiene una sonrisa en sus labios. Pero no estoy muy segura ya que las luces están como locas. Se acerca a mí, poniendo sus labios junto a mi oído, haciéndome temblar cuando roza mi oreja.

-Perdón por eso cariño- Oh Dios mío, huele muy bien-¿Quieres bailar conmigo? - Yo asiento no confiendo en lo que pueda salir de mis labios pues aún estoy perdida en su aroma.

Él pone su mano en mi cintura, con acercándome a el. Mis brazos automáticamente reposan en su cuello y hombros, tirando de su cabeza hacia mí. No empezamos a mover al ritmo de la música de nuevo, de un lado a otro. Mi mente se pierde en el momento, lo que hace que me olvide de todos mis pensamientos anteriores. Huele muy bien, y sus grandes manos acarician suavemente mi cuerpo. Este hombre, que apenas conozco, esta haciendo caer a unos cuantos bloques de la barrera invisible que he construido con el tiempo. La música se detiene, y todo el mundo aplaude y grita, provocando que el momento acabe. El joven me mira a los ojos, en busca de algo. Sus ojos son tan profundos y azules que me quedohipnotizada. Después de unos pocos minutos por fin habla.

-Bueno- su voz es como el terciopelo suave, tranquila y profunda – Eso fue bastante increíble, pero todavía no sé tu nombre cariño- No. Me llamó cariño de nuevo.

-Yo no me llamo "cariño"-respondo a la defensiva. Su risa llena mis oídos, haciendo que frunza mas el ceño y cruce mis brazos.

-Peeta! -Grita alguien. El chico mira hacia atrás y luego a mí -Me tengo que ir "cariño", fue un placer... bailar contigo- suavemente toma mi mano y tira de ella a sus labios depositando un beso ahí. -Adiós- contesta y desaparece entre la multitud, dejándome sola. Idiota! Acabo de conocer a este chico guapo, agradable, y ya dejo caer mis barreras. Que tonta soy, actuando como una colegiala loca. Por lo menos sé su nombre. Peeta. Suena bien. Mentalmente me regaño y sacudo la cabeza para pensar en otra cosa, pero finalmente pensando sólo en el. Peeta.