For My Brother

N/A: ¡Hola a todos! Para los que no me conocen soy Yuri18 y soy fand e saint seiya desde los ocho años jajaja y bien este fic es un AU O sea un universo alterno. Espero que les guste esta historia. Si ese llega a ser el caso por favor dejen Reviews ¡sus comentarios serán altamente apreciados!

En este fic, los caballeros llevaban vidas normales hasta que todos los acontecimientos tuvieron lugar. Y el poder que van a usar no es el cosmos, pero es algo parecido. Cualquier duda manden un PM ;-)

Disclaimers: ni saint seiya ni sus personajes me pertenecen son propiedad del genio Masami Kurumada, todo lo que poseo son mis locas ideas y mis Ocs


Prologo: "Bienvenidos a la oscuridad"

Si a las nuevas generaciones les contáramos que alguna vez el sol brilló en nuestra tierra, no nos creerían ¿Cómo podrían? Desde hace tres años que no podemos ver su luz, lo más parecido es una mancha brillante en medio del cielo...

Antes de eso el mundo era "normal" los humanos vivíamos hacinados en grandes ciudades o dispersos en el campo, unos tenían mucho, otros apenas si podían comer y nos matábamos unos a otros por un montón de billetes verdes o piedras brillantes.

Esa es la verdad, también la vida era fácil. Teníamos con que calentarnos en invierno sin hacer esfuerzo y en verano unos aparatos enfriaban las habitaciones para que estuviéramos cómodos...

Todo eso ya no existe, apenas y se siente algo de calor en ciertos lugares del mundo... el planeta azul se convirtió en una cáscara gris y reseca, donde el frío y la oscuridad mandan.

Pero creo que me estoy desviando del tema... empecemos por el principio.

Creo que primero debo aclarar lo que más me costó creer: Hay demonios en el mundo. Solo que el sol que dábamos tan por sentado, nos protegía de sus incursiones a nuestro mundo.

Pues bien, su rey Hades, decidió que era hora de borrar el obstáculo y lanzó una maldición que nos condeno a la oscuridad, ahora los demonios de todos los rangos, formas y colores vagan por nuestro mundo... no creo que haga falta decir que prácticamente nos aniquilaron.

Pero así como hay demonios hay ángeles... pero no vienen del cielo, no... No se ilusionen, vienen de "otro mundo" o algo así, los demonios son fuertes y viven muchos años... y los ángeles igual solo que su naturaleza es totalmente diferente. Digamos que así como los demonios decidieron conquistarnos, los ángeles decidieron ignorarnos... solo observaban... pero no ella. Hubo una que descendió de la comodidad de su mundo y quiso ayudarnos... la conocemos como Athena, pero los que la servimos nos referimos a ella como "Saori" para que no sepan de quien hablamos. Athena logró aplacar el poder de la maldición, gracias a ella aún tenemos día y noche... y también gracias a ella sabemos como luchar.

Y yo lucharé... lucharé para recuperar lo más importante para mí

Pero otra vez me estoy adelantando... supongo que tus pensamientos tienden a ir a prisa cuando tienes insomnio... o cuando te acosan las pesadillas. Je y yo pensaba que a los dieciséis años ya dejaba de contar como una niña... pero los rayos y truenos aún me dan miedo... sobre todo porque me recuerdan a esa noche...


_ ¡Milo, Camus ya esta la cena! – grité desde la cocina, a mis trece años era la cocinera oficial de la casa, llevaba una camiseta azul remangada para que no se notara que me iba corta en las mangas, unos jeans viejos, zapatillas negras desgastadas y un delantal blanco que me iba grande, porque era de Milo, me ajuste la coleta que mantenía mi largo cabello atado en una cola de caballo.

_ ¡Enseguida vamos, Meryl! ¡Espera que despierte a tu hermano! – me contestó Milo.

_ ¿Qué? ¡Eso te va a tomar toda la noche! – protesté con las manos en las caderas, frente a mí la olla con el guisado humeaba... la cocina era también nuestro comedor con una mesa cuadrada de madera y tres sillas, la sala solo contaba con un par de sillones y un televisor que andaba a base de zapatillazos.

Vivíamos apenas con lo justo, mi hermano trabajaba en una librería durante la mañana y en las tardes asistía a clases para ser profesor de historia, mientras que Milo trabajaba en un restaurante durante todo el día, como asistente del chef. ¿Mi trabajo? Bueno ese era mantener la casa en orden, cocinar (salvo cuando Milo insistía en cocinar algo para nosotros) y estudiar... sobretodo eso, para mantener la beca que me daba la escuela.

Camus y Milo compartían habitación, solo teníamos dos habitaciones, y siendo que ya "estaba creciendo" la otra era mí habitación. Me sentía mal por el hecho de que vivían muy apretados, pero que remedio.

_ ¡CAMUS! ¡CAMUS DESPIERTA! – Milo estaba teniendo dificultades, como siempre... mi hermano realmente tenía el sueño pesado. Me encogí de hombros y serví la mesa.

Una vez tuve todo servido sonreí satisfecha con el resultado, la comida no se veía mal...

Sonreí incluso más al ver como Milo arrastraba a mi hermano y lo sentaba en una de las sillas. Para luego sentarse el mismo en frente de él, yo me senté junto a mi adormecido hermano.

_Hoy saqué la mejor nota en la clase de matemáticas. – le dije con una sonrisa, sabía que él y Milo trabajaban muy duro. Nuestros padres habían muerto cuando éramos niños y conocimos a Milo en el orfanato, él y mi hermano se hicieron amigos, a pesar de lo diferente de sus personalidades... y ambos cuidaban siempre de mí, aunque yo quería cuidar de ellos. Solían burlarse de mí diciendo que me gustaba jugar a "la mamá" en cuanto salieron del orfanato me sacaron de ahí prácticamente a escondidas, yo aún tenía edad para quedarme ahí, pero ninguno iba a aceptar separarse aunque Camus quiso que lo pensara bien... siempre pensaba primero en mí, que en sus propios sentimientos.

_Que bien Meryl. – me dedicó una sonrisa cansada. Sus ojos eran más claros que los míos... en realidad no nos parecimos mucho, salvo en la forma en que nos crecía el cabello. Sus ojos eran de un azul-verdoso al igual que su largo cabello rebelde, mis ojos eran de color azul oscuro y mi cabello muy negro. Su piel era clara, pero la mía rayaba en la palidez. Según Milo el parecido se veía cuando yo me ponía seria o me enfadaba.

_Camus termina de despertar o vas a meterte el tenedor en el ojo. – le dijo Milo con una sonrisa burlona. – Milo era el "hermano divertido" mientras que Camus era "el hermano serio" sonreí, estaba en lo correcto mi hermano estaba a punto de realizar una cirugía ocular... con su tenedor lleno de estofado.

Camus carraspeó y se sentó derecho, ahora si estaba despierto. Milo y yo nos reímos con ganas. Miré a Milo, sus ojos vivaces de un tono entre el azul y el violeta, su cabello azul era incluso más rebelde que el de mi hermano y estaba parado en todas direcciones, largos mechones caían por encima de sus cejas cubriendo su frente a intervalos irregulares. Su sonrisa burlona y confiada casi nunca abandonaba su rostro... salvo cuando se enfadaba, en esos casos se ponía insoportable y solo mi hermano con su paciencia infinita lo podía aguantar... yo en cambio le arrojaba lo que tuviera en la mano. Pero éramos muy unidos. Los tres éramos una familia, no teníamos padres, pero nos teníamos los unos a los otros. Bastaba con eso... con nuestro cariño salíamos adelante.

¿Entonces porque? Una lágrima rueda por mi mejilla, mientras miro el techo.

Al otro día mi hermano entró corriendo y nos despertó.

_ ¡Tienen que salir afuera! ¡Rápido! – gritó. Me levanté en mis pijamas y salí junto a un Milo medio-dormido.

Lo primero que captó mi atención fue la oscuridad ¿Qué tan temprano era? Lo segundo ¿Por qué había tanta gente gritando de asombro, incluso en medio de la calle?

Miré al cielo... y me caí sentada... las estrellas habían desaparecido... al igual que la luna... el cielo parecía una inmensa boca negra y oscura... la única luz provenía de los focos de las calles y de las casas... miré mi reloj... ¿¡Eran las ocho de la mañana?! Miré a Camus sin creerlo, Milo farfullaba maldiciones y mi hermano se arrodilló junto a mí y me abrazó de manera protectora.

El mundo se fue al diablo en ese momento...

Pánico en las calles, las armerías se vaciaron al igual que los mercados, hubo saqueos y en las noticias prácticamente hablaban del fin del mundo... el sol... había desaparecido... más bien... su luz ya no nos alcanzaba.

Mis hermanos y yo vivíamos como podíamos, siempre con miedo de los demás... miedo a la oscuridad... pero lo peor vino meses después...

Criaturas... criaturas saliendo de la oscuridad, todo tipo de seres abominables salieron de la nada y comenzaron a masacrar a la población, en medio de la oscuridad el mundo agonizaba bajo los monstruos que siempre habíamos considerado mitos: quimeras, banshees, sirenas (no las hermosas medio-pez sino las griegas emplumadas y engañosas) arpías y más.

La televisión fue lo primero en morir, le siguió la radio y por último la electricidad... que idiotas... así quedamos a su merced. Junto con la electricidad, la luz nos abandonó.

Fue un año terrible... tanto así que mis hermanos habían tomado las armas de un par de cadáveres tirados en la acera... a juzgar por su estado no les habían servido de mucho. Robábamos y buscamos en las casas deshabitadas cualquier cosa que nos ayudara a sobrevivir... me avergüenza pensar en ello... pero es muy simple: teníamos hambre... sin embargo nunca lastimamos a nadie. Nunca nos permitimos caer tan bajo.

Milo de aseguraba de tener su escopeta cargada, mientras que mi hermano esperaba poder disparar su pistola 9mm... en caso de que esas "cosas" se acercaran.

Finalmente a mediados de año y medio... la luz volvió... bueno... a medias. Un día amaneció... aunque fue un amanecer pálido y sombrío, pero por lo menos trajo lo que más anhelábamos: luz.

Volvimos a tener día y noche... en las noches la luz trémula de la luna nos daba esperanzas.

Nuestro peor error...

Aquel día nos refugiamos en un cobertizo, la lluvia caía a torrentes, oscureciendo aún más el día. Compartimos lo que teníamos e incluso nos arriesgamos a encender una pequeña fogata.

Milo intentaba gastar una broma, mientras que Camus intentaba escribir a la luz del fuego... tenía la idea de llevar un diario. Yo simplemente miraba, a través de un hueco entre las tablas, como caía la lluvia... y me quedé dormida.

Un fuerte golpe me despertó.

Me levanté y encontré a Milo con la escopeta en las manos y a mi hermano apuntando con la pistola a la puerta.

_ ¿Y bien? ¿No hay nadie en casa? – una voz sarcástica preguntó... golpeando la puerta con tal fuerza que sacudía toda la casa. – Ehhhh no abrir es de mala educación... – la puerta salió volando de sus goznes no alcanzando a Milo por centímetros. – un hombre moreno de corto cabello violeta entró en el cobertizo... –Huele a humanos frescos jajajajaja ¿Qué les parece mis queridas mascotas? – miró hacia atrás... sus "mascotas" eran versiones del can cerbero en miniatura, sus fauces abiertas y chorreando saliva demostraban que tenían hambre... ese hombre... era un demonio.

Milo le disparó pero el demonio solamente sacudió la mano, despejando el humo de la detonación.

_Bien... es mejor cuando dan pelea. – una sonrisa sádica se extendió por su rostro. En un parpadeó estuvo frente a Milo ¡¿Cómo rayos se había movido tan rápido?! Yo no entendía nada. Camus se puso de pie y le disparó a uno de los perros para evitar que entrara.

_ ¡Milo! – grité espantada al ver que, ese ser con forma de hombre, lo tomaba del cuello y lo levantaba como si este fuera solo un muñeco de trapo.

_ ¡Maldito! – Camus tenía las manos llenas, si no disparaba esos seres entrarían... y de nosotros no quedarían más que los huesos ¿Cómo iba a ayudar a Milo?

Retrocedí pegada a la pared, entonces mi mano chocó contra algo... era una tabla de madera suelta... la tomé y me lancé contra ese sujeto.

_ ¡Déjalo en paz! – grité golpeándolo fuertemente en la espalda. El demonio simplemente volteó a verme.

_Piérdete. – me dijo y me dio un fuerte golpe, dejando caer a Milo inconsciente al suelo, escuché un golpe. Mientras que yo golpeaba la pared... abrí los ojos, de la cabeza de Milo manaba sangre. Lo miré con odio... ese... demonio... había lastimado a Milo, a uno de mis hermanos... este alzó una ceja al ver mi expresión... y lentamente caminó hacía mí... – Supongo que quieres irte primero... – me dijo de una forma que sonaba casi dulce... – Te concederé tu deseo. – antes de darme cuenta lo tenía frente a mí y su mano oprimía mi cuello, pataleaba intentado liberarme de él... me dolía y no podía respirar... tomé su mano en intenté separar sus dedos de mi cuello, no importaba cuanto lo intentaba, era inútil... sus dedos parecían tenazas de hierro, la criatura parecía disfrutar de mi lucha, una sonrisa sádica estaba plantada en su rostro...

_ ¡SUELTALA! – El alarido de Camus vino acompañado de un brutal descenso de la temperatura... mi poco aliento se condensaba frente a mí, el demonio parpadeó y me dejó caer al suelo, caí de rodillas luchando por recuperar el aliento... me dolía al respirar... levanté la vista... mi hermano estaba rodeado por una extraña aura dorada... a su alrededor el suelo se había congelado.

_Camus... – lo perros se habían alejado gruñendo con cautela... el demonio sonrió...

_Vaya, vaya... si es magia... – cerró los ojos pensativo... – creo que mi jefe sabrá que hacer contigo. – Abrió los ojos divertido... – bien veamos que tienes pequeño mago. – se lanzó contra mi hermano, quien logró esquivarlo, no sabía que poder había descubierto Camus... pero parecía capaz de plantarle cara al demonio...

_Meryl ve con Milo. – me dijo esquivando otro golpe... se lo veía tan tranquilo que no era normal... pero su mirada era aguda y calculadora... ¿Ese era mi hermano?

Asentí y corrí hacia Milo, quien seguía inconsciente, me arrodille a su lado y observé con alivio que respiraba. Camus esquivo varios golpes, cada vez que lograba evadir uno el demonio lanzaba una risotada.

_Me cansé de jugar. – dijo después de unos segundos... se lanzó en contra de mi hermano que detuvo su puño con la mano... y lo golpeó en el estomago con el otro puño libre... pero su puño estaba envuelto en hielo.

_No permitiré que los lastimes. – dijo Camus... su aura se hizo aún más brillante... ahora mi hermano estaba luchando, lanzaba golpes con sus puños cubiertos de hielo, parecía que no sabía bien que estaba haciendo, pero tampoco tenía tiempo para preguntar.

_Mascara ¿A que estas jugando? – dijo otra voz. – Ya es hora de irnos... ah... – exclamó con suavidad, otro hombre se recostó en lo que quedaba del portal, su rostro estaba cubierto en sombras, pero tenía una rosa roja en la boca. – Ya veo, no podemos matar a este... bien... te daré una mano. Toma nota porque me debes una. – el hombre lanzó la rosa roja que sostenía en su boca, Camus la esquivó, pero dejo un corte sangrante en su mejilla. – Es todo tuyo. – dijo el hombre con una sonrisa.

_Afrodita... no te pedí ayuda. – El tal Mascara dijo entre dientes... – ahora ya no podré jugar... lastima.

Cuando Mascara atacó a mi hermano, Camus apenas pudo esquivarlo esta vez y sus golpes eran muy lentos...

_ ¡¿Qué le hiciste?! – le grité con rabia al hombre de pie en la puerta. Quien solo rió.

_Observa y verás.

Mascara logró alcanzar a mi hermano y tomarlo del cuello, lo estrello contra el suelo con tal fuerza que lo agrietó.

_ ¡CAMUS! – tomé la escopeta de Milo... ¿Pero y si lastimaba a Camus?... me temblaban las manos, lo cual no ayudaba en lo absoluto.

El demonio tomó a mi hermano del cabello y lo arrojó contra la pared, dejando un hueco en la madera.

Mi hermano se puso en pie, pero el aura a su alrededor era más débil, casi se había extinguido... parte de su rostro estaba cubierto en sangre, la lluvia y el viento arreciaban.

_Buenas noches. – Mascara golpeó a mi hermano fuertemente en el estomago desmayándolo... Camus murmuró algo que no pude oír.

_Hecho. – dijo Mascara con una sonrisa sádica mientras se cargaba a mi hermano al hombro. – Vámonos Afrodita. – comenzó a caminar a la salida.

_ ¡SUELTA A MI HERMANO! – Grité poniéndome de pie, pero los perros comenzaron a entrar por la abertura de la pared.

_Yo que tu me preocuparía por ellos, niña, respecto a tu hermano. Despídete de él. – me dijo con una sonrisa torcida y se perdió en la noche junto a su compañero... llevándose a mi hermano. Quise correr tras él... pero no podía abandonar a Milo... tomé la pesada escopeta y con lagrimas en los ojos, me propuse a no dejar que me arrebataran a alguien más... y disparé.

_Bienvenidos a la verdadera oscuridad... - dijeron desde alguna parte en la negrura.

No sé cuanto tiempo pasé junto a Milo disparando a los perros que seguían llegando... pero llegó un momento en el cual me quede sin balas...

_Lo siento, Milo... lo siento. – lloré con la escopeta vacía a mis pies... abracé a Milo... y escuché la lluvia y los truenos... y los gruñidos de los perros cercando el cobertizo, en cuanto se dieran cuenta de que no tenía el arma... iban a matarnos...

Pero escuché algo más... los quejidos de los animales.

_ ¡EXCALIBUR!

_ ¡INFINITY BREAK!

_ ¡AYUDA! ¡POR FAVOR AYUDENME! – grité con todas mis fuerzas, no me importaba nada, solo quería que alguien nos salvara.

Escuché más chillidos y de pronto un par de hombres entraron en el cobertizo.

_Tranquila, ya todo pasó. – me dijo un joven castaño que llevaba un arco y un carcaj de flechas en la espalda.

_Se llevaron a mi hermano y ese tal Mascara lastimo a Milo. – le dije con lagrimas en los ojos.

_ ¿Dijiste Mascara? – el otro hombre dijo, llevaba una espada en las manos y tenía un fuerte acento español.

_Sí... yo... yo quise... pero... – comencé a llorar sin control...

_Shura, creo que este no es el momento para preguntas, el chico esta herido y la chica esta realmente agotada. Por el momento llevémonos con nosotros, él podría necesitar atención medica. – le dijo el castaño al otro hombre, quien soltó un suspiro, pero se acercó a Milo.

_No te preocupes... no parece tan grave. – me dijo amablemente.

_Ya pasó todo. Mi nombre es Aioros y pertenezco a la orden de santos de Athena. Ven, los ayudaremos. – me dijo tendiéndome la mano. Miré su expresión amable... no entendía eso de santos ni nada... lo único que entendí fue esa sonrisa y esos ojos castaños de mirada calida... tomé su mano y me puse de pie...

Aioros y Shura nos salvaron... no entendí nada en ese momento... pero ahora lo sé... sé de la guerra que se está librando y lo más importante, sé que mi hermano esta vivo y que solo peleando lo encontraremos.

Milo esta conmigo... pertenecemos a la orden... y lucharemos para recuperar a nuestro hermano.


N/A: Bien ¿Cómo estuvo? ¿Bien, mal? ¡Dejenme una review para enterarme! Desde ya les agradezco que terminaran de leer este capi.

Un abrazo y espero verlos en mi siguiente capi. Un saludo especial a Lobunaluna que me apoyó mucho con esta idea y a Fuego V que me hizo notar uno o dos detallitos que necesitaban arreglarse también los invito a leer sus fics y si quieren leer los mios.

En el siguiente capi explicaré un par de cosas más sobre la orden de Athena y como tomó Milo la idea de estar ahí y lo que paso con Camus.

Soy Yuri18 ¡Cambio y fuera!