Declamo nuevamente que...
Sekaiichi Hatsukoi no es de mi propiedad y menos sus personajes que sólo manipulo para crear mis locas historias. Ellos son de la propiedad de Nakamura Shungiku, yo sólo soy dueña de la trama y desarrollo de este fic.
A/N: Y otra vez me tienen publicando, el vichito de la inspiraciòn volvió y en esta oportunidad quiero agradecer a Lady Trifecta, Yata Misaki y LiNi.02 por ser quienes me ayudaron a encontrarme con ese vichito (aunque no lo sepan xDD El rol que estamos haciendo con Chiaki, Hatori, Kanade y Yuu fue un buen impulsor, además que ya empezaba a extrañar la escritura de Roschan. De verdad chica, se extrañan tus letras y emociones plasmados en fics. Espero que vuelvas a escribir pronto u.u).
Eso, espero disfruten de esta nueva locura que es una especie de continuación al fic "Lo Que Mi Corazón Nunca Confesará". Intentaré que no sea muy largo para que mi lista de fic incompletos y pendientes no aumente ^^Uu...
Muchas gracias, además, a las chicas que lo comentaron (zryvanierkic, XIVA, Sakuyachan17 y sinideas) y espero que puedan leer este fic que lo hice pensando en todas ustedes.
La Tortura.
Capítulo 1.
(…)
— Querías saber cómo fue que Yoshino y yo empezamos a salir y ahora lo sabrás… con tu cuerpo.
Rápidamente, desgarró la camisa del asistente y a la fuerza le bajó los pantalones. Yuu intentó resistirse, liberarse, patearlo y mantener juntas las piernas, pero aunque con una mano se hiciera difícil, Hatori logró bajar lo suficientemente necesario sus prendas para exponerlo. La costura de la entrepierna del pantalón de Yuu se tensionó casi tanto como su cuerpo, su espalda se arqueó tanto como pudo y un alarido de dolor dio inicio a la tortura de Hatori.
(…)
La relación de Hatori con Chiaki iba bastante bien. En un principio, la pareja tuvo múltiples problemas al tener que acostumbrarse a su nuevo estilo de vida, después de todo, pasar de amigos de toda la vida a pareja activa sexualmente era un gran paso difícil de asimilar, sobretodo para el mangaka. Pero ahora ya habían pasado esa etapa, ahora Chiaki hasta se ponía más activo en el sexo aprendiendo a relajar su interior y hasta en algunos casos dilatarlo con sus propios dedos (aunque claro, eso era sólo cuando Hatori se lo pedía en el momento adecuado). No hay siquiera que dudar de lo conforme que eso hacía sentir a Hatori, tener a su pareja así de entregado a él le proporcionaba más placer y elevaba su lívido, hasta llegó a realizar algunas de sus fantasías sexuales más locas… Aunque no fueran con la persona que las quería cumplir.
El amor y el cuerpo que Chiaki le entregaba eran perfectos, inocentes y puros, pero no le era suficiente, no importaba la postura o la frecuencia, no le era suficiente. Intentó varias veces convencerse que era su imaginación, una farsa, que sólo debía esforzarse más, pero no lo lograba. Él sabía por qué Chiaki no era suficiente y, para empeorar las cosas, que nunca lo sería. Y nunca lo sería porque el amor y cuerpo que le ofrecía no era el amor y cuerpo que quería. No quería hundirse en unos ojos azules. No quería acariciar unos cabellos oscuros. No quería escuchar su nombre en una voz frágil. No quería ese cuerpo que se volvía famélico con el paso de los meses. No quería cocinar para ese estómago tan glotón. No quería saludar con un beso esa expresión distraída. Y por último, no quería pronunciar "Chiaki Yoshino" en el momento del clímax. Y eso es porque en realidad, Yoshiyuki Hatori no ama a Chiaki Yoshino.
Cada que interactuaba con él, su mente volaba hasta lo profundo de su anhelo, recreando la realidad en su eterna fantasía. Una fantasía que incluía a un hombre castaño que nunca estaba conforme con lo que hacía. Un hombre que lo enfrentaba con una potente expresión severa y desafiante voz. Un hombre de cuerpo sano y ojos potente, color castaño. Un hombre de nombre tan justo y adecuado para su personalidad, un hombre que se enfrenta al mundo con una actitud soberbia y llena de superioridad : "Yuu", Yuu Yanase. Ese es el nombre del hombre que deseaba poseer, pero no podía porque se "odiaban mutuamente". Yuu lo odiaba por "amar" a Chiaki y él lo odiaba por amar al mismo.
Lo odiaba. De verdad que odiaba que Yanase sólo tuviera ojos para Chiaki a pesar de saber que éste ya estaba enamorado de otro. Pero a la vez le encantaba. Le encantaba esa actitud tan testaruda que tenía y que le permitía verlo cada cierto tiempo. Sí, amo-odiaba que Yanase fuera especialmente al departamento de Chiaki, lo mirara con desprecio, lo provocara tocando a su mangaka, y le respondiera con sarcasmo, ironías y duras críticas. Lo amaba, deseaba verlo, deseaba provocarlo, deseaba ser por quien Yuu reaccionara con tanta intensidad. Pero lo odiaba por sonreír sólo por Chiaki, por cancelar todo lo que tiene programado y correr donde sea que Chiaki lo necesite, por dejarse lastimar por un tonto que ni con besos entendía sus declaraciones .
¿Cómo era posible que ni se enterara de sus sentimientos…?
— Tori… Tori… Ah-aaah… –debajo de él gemía el pequeño mangaka, ese personaje de cuerpo tan frágil y presencia responsable de todo su problema sentimental.
Claro, Chiaki era el culpable de todo. Era por su culpa que no se llevara bien con el asistente, era por su culpa que no se fijara en él, era por su culpa que lo llegó a conocer. Todo era su culpa.
— ¡Aaah! T-Tori… Tori, espera… no tan-¡aaaah…! –la voz de Chiaki se volvió ahogada y entre cortada por las rápidas embestidas de Hatori.
Tanta ira, tanta frustración, tanto deseo y tanto placer, todo descargado en ese delicado cuerpo que no tenía la culpa de nada, pero que en su mente era el amuleto de la mala suerte.
— Yuuh-¡Yoshino! –gruñó corrigiendo su error casi en un instante. Cómo deseaba que fuera Yuu y no Yoshino quien estuviera sintiendo su longitud- Chiaki… Chiaki…
— Yo-Yoshiyuki… Yoshiyuki… –repitió, correspondiéndole.
El deseo y el placer que sentían ambos eran extremadamente altos. Hatori abrazaba el cuerpo de su amigo, moviendo sus caderas tan rápido como podía, penetrándolo con toda su longitud y quebrantando el equilibrio de la próstata del pasivo. Por lo mismo, el cuerpo de Chiaki se estremecía y movía con cada embestida mientras de sus labios salían sus eróticos gemidos que sólo de vez en cuando, Hatori le sacaba.
El mangaka repitió el nombre de su pareja un par de veces más antes de finalmente llegar al clímax. Pero el cuerpo de Hatori aún tenía mucho por liberar. Sintió el orgasmo de Chiaki apretar su miembro y cuando al fin pudo salir, lo volteó, dejándolo acostado de pecho, pero elevando sus caderas lo suficientemente alto para que él pudiera continuar.
Chiaki no preguntó nada, sólo se dejó manipular y que su cuerpo se estremeciera en el placer de ser penetrado por detrás.
Pero sus gemidos, sus gemidos lo provocaban y entre más lo provocaban más duro y fuerte era su movimiento. Las caderas de Hatori se movieron rápidamente sin darle espacio al mangaka de tomar aire, descargando toda su frustración.
"No es…", repetía en su cabeza, "¡no es la voz que quiero estuchar, maldición!"
Finalmente, al echar la cabeza hacia atrás, se hartó de castigar al cuerpo de Chiaki y se corrió en sus profundidades, saliendo una vez que hubo terminado.
El cuerpo del pasivo cayó rendido en la cama y rodó para quedar de espalda, mirándolo con la respiración agitada. Sin tomarse un momento para descansar, lo limpió. Usó una toalla húmeda de papel para limpiar el sudor y la esperma que manchaba el cuerpo de ambos, terminando por buscar su ropa.
— Será mejor que entres a la ducha y te des un baño –le dijo devolviendo sus prendas a su cuerpo.
— ¿Ya te vas?
— Sí, tengo que terminar de corregir tu storyboard y enviárselo a Takano-san esta noche.
— ¿Y no puede ser mañana?
— No, no puede ser mañana porque ya estoy atrasado –reprochó mirándolo serio, luego con un suspiro se levantó para terminar de subirse los pantalones, colocándose la camisa-. Te dejé comida preparada en el refrigerador para el desayuno de mañana.
— ¿En serio? ¡Waaah! ¡Gracias, Tori! Me encanta tu comida.
— Lo que digas, me voy. Hasta mañana y no olvides bañarte.
— No lo olvido. Hasta mañana.
Tan distraído que era Chiaki. Por un lado era bueno que no se hubiera dado cuenta de que había llamado al asistente mientras tenían sexo, pero por el otro le molestaba.
"¿Por qué no se da cuenta de que no es a quien quiero? ¿Que yo quiero a Yanase para mi, que es a él a quien quiero hacer gemir?"
El hacerse esas preguntas no lo llevaría a ningún lado, nada cambiaría y su corazón más frustrado se sentiría…
(…)
Pero aquí estaban de nuevo, discutiendo como si su rutinaria vida fuera de lo más normal. Los dos a solas, hablando del mismo tonto que de nada se entera y cree que todos alrededor tampoco.
De nuevo aquí estaba Yanase, frente a la puerta de Hatori, mirándolo con ira y reclamándole.
— ¡Tú sabes cuanto cuesta hacer que Chiaki se concentre y vas a distraerlo de esa manera! ¿Te das cuenta que ni sentarse puede?
— ¿Y te das cuenta que estás gritando, de nuevo, en la puerta de mi departamento?
— ¡Para lo que me afecta eso! ¡Si no quieres que te venga a gritar pues empieza a controlarte!, no es justo que por tus instintivos impulsos Chiaki se atrase con el manga.
— No está atrasado, aún le queda tiempo.
— Esta es la quinta vez que sucede esto y ambos sabemos cómo va a terminar esto. ¡Maldición! ¡No entiendo qué es lo que Chiaki ve en ti!, yo soy mucho mejor que tú.
— Pues para que me prefiera a mi sobre ti debe de haber algo en lo que soy mejor que tu… -ya no se molestaba en levantar la voz, toda su concentración estaba en esos agresivos labios que exigían su atención.
— ¡Pero tú no lo amas! ¡Tú no amas a Chiaki! ¿Por qué ambos insisten en estar juntos si no comparten los mismos sentimientos? ¿Qué fue lo que le hiciste a Chiaki para que aceptara salir con una persona tan desagradable como tu?
— ¿Por qué dices que yo no amo a Chiaki? ¿Acaso he hecho algo para que pienses así? –se enderezó de repente, esperando una respuesta.
Su actitud se puso agresiva, nunca se esperó que Yanase le viniera con eso, según él sus sentimientos con Chiaki supieron mantenerse fuera del foco, pero en el momento que Yanase se dio por enterado de la relación dejó de disimular frente a él y hasta le mostró cómo lo besaba.
— Porque te he visto… sé que la mirada que pones cuando ves a Chiaki no es de amor, por el contrario, es sólo… lujuria y molestia. Sé que no lo amas, si él me hubiera elegido no tendría que lidiar con una expresión tan cruel como la tuya…
— ¿Y acaso esa no puede ser mi cara de enamorado?
— ¡No, no lo puede ser porque Chiaki se merece más! ¡No se merece a un desgraciado como tu! ¡Tú no tienes nada que ofrecer a Chiaki o siquiera a otra persona!
Repentinamente, Yanase fue tomado por el brazo y metido a la fuerza al departamento del editor y empujado contra el suelo de la entrada.
— ¿Quién te crees? –Gritó el editor tomándolo con fuerza por los brazos- ¿Quién te crees para decidir si alguien ama o no a otra persona? ¿Quién te crees para decidir que alguien no merece amar? ¿Quién demonios te crees para venir a mi departamento y molestarme por lo que hago y lo que no hago con mi relación?
— ¡Quítate de encima, Hatori!
— ¡No! ¡No me quitaré hasta que me respondas! ¿Quién te crees?
— ¡Pues si tanto quieres saber, aquí lo tienes! ¡Yuu Yanase, la persona que sí ama a Chiaki Yoshino y que, a diferencia de su "pareja", sí se preocupa por él!
— ¿Que te preocupas por él? ¿Que te preocupas por alguien como él? ¿En serio? ¡Entonces no vengas a molestarme a mi departamento por cualquier cosa que le suceda! ¡Si tanto lo quieres, pues anda a su departamento y cuídalo! ¡Para lo que me importa él…! ¡Anda!, ¡ve a cuidarlo!, ¡a mi sólo me importa tener el manuscrito al final del ciclo, nada más!
— ¿Qué?, ¿pero cómo…? ¿Acaso eso lo sabe Chiaki? –preguntó atónito Yanase al escuchar los gritos de su rival.
Era verdad que había algo en su mirada que lo hacía desconfiar de su amor, pero nunca se imaginó qué tan cierto era.
Hatori, ya sin pensar en lo que hacía, sonrió y lo levantó a la fuerza, tomándolo por el brazo y metiéndolo a su habitación.
— Aún quieres saber qué fue lo que hice para que Chiaki aceptara salir con alguien tan "desagradable" como yo, ¿verdad? –se tiró encima suyo, tomándolo por las muñecas y forzando un apasionado beso de lengua en el asistente.
Yuu pataleó como pudo por intentar liberarse, pero no halló la forma, el cuerpo de Hatori era más grande y más fuerte que el propio como para hacerle competencia, estaba derrotado en esa posición.
Cuando el aire hizo falta, Hatori retiró su lengua escuchando un ahogado jadeo y una tos provenir de más bajo que a su vez corría el rostro.
— No te puedo creer… -dijo cuando encontró el aliento necesario- ¿Qué demonios pretendes al hacerme eso? No quiero que me toques… ¡No quiero que una persona tan asquerosa como tú me toque! ¡YA QUÍTATE!
— Tú querías saber cómo fue y ahora te lo diré –sonrió al ver sus muñecas retorcerse bajo sus manos y se acercó hasta su oído-. Antes de que Yoshino y yo empezáramos a salir hubo una violación de mi parte, ¿qué acaso no lo sabías?
— Lo sabía… -murmuró, atónito- ¡Sabía que había algo raro! Sólo espera a que vaya con la policía… te voy a denunciar y nunca podrás volver a tocarlo…
Rio. Le causaba tanta gracia esa reacción. Los ojos de Yanase brillaban con la veracidad de su declaración, era cierto que en cuanto tuviera la oportunidad iría a denunciarlo, aunque claro, ahora Hatori se ocuparía de que le tomara tiempo tener esa oportunidad.
— Necesitarás pruebas para que te acepten la denuncia y sólo tienes mi testimonio. ¿Acaso me crees lo suficientemente tonto como para declarar en mi contra?
— Chiaki. Chiaki puede declarar…
— ¿Y esperas que declare contra la persona que tanto ama? El estar tanto tiempo cerca de él te ha contagiado su estupidez, Yanase –tomó sus manos y las subió hasta la altura por sobre la cabeza para aprisionarlas con una mano y liberar la otra con la que recorrió su rostro.
— ¡Cállate! ¡Y no me toques! ¡Me das asco!
Una fuerte bofetada lo calló y su labio empezó a sangrar por el impacto de la palma contra su mejilla que chocó todo a su paso contra sus dientes. Fue cuestión de segundos para que sus labios se llenaran de ese sabor metálico que tenía la sangre.
— Te conviene cerrar la boca ahora. Querías saber cómo fue que Yoshino y yo empezamos a salir y ahora lo sabrás… con tu cuerpo.
Rápidamente, desgarró la camisa del asistente y a la fuerza le bajó los pantalones. Yuu intentó resistirse, liberarse, patearlo y mantener juntas las piernas, y aunque con una mano se hiciera difícil, Hatori logró bajar lo suficientemente necesario sus prendas para exponerlo. La costura de la entrepierna del pantalón de Yuu se tensionó casi tanto como su cuerpo, su espalda se arqueó tanto como pudo y un alarido de dolor dio inicio a la tortura de Hatori.
(…)
A/N: ¿Les gustó? ¿Si? ¿No? Opinen y pronto leerán el lemon de la violación ;)
