Notas de la autora: Fic basado en el anime, no en el manga, supongo que pueden imaginarse por qué T-T
Respecto a la historia solo puedo decir que hace poco vi de nuevo Soul Eater, y me fasciné con estos personajes, así que me dio urgencia de escribir algo de ellos, y he aquí el resultado. Espero que les guste :)
Disclaimer: Nada de Soul Eater (vale decir, Justin, Giriko, y otros) me pertenece. A mí jamás se me hubiera ocurrido una historia así, ni menos ponerle cara media psicópata a la luna. Lo único mío es este fic. Todo lo demás pertenece a Atsushi Okubo.
-Diálogos-
-"Pensamientos"-
"Cuidando a mi enemigo"
Capítulo 1: Circunstancias inesperadas
El monótono sonido del tranquilo pero firme caminar de un joven rompía el silencio reinante en la desierta avenida. Habían pasado ya un par de horas desde la venida de la noche y, estando en pleno invierno, con una temperatura de cinco grados bajo cero, parecía natural que el común de la gente se cobijara al interior de sus hogares, en lugar de salir a las calles.
Por supuesto, este chico que aún rondaba por las calles, escuchando música a todo volumen con sus audífonos, constituía una excepción al común de gente antes mencionado. Sin importar lo adverso que pudiera tornarse el clima, él cumplía su deber de Death Scythe, porque, a pesar de la derrota de Asura, no podía descartarse el nacimiento de un nuevo Kishin, razón por la cual todos los miembros del Shibusen mantenían la guardia en alto.
-"Todo parece estar en orden"- pensó con satisfacción, tras finalizar su recorrido sin encontrar dificultades. –Oh, Shinigami-sama. Gracias por brindarme poder para mantener el orden, tal como dicta tu voluntad.- murmuró sujetando su rosario. Y, tras hacer un minuto de silencio, emprendió el camino de regreso a su departamento.
El rubio estaba tan concentrado en llegar pronto a su hogar para poder acostarse a dormir, que no se percató de la presencia de un extraño que salió de la oscuridad de un callejón. Este sujeto, cuyas intenciones no podían calificarse de 'buenas', siguió cautelosamente al chico, hasta que logró darle alcance, inmovilizándolo con ambos brazos.
Justin dio un respingo ante la inesperada acción, sin embargo, recuperó la calma a la brevedad. En los pocos segundos que transcurrieron desde la captura por parte de su atacante y su reposición de la impresión, decidió que librarse no era una prioridad. Ya había reconocido las vibraciones del alma de su opresor y, si bien el hombre era un bruto de una marcada tendencia psicópata, también sabía que no lo mataría sin una buena pelea antes.
-Estas calles son peligrosas por la noche, ¿sabías? Si no tienes cuidado podrías terminar descuartizado.-dijo al oído del joven Death Scythe, con una sonrisa maliciosa en su rostro.
La sonrisa fue reemplazada por una mueca de enojo al no recibir respuesta. El hereje se había olvidado por completo de los audífonos de su oponente, y que si no lo miraba de frente, ni se enteraba que le estaba hablando. Cabreado por esto, libró a la joven arma, lanzándole una patada. Desafortunadamente para Giriko, Justin predijo esto, de modo que moviéndose ágilmente, pudo esquivar el ataque con facilidad, de forma que ambos quedaron parados frente a frente.
-Así que nos volvemos a encontrar, ¿no?
-Por supuesto. Ya te dije esa vez… -en un rápido movimiento activó las sierras de sus piernas y se precipitó hacia Justin. -…¡Que acabaría contigo, cabrón!
Justin activó rápidamente las guillotinas de sus brazos, bloqueando el ataque del castaño. Giriko gruñó molesto, lanzándose nuevamente a la ofensiva.
No importaba cuántas veces se enfrentaran, siempre sucedía lo mismo. Por más que se atacaran, ninguno lograba sobreponerse al otro, lo que volvía la pelea eterna y monótona. En ocasiones anteriores, había sido Giriko el que había terminado retirándose de la batalla, no obstante, esta vez estaba decidido a acabar con su rival. Y la frustración que sentía al no conseguir lastimarlo, solo aumentaba su rabia.
-¡Maldición! ¡Te cortaré en pedazos sin importar qué, cretino de los audífonos!- gritó el ingeniero de golems.
-Si sigues gritando así, despertarás a los inocentes que descansan apaciblemente en sus casas.- reprendió mientras alternaba entre la ofensiva y la defensiva.
-¡Me importa una mierda! ¡Si a alguien le molesta, pues que venga hacia su muerte! ¡Nadie impedirá que te destroce!- respondió continuando la pelea. Si algo lo molestaba profundamente es que su rival no perdiera la compostura. –"¡Siempre con esa estúpida cara de tranquilidad! ¡¿Es que me está subestimando?! ¡Este tipo realmente me enferma!"
-Siempre tan agresivo…
En el momento que Giriko intentó atacar nuevamente, sintió una repentina flaqueza en sus piernas, provocándole perder el equilibrio por breves segundos. Por más que trataba de recuperarse, no lo conseguía. Enfocar la vista se volvió una tarea imposible, sumándole a esto un terrible dolor de cabeza. Le pareció oír llamar su nombre, pero le parecía un sonido tan lejano que le parecía irreal. Sujetando sus sienes con ambas manos, alzó la vista. Las calles y edificios se veían borrosos y, en línea recta frente a él, se encontraba su rival, claro que el mareo le jugó una tan mala pasada, que el castaño vio a dos rubios, en lugar de uno.
-¿Dos? Con un demonio… Uno ya era jodidamente fastidioso.
El joven-guillotina se preocupó al ver las incoherencias que balbuceaba su oponente. Ya de por sí se había extrañado al ver que el hombre se detenía en pleno ataque, además de lo desorientado que lucía cuando lo llamó por su nombre, pero ahora… ahora sí comenzaba a preocuparse por el bienestar del otro.
-Algo va muy mal…- murmuró tras leer más incoherencias en los labios del hombre.
Justin se sentía preocupado y, a su vez, desconcertado ante las acciones del otro. Dada la impulsiva naturaleza de su rival, quedaba claro que no se trataba de un plan para distraerlo y lograr un ataque sorpresa. Eso sería darle demasiado crédito a la motosierra… Pero entonces, ¿qué explicación había para esto?
El joven Law permaneció quieto mientras meditaba, sin embargo, al contemplar cómo el sujeto frente suyo se desplomaba al frío y duro pavimento, tomó la determinación de acercársele. Aun podía percibir el alma del ingeniero de golems, lo que significaba que seguía con vida.
Una vez estuvo junto a su enemigo, se arrodilló para examinarlo. Lo primero que notó fue su irregular y forzosa respiración, seguido del fuerte tono carmesí en sus mejillas. Colocando su mano en la frente del castaño, pudo corroborar sus sospechas. Estaba afiebrado. Muy afiebrado.
-Solo él podría involucrarse en una pelea con semejantes síntomas de gripe.- murmuró, en parte enojado por la irresponsable actitud del hombre, y en parte preocupado de verlo en ese estado.
-¿Y ahora qué hago?- se preguntó sujetando su rosario.
Su deber dictaba que acabara de una vez por todas con este psicópata enardecido, sin embargo, una parte de él se negaba a realizar dicha acción. Bien sabía que Giriko merecía ser castigado por desviarse del camino del bien, poniendo en peligro la vida de los estudiantes de Shibusen y formando parte de la extinta Arachnophobia. Pero también era cierto que nunca había recibido órdenes directas de aniquilarlo por parte de Shinigami.
-No puedo abandonarlo a su suerte en este estado.- dijo firmemente, tomando finalmente su decisión: llevarlo a su departamento y cuidarlo hasta su mejora.
Con esta nueva determinación en mente, procedió a subir a Giriko a su espalda, resultándole más difícil de lo que esperaba.
-Bueno, aquí vamos.- dijo, tratando de darse ánimos para llegar pronto a su destino.
Continuará…
Notas finales del capítulo: Changos, salió más corto de lo que esperaba… bueno, espero que les haya gustado. Supongo que subiré el segundo capítulo pronto (dentro de esta y la próxima semana, creo)
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